Alarde de finura enol¨®gica

Hay poderosas razones para visitar la bodega Gorka Izagirre. Una, el hermoso paisaje donde est¨¢ ubicada, el valle de As¨²a; otra, degustar sus chacol¨ªs, en la vanguardia vitivin¨ªcola de este vino identitario; y para rematar, darse un fest¨ªn en Eneko, con una estrella Michelin, situado encima de la bodega. Aunque el proyecto surgi¨® hace casi 30 a?os, cobr¨® impulso en 2005 de la mano de los propietarios del restaurante Azurmendi, Eneko Atxa y su t¨ªo Gorka. La apuesta se basa en la colaboraci¨®n de 25 viticultores, distribuidos por varios municipios, que aportan sus 40 hect¨¢reas. El resto, una exigente selecci¨®n de uvas para lograr la mejor expresi¨®n de las variedades aut¨®ctonas hondarrabi zuri y hondarrabi zerratia.

De esta ¨²ltima nace su vino m¨¢s logrado, Ama (madre en euskera), un alarde de finura enol¨®gica y respeto medioambiental. Con las escasas uvas de Astoreka (1,8 hect¨¢reas), y solo en las a?adas m¨¢s c¨¢lidas, elaboran este chacol¨ª. Tiene una peque?a parte fermentado en barrica, y dos meses de crianza sobre l¨ªas. El resultado no puede ser m¨¢s gratificante: un expresivo tejido arom¨¢tico, donde la fruta madura y la flor danzan sobre un suelo de pedernal y hierba seca, con leves recuerdos de boller¨ªa. Fresco, envolvente, reafirma en boca su vocaci¨®n de grandeza.