Munch, a la espera de estrenar casa en Oslo
Del futuro museo para el autor de 'El grito', edificio del arquitecto espa?ol Juan Herreros, al barco con el que Amundsen viaj¨® a la Ant¨¢rtida, cinco visitas en la Capital Verde Europea de 2019
Oslo ha sido nombrada Capital Verde Europea 2019, un apropiado galard¨®n para esta ciudad que, sin la espectacular belleza de otras capitales n¨®rdicas, merece sin duda una visita para comprobar su calidad de vida y su esfuerzo para que la vida urbana sea lo menos urbana posible. Una ciudad sin apenas coches, con bosques en pleno casco urbano, paseos junto a un r¨ªo salvaje cerca del centro, y terrazas y restaurantes que dan al fiordo donde podemos darnos un ba?o si vamos en verano. Si vamos en invierno, tambi¨¦n (hay un club de amigos del ba?o en hielo que se re¨²ne cada jueves). Una ciudad amable, f¨¢cil (tambi¨¦n cara) y muy segura, a pesar del auge de la novela policiaca noruega. Ideal para una escala de camino a la costa occidental, pero tambi¨¦n para una visita exclusiva.
Oslofjord y la ?pera
Oslofjord es el fiordo de Oslo, pero queda mejor en noruego, un idioma cuya musicalidad invita a aprender unas cuantas palabras (en realidad hay dos idiomas noruegos, pero esa es otra historia). No es un fiordo como los que rodean Bergen, al oeste, pues el paisaje es m¨¢s plano, aunque bello, y configura la geograf¨ªa de la capital, siembre buscando el agua. Lo m¨¢s aconsejable es acercarse al fiordo ¡ªen bicicleta, metro, tranv¨ªa, bus o a pie¡ª y desde all¨ª tomar la medida de esta ciudad que nos conquistar¨¢ enseguida. En los diferentes muelles hay terrazas donde tomar algo, playas urbanas, embarcaderos para cruzar en ferri a alguna de las islas cercanas (por ejemplo, a Tjuvholmen, donde se ubica el museo de arte moderno Astrup Fearnley, proyectado por Renzo Piano), y contemplar tambi¨¦n la fachada de imponentes edificios modernos, entre los que destaca la ?pera (obra del estudio Snohetta), con su fachada blanca llena de ventanales hasta el suelo. Tras recorrer el grandioso vest¨ªbulo de entrada se puede volver a salir para subir al tejado y contemplar el fiordo desde arriba. Antes de viajar a Oslo resulta recomendable consultar el programa de actuaciones y as¨ª aprovechar la visita a la ?pera al completo.
El parque de Vigeland expone 200 obras del escultor noruego dedicadas a las etapas de la vida humana
Fortaleza de Akershus
M¨¢s cercana al centro, a unos minutos a pie desde el Ayuntamiento (donde cada a?o se entrega el Premio Nobel de la Paz, el ¨²nico de estos prestigiosos galardones que no se concede en Suecia), un puente levadizo sirve de acceso a esta fortaleza amplia que invita al paseo y, una vez m¨¢s, a la contemplaci¨®n de la ciudad a vista de p¨¢jaro. Dentro del recinto hay parques, pabellones militares y un castillo antiguo. Junto a la entrada, en el caf¨¦ Skansen, se puede tomar un tentempi¨¦, aunque a qu¨¦ precios, Thor. La comida en Oslo es rica y variada, pero no debemos irnos sin probar el producto m¨¢s cl¨¢sico: el salm¨®n. La llegada del buen tiempo (el fr¨¢gil buen tiempo noruego) es celebrada por los habitantes de Oslo saliendo a la calle y llenando sus terrazas: un ambientazo estupendo.
El Museo Munch
Junto a la ?pera se est¨¢ culminando el nuevo Museo Munch (cuya apertura est¨¢ prevista para la primavera de 2020), proyectado por el arquitecto espa?ol Juan Herreros, donde se podr¨¢ ver su obra m¨¢s famosa, El grito, con el fiordo al fondo del lienzo, junto a otros miles de cuadros de este pintor formidable, uno de los noruegos m¨¢s conocidos junto a los escritores Ibsen o Hamsun, quien termina una de sus mejores obras (Hambre) con el protagonista embarcando hacia C¨¢diz. El edificio de Herreros ha cambiado el perfil urbano de Oslo con sus 60 metros de altura y la parte superior inclinada hacia el agua. Ser¨¢ uno de los mayores museos del mundo dedicados a un ¨²nico artista. Edvard Munch no solo se ocup¨® del alma atormentada, la colecci¨®n del museo sorprende por la variedad de temas que pint¨®. Mientras termina la nueva sede se pueden ver obras suyas en el museo antiguo.
Parque de Vigeland
El impresionante parque de esculturas es uno de los lugares m¨¢s visitados de Noruega. En esta gran zona verde se exponen de manera permanente m¨¢s de 200 esculturas que Gustav Vigeland cre¨® en piedra y bronce espec¨ªficamente para el parque, tambi¨¦n dise?ado por el escultor. La mayor¨ªa de las obras representa alguna de las etapas de la vida humana, y la del ni?o enrabietado es la m¨¢s popular, ante la que el perfecto turista se fotograf¨ªa. El turista imperfecto se fotograf¨ªa con el ni?o de al lado sin esperar su turno.
Gu¨ªa
- ?pera de Oslo. Visitas guiadas, 12 euros.
- Fortaleza de Akershus.
- Museo del Esqu¨ª (15 euros).
- Museo de los Barcos Vikingos (10 euros, ni?os gratis).
- Museo Fram (12 euros).
- Turismo de Oslo.
- Turismo de Noruega.
Esqu¨ª y mares lejanos
No podemos olvidar tres atracciones indispensables en Oslo. La primera es el Holmenkollen, el Museo del Esqu¨ª. Los deportes m¨¢s populares de Noruega son los de invierno, sobre todo el esqu¨ª de fondo y el salto. Se expone el equipo personal de Roald Amundsen, explorador noruego que lider¨® la primera expedici¨®n que pis¨® el Polo Sur en 1911. Aunque, mejor que su equipo, es poder contemplar su barco, el Fram, utilizado en las aventuras polares de Nansen, Sverdrup y Amundsen. En el Museo Fram se exhibe la nave original, a la que se puede entrar, y que conserva objetos originales. Muy cerca se encuentra el Museo de los Barcos Vikingos, quienes curiosamente no portaban cascos con cuernos, pero s¨ª eran grandes navegantes, y aqu¨ª se pueden ver algunos de los barcos que mejor se conservan. A estos dos museos se puede ir en ferri desde el muelle c¨¦ntrico, muy cerca de donde nos resfriaremos el jueves, aunque en verano nos ba?aremos hasta los mi¨¦rcoles.
Pablo Aranda es autor de la novela La distancia (Malpaso).
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