Olomouc, la joya de la corona de Moravia
La barroca Columna de la Trinidad, un curioso reloj astron¨®mico y tabernas donde degustar cerveza artesana en una animada ciudad universitaria a tres horas al este de Praga
La llaman la peque?a Praga, por algo ser¨¢. Una c¨¦lebre revista americana de viajes la calific¨® recientemente como uno de los 50 secretos mejor guardados de Europa. Est¨¢ a unas tres horas en tren desde la capital checa, y es la joya de la corona de Moravia, una de las tres regiones que integran la Rep¨²blica Checa (junto a Bohemia y Silesia). Su aspecto, sin embargo, no tiene tanto de checo como de austriaco; de hecho, est¨¢ a menos kil¨®metros de Viena (unos 210) que de Praga (250). En tiempos del imperio austriaco, la emperatriz Mar¨ªa Teresa quiso hacer de Olomouc el m¨¢s radiante de sus dominios en la zona. Resultado: una ciudad ordenada y pulcra, llena de tranv¨ªas e iglesias. Otra de las cosas que viene de entonces es la universidad; actualmente, un tercio de la poblaci¨®n (que ronda los 100.000 vecinos) son estudiantes.
10.00 Columnas y fuentes barrocas
El casco viejo, ce?ido por el r¨ªo que da nombre a la regi¨®n, el Morava, se puede abarcar a pie, y no vendr¨¢ mal hacerse antes con la Olomouc Card (que incluye transporte urbano y entradas a castillos y otros monumentos de la ciudad). El ombligo urbano es la Horn¨ª n¨¢mest¨ª (1) (plaza Alta), donde luce el mayor motivo de orgullo: la barroca Columna de la Trinidad, m¨¢s alta y acicalada que las de Viena o Praga y, por supuesto, patrimonio mundial. Las dos fuentes, tambi¨¦n barrocas, de H¨¦rcules y de C¨¦sar no consiguen hacerle sombra, y mucho menos la moderna fuente de Ari¨®n. Una maqueta en bronce en mitad de la plaza permite apreciar c¨®mo era la ciudad barroca; no ha cambiado apenas, y eso se comprueba subiendo a la torre del ayuntamiento medieval, que luce como contraste un raro reloj astron¨®mico con simbolog¨ªa comunista. Desde all¨¢ arriba se cierne a ojo de p¨¢jaro la contigua plaza Baja (2) (Doln¨ª n¨¢mest¨ª), con sendas fuentes de Neptuno y J¨²piter, una columna mariana de la peste y los pasajes cubiertos, pertrechados de tugurios calientes y cerveza fr¨ªa. M¨¢s a lo lejos se perfilan las agujas de la catedral y se intuye la otra ciudad, la clerical, los dominios de la iglesia.
12.00 Mozart, Beethoven y Mahler
Hay que enfilar calles enmarcadas por pomposos edificios eclesi¨¢sticos para llegar hasta el soberbio palacio arzobispal (3) (calle Wurmova, 9), en el que fue coronado emperador Francisco Jos¨¦?I, y el no menos ampuloso convento de los jesuitas (hay que anotar que en la Contrarreforma local, algunos de los profesores universitarios eran jesuitas espa?oles, y que el llamado Richelieu checo, cardenal Frantisek Dietrichstein, era hijo de una espa?ola casada con el embajador checo en Madrid). La catedral de San Wenceslao (4) (plaza V¨¢clavsk¨¦), de origen rom¨¢nico, fue terminada con el estilo g¨®tico en el siglo XIX y remendada tras los bombardeos del siglo XX. Para la coronaci¨®n, bajo sus b¨®vedas, de un obispo amigo compuso Beethoven su Missa solemnis. Poco antes, un jovenc¨ªsimo Mozart vivi¨® una temporada en la ciudad y compuso su Sexta sinfon¨ªa en la Casa de Hu¨¦spedes que junto con el Museo Archidiocesano y la capilla de Santa Ana (5) casi hacen cuerpo con la catedral. No hay dos sin tres, as¨ª que tambi¨¦n Gustav Mahler se empadron¨® aqu¨ª al comienzo de su carrera musical, para dirigir la orquesta del Teatro Alem¨¢n (ahora Moravo).
14.00 Chucrut y pintas
Tal vez el hambre obligue a volver sobre nuestros pasos, por ejemplo a las antiguas caballerizas del obispo, hoy convertidas en dependencias universitarias o bistr¨®s tan evocadores como el Coffee Library (6) (Biskupsk¨¦ n¨¢mest¨ª, 1); irresistibles sus golosinas. Tambi¨¦n los pasadizos y callejas en torno a las plazas Alta y Baja pueden brindar en sus chiscones un contundente vepro knedlo zelo (cerdo asado con pasta y chucrut: el plato m¨¢s popular). La taberna Moritz (7) (Nesverova, 2) elabora sus propias cervezas variadas y es el t¨ªpico sitio abovedado que encanta a grupos de j¨®venes. Tambi¨¦n se puede probar comida regional y checa en general en restaurantes de aire tradicional como Moravsk¨¢ (8) (Horn¨ª n¨¢mest¨ª, 23) o Dr¨¢pal (9) (Havl¨ªckova, 1).
16.00 El castillo de Bouzov
Un grato paseo cruzando un canal del r¨ªo lleva a la Fortaleza de la Corona (10), con doble museo: sobre la historia de las fortificaciones y una Fortaleza del Conocimiento interactiva. Otro paseo aconsejable (en coche, est¨¢ a ocho kil¨®metros) es el Monte Santo (11) (Svat? kopecek), donde se alza una imponente iglesia barroca de peregrinaci¨®n, elevada a bas¨ªlica menor por Juan Pablo II, que la visit¨®. La llaman El Escorial checo. Y ya puestos, ser¨ªa pecado no alargar la excursi¨®n hasta el castillo de Bouzov (12), a 35 kil¨®metros de Oloumuc. Es uno de los m¨¢s peliculeros de los muchos que tiene Moravia; en este se han rodado filmes y series como Arabella o Las aventuras del joven Indiana Jones. La fortaleza, levantada en el siglo XIV, lleg¨® a ser la sede de la Orden de los Caballeros Teut¨®nicos, luego fue rehabilitada y habitada en pleno siglo XX. Los interiores que se visitan de esa ¨²ltima etapa llaman la atenci¨®n por las modernidades que se gastaban los propietarios, por ejemplo para caldear las habitaciones.
19.00 Bulevares en las murallas
Que un tercio de sus habitantes sean universitarios es toda una garant¨ªa para las horas no lectivas de la poblaci¨®n en general. Las antiguas murallas fueron sustituidas por bulevares con locales a la ¨²ltima, como el Caf¨¦ NewOne (13) (Svobody, 21), y alguna casamata superviviente se llena por la noche con ritmos de jazz. La m¨²sica est¨¢ en el ADN local, pero, aparte de ¨®peras y conciertos en el Teatro Moravo, en la plaza Alta, hay un festival de m¨²sica sacra, otro certamen internacional de ¨®rgano y hasta un festival flamenco. Adem¨¢s, en locales de m¨²sica como Bounty Rock Cafe (H¨¢lkova, 2) o Jazz Tibet Club (14) (Sokolsk¨¢, 48) se puede cenar un men¨² del d¨ªa desde 4 euros. Muy apreciado por los j¨®venes es el 15 Minut Music Club (15) (Komensk¨¦ho, 32) o el S-Klub (Triada, 17). Un sitio especial para una cena de categor¨ªa es Entree (Ostravsk¨¢, 1), restaurante que, seg¨²n algunos, deber¨ªa recibir la primera estrella Michelin checa fuera de Praga. Y si el vino o la cerveza moravos llegan a menguar las facultades ling¨¹¨ªsticas, est¨¢ el hotel NH Collection (16) (Legion¨¢rsk¨¢ 21), muy c¨¦ntrico y confortable, donde siempre habr¨¢ alguien que entienda espa?ol.
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