Palacio Tond¨®n, catas y s¨¢banas de hilo junto al Ebro

Tond¨®n, tambi¨¦n hond¨®n o dond¨®n, es como se conoce en La Rioja el meandro que dibuja el r¨ªo Ebro tras su paso por las Conchas de Haro. Se piensa que ah¨ª debi¨® de estar localizada la mansi¨®n romana de De¨®briga, origen de la actual localidad de Bri?as, junto a un puente de sillares que comunicar¨ªa ambas orillas. As¨ª que no hab¨ªa otro nombre m¨¢s apropiado para rebautizar como hotel Palacio Tond¨®n, fundado en el siglo XVIII por el hidalgo vinatero Juan Ortiz de Calder¨®n en este pueblo fronterizo con el Pa¨ªs Vasco. Un descendiente consorte de la saga Paternina, el constructor Pedro Jim¨¦nez, ha realizado su sue?o de perpetuar la legendaria marca almacenando en su nuevo palacio hotelero muchos de los recuerdos familiares, como el busto de Pilar Rezusta, esposa de Federico Paternina y gran impulsora de su bodega, que preside el jard¨ªn ribere?o.

Las instalaciones hoy provocan asombro. No ya por la luminosidad del edificio, sin la austeridad de las tradicionales casas de muros altos y sin apenas ventanas de Bri?as, sino por el lujo comedido de sus interiores, en piedra y madera laminada de sesgo m¨¢s luminoso y contempor¨¢neo en su dise?o. La decoraci¨®n es obra del arquitecto Giovanni Muzio y del mismo propietario, y se han restaurado los antiguos calaos (bodegas subterr¨¢neas) convirti¨¦ndolos en un espacio sorprendente: es sencillamente m¨¢gico avanzar entre las cubas y descubrir, al fondo, el estruendo del antiguo molino de agua formado por un oculto regazo del Ebro.

El wine bar abierto a la calle es perfecto para tomar el aperitivo antes de pasar al comedor. Aqu¨ª nos espera un espacio gastron¨®mico ¨²nico creado por los chefs Miguel Ca?o, Dani Lasa y Lloren? Segarra, procedentes del restaurante Mugaritz. Y como colof¨®n a una jornada de miradas, lecturas, catas y degustaciones, nada mejor que el postre con helado de uvas que elaboran los riojanos Fernando S¨¢enz y Angelines Gonz¨¢lez en su Obrador Grate.

Las 33 habitaciones del palacio, y de su anexo empotrado de madera y cristal, aseguran un descanso sin cuartel gracias a la meticulosa selecci¨®n de sus camas y s¨¢banas de hilo, a la suave textura de los sanitarios de porcelana y a la apote¨®sica lluvia de la ducha Axor, de HansGrohe, en tres modalidades de chorro y cascada. Entre las estancias preferidas est¨¢ la 301, en la torre vitral, con amplias vistas sobre el r¨ªo.