R¨®terdam, la ciudad de Erasmus

Quien acuda a R¨®terdam en busca de casitas del siglo XVII, cer¨¢mica blanquiazul y tulipanes no los va a encontrar f¨¢cilmente. Si bien sus amplias avenidas la alejan est¨¦ticamente de ?msterdam o Delft (pues el bombardeo nazi del 14 de mayo de 1940 devast¨® el centro hist¨®rico), a cambio la convierten en una ciudad ¨²nica en los Pa¨ªses Bajos. Su cultura portuaria y su arquitectura de vanguardia son sus puntos fuertes.

9.30 Jard¨ªn urbano

El caf¨¦ Op Het Dak (1), en la azotea del edificio Schieblock, es ya un secreto a voces. El ingenio y audacia arquitect¨®nicos que nos acompa?ar¨¢n a lo largo de R¨®terdam ya est¨¢n aqu¨ª presentes: un boquete enorme en el muro que separa el caf¨¦ de la parte exterior nos deja ver sus entresijos de gomaespuma y ladrillo. En el mismo edificio, a pie de calle, se encuentra Urban Guides, una organizaci¨®n que, adem¨¢s de alquilar bicicletas a los viajeros, organiza paseos arquitect¨®nicos por la ciudad de Erasmo. Su estrella es la visita a la F¨¢brica Van Nelle (2), un elegant¨ªsimo edificio del Movimiento Moderno, de los a?os treinta, obra de los arquitectos Johannes Brinkman y Leendert van der Vlug, declarado patrimonio mundial.

10.30 Una casa de los a?os treinta

M¨¢s arquitectura: Het Nieuwe Instituut (3), la instituci¨®n especializada en preservaci¨®n arquitect¨®nica, ofrece exposiciones de primera en su museo de arquitectura, dise?o y cultura digital. Ellos est¨¢n a cargo de la joyita adjunta llamada Huis Sonneveld (4), una casa dise?ada por el estudio Brinkman & Van der Vlugt en la d¨¦cada de 1930 y con mobiliario del estilo funcionalista holand¨¦s de aquella ¨¦poca. No querremos salir de all¨ª, aunque a pocos metros, en el ¨¢rea llamada Museumpark (5), se aglutinen las principales salas de exposici¨®n de la ciudad tent¨¢ndonos con su oferta. Otra visita recomendable es el Caf¨¦ De Unie (Mauritsweg, 34), reconstrucci¨®n cerca de donde estaba el original, destruido en el bombardeo de 1940, con su m¨ªtica fachada proyectada por el arquitecto Jacobus Johannes Pieter Oud en 1925.

12.00 Tintoretto y El Bosco

Uno de los dos ¨®leos en los que Brueghel el Viejo imagina la torre de Babel (el m¨¢s grande est¨¢ en el Museo Kunst?historisches de Viena) es la raz¨®n por la que muchos acuden al Museo Boij?mans Van Beuningen (6), que cuenta adem¨¢s con otros pesos pesados de la pintura ¡ªEl Bosco, Tintoretto o Sisley¡ª en su colecci¨®n.

13.30 Picoteo bajo el mural digital

Los holandeses se enorgullecen de poder comer en sus ciudades platos de todo el mundo, especialmente de su antigua colonia, Surinam. Pero quien prefiera un picoteo moderno en el interior de uno de los edificios m¨¢s sorprendentes de la ciudad ha de ir al Markthal (7). Proyectado por el estudio MVRDV e inaugurado en 2014, esta herradura fastuosa es un edificio de viviendas que, bajo su arco central, cuenta con un mercado gastron¨®mico de los que hacen furor en nuestros d¨ªas. Si alzamos la vista una vez dentro, nuestras bocas ¡ªprobablemente llenas¡ª se abrir¨¢n ante el enorme mural digital de 11.000 metros cuadrados creado con tecnolog¨ªa Pixar por los artistas Arno Coenen e Iris Roskam.

15.00 Casas cubo y l¨¢piz

Nada m¨¢s salir del Markthal nos encontramos en Blaak, una explanada que parece un juego de construcciones gigantesco. Ese edificio de enfrente con sus vistosos tubos amarillos en el exterior es la Biblioteca P¨²blica (8), con su caf¨¦ y terraza en lo alto. Tambi¨¦n destaca el bloque de viviendas Blaaktoren (9), m¨¢s conocido como El L¨¢piz, por su aspecto inequ¨ªvoco. Pero m¨¢s inconfundibles a¨²n son las Kubuswoning, las casas-cubo amarillas de 1984 del arquitecto Piet Blom, que funcionan como sin¨®nimo visual de R¨®terdam. Una de ellas ha sido convertida en museo, Kijk-Kubus (10).

16.30 T¨²nel retrofuturista

Para obtener aromas portuarios se debe ir a Wilhelminapier, una pen¨ªnsula a la que se puede llegar en metro. Bajarse en la estaci¨®n de igual nombre es una buena oportunidad para recorrer el t¨²nel peatonal retrofuturista que fue galardonado con el Dutch Design Award en 2005. Una vez arriba, veremos el puente de Erasmo (11) (Erasmusbrug), que cruza el r¨ªo Nuevo Mosa. Con sus 40 cables de acero bien tirantes, se conoce como El Cisne y fue dise?ado por Ben van Berkel y Caroline Bos (UNStudio). Justo al lado del puente se encuentran edificios como el teatro Luxor (de los arquitectos Julia B. Bolles y Peter Wilson), el edificio de KPN Telecom (de Renzo Piano), la flamante ciudad vertical De Rotterdam (de Rem Koolhaas y su estudio OMA) y la torre Montevideo (12) (de Mecanoo). En la pen¨ªnsula est¨¢ adem¨¢s el Nederlands Fotomuseum (13). Como contraste nos toparemos con el Hotel New York (14), que nos habla de la historia de Europa, pues de ah¨ª part¨ªan desde finales del siglo XIX y hasta 1971 los que emigraban a Estados Unidos desde toda Holanda.

18.00 Transatl¨¢ntico visitable

Otro puente bastante m¨¢s corto, el Rijn?havenbrug, nos lleva a la siguiente pen¨ªnsula: Katendrecht. All¨ª se encuentra la Fenix Food Factory (15), en un antiguo hangar reconvertido, c¨®mo no, en mercado gourmet donde probar quesos holandeses, chacinas, dulces y caf¨¦. Tras una agradable caminata llegamos hasta el SS Rotterdam (16), un transatl¨¢ntico de cruceros como los de antes: enmoquetado, con barandillas lustradas y con una tripulaci¨®n vestida de blanco que recibe a los visitantes que quieran curiosear, tomar algo en cubierta o comer.

20.00 Autobuses acu¨¢ticos

Tomando uno los autobuses acu¨¢ticos que viajan de Katendrecht al centro de la ciudad llegaremos al jolgorio de la calle Witte de Whitstraat (17), la m¨¢s concurrida por las noches, pues all¨ª se halla la mayor concentraci¨®n de caf¨¦s y restaurantes de toda la ciudad. Y ya de retirada, no olvidemos contemplar la silueta pseudoespacial de la estaci¨®n central ferroviaria (Centraal) (18), obra de los equipos Benthem Crouwel Architects, MVSA Architects y West 8, que con su gran aler¨®n de acero inoxidable es el edificio m¨¢s representativo de esta ciudad tan bien planeada.