Le Corbusier, Rousseau y la absenta en la regi¨®n suiza de Neuch?tel
De los aut¨®matas del siglo XVIII de Jaquet-Droz a la imponente formaci¨®n rocosa Creux du Van, cinco razones para descubrir el cant¨®n franc¨®fono
A medio camino entre la Suiza francesa y la alemana, el viajero puede descubrir Neuch?tel. Menos conocido que otros cantones suizos, este territorio posee m¨²ltiples atractivos. Para los visitantes primerizos, estos son cinco de sus puntos de inter¨¦s para empezar a explorarlo.
La ciudad amarilla
Neuch?tel, que cumpli¨® 1.000 a?os en 2011, es la capital cantonal. Con unos 35.000 habitantes ¡ªy situada a poco m¨¢s de dos horas en coche de Z¨²rich y a hora y media de Ginebra¡ª, su centro hist¨®rico, dominado por el imponente castillo y La Coll¨¦giale (catedral y sede del Gobierno), bien vale una visita. Muchos de sus edificios est¨¢n construidos con una piedra de color amarillento que le confiere un tono inconfundible a esta ciudad a orillas del lago hom¨®nimo.
En la biblioteca p¨²blica de Neuch?tel se pueden ver numerosos manuscritos de uno de los vecinos m¨¢s ilustres de la zona: Jean-Jacques Rousseau (1712-1778). El fil¨®sofo vivi¨® de julio de 1762 a septiembre de 1765 en M?tiers, a 30 kil¨®metros de la ciudad. Otro atractivo son los aut¨®matas y androides de la colecci¨®n Jaquet-Droz del Museo de Arte e Historia. Estos ancestros de los robots actuales fueron desarrollados entre 1767 y 1774, y los delicados mecanismos que les dan vida fueron el origen de la poderosa industria relojera suiza actual. Verlos en funcionamiento es una experiencia ¨²nica.
Un emblema arquitect¨®nico es el Centro D¨¹rrenmatt, en las colinas que dominan Neuch?tel. Construido por el c¨¦lebre arquitecto suizo Mario Botta, alberga una fundaci¨®n dedicada a la conservaci¨®n y promoci¨®n de la obra del escritor y artista Friedrich D¨¹rrenmatt (1921-1990), tambi¨¦n suizo, quien eligi¨® vivir sus ¨²ltimos a?os como vecino de esta ciudad.
La buena mesa
La regi¨®n propone tambi¨¦n experiencias para viajeros con paladares exigentes. De hecho, la cocina suiza est¨¢ viviendo estos a?os un verdadero boom, con chefs cuya fama comienza a traspasar fronteras. Tres referencias gastron¨®micas son La Maison du Prussien, el H?tel DuPeyrou y Le Bocca. En el primero, con 17 puntos en la gu¨ªa Gault-Millau, el chef Jean-Yves Drevet propone una cocina experimental y sofisticada en el marco de un edificio del siglo XVIII de la ciudad. El H?tel DuPeyrou, donde oficia en los fogones el australiano Craig Penlington, est¨¢ en un imponente palacio que fue propiedad del mecenas de Jean-Jacques Rousseau. Y ya fuera de la capital, en la vecina localidad de Saint-Blaise, el chef Claude Fr?t¨¦ recibe con una cocina moderna, sin productos prefabricados ni conservantes, en un restaurante que es una referencia culinaria en la Suiza de habla francesa.
Neuch?tel destaca tambi¨¦n como tierra vin¨ªcola, a pesar de tener una producci¨®n modesta en cantidad. Especialidades regionales como el Oeil-de-Perdrix, el Pinot Noir o el espumoso Mauler consiguen cada d¨ªa m¨¢s adeptos.
Hotel sobre las aguas
Situado junto al lago, el H?tel Palafitte fue construido para la Exposici¨®n Nacional de Suiza de 2002. Un alojamiento ¨²nico por su singular arquitectura ultramoderna, que retoma la estructura de las tradicionales viviendas prehist¨®ricas celtas y las construye sobre pilotes que sobrevuelan el agua. As¨ª el visitante que duerme en esta especie de caba?as puede adentrarse en el lago sin tener que salir de la habitaci¨®n. Zambullirse casi desde la cama es toda una experiencia.
Un tesoro del urbanismo
Con unos 39.000 habitantes, La Chaux-de-Fonds es la mayor ciudad del cant¨®n. Declarada patrimonio mundial por la Unesco en 2009, es una joya del urbanismo industrial aplicado a la relojer¨ªa. A¨²n hoy tienen aqu¨ª sus f¨¢bricas varias marcas de relojes de renombre internacional. Neuch?tel se encuentra en el coraz¨®n del llamado Watch Valley, el valle de los relojes, que concentra gran parte de la industria relojera helv¨¦tica a los pies del macizo del Jura.
En La Chaux-de-Fonds naci¨® tambi¨¦n Charles-?douard Jeanneret-Gris (1887-1965), m¨¢s conocido como Le Corbusier. El influyente arquitecto suizo construy¨® aqu¨ª la Villa Schwob (o Villa Turca) y Villa Jeanneret-Perret (o Maison Blanche), edificios que por s¨ª solos justifican el desv¨ªo para los amantes de la arquitectura. Y una curiosidad para los cin¨¦filos: en esta ciudad el realizador espa?ol Carlos Iglesias recre¨® la Uni¨®n Sovi¨¦tica de la d¨¦cada de 1930 para su pel¨ªcula Ispansi (2010).
Naturaleza y absenta
Para quienes prefieran la naturaleza, el cant¨®n de Neuch?tel ofrece algo excepcional: la espectacular formaci¨®n rocosa de Creux du Van, una especie de anfiteatro natural de 1.400 metros de ancho por 200 de alto en la regi¨®n del valle de Travers. La zona es ideal para el senderismo y para disfrutar de las vistas panor¨¢micas. Desde aqu¨ª vale la pena desplazarse unos 20 kil¨®metros para visitar las misteriosas minas de asfalto de La Presta, hoy en desuso.
Como punto final de la jornada se puede tomar una copa en el Museo de la Absenta, en la localidad de M?tiers (s¨ª, donde resid¨ªa Rousseau). Esta legendaria bebida fue inventada en el siglo XIX y estuvo prohibida durante casi un siglo, lo que hizo que se destilara clandestinamente. Las an¨¦cdotas que cuentan los ancianos de la regi¨®n sobre los tiempos de la prohibici¨®n de la bleue (la azul, como conocen a esta bebida los lugare?os) son impagables. Una historia que puede explorarse en el lugar dedicado a la bebida preferida de los surrealistas.
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