Aventura en la r¨ªa de Muros y Noia
Villas medievales, el rico marisco de O Freixo, la belleza salvaje de la playa de Area Maior y un atardecer en el castro de Baro?a. Quince planes imprescindibles en la coru?esa A R¨ªa da Estrela
Pr¨®xima a Santiago de Compostela y no obstante desconocida. El encuadre de la r¨ªa coru?esa de Muros y Noia resulta algo difuso: sea porque se encuentra a caballo entre las R¨ªas Baixas m¨¢s tur¨ªsticas y la Costa da Morte, sea porque fue siempre zona de tr¨¢nsito hacia Finisterre, lo cierto es que ocupa un segundo plano.
Este olvido ha conspirado para que el primer productor de berberechos del mundo mantenga un estado envidiable en sus aguas y a lo largo de sus riberas. En A R¨ªa da Estrela, integrada por los concellos de Noia, Outes, Muros, Lousame y Porto do Son, rendiremos homenaje al r¨ªo Tambre, que obr¨® este deslumbrante valle fluvial en forma de r¨ªa, con 15 paradas imprescindibles para descubrir su pasado conservero y de carpinter¨ªa naval, playas?esmaltadas de blanco y conjuntos hist¨®rico-art¨ªsticos de primer orden.
1. A la compostelana
Noia
El de Noia es el segundo casco monumental en importancia de Galicia, solo por detr¨¢s del de Santiago de Compostela, al que sirve de fondeadero natural (Portus Apostoli). A las casas g¨®ticas asoportaladas y al ambiente y urdimbre medieval de sus r¨²as, este municipio une el mejor conjunto iconogr¨¢fico ojival gallego en la iglesia-fortaleza de San Marti?o, erigida en 1434 por iniciativa del arzobispo Lope de Mendoza, representado en el t¨ªmpano de la puerta lateral. En la fachada encontramos una sugerente reinterpretaci¨®n, tres siglos despu¨¦s, del P¨®rtico de la Gloria compostelano, y al labrarse en granito de grano fino el salitre la ha respetado. Sorprende una Virgen embarazada, en tanto que ¨¢ngeles y ancianos m¨²sicos ostentan instrumentos como la¨²des, arpas y liras. Otra maravilla, en el interior de la iglesia, es la estatua policromada de San Pedro.
Frente a las almenas que ci?en el ¨¢bside de la iglesia hay que aprovechar para tomar un refrigerio en Lel¨¦, abierta en 1925, es la taberna noiesa m¨¢s veterana. Y para acentuar la sensaci¨®n evocadora de este lugar, nada como alojar el mayor museo de l¨¢pidas gremiales de Europa (siglos XIV-XVI) en la iglesia g¨®tica de Santa Mar¨ªa a Nova. Por dos euros se puede realizar una visita guiada por Noia los jueves y s¨¢bados a las 12.00 (noia.es).
2. En el para¨ªso fluvial
Central hidroel¨¦ctrica del Tambre
Este remanso del r¨ªo Tambre, abrazado por eucaliptales, es perfecto para sobrevivir a la can¨ªcula junto a la central hidroel¨¦ctrica Tambre I, proyectada por el gallego Antonio Palacios en 1924. A partir del puente colgante (sin necesidad de cruzarlo), comienza el camino que remonta el r¨ªo junto a los rodeiros, las artes de pesca de la lamprea. A los 20 minutos de paseo ya podemos regresar. En la zona uno se encuentra tambi¨¦n con pescadores de reo, especie de trucha marina. En cuatro casas de trabajadores de la central se han habilitado las 16 habitaciones del hotel Pesquer¨ªa del Tambre, con restaurante y de trato familiar que dispensa la directora Olga G¨®mez.
3. Un puente con encanto
Ponte Nafonso (Noia y Outes)
Un kil¨®metro y medio antes de desaguar el caudaloso Tambre en la r¨ªa, el puente Nafonso, reedificado en el siglo XIX sobre cimientos del siglo XIV, enlaza los concellos de Noia y Outes. En sus 270 metros de largo conserva 20 arcos ¡ªla mayor¨ªa de medio punto¡ª, rompiendo la linealidad del puente cerca de Outes con un extra?o quiebro. En la zona recreativa, de una calma de balneario, se disfruta a fondo de este verde estuario surcado por pirag¨¹istas.
4. Noche sobre los ¨¢rboles
Caba?itas del Bosque (Outes)
En admirativo silencio se elevan las caba?as de madera hasta casi las copas de los ¨¢rboles, sin apenas huella ecol¨®gica al respetar el crecimiento de ramas y troncos con orificios en la madera de batea reciclada. Son 36 caba?as distribuidas en un radio de ocho kil¨®metros y todas disponen de cocina americana, wifi y Smart TV. La nota rom¨¢ntica la pone el jacuzzi, exterior o interior. Tambi¨¦n en la zona, a punto est¨¢n de inaugurarse las caba?as de Albeida, con vistas al mar. Para dos personas, 179 euros la noche en las Caba?itas del Bosque?(Albeida, 204-244 euros). Desayuno en cesta incluido.
5. A bordo de un balandro
O Freixo (Outes)
En el muelle marisqueiro de O Freixo la presencia de gr¨²as hace temblar a los viajeros. No delatan urbanizaciones en obras, sino los tres astilleros custodios de la tradici¨®n gallega de carpinter¨ªa de ribera, merced a estos montes bien forestados. Fondeado est¨¢ el balandro Joaqu¨ªn Vieta (1916), campe¨®n de longevidad mercante, que sirvi¨® de batea (uso postrero de muchos barcos hasta que, tras pudrirse, se iban a pique), aunque quiso el azar que este se salvara. En julio comenzaron sus pl¨¢cidos cruceros en torno a los bancos marisqueros y el rico patrimonio industrial de la r¨ªa, y hasta se reserva tiempo para un chapuz¨®n. Las traves¨ªas son los s¨¢bados a las 16.30 (pasaje, 20 euros; menores de 12 a?os, 15. Reservas: 639 72 06 31).
Un rito gastron¨®mico de la r¨ªa de Muros y Noia es el de Pepe do Coxo, restaurante de cabecera en lo referido a marisco de concha. Aqu¨ª se comen berberechos y ostras como pocas veces degustaremos en Galicia, junto a navajas y volandeiras (parecidas a las zamburi?as), a la plancha con un chorrito de Albari?o. Entre los pescados descubrimos el rubio o escacho. En la cetaria Ramais, en O Freixo, los viajeros eligen el marisco que recibir¨¢n en su casa en cuesti¨®n de 18 horas.
6. Cala y muelle
Parame¨¢n y Cabanas (Muros)
Las casas de la parroquia de Esteiro ocultan la playa de Parame¨¢n, top familiar de la orilla norte, donde este s¨¢bado, 10 de agosto, se disputa una regata de traineras (18.00) y habr¨¢ actuaci¨®n musical en el chiringuito Pet¨®n (20.00). A las 22.00 llegar¨¢ la exaltaci¨®n del mejill¨®n con vino en la alameda.
En Tal viramos hacia la playa de Cabanas, que vive a espaldas del circuito tur¨ªstico, con arena de una consistencia semejante al talco, pinos, quiosco y cetaria de orejas de mar. Como siempre en estos arenales, por las ma?anas se registra menor afluencia. A su espalda, el muelle de barcas menores, al parecer de origen fenicio.
7. Pasado hidr¨¢ulico
Molino de mareas (Serres, Muros)
Es un majestuoso molino de planta rectangular, activo desde 1830 hasta mediados del siglo XX, y alberga una exposici¨®n arqueol¨®gica. El estanque se llenaba en pleamar para que el agua entrara en bajamar por las compuertas haciendo girar las piedras. Adosada, queda la construcci¨®n destinada en 1910 a ba?os de talasoterapia. Es mejor bordear el mui?o por su izquierda: aumenta su poder de evocaci¨®n.
La carretera a Santa Comba (AC-400) surte de vistas de la r¨ªa. Y a 10 kil¨®metros, entre rotores e¨®licos y caballos salvajes, el Alto das Paxareiras anuncia con el play¨®n de Carnota las bellezas de la Costa da Morte.
8. Una villa se?orial
Muros
Al activo puerto pesquero de Muros, con subasta de pescado a viva voz, se une un rico patrimonio monumental. Los soportales, con arcos de medio punto, serv¨ªan cuando el mar llegaba hasta las casas para poner a buen recaudo las embarcaciones. Calles serpenteantes conducen a la rocambolesca fuente del lagarto, en la plaza de la Pescader¨ªa Vella; a la r¨²a Real; a la calle de la Amargura (?existe!) y a la iglesia de San Pedro, una antigua colegiata, se?alado ejemplo de estilos g¨®tico mari?eiro y barroco en la que se venera al Cristo de la Agon¨ªa. En la antigua conservera de Sel se encuentra un centro de interpretaci¨®n mar¨ªtimo. Hay visitas guiadas y gratuitas por la zona vieja de Muros, los mi¨¦rcoles y viernes, a las 12.00 (965 53 20 71).
El asador Vila de Muros, de cuidada puesta en escena, hace gala de su horno a la vez que parrilla, por su versatilidad tanto para las almejas a la brasa como para los chuletones con un m¨ªnimo de 40 d¨ªas de maduraci¨®n.
9. Estaci¨®n de petroglifos
Laxe das Rodas (Louro, Muros)
Las dos espirales y los c¨ªrculos conc¨¦ntricos de Laxe das Rodas, independientemente de su funci¨®n o no como calendarios astrales, se conservan en aceptable estado despu¨¦s de 3.500 a?os en un pe?ascal de estrat¨¦gica ubicaci¨®n. Para llegar se deben atravesar las casas de la parroquia de Louro hacia Taxes. Restar¨¢ luego una subida a pie de uno 100 metros.
Para evitar las aglomeraciones de la cercana playa de San Francisco, muy indicada para familias, los vecinos optan por su prolongaci¨®n, la playa de A Vouga.
10. Visi¨®n epif¨¢nica
Playa de Area Maior (Muros)
El monte Louro, la laguna de Xalfas bullente de avifauna, el pinar, el cord¨®n de dunas de hasta 14 metros de altura que adquiere un cromatismo inusitado al atardecer y el estar incluida en la Red Natura 2000 hacen de la playa de Area Maior uno de los para¨ªsos absolutos de la costa atl¨¢ntica espa?ola. Los surfistas agradecen la magn¨ªfica pasarela de madera y el mar bravo ¡ªpeligroso para los nadadores¡ª, mientras triunfan al atardecer los mojitos del chiringuito La Chumbera.
11. Papeleras y una mina
Brandia (Lousame)
La Galicia profunda invita al senderismo a partir de los molinos de Brandia y en paralelo al r¨ªo Vilacoba. Atravesaremos de esta forma un fotog¨¦nico bosque ¡ªcasta?os, robles, muchos avellanos¡ª hasta los vestigios de la f¨¢brica de papel de Brandia. Despu¨¦s, el sendero se ameniza con los restos de una mina de wolframio, como revela el fil¨®n de cuarzo. A tres kil¨®metros del inicio llegamos a la ruinosa papelera de Font¨¢n, que nos devuelve a 1810. Impresiona que tan alta mole se mantenga en pie, as¨ª como la terca forma con que la vegetaci¨®n est¨¢ devor¨¢ndola.
12. De la lonja al plato
Portos¨ªn (Porto do Son)
A lo largo del d¨ªa, los toques de sirena de la lonja avisan, con diferentes modulaciones, del tipo y volumen de capturas ¡ªsardina, jurel y caballa¡ª que transporta cada barco del cerco, cuya calidad ha granjeado a este puerto pesquero el sello Azul de Portos¨ªn. Podemos acercarnos a la descarga, no sin antes visitar a las 20 rederas. Con el restaurante A Casa do Tella e Rosal¨ªa, Monse Santos ha querido homenajear a sus abuelos en la f¨¢brica de salaz¨®n donde se afincaron en 1943. Todo hierve de recuerdos. En el patio se produce el encuentro de sabores entre la tosta de sardina sobre queso (ambos ahumados) y el ceviche de caballa, su gran reclamo gastron¨®mico. Quiz¨¢ figure en la carta el coruxo, de la familia del rodaballo.
13. Dunas monumentales
Playa de Aguieira (Porto do Son)
Las cornisas dunares que forman en su desembocadura los r¨ªos Cans y Quint¨¢ns, as¨ª como una arena blanca de las que ciegan y la luminosidad radiante de sus aguas, hacen que los 1,2 kil¨®metros de este arenal resulten alucin¨®genos, sensuales. Tambi¨¦n anima al ba?o saberse rodeado de monta?as, si bien es cierto que, en la orilla sur de la r¨ªa, el viento norte se hace presente los d¨ªas soleados. Mal se?alizada en la carretera, lo suyo es caminar la pasarela que la bordea. La presencia de un chal¨¦ en el islote tiene explicaci¨®n: all¨ª se instal¨® una f¨¢brica salazonera en el siglo XIX.
14. Un monte tot¨¦mico
Porto do Son
Lo mejor de Porto do Son es la vista del tot¨¦mico monte Louro, con su doble cumbre, desde el mirador de la capilla de la Atalaya. El Museo Marea, adem¨¢s de oficina de turismo, se vuelca en la etnograf¨ªa del mundo marinero sonense. Nos faltar¨¢ la visi¨®n panor¨¢mica de la r¨ªa de Muros y Noia, y parte de la de Arousa, que ofrecen las antenas del monte Enxa, al que se asciende desde Porto do Son por una m¨¢s que aceptable carretera.
15. El castro mejor conservado
Castro de Baro?a (Porto do Son)
Fortificado entre los siglos III antes de Cristo y I despu¨¦s de Cristo, alrededor de este paradigma de castro costero, con preponderancia de viviendas de planta circular, se erigieron dos l¨ªneas de murallas (en fase de excavaci¨®n) y un foso. El crep¨²sculo es el instante en que la fortaleza resplandece de encanto. A 500 metros tenemos a mano la playa de Arealonga, muy abierta al mar.
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