El secreto mejor guardado de Centroam¨¦rica
De los Cayos Cochinos a Pico Bonito, una ruta por el Caribe de Honduras entre mares de coral y aventuras selv¨¢ticas
En tan solo unas horas es posible pasar del duro y fr¨ªo adoquinado de un Madrid oto?al a las suaves y c¨¢lidas arenas caribe?as. S¨ª, de la noche a la ma?ana, en lo que dura el vuelo directo que desde hace unos meses une la capital espa?ola con San Pedro Sula, puedes cambiar un desapacible entorno urbano por el paradis¨ªaco exotismo de las playas coralinas de Honduras.
Durante un recorrido de cinco d¨ªas por el norte de Honduras disfrutaremos de su costa caribe?a y de su poco conocida selva tropical. Haremos base en La Ceiba, capital del departamento de Atl¨¢ntida, as¨ª llamada por la gran cantidad de ceibas ¨C¨¢rbol sagrado de los incas¨C que hab¨ªa y todav¨ªa hay en esta regi¨®n del pais centroamericano. La Ceiba es una bulliciosa ciudad de larga tradici¨®n agr¨ªcola, cuyas plantaciones bananeras fueron abusivamente explotadas durante a?os por las grandes multinacionales norteamericanas. Los antiguos muelles en los que se embarcaba la fruta son hoy agradables espacios p¨²blicos que, al atardecer, se llenan de gente deseosa de disfrutar de las espectaculares puestas de sol.
Al caer la noche hay que acercarse al Parque Central, verdadero coraz¨®n de la ciudad, para reponer fuerzas en el puesto de cocina callejera de Ana Mar¨ªa Navarro, carism¨¢tica ceibe?a que prepara las mejores baleadas de la ciudad. La baleada es el plato t¨ªpico hondure?o, una tortilla de harina de trigo que se rellena b¨¢sicamente de frijoles y queso, pero que tambi¨¦n admite muchos otros ingredientes al gusto, como aguacate, carne de cerdo y huevo. Aut¨¦ntico, natural y espont¨¢neo street food.
Comienza la aventura
Nuestra primera aventura hondure?a es marinera, pues decidimos pasar el d¨ªa en los Cayos Cochinos, un peque?o archipi¨¦lago formado por dos peque?as islas ¨CCayo Menor y Cayo Mayor¨C y 13 islotes m¨¢s peque?os, todos ellos de origen coralino, y en alg¨²n caso de apenas 250 metros de largo. Ubicado a 12 kil¨®metros de la costa, este para¨ªso de pur¨ªsimas aguas turquesas y arenas de un blanco deslumbrante forma parte del segundo arrecife de coral m¨¢s grande del mundo, el de la Barrera de Coral Mesoamericana. Aunque casi la mitad de estos cayos son de propiedad privada, el conjunto del archipi¨¦lago es una reserva protegida, declarada Monumento Natural Marino.
Los Cayos Cochinos son un escenario perfecto para la pr¨¢ctica de diversas actividades, empezando por la de conocer el gran valor de este espacio natural a trav¨¦s de las charlas y videos divulgativos que se proyectan en la estaci¨®n cient¨ªfica de Cayo Menor.
El buceo y el snorkel son, sin duda, las mejores maneras de contemplar la belleza de estos fondos marinos con una de las mayores diversidades de coral y fauna acu¨¢tica del mundo. Cada inmersi¨®n es una explosi¨®n de luces, formas y colores que hace que uno no vea el momento del agua. Ya en tierra, no hay que dejar de hacer alguna excursi¨®n a pie por el interior de Cayo Mayor, para intentar contemplar a la boa rosada ¨Cuna especie de serpiente end¨¦mica e inofensiva¨C o el jamo negro, un tipo de rara iguana.
Desplazarse en cayuco entre los distintos cayos y contemplar sus paradis¨ªacas playas, desembarcando de cuando en cuando para ver c¨®mo faenan los pescadores o darse un chapuz¨®n, es otra divertida forma de disfrutar de este enclave maravilloso.
Aunque buena parte de los Cayos Cochinos est¨¢n deshabitados, algunos est¨¢n poblados por comunidades gar¨ªfunas, etnia descendiente de africanos y abor¨ªgenes caribe?os cuyo origen se suele enmarcar en el naufragio de un buque franc¨¦s que transportaba esclavos desde ?frica en el siglo XVII. Conocer la cultura gar¨ªfuna ¨Csu idioma, artesan¨ªa y folklore¨C, declarada patrimonio inmaterial de la Humanidad por la Unesco, es otra experiencia en una visita a los cayos cuyo colof¨®n perfecto es poder disfrutar de su gastronom¨ªa en alguno de los islotes coralinos que habitan las comunidades de este minoritario grupo ¨¦tnico. Por ejemplo en cayo Chachahuate, donde se pueden degustar deliciosos peces de arrecife (ronco, pargo...) reci¨¦n pescados y preparados a la brasa, acompa?ados de pan de coco y pl¨¢tano frito.
Aunque las id¨ªlicas im¨¢genes de este enclave han tenido en los ¨²ltimos a?os cierta difusi¨®n ya que han sido escenario de varios realities televisivos (entre ellos el programa espa?ol Supervivientes), no hace mucho tiempo que National Geographic proclam¨® los Cayos Cochinos y las islas de la Bah¨ªa (Roat¨¢n, Guanaja, Utila), tambi¨¦n en el caribe hondure?o, como uno de los 10 mejores destinos del mundo para veranear. Cuando uno est¨¢ all¨ª entiende el porqu¨¦ de ello.
Tirolinas y aguas bravas
La siguiente etapa de nuestro viaje nos traslada desde las calmadas y c¨¢lidas aguas caribe?as a las trepidantes y fr¨ªas corrientes del r¨ªo Cangrejal. Este curso fluvial que desemboca en el mar Caribe, al este de La Ceiba, y que discurre entre los bosques tropicales del parque nacional de Pico Bonito, en la cordillera Nombre de Dios, es uno de los destinos favoritos de los aficionados a las aguas bravas.
Los r¨¢pidos de este tempestuoso r¨ªo que desciende entre selvas v¨ªrgenes y espectaculares rocas gran¨ªticas son ideales para practicar kayak y rafting. En ¨¦poca de crecidas sus aguas son ¨¢vidamente buscadas por los locos de estos deportes acu¨¢ticos, aunque en las ¨¦pocas secas son tambi¨¦n aptas para todos los p¨²blicos, ofreciendo descensos tranquilos y divertidos.
En el entorno del r¨ªo hay numerosos alojamientos perfectamente integrados en la naturaleza que adem¨¢s ofrecen la posibilidad de realizar actividades de aventura tanto en el Cangrejal como en el parque natural Pico Bonito (senderismo selv¨¢tico, tirolinas...). Entre los habitantes de las aldeas ribere?as se dice que los ni?os nacidos all¨ª aprenden a nadar antes que a andar, y lo cierto es que podr¨ªa ser as¨ª ya que los m¨¢rgenes del r¨ªo suelen estar repletos de chavales realizando acrob¨¢ticas zambullidas.
En tren hasta el manglar
Dejamos el cauce del Cangrejal para dirigirnos 30 kil¨®metros al norte de La Ceiba en direcci¨®n a los refugios de Vida Silvestre Cuero y Salado, parques selv¨¢tico-fluviales que forman dos peque?os Amazonas que se ramifican en remansos de aguas tranquilas en las que se reflejan la frondosa vegetaci¨®n circundante. Este reserva natural, poblada de manglares, alberga una rica fauna entre la que hay especies tan interesantes como monos aulladores y capuchinos, el jaguar y el manat¨ª ¨Cun raro mam¨ªfero acu¨¢tico¨C, adem¨¢s de un amplio y vistoso cat¨¢logo de aves tropicales. Otro aliciente para la excursi¨®n a estos parques es que se llega a bordo de un peque?o tren descubierto que circula por la l¨ªnea de ferrocarril m¨¢s antigua de Honduras.
Antes de abandonar esta regi¨®n de Honduras conviene acercarse a Omoa, en el departamento de San Carlos, para visitar la fortaleza de San Fernando, una imponente construcci¨®n espa?ola erigida entre 1725 y 1775 para defender la plaza de los piratas. Es una de las construcciones fortificadas m¨¢s importantes de Centroam¨¦rica.
Cuando concluye este recorrido por el caribe y las selvas hondure?as uno acaba dando la raz¨®n a la Organizaci¨®n Mundial de Turismo cuando dec¨ªa que Honduras es uno de los secretos mejor guardados de las Am¨¦ricas.
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