Vilna, la alegre capital lituana
Visita a Uzupis, el barrio alternativo de Vilna, el d¨ªa en que se celebra su desfile anual. Un recorrido muy festivo que contrasta con la dura historia de la ciudad durante el siglo XX
Cat¨®lica, jud¨ªa, sovi¨¦tica, europe¨ªsta. Iglesias barrocas ante un fondo de rascacielos de cristal. De 554.000 habitantes, Vilna, la capital de Lituania, resume la torturada historia europea del siglo XX. Y ofrece paseos tan gratos como para poder olvidar ese pasado.
9.00 Casco hist¨®rico barroco
Si Vilna, Vilnius en lituano (situada a unos 30 kil¨®metros de la frontera con Bielorrusia), tiene una Puerta de la Aurora (1), ?por qu¨¦ no empezar por ella? (en el n¨²mero 12 de la calle Ausros Vartai). Es la ¨²nica original de la muralla que rode¨® el casco hist¨®rico, declarado patrimonio mundial por la Unesco. La preside el tri¨¢ngulo con el ojo de Dios, un motivo frecuente que advierte de la fuerza de la religi¨®n en el ¨²ltimo pa¨ªs europeo en abrazar el cristianismo. Aqu¨ª, la Contrarreforma cont¨® con una esplendorosa escenograf¨ªa barroca. El arco alberga una capilla con una imagen muy venerada de la Virgen. Se accede por una puerta lateral cerca ya de otra iglesia, la de Santa Teresa (2), y a tiro de piedra de otro enclave con ojo divino, la Puerta Basilia (traspasarla depara otro lugar de culto, entre otras sorpresas). Los ortodoxos rusos tambi¨¦n tienen su hueco. Suyo es el templo del Esp¨ªritu Santo (3) (Ausros Vartai, 10). Y am¨¦n de iglesias, la v¨ªa nos regala la sede de la Filarm¨®nica (4) y bares de moda antes de desembocar en la calle Didzioji.
11.00 A?os turbulentos
El aire conventual cede algo de terreno, aunque Didzioji alberga una iglesia como la de San Casimiro (5), que marc¨® canon para los templos del siglo XVII (fue completada en 1618 y es uno de los primeros ejemplos del barroco lituano). Muestra el poder¨ªo de los jesuitas y, andando la historia, la tabla rasa que ejerci¨® la URSS en esta rep¨²blica que solo recobr¨® la independencia en 1991: las autoridades sovi¨¦ticas convirtieron esta iglesia en Museo del Ate¨ªsmo. Dif¨ªcil imaginar aquella ¨¦poca a la vista de las tiendas de lujo del barrio, pero basta con fijarse para descubrir alg¨²n edificio del periodo del socialismo real.
12.00 Campanario blanco
La mano jesuita tambi¨¦n est¨¢ detr¨¢s de otro lugar imponente: la prestigiosa Universidad de Vilna (6) (Universiteto, 3), creada en 1579 y repleta de estudiantes en torno a su campanario blanco. La visita (13 patios y un delicioso observatorio astron¨®mico del siglo XVIII) es m¨¢s que recomendable. Al otro lado de la calle, el poder pol¨ªtico de este pa¨ªs b¨¢ltico integrado en la Uni¨®n Europea: la sede de la Presidencia de la Rep¨²blica (7) ocupa un palacio de finales del siglo ?XVIII. El callejeo permitir¨¢ toparse con unos cuantos teatros.
14.00 Por la calle Pilies
Las terrazas de la animada calle Pilies (8) invitan a reponer fuerzas. Los cepelinai, masa de patata rellena de queso, carne o setas, son un plato estrella de la gastronom¨ªa local, propia del clima fr¨ªo de los pa¨ªses b¨¢lticos. Un arbata, una de las infusiones a las que tan aficionados son los lituanos, puede aligerar la digesti¨®n.
16.00 En recuerdo de los jud¨ªos
Al oeste de Didzioji, la calle Vokieciai (9) marca lo que fue la Jerusal¨¦n del Norte, la pujante Vilna jud¨ªa masacrada por los nazis y sus colaboradores locales. Esta v¨ªa separaba los dos guetos establecidos por los ocupantes alemanes, que no tardaron en acabar con su poblaci¨®n. El Holocausto se puede leer sobre ruinas borradas. Donde se alzaba la Gran Sinagoga de una ciudad que tuvo m¨¢s de cien se levanta una guarder¨ªa (calle Zidai, de los Jud¨ªos). El busto del sabio Ga¨®n de Vilna es recuerdo de todo ello. Para saber m¨¢s est¨¢n los museos. El del Holocausto (10), conocido como la Casa Verde (Pamenkalnio, 12), se centra en la tragedia de los hebreos. El de las V¨ªctimas del Genocidio (11) (KGB), en el antiguo cuartel de la Gestapo primero y del servicio secreto sovi¨¦tico despu¨¦s, aborda sobre todo la ocupaci¨®n de Lituania por la URSS (Aukai, 2A, junto a la avenida Gedimino, la principal arteria del barrio decimon¨®nico; genocid.lt). La visita incluye las mazmorras.
18.00 Ser o no ser amados
La historia bohemia y dicharachera de Vilna, que tambi¨¦n la tiene, se escribe ahora ¡°al otro lado del r¨ªo¡±. Eso quiere decir Uzupis (12), el nombre del barrio ¨¢crata y so?ador de la ciudad, autoproclamado rep¨²blica independiente en 1997. Se accede por alguno de los puentes repletos de candados que sellan amores. Es una Christiania, lituana en lugar de danesa, con mucho sentido del humor. Los carteles de la entrada, con la imagen de la Gioconda y una cara sonriente, y el quiosco reconvertido en colorido templo budista dan la bienvenida a la Vilna alternativa. La recorremos el d¨ªa grande. Es 1 de abril, la fiesta de la independencia. Grupos de j¨®venes ejercen de aduaneros y ofrecen la posibilidad de cambiar hasta cinco euros en moneda de la rep¨²blica. Junto al puente de la calle Uzupio, varios barquitos (un metro de eslora, como mucho) aguardan la botadura en el r¨ªo Vilna. Calle arriba, en la plaza del ?ngel (13), coraz¨®n del barrio, las obras de teatro se alternan con los conciertos. Cuando la fuente deja de manar agua para ofrecer cerveza, la gente se api?a vaso en mano. Hay que celebrar que la rep¨²blica cumple 20 a?os. Uzupis est¨¢ de moda, testifican las gr¨²as, pero mantiene sus esencias. El paseante podr¨¢ encontrar talleres artesanos, centros art¨ªsticos, un viejo Rolls-Royce entre casas de madera o una iglesia que tiene butacas teatrales por bancos. La m¨²sica de banda pone coto al fisgoneo por los patios. Es la hora del desfile, tan heterog¨¦neo como el barrio: trajes decimon¨®nicos, banderas del T¨ªbet, un indio a caballo, un joven con zancos¡ y mucha guasa solemne. Quien quiera leer la rom¨¢ntica Constituci¨®n de Uzupis debe tomar la calle Paupio (14). Los 41 art¨ªculos est¨¢n en un muro, en distintos idiomas: ¡°Todos tienen derecho a ser amados. Todos tienen derecho a no ser amados, pero no necesariamente. Todos tienen derecho a equivocarse¡±.
20.00 Un vistazo a la historia
Antes de que caiga el sol, rumbo al alfa y el omega. La colina de Gedimino (15), con su torre de ladrillo rojo, es el origen de la ciudad. Desde all¨ª, la vista vuela hacia los rascacielos de la Vilna poscomunista, al otro lado del r¨ªo Neris. A los pies, la catedral (16) y su campanario, donde arranc¨® la cadena humana que reivindic¨® la independencia de las rep¨²blicas b¨¢lticas en 1989. Siglos de historia en un vistazo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.