Cinco pistas de dise?o en Copenhague
Comer una tarta en una cafeter¨ªa del siglo XIX o curiosear en el mercadillo Ravnsborggade, un recorrido muy tentador por la capital danesa
Desde finales de la d¨¦cada de 1940, poco despu¨¦s de terminada la Segunda Guerra Mundial, la relaci¨®n entre el dise?o y Dinamarca encontr¨® las condiciones perfectas para que alcanzara un auge que todav¨ªa perdura. No solo la arquitectura, tambi¨¦n el mobiliario, la cer¨¢mica y el vidrio, y hasta la joyer¨ªa, se beneficiaron de esa tendencia y de la tradici¨®n artesana de un pa¨ªs, adem¨¢s, acostumbrado al excedente de buenas materias primas como la madera y que, dado el clima, siempre ha buscado en el hogar la funcionalidad y la belleza de unas l¨ªneas ligeras, flexibles y joviales. Hans J. Wegner, arquitecto y dise?ador, quiz¨¢ el m¨¢s popular de los embajadores del dansk design, lo conceptualizaba aplicando la f¨®rmula a su especialidad: sillas, sillones y butacones. ¡°Los extranjeros siempre me preguntan c¨®mo hemos logrado el estilo dan¨¦s¡±, contaba. ¡°Se trata de un proceso de purificaci¨®n. Reducirlo a los elementos m¨¢s simples: cuatro patas, un asiento y un combinado de respaldo y reposabrazos¡±.
Esta correspondencia y esa pulsi¨®n por la creatividad y por los objetos del d¨ªa a d¨ªa contin¨²an vivas en Copenhague, ciudad empe?ada en hacer la vida f¨¢cil y en la que se cuentan casi por igual tiendas de dise?o y bicicletas. Aqu¨ª van cinco pistas para quien guste de visitar la capital danesa siguiendo el rastro del dise?o.
Hotel Alexandra
H. C. Andersens Blvd. 8. hotelalexandra.dk
Aunque el hotel Radisson, proyectado por Arne Jacobsen en 1950, es una obra maestra de la arquitectura contempor¨¢nea y su visita ¡ªaunque solo sea al hall¡ª sea suficiente para so?ar despierto y llevar a cabo una inolvidable inmersi¨®n en el estilo escandinavo, elegimos el hotel Alexandra porque suele pasar inadvertido y su devoci¨®n por el dise?o es categ¨®rica. Basta con pisar la entrada y sentarse en una silla de Kaare Klint bajo una l¨¢mpara de Poul Henningsen para entender que aqu¨ª la decoraci¨®n es un tema muy serio. Se viaja a un tiempo extraordinario en el que el dise?o dan¨¦s alcanz¨® la excelencia. Sus paredes acumulan recuerdos de arquitectos y artistas daneses como Jacobsen o Verner Panton.
Uno de sus principales reclamos son las habitaciones ideadas por Jens Risom, que estudi¨® con dos maestros del dise?o n¨®rdico como Wegner y B?rge Mogensen, y cuyo talento recal¨® en Estados Unidos despu¨¦s de la Segunda Guerra Mundial para quedarse. Hoy, su sill¨®n 654 es una de las piezas m¨¢s celebradas y buscadas.
En el lobby el visitante puede escoger un vinilo y ponerlo en el tocadiscos o seleccionar libros de arquitectura de sus estanter¨ªas y apuntar edificios para visitar, como la inevitable gasolinera de Arne Jacob?sen ubicada en Skovshoved (a 30 minutos de tren) o su edificio Stelling, situado a dos calles, ante el que inevitablemente se acabar¨¢ pasando de camino al centro de Copenhague.
Flea Market de Ravnsborggade
Para quienes gusten de mercados de pulgas (de calidad) en los que hallar dise?o dan¨¦s a buen precio, nada podr¨¢ superar Ravnsborggade. Los domingos, desde las 9.00 hasta las 14.00, esta peque?a calle se transforma y, una tras otra, las tiendas de antig¨¹edades atraen a curiosos rebuscadores de jarrones de cer¨¢mica de Palshus o S?holm, ceniceros de cristal de Holmegaard y los entra?ables saleros y pimenteros de madera de teca y acero inoxidable que tan de moda se pusieron en la d¨¦cada de 1970.
Hay que echar el resto inspeccionando entre la quincalla. Lo normal es abandonar el mercadillo cargando con una impecable vajilla de Jensen y haciendo malabarismos mentales para transportarla. No es grave, piense que hay cosas peores, como comprar una butaca de Wegner (y pagar luego su transporte). Se han dado casos.
En seg¨²n qu¨¦ tienda, departir con vendedores se convierte en una clase magistral. Es la representaci¨®n de lo que supuso en este pa¨ªs el funcionalismo. As¨ª se discierne el dise?o como una manera de pensar, una forma de vida, que a?ade una visi¨®n org¨¢nica integrando la interacci¨®n del usuario con unos objetos que le hablan desde la sencillez de las formas simples. Por algo Wegner dec¨ªa que una silla no est¨¢ realmente acabada hasta que alguien se sienta por fin en ella.
Conditori La Glace
Skoubogade, 3. laglace.dk
La Glace es uno de los comercios m¨¢s representativos del centro de Copenhague, un cl¨¢sico junto a caf¨¦s como el Norden. Se fund¨® en 1870 y su atm¨®sfera, su mobiliario, su cuberter¨ªa y sus modos remiten a aquel tiempo. La mayor¨ªa de su larga selecci¨®n de tartas ¡ªal igual que las galletas¡ª a¨²n conservan su receta original. Cuidado absoluto con la Det Gyldne Tarn, a partir de ruibarbo, chocolate blanco y lim¨®n con una base de almendra.
Cualquier entusiasta del art d¨¦co observar¨¢ que la arquitectura y el dise?o del interior es de 1924, cuando las formas geom¨¦tricas y puras, y esa rotunda ausencia de pretenciosidad, se adue?aron de algunos espacios. Por eso este ambiente no desentona con el deseo de delicadeza de los que hicieron la madera flexible ni mucho menos con el pulso de una ciudad que no admite dudas.
Illums Bolighus
Una visita a la cadena de tiendas Illums Bolighus vale la pena, ya sea por su variedad de objetos decorativos firmados por los grandes del siglo XX como por la disposici¨®n de los mismos. Aqu¨ª se pueden comprar piezas de Hans B?lling, J?rn Utzon, Hans Bunde y un largo etc¨¦tera. El genial orfebre Kay Bojesen (1886-1958) hizo de la madera algo flexible y certific¨® que para que un dise?o fuera bueno, las l¨ªneas deb¨ªan de sonre¨ªr. Imposible no hacerlo ante sus creaciones, entre las que destacan el ic¨®nico mono y sus entra?ables p¨¢jaros. Ante el reloj de madera de Finn Juhl, al momento viene a la mente una de sus sentencias: ¡°Uno no puede crear felicidad con objetos bellos, pero s¨ª que puede arruinar mucha felicidad a trav¨¦s de los feos¡±. Y aqu¨ª tambi¨¦n juegan los p¨¢jaros de Kristian Vedel y los b¨²hos de Paul Anker Hansen, ese hombre que cre¨ªa a pies juntillas que la tierra de la infancia era una tierra para siempre.
Depanneur
Griffenfeldsgade, 17. depanneur.dk
En un rinc¨®n de Norrebro, Depanneur son dos comercios unidos por un pasillo interior que tienen encandilado al barrio. Aqu¨ª venden los s¨¢ndwiches con los que sue?a todo padre para su hijo, porque no solo tienen pinta de deliciosos, sino tambi¨¦n de sanos, con el pan tostado y crujiente y con mucho verde. Atenci¨®n a sus limonadas caseras. Se recomienda ir con tiempo. Es el t¨ªpico lugar en el que, m¨¢s que de la carta, uno se f¨ªa de lo que ve en las otras mesas y acaba diciendo al camarero: ¡°Quiero eso de ah¨ª¡±. Despu¨¦s de probar el s¨¢ndwich de pastrami o el de aguacate, r¨²cula y pesto, se piensa en repetir. Es entonces cuando se entiende que en la carta se les llame, por ejemplo, as¨ª: ¡°Fucking Toast and ?Cheesus Christ¡±. En verdad, la definici¨®n se queda corta. Algo similar sucede con el caf¨¦ con leche (en copa ancha y con hielo y crema de caramelo), sin duda el producto estrella de una terraza pensada para vivir.
Use Lahoz es autor de la novela ¡®Los buenos amigos¡¯ (Destino).
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