El tiempo se detiene en la sierra de Moratalla
Viaje por la Murcia m¨¢s verde y agreste, la que hace frontera con Andaluc¨ªa y La Mancha
A Moratalla se llega ahora por un buen tramo de autov¨ªa. El viajero deja atr¨¢s paisajes resecos de areniscas y margas en los fondos del r¨ªo Mula; deja atr¨¢s vegas y huertas jugosas pegadas a los exiguos cauces que drenan estas tierras altas murcianas. Deja atr¨¢s tambi¨¦n cascos hist¨®ricos cargados de leyendas, palacios y castillos, como Mula, Ceheg¨ªn y Caravaca y se interna por fin en las estribaciones de las sierras de Moratalla, donde Murcia hace frontera con La Mancha y Andaluc¨ªa. Una zona abrupta y monta?osa en la que abundan los pinos, las encinas y las sabinas, los caser¨ªos diseminados en la melancol¨ªa de las majadas y los paisajes roncos y duros acerados por el fr¨ªo del invierno.
Moratalla conserva a¨²n algo de ese tipismo que los viajeros buscan en todo pueblo serrano. Pero no ha de esperar el visitante grandes monumentos ni edificios superlativos. El sabor de Moratalla radica en las minucias, en ese tipismo de los pueblos serranos de calles angostas y empinadas, jubilados tomando el sol en la plaza del pueblo, bares de vinorro, carajillo y partida de domin¨®, y el agradable saborcillo que deja la vida al discurrir a un ritmo sosegadamente humano. Moratalla es morisca hasta la m¨¦dula. Aqu¨ª los r¨ªos se llama Alharabe, Benamor o Taibilla; los parajes, Zacat¨ªn o Algaid¨®n, y las pedan¨ªas: Benizar, Za¨¦n o Mazuza. Por cierto que el r¨ªo Benamor, uno de los escasos que lleva agua en superficie todo el a?o en esta regi¨®n de cauces secos, forma en las cercan¨ªas del pueblo un agradable paraje de pozas y resaltes, conocido como La Puerta. Es la ¡°playa¡± del Noroeste, uno de los espacios naturales m¨¢s visitados de la comarca y un excelente punto de partida para las excursiones por las sierras de Moratalla.
La ruta se dirige bordeando la sierra de los ?lamos hacia el Campo de San Juan. Campo es el nombre popular con el que se conoce en estas sierras a las altiplanicies cultivadas ¨Cgeneralmente- con cereal. El campo de San Juan, como el vecino campo de B¨¦jar, est¨¢n todav¨ªa habitados y en producci¨®n. Son recomendables en primavera, cuando toda la llanura se cubre de flores; o en oto?o, cuando los chopos y nogales destellan brillos dorados.
El Sabinar
Luego viene El Sabinar. Un top¨®nimo que hace referencia a la abundancia de sabina albar en su t¨¦rmino, una subespecie de jun¨ªperus muy arraigada en esta zona. Los mejores ejemplares pueden verse a la salida del pueblo hacia Nerpio o ya en el Calar de la Santa, la ¨²ltima pedan¨ªa murciana antes de entra en la provincia de Albacete, situada a los pies de la sierra de Villafuerte.
Si seguimos de frente llegar¨ªamos a Nerpio, ya en la provincia de Albacete. Si giramos a la derecha, la ruta se interna en un paraje solitario y hermoso, salpicado de brezos y sabinas de peque?o tama?o, desde el que se domina las cumbres de toda la sierra de Moratalla. S¨®lo los extensos campos de cereales y algunos cortijos aislados ¡ªZa¨¦n, Bagil, Rinc¨®n de los Huertos¡ª rompen el perfil melanc¨®lico de estas altiplanicies esteparias.
Se llega as¨ª a Benizar, un pueblecito bastante transformado en el que la bovedilla y el ladrillo visto han sustituido a la arquitectura tradicional. De Benizar, la Abenayzor ¨¢rabe, sorprende la silueta del castillo, encaramado a una pe?a cortada a pico. En los alrededores del pueblo abundan los sotos en los que crecen chopos, casta?os, alisos y hasta alg¨²n fresno y olmo, favorecidos por la humedad de los cauces y por la nieves que casi todos los inviernos cubren estos andurriales.
Aquello de ¡°se detuvo el tiempo¡±, lo inventaron aqu¨ª.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.