De tapas por A Coru?a

No conoc¨ªa A Coru?a y me invitaron a venir a ver un partido de f¨²tbol que finalmente nunca vi. Mientras las calles se animaban, como corresponde, encontr¨¦ cosas mucho mejores que hacer. Dicen que la realidad es siempre la mejor guionista, aunque resulte a veces dif¨ªcil de creer.

Los bares de las calles de la Estrella, de los Olmos, de la Galera o de Troncoso nos arrastran de uno a otro

En el n¨²cleo de la que fue la zona republicana de esta ciudad tan poco ciudad y tan atl¨¢ntica y tambi¨¦n tan azul se encuentran varias calles, rectas pero serpenteantes como las piernas de los patinadores sobre el hielo. Por ah¨ª paseamos, alegres al sol. Los bares de las calles de la Estrella, de los Olmos, de la Galera, de la Franja o de Troncoso nos arrastran de uno a otro, y si estamos de pie es sin motivo y tenemos que pedir algo y volver a sentarnos. Hay mucha gente, a todas horas, y no tantos son turistas. J¨®venes que dicen sensiblemente en lugar de ligeramente, y tambi¨¦n gente de cualquier edad.

All¨ª encontramos A Mundi?a (Estrella, 10), el Mes¨®n do Pulpo (Franja, 9) y el excelente marisco del Mes¨®n Agust¨ªn (Franja, 5), donde se puede comer lento y beber deprisa, albari?o, ribeiro, cu¨¢l te parece m¨¢s afrutado, cu¨¢l m¨¢s seco, vaya usted a saber. Excelente el pulpo con cachelos, las zamburi?as a la plancha y la empanada de carne.

Vistas a la plaza

Las tapas cortas, mejor en el Victoria (Olmos, 23) o en el Jaleo (Galera, 43), con excelente bodega y trato exquisito. Para la carne con patatas, tambi¨¦n convertida en tapa, los cocodrilos de A Troula (Barrera, 24). Y para paladares m¨¢s sofisticados, muy recomendable O Celeiro (Franja, 41), y la brasa y las vistas de La Escondita (plaza de Mar¨ªa Pita, 1).

Si despu¨¦s de las tapas, o antes, o entre medias, o tras las copas o el domingo de retirada, lo que pide el cuerpo es un chocolate y unos churros, hay dos bandos: los de Bonilla a la Vista (Juan Fl¨®rez, 30, y Real, 54) y los de El Tim¨®n (Ram¨®n y Cajal, 18). No prob¨¦ ninguno de los dos, as¨ª que no me puedo decantar.

El broche lo puso O Cenlle (Monte das Moas, 2), en el barrio de Monelos, famoso por su chorizo y por sus lirios, un pescado blanco y delicado que tambi¨¦n se conoce como bacaladilla o perlita. Lirios o perlitas parecen nombres de perritos de se?oras ricas, pero muchas de esas recetas y platos t¨ªpicos se encuentran glosados en La cocina de Picadillo y Pardo Baz¨¢n (recopilaci¨®n de textos gastron¨®micos de Manuel Mar¨ªa Puga y Parga, Picadillo, y Emilia Pardo Baz¨¢n), que, seg¨²n me dijeron, es donde uno tiene que ir a mirar para hablar con propiedad de estas cosas.

Ya era el partido y algo vimos de refil¨®n desde las cristaleras de la pensi¨®n Centro Gallego (Estrella, 2), donde se sigue hablando m¨¢s de cuando hab¨ªa toros y de las cosas de antes que de series de televisi¨®n. Donde la clientela est¨¢ ya en la edad de dejar de quejarse de los pol¨ªticos y donde dicen que al f¨²tbol se juega para adelante y nunca para atr¨¢s, sobre lo que tengo mis dudas. Pero conocen lo de hoy, y tambi¨¦n lo de ayer. Los ¨¦xitos, los derrumbes, los fracasos gloriosos o los triunfos despose¨ªdos ya de valor. Ma?ana no estar¨¢n y ser¨¢n otros.

Perdi¨® el D¨¦por y de pronto fue muy domingo y se acercaron la noche y el trabajo. Solo esta ma?ana hab¨ªa que preparar la casa, y la empanada, y ahora parece que hay que ir a dormir. Pero se habla un poco m¨¢s de aquel amigo, se da una ¨²ltima opini¨®n, que es la que cuenta. Se estira un poco m¨¢s la tarde. Se cuida lo que no importa, que en realidad es lo que m¨¢s. De lo que vendr¨¢ despu¨¦s no sabemos nada. Para qu¨¦.

Pedro Letai es autor de la novela Hace de polic¨ªa con distintas voces (Banda¨¤parte Editores).