Posada del Adarve, perspectivas de Albarrac¨ªn

Adherida a un torre¨®n de la muralla medieval, esta construcci¨®n de aires moz¨¢rabes se mimetiza en el entramado de calles empedradas que conforma el epitelio hist¨®rico-monumental de Albarrac¨ªn, junto a una de sus entradas m¨¢s antiguas, el Portal de Molina. La perspectiva desde este rinc¨®n sobre el chafl¨¢n que cincela la monumental Casa de la Julianeta pide un momento Instagram. O incluso dos. Junto a las vistas de la muralla escalonada desde el r¨ªo Guadalaviar, no hay otro enclave mejor para colocar el tr¨ªpode y anunciar en las redes que esto es Albarrac¨ªn. La existencia f¨ªsica y on¨ªrica de Teruel.

Lola Lozano, la propietaria, lleva sus buenos a?os hilvanando s¨¢banas y sonrisas entre las piedras de este arco inc¨®gnito de seducci¨®n hospitalaria. Lo mismo atiende con renovada emoci¨®n a los hu¨¦spedes que llegan en fin de semana como madruga a por el pan y los cruasanes que har¨¢n luego las delicias a la hora de desayunar. Aqu¨ª la delicadeza es m¨¢s necesaria por el rigor hist¨®rico de los muros, en teor¨ªa fundados en 1741, aunque existen indicios de una construcci¨®n a¨²n m¨¢s antigua, como en muchas de Albarrac¨ªn. Se necesita amor para salvar la adustez de las vigas de madera, los estucos residuales, los ventanucos oteadores del recinto monumental. Y lencer¨ªa fina, marqueter¨ªa, detalles de galanura por conseguir esa atm¨®sfera c¨¢lida y acogedora que envuelve su casa.

Solo cinco habitaciones, en apertura hogare?a, definen la estancia. Cada una reconocida por un nombre propio. El Fog¨®n, as¨ª llamada porque conserva el fog¨®n original de la casa, aunque en verano es fresquita por su orientaci¨®n. La Alcoba, otra suite como la anterior, con un techo pintado de azul y estrellas, ofrece una estupenda cama de matrimonio ampliable a otras dos camas supletorias. La Muralla, una buhardilla que antiguamente hac¨ªa de granero, tiene vistas a un lienzo de muralla. Los Atrojes, otra buhardilla utilizada de granero que mira sin ambages a la catedral. Y El R¨ªo, peque?a pero resultona en su rusticismo, orientada al paseo fluvial.

Por supuesto, no se puede llegar en coche hasta el hostal. Conviene estacionarse en el aparcamiento inmediato al t¨²nel y ascender a pie por una calle hasta el adarve de la muralla. ?Hay algo m¨¢s tentador que pasar un fin de semana en el que ha sido votado por los lectores de EL PA?S como el pueblo m¨¢s bonito de Espa?a?