Ibiza en diez instantes
Calas turquesas, tranquilidad rural, una fiesta de d¨ªa, un sabor local y un plan divertido para ni?os. Una decena de rituales para vivir la magia, el hedonismo y el esp¨ªritu transgresor de la isla balear
1. Una puesta de sol
Cala d¡¯Hort, con vistas al islote de Es Vedr¨¤
Un ritual en esta isla con pasado hippy es ver la puesta de sol. La de cala d¡¯Hort, en San Jos¨¦, es un asiento en primera fila al ocaso, con Es Vedr¨¤ como tel¨®n de fondo. A este islote se le atribuyen leyendas y poderes m¨¢gicos. Los marineros cre¨ªan que las sirenas atra¨ªan aqu¨ª a los navegantes, lo que convierte esta zona en un minitri¨¢ngulo de las Bermudas, y aqu¨ª era donde el beato Francesc Palau pasaba largas estancias a base de huevos de gaviota y agua de una cueva. El chiringuito de Ca Na Vergera (971 93 50 36) es un buen sitio para pedir un mojito o cenar, y ver c¨®mo el mundo pasa al blanco y negro gracias al ocaso.
2. Tarde en el ¡®beach club¡¯
Ushua?a, fiestones a pleno sol
Tal vez a muchos no les tiente la idea, pero, ?qu¨¦ diablos!, pasar por Ibiza y no asistir a una daytime party (de 17.00 a 24.00) ser¨ªa algo que nos reconcomer¨ªa para siempre. El Ushua?a Ibiza Beach Club es la perfecta encarnaci¨®n de este esp¨ªritu, sus fiestas en la piscina son famosas y en ellas han estado las ricas hermanas Hilton, el actor Leonardo DiCaprio o la cantante Kylie Minogue, adem¨¢s de los mejores disc jockeys. Tan solo hay que elegir la moda de ba?o m¨¢s favorecedora y bailar al ritmo de la tarde. Entradas a partir de 40 euros.
3. Un plato sublime
¡®Bullit de peix¡¯ en El Bigotes (cala Mastella)
La receta ibicenca por excelencia es el bullit de peix, un plato de pescadores que se sirve con el arroz hervido en el mismo caldo. Cala Mastella, cerca de Santa Eulalia, es popular por su chiringuito El Bigotes. Juan Ferrer, su due?o, era pescador y preparaba este guiso de pescado a los amigos en un peque?o chamizo que ten¨ªa en esta playa. Los comensales aumentaron, y desde hace 40 a?os este restaurante sirve la misma receta a sus clientes. Ahora cocina el nieto de Ferrer. Hay que reservar con semanas de antelaci¨®n en los meses de verano (650 79 76 33). Precio: 24 euros.
4. Una playa so?ada
Cala Salada, en San Antonio
Situada al norte de la isla, en San Antonio, esta peque?a cala rodeada de pinos y con aguas turquesas suele figurar en los rankings de las mejores playas de Espa?a. Cala Salada, dividida en dos por un saliente de rocas, encarna esas postales id¨ªlicas de Ibiza.
El hecho de que hasta aqu¨ª no lleguen barcos tur¨ªsticos asegura un cierto aforo limitado, aunque si uno prefiere m¨¢s tranquilidad puede optar por la vecina cala Saladeta, menos concurrida al ser m¨¢s peque?a y de dif¨ªcil acceso (hay que trepar por unas rocas).
5. Una discoteca
Amnesia, el esp¨ªritu original
Quienes conocieron los buenos tiempos de esta isla lamentan que ahora est¨¦ m¨¢s orientada al lujo que a la diversi¨®n. Amnesia quiere volver a su antigua esencia, cuando la gente llegaba a Ibiza para vivirla y no para contarlo. Una iniciativa de la discoteca para esta temporada es prohibir hacer fotos o v¨ªdeos en ciertas fiestas para que la gente se centre en pas¨¢rselo bien. Este verano el club se abrir¨¢ a ritmos pop y hasta latinos; recupera la fiesta de la espuma, y tampoco faltar¨¢n las noches tem¨¢ticas como El Row o Pir¨¢mide, que se celebra cada lunes con los mejores disc jockeys. La entrada, de 30 a 60 euros.
6. Un regalo perfecto
El ¡®fla¨®¡¯, un ¡®souvenir¡¯ muy sabroso
Aunque no es tan popular como su hermana mallorquina, la ensaimada, el fla¨®, adem¨¢s de un postre t¨ªpico de Ibiza, es un regalo perfecto para llevar a quienes se han quedado en casa.
Tradicionalmente este postre dulce con un toque salado, elaborado con queso de cabra fresco y hierbabuena, se tomaba el Domingo de Pascua, pero hoy es imprescindible en toda celebraci¨®n y en cualquier avi¨®n repleto de pasajeros que han pasado unos d¨ªas en la isla.
7. Un hotel rural?
Es Cucons, la Ibiza tranquila y silenciosa
El campo y el interior son el contrapunto al lado ruidoso y festivo de esta isla, ya que aqu¨ª existe una oferta de agroturismos, oasis de paz. Es Cucons es una antigua casa payesa de 1652 convertida en hotel rural en el valle de los almendros de Santa Agn¨¨s, muy cerca de cala Salada y de los acantilados de Ses Balandres. De estilo bohemian chic, tiene 16 habitaciones (desde 295 euros en temporada alta), restaurante de cocina mediterr¨¢nea y spa. M¨¢s asequible, pero tambi¨¦n muy tentador: Ca Na Joaneta, en Santa Eulalia, con habitaciones dobles por 150 euros en temporada alta.
8. Un plan con ni?os
Excursi¨®n en kayak por calas y cuevas
Explorar la costa desde el agua, en kayak, y adentrarse en cuevas frecuentadas por antiguos piratas puede ser una aventura para los m¨¢s peque?os. Fun Kayaks Ibiza hace rutas guiadas de dos horas de duraci¨®n entre cala Bassa y cala Mol¨ª, en San Jos¨¦. Los ni?os pueden remar solos o con un adulto.?La traves¨ªa empieza con unas nociones de manejo del kayak e incluye visitas a calas, cuevas y un poco de snorkel. Precios: adultos, 35 euros; ni?os, 20.
9. Una mirada ibicenca
La dise?adora de joyas Elisa Pomar
Representa la cuarta generaci¨®n de una familia de joyeros ibicencos que atrapan de alguna manera en sus piezas el esp¨ªritu de la isla. Elisa Pomar nos habla del dios Bes, cuya procedencia exacta se desconoce, aunque se le atribuye un origen egipcio. ¡°Ibiza significa la isla de Bes, que era el protector del sue?o, la alegr¨ªa y la danza, y se le identifica con el amor, los placeres y la m¨²sica¡±, se?ala. En su tienda de la Marina de Ibiza vende sus creaciones inspiradas en la emprendada, como se conoce al conjunto de joyas tradicionales de la isla, con influencias fenicias, cartaginesas, p¨²nicas y ¨¢rabes. Dise?adores de la talla de Dolce & Gabbana han usado sus piezas en sus colecciones. ¡°Esta isla tiene una energ¨ªa ¨²nica, resultado de la mezcla de culturas y personajes que se re¨²nen aqu¨ª. Mis lugares m¨¢gicos son Ses Salines, cala Conta y cualquier rinc¨®n del campo ibicenco¡±, apunta Elisa Pomar.
10. Una visita imprescindible
Dalt Vila
El evocador skyline de Ibiza, si uno tiene la suerte de llegar a ella por mar, se debe a Dalt Vila (la Ciudad Alta), que convierte la localidad en una tarta tentadora en medio del Mediterr¨¢neo. Una base de mar turquesa, un primer piso de palmeras y casitas blancas y una c¨²spide en forma de fortaleza amurallada e inexpugnable. Una ciudad laber¨ªntica de cal y piedra, pavimentada con adoquines y adornada con buganvillas y palmeras.
El Portal de Ses Taules, la puerta principal flanqueada por dos estatuas romanas; el Patio de Armas y la plaza de Vila constituyen el hall de este peque?o mundo. La catedral, el Museo Arqueol¨®gico, la iglesia y el convento de Santo Domingo (sede de la alcald¨ªa de la ciudad), el Museo Puget o el paso medieval de Sa Portella son los tesoros de intramuros. Los baluartes de esta fortaleza son excelentes miradores. Uno de los m¨¢s populares es el de Santa Ll¨²cia, que todav¨ªa conserva sus ca?ones.
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