Camino al nacimiento del r¨ªo Borosa
Ruta por la angosta Cerrada de El¨ªas, en el parque natural de las Sierras de Cazorla, Segura y la Villas
Para una generaci¨®n -en la que me incluyo- la sierra de Cazorla es ese lugar donde F¨¦lix Rodr¨ªguez de la Fuente filmaba a los ciervos en una inconcreta y licenciosa actividad llamada berrea. Tan inconcreta que llegu¨¦ a presenciar, acodado en la barra de un bar de Cazorla, c¨®mo un turista preguntaba al mesonero que por d¨®nde se iba a ese lugar llamado berrea.
Con 214.000 hect¨¢reas de extensi¨®n y 24 municipios en su interior, el parque natural de Cazorla y las Sierra de Segura y la Villas es el mayor espacio natural protegido de la Pen¨ªnsula. Lo que no quita para que la inmensa mayor¨ªa de sus visitantes se limite a deambular por una ¨ªnfima parte de ¨¦l: la que discurre en paralelo a la carretera que bordea el r¨ªo Guadalquivir y el pantano del Tranco. Algunos incluso se aventuran a llegar al nacimiento del gran r¨ªo andaluz para llevarse uno de los chascos de su vida: si normalmente el nacimiento de un r¨ªo es un accidente geogr¨¢fico anodino, en el caso del Guadalquivir no justifica ni la gasolina gastada para llegar a ¨¦l.
Mucho m¨¢s espectacular es el nacimiento del Borosa, uno de sus afluentes, que nace en la laguna de Valdezores ¨Cen pleno coraz¨®n de Cazorla- y se une al Guadalquivir a la altura del centro de interpretaci¨®n de la Torre del Vinagre.
El Borosa no lo tiene f¨¢cil desde su nacimiento y para progresar se ve obligado a atravesar las calizas verticales del pico Banderillas mediante tajos espectaculares, como el salto de los ?rganos y la cerrada de El¨ªas. Como si quisieran premiar este esfuerzo, los conocedores de la zona y los amantes del senderismo la consideran como una de las excursiones m¨¢s bonitas y atractivas del parque natural.
Para llegar al cauce del Borosa hay que tomar la pista de tierra que, desde la Torre del Vinagre, en la carretera del Tranco, sale hacia una piscifactor¨ªa y posteriormente dejar el coche en la cancela que cierra el acceso a todos, excepto a los empleados de la central hidroel¨¦ctrica de los ?rganos. Desde all¨ª un agradable paseo introduce al caminante en un bosque de pinos que desemboca en la Cerrada de El¨ªas. El Borosa excav¨® el cors¨¦ al que lo somet¨ªa el valle hasta formar un sinuoso pasadizo donde la luz del sol apenas entra durante muchos meses. Las paredes pulidas por la fuerza del agua y verdes por la acci¨®n del musgo y los helechos crean un mundo h¨²medo y oscuro donde el ¨²nico ruido lo produce el Borosa en su continuo excavar.
Tras la cerrada pista, la ruta contin¨²a una hora m¨¢s hasta llegar a la central hidroel¨¦ctrica de los ?rganos. La Compa?¨ªa Sevillana de Electricidad mantiene en activo esta central que aprovecha un salto de agua artificial provocado por el desv¨ªo del cauce del Borosa. Hay una fuente y es un buen lugar para descansar. Una senda en ascenso permite llegar a la base de la cascada provocada por el desag¨¹e del canal que desv¨ªa el agua del Borosa. El camino se adentra despu¨¦s en un paraje muy cerrado e interesante. Un caos de toba caliza, con algunas pozas de aguas claras y recovecos muy h¨²medos por el que la senda va ascendiendo con extremo cuidado. La pared extraplomada del Cordel de las Cabras se alza a nuestra izquierda, con un muro infranqueable de m¨¢s de 70 metros de altura, que se salva por el mismo t¨²nel artificial por el que dicurre el canal de agua. Arriba espera la laguna de Valdeazores.
Si nunca la han visto, no duden en subir hasta ella: es uno de los rincones menos masificados y m¨¢s encantadores del parque natural de Cazorla, Segura y las Villas, ese donde los ciervos saludaban a F¨¦lix Rodr¨ªguez de la Fuente.
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