Camboya y Vietnam, entre templos y arrozales
De las misteriosas figuras de Angkor Wat a los canales de Hoi An, un gran viaje por algunos de los paisajes m¨¢s sugerentes del sureste asi¨¢tico
Nada te prepara para un amanecer en Angkor, el enorme complejo arqueol¨®gico a unos pocos kil¨®metros de Siem Reap (al noroeste de Camboya), que fue capital del imperio jemer de los siglos IX al XV. Todav¨ªa de noche, los turistas se agolpan frente a la majestuosa silueta de Angkor Wat, el mayor y mejor conservado de los m¨¢s de 900 templos hinduistas y budistas que hay en el recinto, dedicado al dios Vishnu. A esa hora apenas se intuye. Con el sue?o del madrug¨®n ¡ªhay que estar en pie a las 4.30¡ª, la espera se hace larga, pero tiene un premio espec?tacular cuando el sol asoma tras sus cinco torres con forma de pi?a y se refleja en el baray (o embalse) sagrado que lo rodea. Se preparan c¨¢maras y m¨®viles. Ser¨¢ la primera gran panor¨¢mica ¡ªy fotograf¨ªa¡ª de un viaje de tres semanas por Camboya y el norte de Vietnam.
48 horas en Angkor
Hacen falta al menos dos d¨ªas para recorrer Angkor. Las ruinas se extienden a lo largo de unos 400 kil¨®metros cuadrados en la jungla noroeste de Camboya, en las cercan¨ªas del lago Tonle Sap y a unos 130 kil¨®metros de la frontera con Tailandia. Lo m¨¢s recomendable para explorarlas es alquilar un tuk tuk, que adem¨¢s de ser barato permite disfrutar de unas r¨¢fagas de aire fresco entre templo y templo. Dos de sus monumentos compiten por ganarse la fascinaci¨®n del viajero: el Bay¨®n y Angkor Wat, dos templos monta?a con estructura piramidal donde cada nivel representa un paso m¨¢s hacia el conocimiento. Ambos est¨¢n rematados por grandes torres y cubiertos de bajorrelieves de apsaras y devadas, las ninfas y diosas de la mitolog¨ªa hind¨². Muchos de los relieves de Angkor fueron expoliados durante la etapa colonial francesa y hoy se exhiben en el Museo Guimet de Par¨ªs. El explorador y naturalista franc¨¦s Henri Mouhot (1826-1861) fue el primero que dio a conocer en Occidente este lugar sorprendente.
Angkor Wat es la representaci¨®n del monte Meru, el m¨¢s sagrado para los hinduistas. El cuerpo principal del edificio, una de las mayores construcciones religiosas que existen y el s¨ªmbolo de Camboya, est¨¢ rodeado por una galer¨ªa de 1.800 metros de bajorrelieves que cuentan historias de los textos ¨¦picos Ramayana y Mahabarata y batallas de dioses contra demonios. Con la primera luz del d¨ªa traspasamos su puerta y subimos las escarpadas escaleras para ver el conjunto desde las alturas. Al bajar, ?cuidado con los monos! Andan sueltos y tienen mal genio. A unos tres kil¨®metros de distancia est¨¢ el templo de Bay¨®n. Este refleja la mezcla entre la tradici¨®n hinduista de su arquitectura y el posterior culto budista, representado por los m¨¢s de 200 rostros risue?os del buda-rey tallados en sus torres, mirando hacia los cuatro puntos cardinales. Las cabezas del Bay¨®n, algo desasosegantes, inspiraron a surrealistas como Max Ernst y tambi¨¦n al director Francis Ford Coppola, que los incorpor¨® a su pel¨ªcula Apocalypse Now (1979). Otro templo imprescindible es el de Ta Prohm, fagocitado por un ficus gigante (Ficus gibosa) cuyas ra¨ªces se incrustan entre las piedras. Un lugar tan sugerente que sirvi¨® como escenario de las aventuras de Lara Croft en la pel¨ªcula Tomb Raider (2001).
La ciudad m¨¢s cercana a las ruinas es Siem Reap. Aqu¨ª est¨¢n los hoteles y servicios de Angkor, y tambi¨¦n se pueden probar exquisiteces como carne de serpiente o de cocodrilo y una variada colecci¨®n de insectos y ar¨¢cnidos fritos. Tampoco faltan los pubs y discotecas donde bailar hasta el amanecer con m¨²sica disco o ritmos latinos. A pocos kil¨®metros de esta vor¨¢gine queda el lago Tonle Sap y sus pueblos flotantes, aldeas como Chong Kneas, Kompong Phluk, Kompong Khleang o Mechrey a las que se puede llegar en un tranquilo paseo en barco desde Siem Reap.
De la capital al para¨ªso playero
En Phnom Penh, la capital de Camboya, una algarab¨ªa de motos y templos budistas, confluyen las aguas del Tonle Sap y las del Mekong, el gran r¨ªo que fluye camino del mar de China y junto al cual, seg¨²n la escritora Marguerite Duras (El amante), ¡°nada tiene tiempo de hundirse, todo es arrastrado por la tempestad profunda y vertiginosa de la corriente interior, todo queda en suspenso en la superficie por la fuerza del r¨ªo¡±.
Para conocer la historia reciente de la ciudad, una de las m¨¢s tr¨¢gicas del siglo XX, hay que visitar el museo Tuol Sleng, un antiguo centro de torturas que hoy explica el genocidio cometido por los jemeres rojos entre 1975 y 1979. El majestuoso conjunto del palacio real, con sus ex¨®ticos y suntuosos tejados dorados, tambi¨¦n merece una visita.
Camboya todav¨ªa guarda una sorpresa poco explorada: sus playas. En los arenales de la isla de Koh Rong, a menos de una hora en ferri de la ciudad costera de Sihanoukville (230 kil¨®metros al suroeste de la capital, en el golfo de Tailandia), el viajero puede relajarse un par de d¨ªas en un bungal¨® por unos pocos d¨®lares y disfrutar de hamacas, ba?os, excursiones por la selva o alguna de las fiestas vespertinas (de reggae a m¨²sica electr¨®nica) que se organizan en la playa. Algo muy recomendable antes de seguir camino.
Bulliciosa Han¨®i
Un avi¨®n enlaza Phnom Penh con Han¨®i, la bulliciosa capital de Vietnam, en el norte del pa¨ªs. Al igual que ocurre en Ciudad Ho Chi Minh (la antigua Saig¨®n), las motos son las due?as del asfalto. El peat¨®n debe armarse de fe y valor y cruzar con paso firme, sin vacilar, confiando en que la pericia de los conductores evitar¨¢ el desastre. Una vez superado el miedo inicial, hay que lanzarse a la calle a mezclarse entre sus sonidos, olores y sabores. En el centro de Han¨®i se encuentra el lago Hoan Kiem, donde se celebran los espect¨¢culos del teatro de marionetas de agua y que divide el Barrio Franc¨¦s del Barrio Viejo, un laberinto abarrotado de tiendas y puestos de comida callejera que se mantiene animado hasta casi la medianoche. Cualquiera de los puestos sirve para darse un homenaje culinario entre sopas, nood?les y carnes especiadas.
La historia reciente de Vietnam est¨¢ jalonada de momentos terribles. La etapa colonial francesa dur¨® casi un siglo, entre 1859 y 1954, y dej¨® como herencia buena parte de la arquitectura y los bulevares de estilo parisiense en las ciudades vietnamitas, en especial en Han¨®i, donde el caf¨¦ se suele tomar mezclado con yema de huevo ¡ªcuriosa especialidad que, a pesar de que pueda sonar poco apetitosa, est¨¢ bastante rica¡ª y los bocadillos en baguette (banh mi). En 1955 empezaba la guerra con Estados Unidos. El 30 de abril de 1975, las tropas regulares vietnamitas y las unidades del Vietcong entraban en Saig¨®n y el pa¨ªs quedaba unificado bajo el actual r¨¦gimen comunista. Terminaba as¨ª una de las guerras m¨¢s enconadas de la historia. Al oeste del lago Hoan Kiem se alza Hoa Lo, un museo en lo que fue una prisi¨®n, usada primero por los franceses para castigar a los rebeldes durante la ¨¦poca colonial y, tras la llegada del Gobierno comunista, a los prisioneros de guerra de Estados Unidos: el infame hotel Hanoi Hilton, como lo bautizaron sarc¨¢sticamente los estadounidenses, donde estuvo preso el senador y excandidato a la presidencia de EE UU John McCain, fallecido el pasado agosto. La memoria de la guerra de Vietnam tambi¨¦n pervive en el puente de hierro de Long Bi¨ºn, duramente bombardeado y convertido en s¨ªmbolo de la resistencia de Han¨®i.
En el mausoleo de Ho Chi Min se descubre la casa de madera en la que viv¨ªa el T¨ªo Ho ¡ªcomo lo llaman los vietnamitas¡ª y se puede ver el cuerpo momificado del padre de la patria. Y nadie deber¨ªa abandonar la ciudad sin visitar el remanso de paz del Templo de la Literatura, con sus estanques y pagodas, ni sin darse una buena caminata por el coqueto barrio antiguo, muchas de cuyas callejuelas se llenan de tenderetes al atardecer.
En tren nocturno a Lao Cai
De Han¨®i parte un tren ¡ªmejor viajar en el nocturno¡ª hacia Lao Cai, puerta a las monta?as y valles de Sapa, una estaci¨®n balneario del noroeste de Vietnam, en los Alpes Tonkineses, casi en la frontera con China, con valles ondulantes de arrozales en terrazas (verdes o amarillos si es ¨¦poca de cosecha). En aldeas como Bac Ha, Cat Cat o Y Linh Ho se asientan minor¨ªas ¨¦tnicas como los h¡¯mong o los dzao, que conservan sus tradicionales y coloridas vestimentas, y que viven del cultivo del arroz y de la artesan¨ªa que venden a los turistas. Si la estancia coincide con un domingo, se puede visitar el mercado de Bac Ha, a 60 kil¨®metros de Lao Cai y a 80 kil¨®metros de Sapa, donde se mezclan los puestos de especias, comida, telas y artesan¨ªa, y donde tambi¨¦n se puede comprobar que caballos y perros forman parte de la dieta local. Una ¨²ltima parada para hacerse un selfie antes de volver a Lao Cai para tomar el tren de regreso: el mirador desde el que se divisa la frontera con China.
Secretos de la bah¨ªa
Una visita a Vietnam merece una parada en la bah¨ªa de Halong, a unas cinco horas por carretera de Han¨®i. Es patrimonio mundial y uno de los principales reclamos tur¨ªsticos del pa¨ªs: una gigantesca ensenada con miles de pin¨¢culos calc¨¢reos cubiertos de vegetaci¨®n que emergen del mar como las p¨²as de una cola de un drag¨®n. Para evitar las aglomeraciones de la ruta principal ¡ªy lugares donde la basura flotante estropea la magia del lugar¡ª es aconsejable acercarse primero a la isla de Cat Ba, cuyo frondoso interior se puede recorrer pl¨¢cidamente en moto por unos tres euros. Desde aqu¨ª se pueden contratar barcos que navegan por lugares menos transitados de la bah¨ªa, se detienen en pueblos flotantes y permiten darse un chapuz¨®n en playas solitarias. Una parada en la isla de los monos, donde los macacos campan a su antojo, aportar¨¢ una experiencia muy simp¨¢tica.
De Hue a Hoi An
Casi en el centro del pa¨ªs, arropando el r¨ªo del Perfume, est¨¢ la ciudad imperial de Hue, con las tumbas de los emperadores de la dinast¨ªa Nguyen y su ciudadela Kinh Thanh, que en 1968 fue escenario de una de las batallas m¨¢s encarnizadas de la guerra entre las tropas comunistas norvietnamitas y las del sur apoyadas por Estados Unidos. El pasado glorioso de Hue pervive en sus palacios, templos y pagodas, y en las siete tumbas imperiales repartidas por los alrededores de la ciudad, en especial la de Khai Dinh (que rein¨® entre 1916 y 1925), con su guardia de guerreros de piedra que custodian el fastuoso mausoleo del emperador a los pies de la monta?a Chau Chu.
Unos 120 kil¨®metros hacia el sur espera la ¨²ltima parada de este viaje: Hoi An. Es una peque?a ciudad costera atravesada por canales, con casas de madera, edificios coloniales y un fotog¨¦nico puente cubierto construido por los comerciantes japoneses en el siglo XVI. Lo ideal es madrugar y recorrerla temprano y despu¨¦s dar un paseo en barca por el r¨ªo Thu Bon o acercarse hasta alguna de las ocho islas que forman el parque marino de Cu Lao Cham, uno de los mejores lugares de buceo en Vietnam.
Sabores vietnamitas
La cocina de Vietnam ha sido poco conocida en Europa durante mucho tiempo, si bien en los ¨²ltimos a?os han empezado a proliferar restaurantes vietnamitas en ciudades espa?olas como Madrid (Vietnam Restaurante, Tuk Tuk Asian Street Food, Derzu Bar, Vietnam24) o Barcelona (Nomm, Kuai Momos, M¨®n Vi¨ºt o Viet Kitchen). En cualquiera de ellos se pueden probar exquisiteces como banh cuo, unos rollitos de masa de harina de arroz rellenos de carne picada, setas y gambas; bun cha, una especie de hamburguesa de cerdo acompa?ada de fideos de arroz ¡ªque suele encontrarse en los puestos callejeros en Vietnam¡ª, o bun bo hue, una sopa picante de fideos de arroz con ternera y cerdo. Acercarse a cualquiera de estos locales es una buena manera de educar el paladar y probar la esencia del pa¨ªs antes de iniciar el viaje a Vietnam.
Espect¨¢culo acu¨¢tico
El teatro de marionetas de agua del lago Hoan Kiem, en Han¨®i, es un espect¨¢culo ¨²nico. La leyenda dice que estas obras surgieron entre los agricultores del norte del pa¨ªs, con representaciones entre arrozales inundados. Cuando comienza la funci¨®n (hay sesiones cada hora y a precios asequibles), aparecen unos t¨ªteres de unos 50 cent¨ªmetros en medio de una piscina que cubre hasta la cintura. Los personajes representan historias tradicionales del pa¨ªs: hay campesinos, pastores, peces, p¨¢jaros, escenas de pesca y hasta dragones que escupen fuego. Los di¨¢logos son en vietnamita, pero la sencillez de los argumentos permite seguir la trama, amenizada por un grupo de m¨²sicos.
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