Un pueblo llamado Descartes
Visita a la casa natal del fil¨®sofo y al parque en honor del escritor Ren¨¦ Boylesve, en una localidad que tambi¨¦n atrae por su tranquilidad y gastronom¨ªa
Descartes es un pueblo franc¨¦s de poco m¨¢s de 3.600 habitantes con muchas casas de piedra y techos de pizarra. Situado al sur de la Turena, en el departamento de Indre-et-Loire, no tiene castillo ni se le arrima el r¨ªo Loira. Pero uno de sus atractivos estriba en su apartamiento, aunque dista de estar perdido en el mapa o en la historia. Se ubica f¨¢cilmente, si no con coordenadas cartesianas, con estas coordenadas geogr¨¢ficas: 46? 58¡¯ 28¡¯¡¯ Norte 0? 41¡¯ 55¡¯¡¯¡¯ Este. Si se prefiere, est¨¢ entre Tours y Poitiers (a unos 60 kil¨®metros de ambas ciudades), en el centro de Francia. Y es el lugar natal de Ren¨¦ Descartes (1596-1650).
Han pasado m¨¢s de cuatro siglos desde que el fil¨®sofo revolucion¨® el pensamiento occidental. Rompi¨® con la tradici¨®n escol¨¢stica-aristot¨¦lica imponiendo el racionalismo entre otras proezas en filosof¨ªa, f¨ªsica y matem¨¢ticas, y ah¨ª especialmente en geometr¨ªa anal¨ªtica. No siendo balad¨ª que muchos franceses sientan el orgullo de considerarse cartesianos gracias a su paisano. Y eso suele ser m¨¢s que una declaraci¨®n de intenciones.
El pueblo de Descartes goza de cierto car¨¢cter fronterizo. El moderado r¨ªo La Creuse al cruzar esta poblaci¨®n separa las antiguas regiones de la Turena y el Poitou. En las afueras de Descartes se ven restos de una calzada romana. Por all¨ª pas¨® luego el Grand Chemin d¡¯Espagne, el que llevaba a Santiago de Compostela. Peregrinos y cortejos reales no faltaron durante siglos, hasta que el Gran Camino de Espa?a se desvi¨® por otro sitio. Descartes no recobr¨® auge y movimiento hasta principios del siglo XIX con sus industrias papeleras. Tras lo cual volvi¨® a caer aqu¨ª una soledad cada vez m¨¢s apreciada por los visitantes que buscan parajes naturales, actividades culturales y una gastronom¨ªa en la que no faltan, aparte de foie-gras, tintos potentes y lentejas con andouillette, un embutido de tripas de cerdo o de vaca y especias.
Se llam¨® Haya, La Haye-en-Touraine, La Haye-Descartes hasta ser rebautizado oficialmente como Descartes en 1967 en honor al tambi¨¦n matem¨¢tico. Ren¨¦ Descartes naci¨® aqu¨ª el 31 de marzo de 1596, y es la figura omnipresente del lugar aunque haya otros dos Ren¨¦s famosos, ambos del siglo XIX: aqu¨ª naci¨® tambi¨¦n el escritor Boylesve y lleg¨® de ni?o el compositor Buxeuil. La estatua de Ren¨¦ Descartes con un libro en la mano se ense?orea frente al Ayuntamiento, y en el n¨²mero 29 de la calle principal que tambi¨¦n lleva su nombre se ubica su casa natal, convertida hoy en museo.
Viajero del siglo XVII
Un patio presidido por un ¨¢rbol de Judea plet¨®rico de flores rosadas da paso a una casa de dos pisos con puertas y ventanas blancas. Descartes pas¨® ah¨ª su infancia al cuidado de su abuela. Unos a?os m¨¢s tarde ir¨ªa a estudiar a un colegio jesuita de La Fl¨¨che y m¨¢s tarde a la Universidad de Poitiers. Despu¨¦s no dej¨® de viajar por Europa. En Roma se interes¨® por los parahelios, soles falsos o dobles, y escap¨® de all¨ª temiendo sufrir la misma suerte que Galileo, un momento de su vida que film¨® Rossellini para televisi¨®n en Cartesius (1974). En Alemania entr¨® al servicio del duque Maximiliano de Baviera y en Neubourg se cree que fue donde tuvo los sue?os de ideas que luego plasmar¨ªa en El discurso del m¨¦todo. En Holanda escribe otras obras maestras y se interesa por la ¨®ptica, como Spinoza, a quien sin embargo no llega a conocer. Luego ser¨ªa invitado a Estocolmo por la reina Cristina de Suecia, a quien le daba clase a las cinco de la madrugada. Esa fue la posible causa de su muerte en 1650 por neumon¨ªa. Otra versi¨®n habla de envenenamiento con ars¨¦nico tras recibir la comuni¨®n de manos del capell¨¢n de la Embajada francesa en la capital sueca.
En el Museo de Descartes sus ideas iluminan los paneles y se propone una constante averiguaci¨®n abriendo cajones de muebles que contienen textos con ulteriores explicaciones de los temas o las dudas. No hay reliquias suyas, ni manuscritos. Destaca un molde de su cr¨¢neo, copia del que se guarda desde 1931 en el Museo del Hombre de Par¨ªs. Esa calavera con los nombres grabados de los propietarios y una poes¨ªa sufri¨® a lo largo de la historia no pocas peripecias, igual que sus huesos, enterrados hoy en la iglesia parisiense de Saint-Germain-des-Pr¨¦s.
Como no pod¨ªa ser menos, el museo del fil¨®sofo en su lugar natal es una expresi¨®n de cartesianismo. El contexto hist¨®rico, la biograf¨ªa, las ideas, los viajes, los libros y, como despedida, una sala dedicada a frases de fil¨®sofos que sirven al visitante para seguir pensando. Como lo que dec¨ªa Blaise Pascal: ¡°El hombre no es m¨¢s que un junco, el m¨¢s d¨¦bil de la naturaleza, pero es un junco pensante¡±. S¨ª, pero con: ¡°Pienso, luego existo¡±, Descartes abri¨® de forma fulgurante, incluida su duda met¨®dica, otro gran vuelo de la filosof¨ªa moderna. Hoy son muchos los visitantes orientales (coreanos, japoneses, chinos¡) que vienen hasta este lugar de la Francia profunda a conocer el museo, comenta su conservadora Sylvie Pouliquen.
Gu¨ªa V
- Casa museo Ren¨¦ Descartes. Abierto del 1 de abril al 30 de octubre; la entrada cuesta 5 euros. Web: museedescartes.wixsite.com/museedescartes
- Jard¨ªn Ren¨¦ Boylesve (Rue Notre-Dame de La Haye)
- Turismo de Descartes: ville-descartes.fr
- Turismo de Francia: ee.france.fr
Tambi¨¦n se facilita al viajero una gu¨ªa llamada La Cart¨¦sienne, con un plano de 42 puntos de inter¨¦s en Descartes y alrededores. Lugares hist¨®ricos y prehist¨®ricos, como los d¨®lmenes y cementerios de hadas y doncellas de Le Chillou du Feuillet, a menos de 10 kil¨®metros. Sin salir del pueblo, junto al r¨ªo La Creuse, se abre el jard¨ªn de Ren¨¦ Boylesve con su rosaleda, y ¨¢rboles tan boyantes como La Fayette, una secuoya plantada en el siglo XIX. La duda mayor que asalta es cu¨¢ndo volver a Descartes.
Luis Pancorbo es autor de ¡®Caviar, dioses y petr¨®leo. Una vuelta al mar Caspio¡¡¯ (Editorial Renacimiento).
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