La fabulosa Roma de ¡®Tosca¡¯

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Si hay una ¨®pera que se asocia con la ciudad eterna, esa es Tosca. La trepidante partitura de Puccini se divide en tres actos y cada uno de ellos transcurre en un escenario muy preciso de Roma: la bas¨ªlica de Sant¡¯Andrea della Valle, el Palazzo Farnese y el castillo de Sant¡¯Angelo. Tres lugares en los que se teje una mara?a de celos, traiciones, asesinatos, enga?os, bajas pasiones y muerte. Tres lugares que permiten no solo realizar una ruta musical por algunos de los puntos m¨¢s hermosos de la capital italiana, sino tambi¨¦n comprender c¨®mo era en 1800, a?o en el que se desarrolla la acci¨®n de esta obra maestra del verismo italiano. Justo un siglo antes de su estreno en el Teatro Costanzi de Roma.

Ahora que m¨®viles y plataformas musicales lo permiten, al afrontar el recorrido es aconsejable llevar auricu?lares y disfrutar de la m¨²sica en cada parada. Podr¨ªa parecer que Puccini lo hubiera hecho a prop¨®sito, pues en cada uno de los tres escenarios se canta un aria de esas capaces de dejarlo a uno sin aliento.

Roma es un personaje fundamental de Tosca debido al contexto hist¨®rico en el que se desenvuelve. La obra de teatro de Victorien Sardou en la que se basaron los libretistas Luigi Illica y Giuseppe Giacosa deja claro que la acci¨®n se desarrolla entre la ma?ana del 17 de junio de 1800 y el amanecer del d¨ªa siguiente. En aquel momento, la ciudad viv¨ªa un estado de terror. Tras unos meses de Rep¨²blica, instaurada tras la invasi¨®n napole¨®nica en 1798, el Ej¨¦rcito austriaco volvi¨® a hacerse (moment¨¢neamente) con el poder, y desde finales de 1799 comenz¨® en la ciudad una feroz campa?a de limpieza de liberales o de cualquier persona que se hubiera comprometido bajo el dominio franc¨¦s.

Acto I. Sant¡¯Andrea della Valle

Aria Recondita armonia

As¨ª comienza la ¨®pera: Cesare Angelotti, antiguo c¨®nsul de la extinta Rep¨²blica romana, huye de la prisi¨®n del castillo de Sant¡¯Angelo hasta la iglesia de Sant¡¯Andrea della Valle para esconderse en la capilla de su pante¨®n familiar. El pintor Mario Cavaradossi, amante de la cantante Floria Tosca, acabar¨¢ escondi¨¦ndolo en su casa.

Columnas, dinteles, nervaduras y gran parte de las decoraciones de las b¨®vedas est¨¢n realizadas en pan de oro. La cornisa del tambor de la c¨²pula ¡ªcon ocho ventanales, es la tercera en altura de Roma¡ª se cubre con un mosaico con fondo de oro, por lo que la luz que entra a raudales a trav¨¦s de ella, al reflejarse en las paredes, crea una atm¨®sfera dorada que docenas de escen¨®grafos han tratado de emular en sus producciones de Tosca.

En la amplitud de la nave central es f¨¢cil imaginar el andamio en el que Cavaradossi trabaja en el retrato de una madonna; o que esa estatua de una bella mujer con un ramo de flores, y que representa a la Providencia ¡ªobra de Giulio Tadolini¡ª en la capilla de San Cayetano, fuera la mism¨ªsima Tosca entrando en escena. Es imposible no preguntarse c¨®mo de emocionante ser¨ªa escuchar en esta exquisita iglesia el Te Deum que Puccini compuso para el final del primer acto. El que celebra las primeras noticias que llegan desde el norte anunciando la presunta victoria de los austriacos sobre Napole¨®n en la batalla de Marengo.

Acto II. Palazzo Farnese

Aria Vissi d¡¯arte

A unos 400 metros de la iglesia, junto a la animad¨ªsima Piazza di Campo dei Fiori, se alza el Palazzo Farnese, una de las joyas renacentistas de la ciudad y actual sede de la Embajada de Francia. En la ¨®pera, esta es la guarida del bar¨®n Vitellio Scarpia, el abyecto y lascivo jefe de la polic¨ªa absolutista de Roma.

A mitades del siglo XVI, Sangallo el Joven comenz¨® la construcci¨®n del edificio que, a su muerte, continu¨® Miguel ?ngel, al que se le atribuyen la cornisa superior, el balc¨®n sobre el portal central y gran parte del patio interior. La fachada posterior, que da a un maravilloso jard¨ªn, es obra de Giacomo della Porta. El propio Puccini proporcion¨® a su escen¨®grafo una foto de la impresionante galer¨ªa Carracci para situar en ella el despacho del malo de su ¨®pera. Se trata de una habitaci¨®n rectangular, en el segundo piso, con b¨®veda de ca?¨®n lujosamente decorada con frescos de los hermanos Carracci. Esta estancia es, junto al sal¨®n de H¨¦rcules, una de las dos de todo el palacio que pueden visitarse.

All¨ª Tosca escuchar¨¢ c¨®mo los esbirros de Scarpia torturan a Cavaradossi en una habitaci¨®n contigua para que confiese el lugar en el que ha ocultado a Angelotti. En esa misma sala, la cantante se derrumbar¨¢ y confesar¨¢ el escondite del fugitivo y, finalmente, asesinar¨¢ al tirano Scarpia a cuchilladas.

Acto III. Castillo de Sant¡¯Angelo

Aria E lucevan le stelle

El emperador Adriano comenz¨® a construir esta fortaleza en el a?o 135 para que fuera su mausoleo y el de su familia. Las vistas de la ciudad desde su terraza son inmejorables. Es en esta azotea donde se sit¨²a la acci¨®n del tercer acto. Cavaradossi ha sido trasladado all¨ª para ser fusilado al amanecer por colaboracionista con la Rep¨²blica. La cantante estar¨¢ a punto de revertir los acontecimientos, pero en esta historia tr¨¢gica el destino se empecina en ense?ar siempre su peor cara.

El propio Puccini lo visit¨® varias veces para escuchar en primera persona las campanas de San Pedro del Vaticano y el resto de iglesias que rodean el castillo y las incluy¨® al principio de este ¨²ltimo acto.

El castillo tiene en la actualidad cinco niveles: el mausoleo; la c¨¢rcel; un nivel de uso militar con dos patios en el que hay un museo; las estancias papales, pues la fortaleza se encuentra conectada con el Vaticano por un corredor fortificado, y la terraza coronada por un bronce del arc¨¢ngel San Miguel envainando su espada, obra de Pierre van Verschaffelt. No puede visitarse el castillo al alba, como corresponder¨ªa en la unidad de tiempo de la ¨®pera, pero escuchar la conmovedora E lucevan le stelle desde la terraza, viendo c¨®mo el sol se oculta tras la c¨²pula de San Pedro, puede convertirse en uno de los momentos m¨¢s emocionantes de toda una vida.