En la pecera de Toyo Ito en Sendai

Situada en la regi¨®n japonesa de Tohoku, Sendai, la capital de la prefectura de Miyagi, con un mill¨®n de habitantes, es conocida como la ciudad de los ¨¢rboles porque su calle principal, la avenida Jozenji-dori, est¨¢ bordeada por muchos y muy altos ejemplares. Adem¨¢s, es famosa por albergar el colorido festival de Tanabata, que cada 7 de julio celebra el encuentro entre dos estrellas: Orihime (Vega) y Hikoboshi (Altair), y por poseer un formidable jard¨ªn bot¨¢nico en la Universidad de Tohoku. Es una ciudad de peque?os lujos y muy peculiar, en la que su monumento m¨¢s visitado es un castillo del que solo queda la estatua ecuestre de su fundador.

Sendai fue erigida en 1603 por uno de los m¨¢s grandes samur¨¢is de su ¨¦poca, Date Masamune (la figura de la estatua ecuestre), quien no dud¨® en aprovechar la altura del monte Aoba para levantar el castillo de Aoba o de Sendai. Hoy, la explanada en la que ya no se encuentra ese castillo, porque fue desmantelado en 1870, ofrece unas vistas envidiables de la ciudad y desde aqu¨ª, con un poco de suerte, m¨¢s all¨¢ del r¨ªo Hirose se puede llegar a intuir su edificio emblem¨¢tico, la Mediateca, obra maestra del arquitecto Toyo Ito.

La Mediateca de Sendai est¨¢ en la avenida principal, Jozenji-dori. Nada m¨¢s verla se presiente la importancia que la naturaleza tendr¨¢ en la obra y en el imaginario de su arquitecto. Son tan generosos los ¨¢rboles y conviven con el edificio de manera tan arm¨®nica que viene al pensamiento aquella carta escrita por el gran poeta ingl¨¦s John Keats a su amigo John Taylor en 1808, en la que dec¨ªa: ¡°Si la poes¨ªa no brota tan naturalmente como las hojas de un ¨¢rbol es mejor que no brote¡±. Nada en esta simbiosis entre arquitectura y naturaleza resulta forzado. El ambiente que crean estos ¨¢rboles, que son como esculturas, articula el gozo del viajero mientras observa un edificio transparente y di¨¢fano que apacigua la conciencia como si se tratara de un acuario de cristal de 36 metros de altura, con varias plantas por las que transitan anfibios humanos en busca de un libro, una pel¨ªcula o un tebeo.

Agitador cultural

Nacido en 1941 en Se¨²l (Corea), de padres japoneses, Toyo Ito es uno de los arquitectos japoneses que ha gozado de mayor proyecci¨®n en los ¨²ltimos tiempos. Recibi¨® el Premio Pritzker de Arquitectura en 2013 por ¡°combinar innovaci¨®n conceptual con edificios soberbiamente ejecutados¡± y por la ¡°dimensi¨®n espiritual y po¨¦tica que trasciende de todas sus obras¡±. Ambas apreciaciones se avienen con una edificaci¨®n que revela el inter¨¦s de Ito por fundir la arquitectura con el entorno natural en el que se ubica. La Mediateca, medalla de oro por el Royal Institute of British Architects en 2006, es un soporte que busca la integraci¨®n estructural; su verticalidad imita la apariencia vegetal del interior de un medio acu¨¢tico ¡ªesos ascensores y esos pilares recubiertos de algas¡ª, de ah¨ª que se desprenda la fascinaci¨®n de Ito por unificar en su arquitectura el mundo natural con la ingravidez, fluidez, multidireccionalidad y capacidad virtual del mundo inform¨¢tico que define nuestra ¨¦poca (un empe?o que, de alguna manera, ya se pronosticaba en aquella Torre de los Vientos, ejemplo de arquitectura ef¨ªmera, un experimento/instalaci¨®n, una escultura viva y tecnol¨®gica que el arquitecto llev¨® a cabo entre 1986 y 1995 en Yokohama). Aqu¨ª la luz fluye como si no hubiera m¨¢s remedio, y el espacio sostiene la alegor¨ªa de una pecera mientras planea el lejano sue?o de Jean Prouv¨¦ de unir arquitectura y high tech.

Desde su inauguraci¨®n en el a?o 2001, la Mediateca agit¨® la vida cultural de Sendai y afortunadamente permaneci¨® en pie tras el terrible terremoto y consiguiente tsunami de 2011 que castig¨® esta regi¨®n extraordinaria. Investigaci¨®n, caf¨¦, entretenimiento, exposiciones, cine y contemplaci¨®n discurren de manera natural y espont¨¢nea en este recinto que, sin duda, da la raz¨®n al veredicto del jurado del Pritzker, que galardon¨® al arquitecto defini¨¦ndolo como un ¡°creador de edificios atemporales, capaz al mismo tiempo de trazar con audacia nuevos caminos. Su arquitectura proyecta un aura de optimismo, ligereza y alegr¨ªa, y viene infundada por un doble sentido de singularidad y universalidad¡±.

Basta este paseo entre galer¨ªas y mezzanines, desde la planta baja (por algo llamada Plaza Abierta) hasta las salas de cine y de conferencias del s¨¦ptimo piso, para que queden claros los cinco deseos que Toyo Ito proyect¨® en este edificio: ausencia de vigas, ausencia de juntas, ausencia de paredes, ausencia de habitaciones, ausencia de arquitectura. Y es que ¨¦l lleva tan lejos esa idea que por momentos se desvanece la diferencia entre el interior y el exterior. No hay salas. La arquitectura no puede estar m¨¢s en contacto con la naturaleza, con los ¨¢rboles de la gran avenida. No es extra?o, pues, que en una entrevista del a?o 2013, Toyo Ito confesara a Ll¨¤tzer Moix que ¡°pese a que el crecimiento de un ¨¢rbol se basa en una norma muy simple, la divisi¨®n de una rama en dos, la conformaci¨®n final es de una gran complejidad, debido al equilibrio que cada ¨¢rbol alcanza mediante la negociaci¨®n relativa entre sus propios factores internos y los factores que determina el entorno. Si la comparamos con este proceso arb¨®reo, a la arquitectura le falta diversidad y queda muy por debajo de los ¨¢rboles en materia de orden y racionalidad. Estoy por tanto muy interesado en averiguar c¨®mo se puede trasladar el orden de los ¨¢rboles a la arquitectura¡±.

Tras la visita, tan tecnol¨®gica, tan org¨¢nica y tan natural, lo m¨¢s conveniente para volver al mundo real es restaurarse con una especialidad regional alejada de multifuncionalidades: lengua de vaca a la brasa. El mejor lugar para ello no se encuentra muy lejos: Rikyu Gyutan Higashi-guchi Honten. Vale la pena, casi tanto como hacer una excursi¨®n a la bah¨ªa de Matsushima, en las proximidades de Sendai, uno de los escenarios naturales m¨¢s impactantes de Jap¨®n.

Use Lahoz es autor de la novela ¡®Los buenos amigos¡¯ (Destino).