La calle del Nuevo Mundo en Varsovia
Descubrimos la animada capital polaca desde la c¨¦ntrica traves¨ªa en la que vivieron Joseph Conrad y Fr¨¦d¨¦ric Chopin
La calle Nowy Swiat, que en polaco significa Nuevo Mundo, corta con un tajo elegante el cogollo de Varsovia. Es la Gran V¨ªa de la capital por prestancia hist¨®rica y por sus aceras de seis metros de anchura que reducen a dos carriles el tr¨¢fico rodado, incluido el de los largos autobuses de color rojo y amarillo. D¨ªa y noche esta arteria, que desemboca en la plaza de Cop¨¦rnico, rebosa de gente que va de compras o de bares y restaurantes.
Conrad apenas record¨® de su casa de Varsovia el color blanco y carmes¨ª de una habitaci¨®n y un gran arco que hab¨ªa
La sorpresa viene en el n¨²mero 47 de Nowy Swiat, donde se alza una casa noble y al mismo tiempo sencilla, como lo llegar¨ªa a ser el escritor Joseph Conrad, que vivi¨® all¨ª de ni?o y en una ¨¦poca muy agitada. El inmueble, con cuatro arcos en su fachada, tiene una altura de dos pisos, como las dem¨¢s casonas y palacetes de estilo neocl¨¢sico reconstruidos tras los incendios que devoraron la zona en 1944. A mano izquierda del portal n¨²mero 47, una placa recuerda que all¨ª fue donde vivi¨® Conrad entre 1861 y 1862. Y que all¨ª fue donde su padre, el poeta y patriota Apollo Korzeniowski, fue detenido por conspirar contra el zarismo. A Konradek, como le llamaban sus padres, le faltaban dos meses para cumplir cuatro a?os cuando sucedi¨® aquel drama, del que guard¨® un recuerdo empa?ado por la nieve del tiempo.
Otra placa a la derecha del portal indica que all¨ª tambi¨¦n residi¨®, desde 1924 hasta 1929, Karol Szymanowski, el gran compositor polaco de principios del siglo XX. Hoy los dos pisos de la casa est¨¢n ocupados por bufetes de abogados y un consultor financiero. El portal con verja de hierro forjado da a un paso con tres hileras de faroles. El local comercial de la planta baja parece ser un rebote del azar que tanto valoraba el Conrad marino. Es una tienda que vende c¨¢psulas de caf¨¦ y que las expone como si fuesen diamantes para la eternidad. Solo falta que se asome George Clooney para decir ¡°?Qu¨¦ m¨¢s?¡±.
En la calle del Nuevo Mundo no hay peligro si lo que acucia es el apetito. Poco antes de la casa de Conrad abre el caf¨¦ Blikle, que lleva funcionando desde 1869. Mientras que en el n¨²mero 49, el restaurante Dawne Smaki (literalmente, gusto tradicional) incide en la sopa de centeno agrio o en el pato con salsa de naranja y ar¨¢ndanos, todo un reto ante la cantidad de franquicias de comida r¨¢pida que se imponen en Nowy Swiat.
Reacio a contar su vida, y especialmente sus tristezas iniciales, Conrad apenas record¨® de su casa de Varsovia el color blanco y carmes¨ª de una habitaci¨®n y un gran arco que hab¨ªa en el piso. Ford Madox Ford, amigo de Conrad hasta el punto de ser coautor de Los herederos, evoc¨® en un poema la llegada de los cosacos para prender a Apollo, padre de Conrad, y conducirlo bajo la nevada a la Ciudadela. Ewa (Ewelina) Bro?bowska, la madre de Conrad, visitaba con dificultades a su marido y le llevaba libros, entre ellos el m¨¦todo Robertson para aprender ingl¨¦s. Hoy en la Casa de M¨²sica, en el n¨²mero 63 de Nowy Swiat, donde vivi¨® Chopin, una pianista joven y dotada como Magdalena Brzozowska ofrece conciertos diarios que comprenden piezas de Debussy, no solo mazurcas y polonesas.
Apollo se ganaba la vida como traductor (de Shakespeare y Dickens; de Victor Hugo y Vigny; de Heine). Tambi¨¦n compuso dramas y poes¨ªas patri¨®ticas. A su hijo le hab¨ªa puesto el nombre de Konrad por Konrad Wallenrod, h¨¦roe del poema ¨¦pico de Mickiewicz. En la casa de Apollo lleg¨® a reunirse el Komitet ?Miejski, m¨¢ximo ¨®rgano de los Rojos, los m¨¢s radicales independentistas polacos.
Apollo se tir¨® casi dos a?os en la prisi¨®n de Varsovia. Luego el gran duque Konstantin Nikolayevich, virrey de Polonia y hermano del zar Alejandro, decret¨® enviarlo con su familia al exilio en Vologda, al norte de Rusia, precisando: ¡°Cuidado con parar en el camino¡±. Vologda y su fr¨ªo eran otra condena. Apollo escribi¨® en una carta que era un pueblo con dos estaciones, la del invierno blanco, que duraba nueve meses y medio, y la del invierno verde, de dos meses y medio. Apollo y Ewa enfermaron de tuberculosis durante los casi seis a?os que vivieron all¨ª. La familia sigui¨® su exilio en Chernigov (hoy Ucrania). La madre de Conrad muri¨® all¨ª en 1865, y el padre, en Cracovia en 1869. Conrad ten¨ªa 12 a?os y la orfandad parental le marcar¨ªa para siempre. Como le marc¨® su vida de marino, su cambio de pa¨ªs y lengua, aparte de no pocas l¨ªneas de sombra. ¡°La mar es una p¨®cima muy fuerte¡±.
Gu¨ªa
- LOT vuela a Varsovia desde Madrid y Barclona. Norwegian y Ryanair vuelan tambi¨¦n desde Madrid a Varsovia. Y Wizzair y Ryanair vuelan desde Barclona.
- Turismo de Polonia.
- Oficina de turismo de Varsovia.
La Ciudadela de Varsovia se alza a¨²n arrogante en un ribazo sobre el V¨ªstula. Tiene tres kil¨®metros de per¨ªmetro, tilos y fresnos plantados, algunos en 1870, y una bater¨ªa de ca?ones rusos. El zar Nicol¨¢s I fue quien mand¨® construir la fortaleza en 1832. Fue lugar de ejecuciones y de encarcelamiento de hasta 40.000 prisioneros pol¨ªticos. El museo instalado en el D¨¦cimo Pabell¨®n ha tenido la delicadeza de salvar la puerta de la celda donde estuvo encerrado Apollo y de exponerla como si fuese un cuadro. En una vitrina muestran los peri¨®dicos clandestinos que se publicaban en 1861, Straznica (La Garita), Pobudka (Despertar), Ruch (Movimiento), con llamamientos a la irrenunciable libertad, cosa que a los polacos les estigmatiz¨®, como a Conrad el espejo del mar.
Luis Pancorbo es autor de Al sur del Mar Rojo. Viajes y azares por Yibuti, Somalilandia y Eritrea (Almuzara).
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