Ciria, hospitalidad en el Pirineo aragon¨¦s

La zona de El Fogaril, en el hotel Ciria, es el lugar m¨¢s cotizado del Pirineo aragon¨¦s para el aperitivo antes de irse a cenar. Su morfolog¨ªa de hogar recogido bajo una c¨²pula de piedra con cadieras (esca?os) de madera y el fuego de le?a siempre encendido en el centro es la expresi¨®n cr¨ªptica de la hospitalidad en la monta?a. Aunque es verdad que, en noches benignas de verano, el tentempi¨¦ m¨¢s hospitalario se traslada a la terraza exterior del hotel, en plena calle principal de Benasque, donde las sombrillas y los farolillos acogen una conversaci¨®n m¨¢s expansiva y multitudinaria con los lugare?os. El otro Fogaril, el restaurante, une ambos espacios y hermana a las clientelas devotas, unas a Jos¨¦ Mari Ciria, al frente del negocio hotelero, otras a su hermano Dioni Ciria, que oficia en los fogones junto a su esposa, Estrella Pertusa. A las labores como anfitriones se les ha unido, no hace mucho, la hija de ambos, Mar¨ªa.

Casi cuatro decenios de experiencia sostienen enf¨¢ticamente la hospitalidad en Benasque, el denominado Chamonix espa?ol. Aqu¨ª se urden las telas y entretelas del excursionismo de alta monta?a, las culminaciones al Aneto, los paseos por las m¨¢rgenes del r¨ªo ?sera, las esquiadas por las lomas de Cerler. Ox¨ªgeno en estado puro.

Aqu¨ª se pasan tambi¨¦n las noches desconectadas de la realidad, en el limbo de unos colchones y unas s¨¢banas impregnados de Mimos¨ªn. Habitaciones c¨¢lidas y fragantes como los p¨¦talos que ilustran algunos de sus cabeceros, la flor reina del Pirineo aragon¨¦s, el edelweiss. Todas cumplen un protocolo r¨²stico de madera noble y lencer¨ªa gruesa, unas con balcones abiertos a las crester¨ªas, otras con ventanales que juegan a enmarcar desde la posici¨®n del durmiente los tejados cartesianos del pueblo. Las mejores, ya lo da el nombre, son sus dos suites d¨²plex Posets y Bal d¡¯Est¨®s. A mayor af¨¢n, abuhardilladas, con camas de dimensiones matrimoniales y las mejores panor¨¢micas del valle.

Sentarse frente a los manteles, viandas mayores aparte, exige un conocimiento previo del mundo de las setas. Ser¨ªa una l¨¢stima perd¨¦rselas aderezando el condumio, por lo que ambos hermanos Ciria se entregar¨¢n con ciencia y paciencia a instruir al hu¨¦sped en su degustaci¨®n. Tiempo habr¨¢ en el fogaril de los esca?os susodichos para repasar despu¨¦s la lecci¨®n.