Esauira, la ciudad que inspir¨® a Jimi Hendrix
Las murallas, la medina, la mezquita, el zoco laber¨ªntico, las playas, el surf¡ Un paseo por la ciudad costera de Marruecos donde Ridley Scott rod¨® partes de 'Gladiator'
?Qui¨¦n le hubiera dicho a un senador romano que la p¨²rpura de la toga que informaba de su estatus proven¨ªa de un peque?o puerto africano. Si uno habla de Esauira, que en ¨¢rabe significa ¡°la bien dise?ada¡±, quiz¨¢ no les suene, pero si se menciona su nombre portugu¨¦s, Mogador, las reminiscencias van aflorando. Este antiguo asentamiento fenicio en Marruecos se hizo famoso por procesar la denominada p¨²rpura de Tiro, extra¨ªda de un peque?o molusco, un art¨ªculo de lujo que casa perfectamente con las primeras impresiones de la ciudad: una l¨¢mina de arena plateada en la que rompe un Atl¨¢ntico refulgente por el sol del invierno. En Esauira, en diciembre profundo la temperatura es de 25 grados, con eso ya se lo digo todo. Y 25 kil¨®metros al norte y al sur, en Moulay Bouzerktoun y Sidi Kaouki respectivamente, los surfistas de todo el mundo se desmelenan con los vientos fuertes y constantes llamados taros por los bereberes.
Fortaleza del siglo XVI
Al final del relajante paseo mar¨ªtimo de Mohamed V de Esauira domina la perspectiva de la fortaleza construida por los portugueses a principios del siglo XVI, un conjunto defensivo repleto de ca?ones blasonados en lat¨ªn, cuyas murallas sirvieron para los ¨¢ngulos alucin¨®genos de la c¨¢mara de Orson Welles durante el rodaje de Otelo (1952). Sus piedras tambi¨¦n recrearon Astapor, la Ciudad Roja, en la tercera temporada de la serie Juego de tronos, lugar donde Daenerys Targaryen libera a los Inmaculados y los convierte en su ej¨¦rcito. A su interior se acoge el puerto lleno de nav¨ªos en reparaci¨®n y barcas de pesca pintadas de azul, y una rula donde se pueden comprar pescados que a¨²n se mueven e ir con ellos a un improvisado puesto donde te los asan: una parrillada de sardinas puede costar unos cuatro euros, pero cuidado con las gaviotas, que son ubicuas.
La Puerta de la Marina
Entramos en la villa por la Puerta de la Marina y caminamos hasta la plaza de Mulay Hassan, que es el sitio para sentarse en alguna de las muchas terracitas, tomar algo ¡ªpara unas cervezas, hay que buscar los establecimientos con azotea, a pie de calle no las sirven¡ª y continuar adentr¨¢ndonos en la medina, patrimonio mundial. La muralla de color ocre guarda en su interior el zoco, una red capilar de tiendas que se extiende hasta la puerta de Bab Doukkala con joyas, ropa, comida¡ En ese laberinto fue donde el director Ridley Scott se perdi¨® para filmar partes de Gladiator (2000) ¡ª¡°Lo que hacemos en la vida tiene su eco en la eternidad¡±, dec¨ªa M¨¢ximo D¨¦cimo Meridio¡ª o para hacerla pasar por las calles de Jerusal¨¦n en El reino de los cielos (2005), y Oliver ?Stone recre¨® aqu¨ª a un Alejandro Magno un poco drag. Seguro que alguno de los dos realizadores visit¨® el Sidi Mohammed Ben Abdellah, un peque?o museo montado en un antiguo riad que hace un recorrido por la historia de Esauira mostrando piezas romanas y fenicias, armas, joyas ¨¢rabes y jud¨ªas, instrumentos musicales bereberes, las fant¨¢sticas alfombras de Chichaoua¡
Mellah, el barrio jud¨ªo
Un poco m¨¢s all¨¢, a unos cinco minutos a pie, en la fortaleza Escala de la Kasbah (del siglo XVIII) se despliegan m¨¢s murallas repletas de ca?ones por las que pasear e ir cogiendo color a base de sol y viento salado. En ese flanear al que incitan las calles se puede llegar por la calle de Sidi Mohammed Ben Abdellah hasta el barrio jud¨ªo, el Mellah, un poco hecho polvo, la verdad. Es momento de sentarnos en una placita con encanto, la del mercado de los cereales, al lado de la avenida de Mohamed Zerktouni; o contemplar la mezquita de Ben Youssef, la m¨¢s grande de la ciudad (cubre 2.000 metros cuadrados), desde la que cinco veces al d¨ªa llamar¨¢ a la oraci¨®n el almu¨¦dano.
Si se tiene tiempo, a unos 50 kil¨®metros de la ciudad se encuentra el Centro de Arte Contempor¨¢neo de Esauira, con una colecci¨®n permanente de artistas marroqu¨ªes y que adem¨¢s posee una vista fant¨¢stica del oc¨¦ano Atl¨¢ntico. Y para los fetichistas, recordar que no solo de cine vive Esauira: en el verano de 1969, el guitarrista Jimi Hendrix pas¨® all¨ª unos d¨ªas, y dicen que observando las dunas m¨®viles de las playas compuso su tema Castles Made of Sand. Qui¨¦n sabe, lo ¨²nico seguro es que si tienes una verdad y una leyenda, lo m¨¢s rentable es quedarse con la leyenda.
Ignacio del Valle es autor de la novela ¡®Soles negros¡¯ (Alfaguara).
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