Entre tacos y tango en Madrid
Cocina dominicana o mexicana, ritmos argentinos, brasile?os o cubanos, y visitas a la Casa de Am¨¦rica y al Museo del Escritor
Aquellos que a?oran los d¨ªas que pasaron en Lima, en Buenos Aires o comiendo arepas venezolanas pueden hoy fingir que a ratos se encuentran por all¨ª aunque est¨¦n en Madrid, especialmente en lo referente a lo gastron¨®mico. Aqu¨ª van algunas ideas para acercarse a Latinoam¨¦rica desde la meseta castellana.
El Caribe de Cuatro Caminos
A dos pasos de Cuatro Caminos, en el cuadrado que forman las calles de Almansa, Tenerife, Topete y Juan Pantoja, se encuentra la mayor concentraci¨®n de cafeter¨ªas y restaurantes dominicanos de Madrid. La zona se conoce coloquialmente como ¡°el peque?o Caribe¡±. En La Esquina Caribe?a o Aroma Latino se puede pedir un sancocho (sopa especiada de carne y verduras), una raci¨®n de mofongo (pl¨¢tano verde frito machacado con ajo) o un enorme batido de zapote con leche.
Las peluquer¨ªas latinas tambi¨¦n proliferan en el barrio, as¨ª como las agencias de viajes que te llevan a precios imbatibles a cualquier pa¨ªs del Caribe. Todo eso en un entorno de casitas de tres pisos con aire de pueblo encerrado en la ciudad.
Compras en los mercados
El Caribe contin¨²a cruzando la calle de Bravo Murillo, en el interior del Mercado de Maravillas. Varios locales nuevos y multicolores contribuyen a ponerle sabor ex¨®tico a la capital, por ejemplo El Empanadazo, que sirve comida criolla venezolana. El premio a la variedad de ingredientes a la venta, desde quesos hasta chiles secos, es para la tienda de productos latinos Jazm¨ªn. Y para hacer arepas de ma¨ªz caseras hay varios puestos que venden el utensilio Arepa Maker, aunque no es necesario que enharinemos la cocina, pues las arepas est¨¢n hoy casi tan presentes en Madrid como los churros y es f¨¢cil encontrarlas en La Despensa, con locales en el Mercado de la Paz y en el de San Ant¨®n, o en el acogedor Cacao Restobar, en el barrio de las Letras.
La Casa de Am¨¦rica
El lugar estrella para conocer qu¨¦ se cuece culturalmente en Latinoam¨¦rica es, c¨®mo no, la Casa de Am¨¦rica, que lleva desde 1992 instalada en el palacio de Linares ofreciendo cine, exposiciones y conferencias. Tambi¨¦n en librer¨ªas como la Iberoamericana (Huertas, 40) se organizan lecturas de poes¨ªa y presentaciones de libros.
Y cuando oscurece, Madrid se pone porte?a en Tirso de Molina: La Milonga del Centro funciona los s¨¢bados, a las 21.00, en la Casa de Granada (Doctor Cortezo, 17), as¨ª que mientras los hay que toman ca?as en las terrazas de la plaza, unos pisos m¨¢s arriba se baila tango hasta desfallecer. En la misma calle, la helader¨ªa Patagonia Artesanal fabrica helado de mate y de dulce de leche para quienes buscan sabores de Argentina.
Recuerdos de Onetti y Borges
Nos movemos a Arg¨¹elles para acceder al archivo de Juan Carlos Onetti, una colecci¨®n de cartas, fotograf¨ªas, libros y objetos del escritor uruguayo, que vivi¨® en la avenida de Am¨¦rica desde 1975 hasta su muerte en 1994. El archivo se conserva en el Centro de Arte Moderno, en cuyo Museo del Escritor encontramos objetos que pertenecieron a autores como Borges, Sergio Ram¨ªrez o Cort¨¢zar.
A 15 minutos a pie, junto al faro de la Moncloa, se encuentra el Museo de Am¨¦rica, que conserva una importante colecci¨®n de piezas precolombinas mayas, incas y olmecas. Y a pocos metros, en la Ciudad Universitaria, est¨¢ la Casa do Brasil, un edificio de hormig¨®n brutalista proyectado en 1962 por el arquitecto brasile?o Luis Afonso d¡¯Escragnolle en el que uno siente por un rato que est¨¢ en Brasilia. Adem¨¢s de residencia de estudiantes, es un centro cultural, con clases de portugu¨¦s y capoeira abiertas al p¨²blico.
Ceviche y pisco sour
En Madrid se piensa en M¨¦xico en la Taquer¨ªa Mi Ciudad, con sus c¨¦lebres tacos a 1,50 euros. Prueben a llevar a sus amigos mexicanos y ver¨¢n que pasan la prueba sin dificultades. Si vamos en busca de Chile, hemos de acudir a La Vida Tiene Sentidos. Este local de Lavapi¨¦s (Ave Mar¨ªa, 20) hace tres a?os que funciona como centro gastron¨®mico y cultural. Aqu¨ª se pueden probar vinos chilenos de variedades poco frecuentes en la Pen¨ªnsula, como cinsault y carmen¨¨re, mientras se ve un documental latinoamericano o se participa en un curso de cocteler¨ªa.
Para cenar un buen ceviche, Lupita: las diversas sucursales de este restaurante peruano, bullicioso y de platos abundantes, nunca decepcionan, y menos su oferta de dos pisco sour por 10 euros. Y antes de ir a dormir se puede escuchar m¨²sica cubana en directo y bailotear en La Negra Tomasa, junto a la Puerta del Sol.
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