Las siete maravillas del mar B¨¢ltico
Del puerto de Estocolmo a los canales de San Petersburgo, una ruta marina por el norte de Europa
Es el mar olvidado, al menos para el turismo de masas que invade el Mediterr¨¢neo. Desde el sur de Europa el mar B¨¢ltico, de agua poco salada, puede parecer (a priori) fr¨ªo y distante, pero de cerca permite descubrir desde reliquias medievales salidas de un cuento de hadas hasta bell¨ªsimas playas solitarias o ciudades de canales, islas y puentes que en otro tiempo fueron las capitales comerciales del mundo.
Hay siete joyas urbanas que invitan a una traves¨ªa por el B¨¢tico: Estocolmo, Gdansk, Riga, Helsinki, Tall¨ªn,?San Petersburgo y Visby, la peque?a capital de la isla sueca de de Gotland.
El coraz¨®n sueco del B¨¢ltico
Magn¨ªfica por su original situaci¨®n, repartida en 14 islas conectadas por 50 puentes, as¨ª como por su incomparable casco antiguo, Gamla Stan, Estocolmo dibuja un conglomerado de palacios y estrechas calles adoquinadas que acogen, no onstante, una ciudad moderna adicta al dise?o, a la moda, a la tecnolog¨ªa a la ¨²ltima o a la cocina de investigaci¨®n,
La capital sueca suele recibir el apelativo de belleza en el agua, ya que sus canales reflejan la sesgada luz del Norte sobre los rojizos edificios; perderse en las sinuosas calles adoquinadas de Gamla Stan, la ciudad vieja, durante esos momentos es pura magia. Virtudes est¨¦ticas aparte, Estocolmo ofrece tambi¨¦n museos y restaurantes de primera categor¨ªa, un transporte p¨²blico limpio y eficiente as¨ª como acogedores hoteles de dise?o para descansar.
Estocolmo se recorre f¨¢cilmente a pie, invitando a un placentero deambular sin rumbo con visitas cl¨¢sicas (el palacio real, el palacio de verano o Drottningholm, el Ayuntamiento,? junto al agua). Entre las iglesias renacentistas, palacios barrocos y plazas medievales de Gamla Stan, coraz¨®n hist¨®rico y geogr¨¢fico de la ciudad, se encuentra Vasterlanggatan, el centro de todo, una animada calle flanqueada por galer¨ªas, restaurantes y tiendas de recuerdos de la que tambi¨¦n conviene desviarse para explorar sus peque?as y silenciosas bocacalles.
Entre las visitas imprescindibles se encuentran el Vasa museet, un museo construido a medida para albergar el enorme buque de guerra Vasa (que nunca lleg¨® a navegar pues? se hundi¨® el mismo d¨ªa de su inauguraci¨®n por exceso de carga), as¨ª como el Moderna Museet, el ni?o rebelde de los museos locales de arte, con una colecci¨®n que incluye pintura, escultura, fotograf¨ªa, videoarte y diferentes instalaciones modernas.
Quien prefiera estar al aire libre puede visitar S?dermalm, una isla al sur de Estocomo donde est¨¢ la zona m¨¢s vanguardista y bohemia de la capital sueca: tiendas de segunda mano, galer¨ªas de arte, bares y cafeter¨ªas. O dedicarse a las compras entre las boutiques del barrio de Ostelman y los escaparates chic de Norrmalm, que ofrecen desde artesan¨ªa tradicional a marcas de alta costura.
En la cuna de Solidaridad
Magnifica por sus emblem¨¢ticos astilleros y la efervescencia cultural y tur¨ªstica que vive, Gdansk no figura sin embargo entre los destinos favoritos de los viajeros espa?oles. Pero la ciudad polaca del B¨¢ltico puede resultar toda una sorpresa y es una de las paradas imprescindibles de los cruceros que lo recorren. Como si fuera un estado independiente, Gdansk tiene un ambiente propio que la diferencia de otras urbes polacas.
Los siglos como gran puerto del B¨¢ltico han dejado como herencia una red de iglesias de ladrillo rojo, de esbeltas y recargadas casas de comerciantes encajadas entre palacios que flanquean tanto las anchas y viejas ave?nidas como las tortuosas callejuelas medievales. Caf¨¦s antiguos y emblem¨¢ticos y tambi¨¦n muchas tiendas de ¨¢mbar, el gran producto del Batico. Miembro de la Liga Hanse¨¢tica, Gdansk se ha convertido actualmente en un reducto cos?mopolita lleno de museos y con turistas de todo el mundo que se disputan el espacio adoquinado con artistas callejeros.
La joya local es la Ciudad Principal, el centro, con un aspecto muy similar al que ten¨ªa hace 300 o 400 a?os, en su ¨¦poca de esplendor. Y aunque casi todo es fruto de la reconstrucci¨®n despu¨¦s de la II Guerra Mundial, luce como si nunca hubiera sufrido cambios desde finales del siglo XVIII. Su gran emblema es la calle Dlugi Targ, una de las v¨ªas m¨¢s elegantes de Polonia, tambi¨¦n conocida como Camino Real y flanqueada por fachadas majestuosas.
Fuera de este centro pintoresco, la ciudad se ha renovado en muchos barrios y encontramos espacios originales en la zona de los antiguos astilleros, clave en la historia europea ya que en ellos se gestaron la primeras grietas en el bloque de la Europa Sovi¨¦tica. Un electricista llamado Lech Walesa lider¨® el llamado movimiento Solidaridad, que marc¨® el inicio de la llegada de la democracia a la Europa del Este. Actualmente, el interesante Centro Europeo de la Solidaridad es una de las atracciones principales de la ciudad.
A lo largo del r¨ªo Motlawa se encuentra el paseo mar¨ªtimo de Gdansk, que si en otro tiempo serv¨ªa para que atracasen cientos de veleros cargados de mercanc¨ªas, ahora es un animado paseo lleno de caf¨¦s, peque?as galer¨ªas de arte y tiendas de recuerdos.
La gran capital mundial del 'art nouveau'
Magn¨ªfica por su arquitectura y sus fachadas animadas por una estramb¨®tica colecci¨®n de g¨¢rgolas demoniacas y bestias m¨ªticas, el art nouveau es el alma de la capital letona (cuenta con m¨¢s de 750 edificios de dicho estilo) que, a pesar de su apariencia tranquila y reservada, ha ligado sus barrrios m¨¢s antiguos con modernos bares y centros de arte contempor¨¢neo.
Como mejor se exploran las intrincadas y adoquinadas calles del centro medieval de Riga es paseando sin rumbo. La mayor parte del casco antiguo es peatonal y una vez el viajero se haya perdido en este d¨¦dalo de callejones y gabletes empezar¨¢ a descubrir un asombroso paisaje de catedrales y agujas de iglesia que apuntan al cielo, grandes plazas y muros de castillos en ruinas.
Lo m¨¢s tur¨ªstico est¨¢ en torno a la Ratslaukums o plaza del ayuntamiento, que qued¨® destruido durante la II Guerra Mundial y fue reconstruido por completo en el 2003. Lo mismo pas¨® con la Casa de los Cabezas Negras, levantada en 1344 como casa de fraternidad del gremio de comerciantes solteros alemanes de los Cabezas Negras, destruido por los sovi¨¦ticos y recostruida en 2001. Hoy es residencia del presidente let¨®n y no est¨¢ abierta al p¨²blico.
Para empaparse del esp¨ªritu de Riga podemos por ejemplo ir a la animada Livu Laukums, plaza con varias cervecer¨ªas al aire libre en verano y bordeada por una hilera de coloridos edificios del siglo XVIII, en su mayor parte convertidos en restaurantes. Aqu¨ª encontramos uno de los s¨ªmbolos de la ciudad, la Casa de los Gatos, un edificio art nouveau adornado por unos asustados felinos negros en las torretas.
El distrito art nouveau (llamado Centro Tranquilo) rivaliza con el casco antiguo por ser el barrio m¨¢s bonito de la capital. Su calle principal, Alberta ieia, parece un cuadro que podr¨ªamos observar durante horas, descubriendo a cada momento nuevos detalles. Obra casi en su totalidad del artista Mija¨ªl Eisenstein (padre del famoso director de cine), sus sorprendentes fachadas est¨¢n llenas de figuras grotescas, de arbustos enredados y pavos reales, cabezas de le¨®n o extra?as m¨¢scaras. Para entender y profundizar un poco m¨¢s conviene visitar el Museo de Art Nouveau de Riga.
La capital del agua
Magn¨ªfica porque se funde elegantemente con el B¨¢ltico, como corresponde a la capital de un pa¨ªs de tan acu¨¢tica geograf¨ªa, Helsinki se asienta sobre un caos de bah¨ªas, ensenadas e islas que dibujan una la compleja l¨ªnea costera. Su encanto encanto reside en lo antiguo: sus sobrios edifi?cios art nouveau, sus elegan?tes caf¨¦s centenarios, sus decenas de museos donde se conserva con esmero el patrimonio finland¨¦s y sus restaurantes con carta y mobiliario iguales a los de 1930. Pero aunque parezca estar a la sombra de otras capitales escandina?vas, sus tiendas de dise?o tienen fama internacional y presume de una interesante vida nocturna. Adem¨¢s, entre sus nuevos atractivos figura un panorama gastron¨®mico al alza, con referencias gourmet que presumen de emplear productos locales.
Helsinki tiene m¨¢s de 50 museos y galer¨ªas, aunque algunos tan cr¨ªpticos que solo atraen a una minor¨ªa. Como el curiso museo de Historia Natural, culminado por una pol¨¦mmica veleta en forma de espermatozoide fecundado por un ¨®vulo. Para todos los p¨²blicos es la visita (imprescindible) a la ¡°fortaleza de Finlandia¡±, Suomenlinna, levantada por los suecos a mediados del siglo XVIII en un apretado grupo de islas conectadas por puentes. Completan la experiencia varios museos como el Ehrensv?rdmuseo, en la antigua residencia de los comandantes de la fortaleza, que da una idea de c¨®mo era la vida cotidiana en aquellos tiempos.
En el centro de la ciudad, el coraz¨®n es la Kauppatori (plaza del mercado) de la ribera, desde donde zarpan los cruceros y ferris del archipi¨¦lago. Es un sitio bastante tur¨ªstico aunque todav¨ªa quedan puestos aut¨¦nticos de comida barata o de bayas y flores.
Lo m¨¢s nuevo est¨¢ en antiguos recintos industriales conventidos en populares complejos de ocio. Por ejemplo en Kaapelitehdas, un enorme complejo donde estuvo la principal f¨¢brica de Nokia hasta los a?os 80, y que ahora acoge un gran centro cultural con estudios de dise?o, galer¨ªas, exposiciones y frecuentes espect¨¢culos de danza, teatro y m¨²sica. Y, c¨®mo no, tambi¨¦n museos: uno de fotograf¨ªa, otro de teatro y otro de hoteles y restaruantes. Otro recinto postindustrial reconvertido (y muy de moda) es Teurastamo, antiguo matadero entre las estaciones de metro Sornaimen y Kalasatama que alberga? ahora multitud de propuestas gastron¨®mica a base de producto local e incluso una barbacoa de uso gratuito y una huerta urbana con hortalizas y hierbas arom¨¢ticas.
Otra buena opci¨®n para comer de forma original es zarpar hacia alguno de los numerosos restaurantes de su archipi¨¦lago: casi todos disponen de peque?os transbordadores desde los muelles de tierra firme. El m¨¢s famoso es el estiloso Saaristo, en la isla de Luoto, famoso por sus cenas de mariscos.?
Ciudad de cuento de hadas
Magn¨ªfica por ser b¨¢ltica 100%, fusionando lo moderno y lo medieval hasta conseguir un ambiente con estilo propio y muy atractivo. Antiguos pin¨¢culos de iglesia y palacios barrocos con rascacielos de cristal, caf¨¦s en plazas soleadas y rutas ciclistas hasta cercanas playas y bosques, todo ello adere?zado con reliquias sovi¨¦ticas.
Pero la joya de Tallin, capital estonia, sigue siendo su casco antiguo (Vanalinn), protegido por la Unesco, un d¨¦dalo de torretas, agujas y callejas sinuosas de los siglos XIV y XV. Se considera uno de los recintos medievales con m¨¢s encanto de Europa, sobre todo alrededor de la Raekoja plats, plaza dominada por un ayuntamiento g¨®tico que culmina en una torre que parece un alminar, y a la que se puede subir para tener unas buenas vistas de la ciudad. En los alrededores hay antiguas casas de mercaderes, patios medievales rec¨®nditos y escaleras sinuosas que regalan vistas asombrosas. Es un m¨¢gico laberinto que suele llenarse (insoportablemente) de turistas cuando desembarcan varios cruceros el mismo d¨ªa. La suerte es que todos los barcos se marchan por la tarde y la tranquilidad vuelve a reinar en estas calles adoquinadas a partir de las cinco.
Aunque los principales puntos de inter¨¦s est¨¦n dentro del casco medieval, Tallin cuenta con atracciones algo m¨¢s apartadas, como Kalamaja, un enclave de desmoronadas casas de madera y f¨¢bricas en ruinas que se ha transformado en uno de los barrios m¨¢s interesantes de la ciudad. La enorme prisi¨®n de Patarei ha sufrido una extraordinaria transformaci¨®n durante los ¨²ltimos a?os, albergando un impresionante museo alrededor del cual hipsters locales abrieron bares y caf¨¦s en tiendas y almacenes abandonados. O Kadriorg, la zona verde preferida de los habitantes de Tallin, a dos kil¨®metros al este del casco antiguo, donde est¨¢n el parque y el palacio barroco de Kadriorg.
Esplendor de arte entre canales
Magn¨ªfica por sus fabulosos palacios, sus rom¨¢nticos canales y por acumular un tesoro de arte y cultura extraordinario, la capital imperial de Rusia fue construida sobre una ci¨¦naga por el zar Pedro I el Grande, pero se convirti¨® inmediatamente en una de las ciudades m¨¢s deslumbrantes del mundo. Y lo sigue siendo. Desde el principio se concibi¨® como un ejemplo del creciente poder de la Rusia imperial, y se contrataron a arquitectos europeos para levantar los fabulosos palacios y catedrales, convirtiendo la ciudad en un escaparate de la dinast¨ªa Romanov.
En San Petersburgo (Peter para sus habitantes), el agua est¨¢ siempre cerca: tiene 342 puentes y numerosos canales que flanquan mansiones de estilo italiano y plazas con palacios barrocos y neocl¨¢sicos. La llamada Venecia del B¨¢ltico es un tesoro de arte y cultura que invitar a pasar d¨ªas completos en el Hermitage, posiblemente el mejor museo del mundo, contemplando desde momias egipcias hasta cuadros de Picasso. O a descubrir el Museo Ruso, alojado en cuatro palacios suntuosos que albergan, posiblemente, la mejor colecci¨®n de arte ruso del mundo. O a deleitarse con el ballet y la ¨®pera en el teatro Mariinsky, incluido sus festivales de m¨²sica en verano.
Toda la ciudad rezuma aire imperial, desde el Museo Faberg¨¦, alojado en un bello palacio restaurado a orillas del Fontana, hasta los palacios zaristas que rodean la ciuda, como el de Tsarkoe Selo, en Puskin. Y por salirnos de lo obvio, proponemos una visita muy especial para disfrutar del esp¨ªritu ¨²nico de San Petersburgo: una escapada a las islas Kirovsky, en el delta del Neva, que cuentan con frondosas avenidas en las que hacer picnics, practicar deportes acu¨¢ticos y disfrutar las m¨¢gicas Noches Blancas, que comienzan en mayo y alcanzan su punto culminante a mediados de junio, cuando el cielo nunca oscurece y toda la ciudad celebra el breve y fugaz est¨ªo.
Los veranos del B¨¢ltico
Gotland y Faro
Gotland es magn¨ªfica por sus iglesias medievales, su original ambiente veraniego y, sobre todo, por la ciudad amurallada de Visby, su principal n¨²cleo urbano. Los comerciantes de los siglos XII y XIII llenaron esta bella isla de fabulosas iglesias (hay m¨¢s de cien), aunque actualmente son sus remotas playas, las id¨ªlicas sendas para bicicletas y caballos, y sus peculiares formaciones rocosas las que atraen hasta esta ¨ªnsula del B¨¢ltico a visitantes de todo el mundo, que adem¨¢s encuentran muy buenos restaurantes y una animada vida nocturna en verano. Pero son sobre todo los propios suecos los que la han convertido Gotland en un destino ecol¨®gico para sus vacaciones.
Visby, ciudad portuaria protegida por la Unesco, invita a regresar a la Edad Media, paseando entre gruesas murallas, callejuelas empedradas, casas de madera de cuentos, ruinas evocadoras y empinadas colinas con maravillosas vistas del B¨¢ltico. Cuando llega el buen tiempo, Gotland se llena de veraneantes, especialmente durante la semana medieval, en la que el casco antiguo de Visby se llena de atuendos de ¨¦poca, recreaciones y mercados.
Los aficionados al cine y amantes de la naturaleza pueden poner rumbo al norte y visitar los escenarios de Ingman Bergman en Faro. El director de cine sueco descubri¨® Gotland en 1960 cuando buscaba localizaciones para una pel¨ªcula y acab¨® viviendo y trabajando en la isla durante 40 a?os. Desde el 2004 se organiza en Gotland la Semana Bergman sobre la vida y la obra del director sueco.
Faro es adem¨¢s el lugar perfecto para salir a recorrer los senderos que rodean esta isla barrida por el viento, y hacer un viaje en el tiempo a trav¨¦s de sus museos al aire libre, casas de los siglos XVII al XIX o petroglifos del a?o 800 antes de Cristo. Un buen plan para disfrutar del norte de la isla es comenzar paseando por la magn¨ªfica playa de Norsta Aura, dspu¨¦s alquilar una bici y pedalear por la carretera de rauers (rocas con aspecto de columna), almorzar en la Cr¨ºperie Tati, realizar una ruta h¨ªpica? montando un caballo island¨¦s y despedir el d¨ªa en Langhammarshammaren, punto m¨¢s emblem¨¢tico de Faro, con una puesta de sol preciosa.
M¨¢s informaci¨®n en las gu¨ªas Lonely Planet de San Petersburgo, Estocolmo, Estonia, Letonia y Lituania, Polonia y Finlandia y en lonelyplanet.es?
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