Un paseo por el Par¨ªs m¨¢s ¨ªntimo
La calle Mallet Stevens, la fundaci¨®n de Le Corbusier o la residencia de Honor¨¦ de Balzac. Edificios hist¨®ricos y apetecibles terrazas en el barrio de Passy, al oeste de la capital francesa
En su libro Le fl?neur des deux rives (El paseante de las dos orillas), Guillaume Apollinaire ya hablaba de la Rue Berton como una de las m¨¢s ¨ªntimas del barrio de Passy. Si hoy, 100 a?os despu¨¦s de su publicaci¨®n, Apollinaire volviera a pasar por ella, pensar¨ªa lo mismo. Ondulante y desigual, no es una calle c¨®moda, pero s¨ª es inolvidable; su adoquinado y sus edificios de una altura irradian un aura de pueblo que transporta al siglo XIX, antes de que los viejos barrios de las afueras se anexionaran a Par¨ªs en 1860. Una lecci¨®n de historia que fue fotografiada por el gran Eug¨¨ne Atget. Adem¨¢s, est¨¢ precedida por la Rue Raynouard, cuyos desniveles la dotan de vistas privilegiadas (de la torre Eiffel, ni m¨¢s ni menos), todo un rito de paso para fl?neurs que gustan de este arrondissement (distrito) escorado al oeste de Par¨ªs.
10.00 Un prodigio arquitect¨®nico
El desayuno acorde a nuestras intenciones debe ser en La Rotonde de la Muette (1), estilo d¨¦co y elegancia se dan cita en esta esquina m¨ªtica de la Muette, recientemente renovada por el estudio de arquitectura de Nueva York Roman and Williams, que mantiene el esp¨ªritu de una brasserie parisienne.
La primera visita es inevitable: la Rue Mallet Stevens (2). La arquitectura del siglo XX debe mucho a este genial arquitecto que en 1929 colabor¨® en la fundaci¨®n de la Uni¨®n des Artistes Modernes, consolidada por Le Corbusier, Charlotte Perriand y Jean Prouv¨¦ para promover la industrializaci¨®n en el arte y las tendencias emergentes del Movimiento Moderno. Adem¨¢s de otras aportaciones en Par¨ªs como el cuartel de bomberos de la Rue Mesnil, dej¨® esta calle residencial con su nombre y con unos edificios que explican su obra y concepci¨®n del racionalismo. El mejor es el atelier que realiz¨® en 1927 para dos escultores formidables, los hermanos Jo?l y Jan Martel. Un prodigio arquitect¨®nico que se observa embobado. En ¨¦l se unen la belleza de las superficies lisas, las proporciones y la simetr¨ªa de los vol¨²menes, el orden, la claridad. El paseo por esta calle silenciosa es revitalizante, did¨¢ctico y, s¨ª, envidiable.
11.00 Dos casas en una
Ya que hablamos de Le Corbusier, a dos pasos se encuentra su fundaci¨®n (3). Ic¨®nico inmueble del siglo XX, est¨¢ compuesto por la maison Roche, proyectada por Le Corbusier, y la maison Jeanneret, por Pierre Jeanneret. Dos casas ideadas como una sola que conserva su concepci¨®n original: la primera era de un coleccionista (Raoul La Roche) rico y soltero, y la segunda, de una familia con tres hijos. Ambos espacios van en busca de la luz y proponen un nuevo arte de vivir, urbano y contempor¨¢neo. Construidas en 1923, supusieron un ejemplo de vanguardia y fueron el germen de la arquitectura moderna y su combinaci¨®n de formas geom¨¦tricas puras, pilotis, terrazas, largas ventanas y ausencia de decoraci¨®n.
13.00 Obra mayor del ¡®art nouveau¡¯
Tras la visita conviene seguir la Rue George Sand, como mucho tomar un caf¨¦ r¨¢pido en la terraza del Caf¨¦ Le Mozart (4) (12 Avenue Mozart), para llegar cuanto antes a la Rue Jean de la Fontaine y seguir hasta el cruce con la Rue Agar. En los n¨²meros 17-19-21 espera un extraordinario conjunto de edificios (conocido como Ensemble Immobilier Guimard) (5) proyectados en 1911 por un maduro Hector Guimard, el arquitecto que revolucion¨® el art nouveau, que goz¨® de buena reputaci¨®n en Francia y en B¨¦lgica, y cuya presencia en Par¨ªs es inevitable y cotidiana, pues a ¨¦l debemos las cl¨¢sicas marquesinas verdes que decoran tantas estaciones de metro. Pese a la fuerza expresiva de esta fachada, m¨¢s adelante, en el n¨²mero 14, est¨¢ la que para muchos es su obra maestra, el famoso Castel B¨¦ranger (6) (1895-1898), encargo de la viuda Fournier, obra mayor del art nouveau, proyectada por un joven Guimard m¨¢s persuasivo y en el que se percibe la influencia de ese amigo llamado Victor Horta al que acaba de conocer ese primer a?o de construcci¨®n.
14.30 Fest¨ªn gastron¨®mico y caf¨¦
Muchas terrazas reclaman para comer en la entusiasta Rue de l¡¯Annonciation. Si se busca tradici¨®n hay que tener en cuenta el Rallye Passy (7). A la vuelta de la esquina est¨¢ el tentador mercado de Passy (8) (?qu¨¦ bonito edificio d¨¦co!), tan gourmand como siempre. Aunque lo ¨²ltimo en el barrio sea entregarse al variado fest¨ªn gastron¨®mico que ofrece La Grande Epicerie (9).
En cualquier caso, el caf¨¦ ser¨¢ en la terraza de la Maison Lavoine (10) y no est¨¢ de m¨¢s visitar la Rue d¡¯Ankara (11), donde surge la Embajada de Turqu¨ªa, que fue la residencia de la princesa Lamballe, ¨ªntima de Mar¨ªa Antonieta, antes de ser hospital psiqui¨¢trico, donde ingres¨® Guy de Maupassant. Despu¨¦s, es hora de ir al Impasse des Carri¨¨res (12) y rastrear en sus brocanteurs (tiendas de antig¨¹edades).
17.00 El ¨²ltimo proyecto de Perret
Par¨ªs siempre depara sorpresas. As¨ª se entiende que no se acabe nunca; ciudad que se recorre entre lo aprendido y lo espont¨¢neo, capaz de celebrar en cada esquina la belleza. Todas sus descripciones deber¨¢n lidiar con el arte. ?Existe un caos m¨¢s ordenado y extraordinario? Es lo que se pregunta uno entrando en la Rue Raynouard, sabiendo que va al encuentro del ¨²ltimo edificio de Auguste Perret (13), obra maestra que luce esta hermosa placa: ¡°En esta casa ha vivido desde 1932 hasta su muerte el arquitecto Auguste Perret (1874-1954). Desde 1903 su genio constructor ha conferido al hormig¨®n de cemento armado la nobleza de los materiales antiguos¡±. La imagen del edificio con la torre Eiffel detr¨¢s que realiz¨® el memorable fot¨®grafo h¨²ngaro Andr¨¦ Kert¨¦sz forma parte de la educaci¨®n visual de todos los entusiastas de Par¨ªs.
Al lado est¨¢ la casa de Honor¨¦ de Balzac (14), el gran escritor del siglo XIX que tanto empe?o puso en reflejar al ser humano con su realismo. Aqu¨ª corrigi¨® y corrigi¨® p¨¢ginas de La comedia humana. Por esas fechas, en una carta a Madame Hanska, escribi¨®: ¡°Trabajar es levantarme todas las noches a medianoche, escribir hasta las ocho, desayunar en 15 minutos, trabajar hasta las cinco, cenar, acostarme y volver a empezar al d¨ªa siguiente¡±.
Al terminar, solo queda volver a abrir Le fl?neur des deux rives: ¡°De nada se separa el hombre sin arrepentimiento, ni siquiera los lugares, las cosas y la gente que le entristecieron, no los abandona sin dolor¡±.
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