Pau, mirando los Pirineos
Arte urbano, el castillo donde naci¨® Henri IV y crepes en la ciudad francesa, etapa habitual del Tour y este a?o tambi¨¦n de la Vuelta Ciclista a Espa?a, este 3 de septiembre
Pau es una ciudad muy mona y tranquila, de 77.000 habitantes, situada a la vista (?y menuda vista!) de los Pirineos, que por eso mismo ha sido 71 veces final de etapa del Tour y una (este a?o, el 3 de septiembre) de la Vuelta Ciclista a Espa?a. Pero la urbe francesa tiene tambi¨¦n su lado rebelde y una pasi¨®n por el skate y la cultura alternativa.
8.00 La mejor vista
Lamartine dijo que Pau tiene la vista m¨¢s hermosa de la tierra, as¨ª como N¨¢poles la tiene del mar. Para comprobarlo, nada como andar con el primer sol por el Boulevard des Pyr¨¦n¨¦es (1), un paseo-mirador de un kil¨®metro que va del castillo de Pau (2) (donde naci¨® Henri IV de Francia) al parque de Beaumont (3) y que tiene grabados en su baranda de hierro el nombre de los muchos picos que se otean y sus alturas. El m¨¢s llamativo, el afilado Midi d¡¯Ossau (2.885 metros). A esta hora ya lleva una y cuarto funcionando el funicular de Pau (4), un entra?able armatoste de 1908 con el que podemos bajar al parque Tissi¨¦, cerca de la estaci¨®n de tren, para recorrer el Tour des G¨¦ants (5), un museo al aire libre formado por 108 t¨®tems amarillos que informa con textos y realidad aumentada sobre curiosidades de la Grande Boucle. Pau es la ciudad que m¨¢s veces ha recibido al Tour, despu¨¦s de Par¨ªs y Burdeos. Luego volveremos a subir en el funicular (?es gratis!). O lo haremos a pie por la avenida de Napole¨®n Bonaparte, una cuesta con los nombres de los vencedores de la etapa de Pau pintados sobre el asfalto; incluido Perico Delgado, que gan¨® en 1986.
10.00 Surf en aguas bravas
El que no hace deporte en Pau es porque no quiere. Adem¨¢s de 750 hect¨¢reas de parques para corretear y estirarse, existe un sistema de pr¨¦stamo de bicis, IDEcycle, que cuesta un euro al d¨ªa, m¨¢s las horas que se monte (gratis, las dos primeras). Adem¨¢s, hay un parque de aguas bravas (6) donde puede hacerse rafting, hydrospeed, kayak, stand-up paddle¡, ?incluso surf!
12.00 Skate y street art
Al lado de la estaci¨®n de tren se encuentra la Halle Sernam (7), un antiguo pabell¨®n industrial de 5.800 metros cuadrados que Pau quiere convertir en el mayor skate park de Europa: los espacios abiertos se inaugurar¨¢n a finales de este a?o, y el interior, en 2021. Ya se puede admirar en su muro exterior el espectacular mural de 200 metros de longitud Skate invaders. Al skate dedica Pau todos los veranos el festival Vagues de B¨¦ton. Y en septiembre y octubre, otro a las culturas independientes: ?t¨¦ Ind¨¦. Todo el a?o abre sus puertas L¡¯Atelier Ambulant (8) (Mar¨¦chal Joffre, 10), una antigua galer¨ªa comercial transformada en laboratorio de arte urbano, con varios artistas a los que se puede ver trabajando en las tiendas. Y siempre es un placer pasear por las calles de Pau, tan finas ellas, rastreando joyas gamberras de street art, como los 10 space invaders que hay diseminados por la ciudad (uno, en la misma calle del Mar¨¦chal Joffre, esquina con la plaza de la Reine Marguerite) o como el individuo que lee el peri¨®dico en un pasadizo de la Rue du H¨¦das (9), sacado de Oficina del algod¨®n en Nueva Orleans, de Edgar Degas.
13.00 Ronda de museos
El degas original (y un sorolla y un greco¡) se puede ver en el Museo de Bellas Artes (10). Quien quiera echar el d¨ªa entero viendo museos, tiene el dedicado a Bernadotte (11), el vecino de Pau que lleg¨® a ser rey de Suecia (Carlos XIV Juan); el museo-memorial de los Paracaidistas (12) o el propio castillo de Pau, que atesora una de las mejores colecciones de tapices de Francia, nada menos que 96, muchos de ellos de gobelinos.
13.30 Degustaci¨®n en el mercado
M¨¢s que viendo museos, a esta hora los vecinos est¨¢n comiendo. Aqu¨ª es ya casi tarde. En el mercado Les Halles (13), espl¨¦ndidamente renovado por los arquitectos Ameller y Dubois, se pueden hacer minidegustaciones de productos locales y bio. Se paga o se utilizan los vales Pau Pass Gourmand que venden en la oficina de turismo (14) de la Place Royale (seis vales por ocho euros). Los locales m¨¢s demandados son Oyster Bar (ostras), Maison Balme (productos trufados), Au Petit Dolmen (cr¨ºpes) y Garg¡¯Antoine (charcuter¨ªa selecta).
17.00 Vino de Juran?on
A 13 kil¨®metros de Pau, en Gan, nos aguardan los empinados vi?edos de Domaine Latapy (15), donde se producen los dulces blancos de Juran?on. La due?a es simpatiqu¨ªsima, Irene Gillhendou, habla buen castellano, y hay una caba?a de madera ideal (entre otros alojamientos rurales) para dormir en una ladera cuyas vistas, m¨¢s que sue?o, producen desmayos. Ya que hemos cogido el coche, nos acercamos a la villa medieval de Lescar (16), la primera capital del B¨¦arn. En su catedral rom¨¢nica, en plena ruta jacobea francesa, alucinamos con los capiteles historiados y con un fant¨¢stico mosaico de asunto cineg¨¦tico protagonizado por un arquero negro con pata de palo. En esta iglesia reposan los restos de los ¨²ltimos reyes de Navarra, Catalina y Juan de Albret.
20.30 Salm¨®n con sorbete de lim¨®n
Para cenar, cerca del castillo de Pau est¨¢n los restaurantes m¨¢s animados. Como el Henri IV (17) (+33 5 59 27 54 43). En verano apetece su sashimi de salm¨®n con sorbete de lim¨®n; en invierno, su garbure, una sopa tradicional de col con legumbres y confit de pato. Tambi¨¦n est¨¢ siempre a tope la brasserie Le Berry (18), en la plaza de Georges Clemenceau, donde acertaremos si pedimos los sesos de ternera. Otro acierto es la terraza con vistas de Le Poulet ¨¤ 3 Pattes (19), en pleno Boulevard des Pyr¨¦n¨¦es. Si no nos convence pernoctar en el apartado Domaine Latapy, haremos bien en hospedarnos en el hotel Bristol (20), en una c¨¦ntrica casa decimon¨®nica. Merece la pena reservar una habitaci¨®n de la cuarta planta, con terraza asomada al coraz¨®n hist¨®rico de Pau y al paisaje monta?oso. No todos los d¨ªas se ve desde la cama (y desde el v¨¢ter) el majestuoso pico de Midi d¡¯Ossau.
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