Novi Sad, plena efervescencia
La pr¨®xima Capital Europea de la Juventud figura entre las mejores ciudades del mundo para viajar en 2019 seg¨²n Lonely Planet. 24 horas en la sorprendente ciudad serbia
Si llegamos a Serbia buscando fachadas impolutas y un estilo arquitect¨®nico homog¨¦neo nos decepcionaremos. Para disfrutar del pa¨ªs hay que entender su caos urban¨ªstico, sacarle partido al encanto de lo que a veces se cae a trozos y a cierto fe¨ªsmo construido con resonancias de arquitectura socialista. No obstante, Novi Sad, de unos 232.000 habitantes, la m¨¢s austroh¨²ngara de las ciudades serbias, es tambi¨¦n una de las m¨¢s pulcras urban¨ªsticamente hablando. Situada en la provincia aut¨®noma de Voivodina, la regi¨®n con m¨¢s diversidad ¨¦tnica y ling¨¹¨ªstica del pa¨ªs, ser¨¢ la Capital Europea de la Juventud en 2019, y eso se nota en su energ¨ªa desbordante.
9.00 El caf¨¦, en Loft
Hay que hacer caso a los lugare?os: si dicen que el caf¨¦ que sirven en Loft (1) es el mejor de la ciudad, habr¨¢ que desayunar en su terraza, situada en una calle tranquila junto a la catedral cat¨®lica (2) neog¨®tica de la plaza de la Libertad (Trg Slobode). Es justo all¨ª donde Novi Sad se asemeja m¨¢s al decorado de una pel¨ªcula, con sus fachadas de colores pastel. Ser¨¢ m¨¢s grato a¨²n contemplar la vida pl¨¢cida de la ciudad tras visitar una de las muchas helader¨ªas y comenzar a darle leng¨¹etazos a un helado con sabor a Plazma, la venerada galleta nacional.
10.30 El rito de Dunavska
Sigamos caminando por la prolija calle Dunavska, donde nos saldr¨¢ al paso la estatua de alg¨²n prohombre serio, como el estadista Jasa Tomi, camuflado entre las terrazas que abundan por all¨ª. Y es en Dunavska donde podemos practicar una de las actividades m¨¢s caracter¨ªsticas de quien visita Novi Sad: entrar a curiosear en sus numerosos patios y pasajes que esconden sorpresas, ya sea en forma de jard¨ªn, de negocio tradicional o de tienda de jers¨¦is artesanales como Trikotaza Savkov (3), en el pasaje del n¨²mero 17 de la calle.
Los numerosos patios y pasajes de la ciudad esconden jardines y negocios como tiendas de jers¨¦is artesanales
12.00 El lago de los cisnes
Al final de Dunavska y frente al parque Dunavski, c¨¦lebre por sus cisnes que nadan pl¨¢cidos en su lago central, nos topamos con el Museo de Voivodina (4). Entrar en ¨¦l es sumergirse por completo en la historia, arqueolog¨ªa y etnolog¨ªa de la regi¨®n m¨¢s cosmopolita de Serbia, donde conviven felizmente minor¨ªas h¨²ngaras, rumanas, croatas y eslovacas. El museo adem¨¢s expande sus tent¨¢culos culturales en otras sedes salpicadas por la regi¨®n.
14.30 Una comida r¨²stica
Para comer, lo ideal ser¨ªa hacerlo en una de las granjas restaurante de las afueras, que llevan el nombre de salas, pero a falta de veh¨ªculo propio, en el centro de la ciudad contamos con un lugar muy parecido: Sokace (5), de ambiente inconfundiblemente r¨²stico. All¨ª asistiremos a una inmersi¨®n total en la identidad de este pa¨ªs, ya desde el mantel de cuadros, uniforme de los restaurantes tradicionales como este, llamados kafanas. Quinqu¨¦s, planchas de hierro y pistolones decimon¨®nicos adornan las paredes, y como ambientaci¨®n ac¨²stica, la m¨²sica serbia folcl¨®rica, con acordeones y violines, a veces suena melanc¨®lica y otras m¨¢s alegre, con canciones del estilo del Tengo una vaca lechera. Mientras, a la mesa nos puede llegar el sabra, los rollitos de carne picada envuelta en col, cocinados en recipientes de barro.
16.00 Paredes ahumadas
Una iglesia ortodoxa es siempre un lugar que se debate entre lo extra?o y lo familiar para los pa¨ªses de tradici¨®n cat¨®lica. La iglesia de San Jorge (6) es un ejemplo: sorprende ver que, salvo unos bancos del coro, carece de asientos y llama la atenci¨®n ver a los feligreses inclin¨¢ndose ante el magn¨ªfico iconostasio de Paja Jovanovic, que reemplaz¨® al anterior de principios del siglo XIX. Merece la pena acercarse a su capilla lateral de paredes ahumadas donde los visitantes encienden largos cirios color miel en un ambiente de total devoci¨®n. Su jard¨ªn cercano es muy agradable y da directamente al Palacio del Obispo (7), levantado en el siglo XVIII, pero destruido por un bombardeo del ej¨¦rcito h¨²ngaro durante la oleada revolucionaria que se extendi¨® por Europa a partir de 1848 y puso fin al periodo absolutista. Fue reconstruido a principios del siglo XX.
17.00 Zeppelin, en el Danubio
El r¨ªo Danubio recorre la ciudad y nos llama con sus cantos de sirena. Podemos cruzar el puente para ver la fortaleza de Petrovaradin (8), que lleg¨® a ser una de las mayores del siglo ?XVIII en Europa. Pero antes de pasar al otro lado es imposible no reparar en el Zeppe?lin (9), un enorme caf¨¦ instalado en el interior de un barco ¡ªuna de las nuevas modas de la noche serbia¡ª que organiza eventos culturales a menudo.
20.00 Notas musicales
Novi Sad es conocida por la cantidad de eventos culturales que concentra, as¨ª que seguramente en su antigua sinagoga (10) de estilo modernista h¨²ngaro, dise?ada por Lipot Baumhorn en 1909, haya alg¨²n concierto programado. O, si el tiempo acompa?a, se puede asistir al festival de m¨²sica callejera que se celebra cada mes de septiembre, tras otra cita cultural de primera: el Exit, uno de los mejores festivales musicales de Europa seg¨²n el diario brit¨¢nico The Guardian, del 12 al 15 de julio.
22.00 Dos bares escondidos
Cenar tarde en Novi Sad no es un problema porque no faltan opciones. El restaurante Zak (11) (Shafarikova, 6) tiene una amplia carta de vinos serbios y de pa¨ªses lim¨ªtrofes. Y si quisi¨¦ramos alejarnos de la carne, omnipresente en este pa¨ªs, ah¨ª est¨¢ el restaurante vegetariano EmChi (12) (Svetozara Miletica, 43; emchi.rs) para darnos un respiro. Al terminar, es de recibo tomarse una rakia, el aguardiente nacional casero, elaborado con frutas como membrillo o ciruela. Y en los patios interiores sigue habiendo sorpresas a estas horas: el Bar Frida (13) y el Dum Dum (14) (ambos en Zmaj Jovina, 5) est¨¢n por ah¨ª escondidos y hay que buscarlos, pero eso es parte del encanto de esta ciudad cuyo presente no tiene nada que envidiar a su pasado.
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