15 atardeceres en 15 islas espa?olas que ni pintados
El despliegue de tonalidades sobre el cielo de Tabarca, en Alicante; el tranquilo enclave de Punta Li?eiros, en Pontevedra, o una fiesta boho en Ibiza. Pistas isle?as para una puesta de sol inolvidable
Si hay una constante en las islas es poder complacerse con la puesta de sol sobre un tel¨®n de fondo marino. Y es en ese momento cuando nadie podr¨¢ arrebatarnos la m¨¢s profunda conexi¨®n personal con la naturaleza, alentando la felicidad en playas, torres, terrazas o acantilados. Tras el ocaso esperaremos el encendido del faro m¨¢s cercano y, despu¨¦s de la cena, la lluvia de las perseidas, estrellas que seguir¨¢n rasgando el cielo nocturno hasta el pr¨®ximo 24 de agosto, este a?o con la ayuda de la luna menguante. Llega el crep¨²sculo, con su gama de colores y de planes para disfrutarlo, al oeste de 15 islas espa?olas donde poder pernoctar.
Rumores de la pedrera
Tabarca (Alicante capital).
La cantera de piedra tosca de la que se nutri¨® el conjunto urbano fortificado de Tabarca se halla en una suerte de islote situado en la punta occidental de la isla alicantina. A la cantera se pasa, entre graznido de gaviotas, moj¨¢ndose ligeramente los pies, si bien tampoco es necesario: basta colocarse delante de la puerta de La Trancada para disfrutar Tabarca en su heroica soledad. Sus baluartes, murallas e iglesia parecen, seg¨²n reciben variadas tonalidades de naranja, intercambiar sus apariencias. A unos 120 metros de la puerta espera la casa rural La Trancada (casalatrancada.com), de ocho habitaciones, cuya azotea tambi¨¦n sirve de mirador.
De fiesta ¡®boho¡¯
Alma Beach, San Jos¨¦ (Ibiza).
La prueba de que el coronavirus no ha podido con el esp¨ªritu ibicenco es el recientemente inaugurado resort Alma Beach (almabeachibiza.es) en Port des Torrent, una aplacerada cala en la que un bosquete de sabinas se aparta para dejar paso a un centro wellness con dos terrazas, a las que suma clases de yoga, masajes y la pr¨¢ctica de deportes acu¨¢ticos. Si el restaurante Alma Eat is Life propone una dieta de coca a la brasa o tiradito de lubina salvaje, es su vecina, la terraza Alma Sunset, la que disfruta, adem¨¢s de restaurante de cocina mediterr¨¢nea, del ¨¢ngulo para ver derrumbarse el astro rey por detr¨¢s de los varaderos encastrados en la punta de Sa Pedrera. Con las discotecas de Ibiza cerradas, en la isla balear gozan de especial preeminencia las fiestas en locales de playa como el Alma Sunset y su fiesta Boho (pr¨®ximas citas: 20 y 28 de agosto), amenizada por el DJ Camilo Franco y en la cual bailarinas entran en el mar con antorchas y una acr¨®bata ejecuta danzas a¨¦reas sobre el aro, mientras una maquilladora caracteriza a la clientela.
Una cueva de pel¨ªcula
Faro de Barbaria (Formentera).
Como alternativa a los abusivos precios que aplican durante los atardeceres muchos locales de la playa de Ses Illetes tenemos el faro del Cap de Barbaria, emblem¨¢tico en la espera de la llegada del crep¨²sculo, y no tan masificado desde que se cerraron al tr¨¢fico rodado los dos ¨²ltimos kil¨®metros (salvo para quien padezca problemas de movilidad). Desde la punta suroccidental de Formentera, Barbaria (Berber¨ªa, en castellano) era la punta m¨¢s pr¨®xima a la costa argelina y de ah¨ª su nomenclatura. A unos 40 metros de la torre luminosa se abre el forat, orificio por el que se puede descender a una m¨ªtica gruta suspendida en el acantilado. Este es el fantasioso agujero que en la pel¨ªcula Luc¨ªa y el sexo de Julio Medem (2001) hac¨ªa que los cuentos no acabasen, sino que reaparecieran en su mitad.
Ba?o y torre almenara
Torre de En Basset, Andratx (Mallorca).
Del atardecer sobre el brazo de mar que separa las islas de Mallorca y Dragonera emana una poes¨ªa muy particular. Merecen la pena los 50 minutos de caminata hasta la cala de En Basset desde Sant Elm, cuyas bifurcaciones se aclaran con flechas en la p¨¢gina web y la aplicaci¨®n de Watch About! (watchaboutapp.com). El primer desv¨ªo a la izquierda conduce a la torre de En Basset, adonde acudiremos a despedir la jornada, puesto que hay que seguir recto si queremos ba?arnos en la pedregosa cala hom¨®nima, entre una colorista orograf¨ªa mineral tachonada de pinos. No se aprecian corrientes; s¨ª praderas de posidonia y ba?istas embadurn¨¢ndose con arcilla. De la orilla de la cala a la torre hay que calcular unos 45 minutos a pie. La luz del ocaso arranca tonos rojizos al muro de la cercana finca de La Trapa, una excursi¨®n que merece la pena para otro d¨ªa.
En el cabo menorqu¨ªn de Cavalleria se vive el ritual crepuscular en un acantilado a 90 metros
Menorca crepuscular
Cabo de Cavalleria, Es Mercadal (Menorca).
Tras una jornada de chapuzones en la id¨ªlica playa de Cavalleria, llega el momento de conocer este cabo aplanado que marca el norte geogr¨¢fico menorqu¨ªn. Las vallas de la angosta carretera hay que cerrarlas al paso de los veh¨ªculos puesto que en Menorca no existen pastores: los muros de piedra en seco hacen las veces de corral.
Al pie de la torre farera, dotada con bar de verano, permanece la cantera de la que se extrajeron los bloques que hoy la sostienen, y muy cerca se encuentra el t¨²nel en forma de L de la bater¨ªa de la Guerra Civil. Al final de la tarde podremos asistir al cl¨¢sico ritual colectivo de embrujo inequ¨ªvocamente mediterr¨¢neo, al borde de un acantilado de 90 metros de altura, sin casi vegetaci¨®n. Delante, el islote dels Porros, en un f¨¦rtil entorno de naufragios.
Para¨ªso atl¨¢ntico
Silla de la Reina, islas C¨ªes (Vigo, Pontevedra).
El poder asistir aqu¨ª a la puesta de sol se lo debemos al camping Islas C¨ªes (campingislascies.com), equipado con tiendas de lona ya instaladas ¡ªlos bungal¨®s est¨¢n prohibidos en el parque nacional de las Islas Atl¨¢nticas de Galicia¡ª, por lo que solo se requiere llevar el saco de dormir. Cuando la tarde se vuelve violeta, caben dos opciones: apreciarla junto al lago o bien ascender en 40 minutos al Alto del Pr¨ªncipe, en la isla de Monteagudo, para vivir uno de esos momentos imborrables para un amante de las costas: ver caer el disco solar por la vertiente fragorosa de las C¨ªes sentado en la Silla de la Reina, una formaci¨®n p¨¦trea producto de la erosi¨®n. Las posibilidades fotog¨¦nicas que ofrece, a 115 metros de altura, son casi infinitas. Eso s¨ª, hay que tener en cuenta llevar una linterna para el regreso.
Gaviotas y pescadores
Punta Li?eiros, isla de Ons (Bueu, Pontevedra).
Los alrededores del faro son los lugares m¨¢s frecuentados bajo el sol declinante. De ah¨ª que Punta Li?eiros sea un enclave m¨¢s tranquilo, por ignoto, de la isla de Ons, integrada en el parque nacional de las Islas Atl¨¢nticas de Galicia. A dicha punta se llega desde el camping Isla de Ons (campingisladeons.com), cuyo gran atractivo son las tiendas Glamping, con camas instaladas sobre base de madera. Unos 800 metros separan estos alojamientos de la rocosa Punta Li?eiros, junto a una caleta, coto de pescadores y h¨¢bitat de aves marinas. Un enclave ideal para los que buscan la m¨¢s alta forma de representaci¨®n de un atardecer atl¨¢ntico.
Con un rico plato de vieja
Restaurante Costa Azul, El Golfo (Yaiza, Lanzarote).
La playa de El Golfo ha perdido la arena negra (ni los vecinos se atreven a ba?arse en estas costas peligros¨ªsimas), as¨ª como las barcas pesqueras. A cambio, perviven las esencias marineras en sus 12 restaurantes de pescado. En el Costa Azul (928 17 31 99), con 30 a?os a sus espaldas, se puede disfrutar c¨®modamente del atardecer, quiz¨¢ con la calima sahariana envolviendo este paisaje volc¨¢nico (la mejor ¨¦poca para acudir es en septiembre). Acto seguido, en la misma mesa, es momento de dar cuenta de un plato de pez vieja, un caldo de pescado o un arroz con carabineros, dej¨¢ndonos impregnar por el olor a yodo y algas frescas. Cuanto m¨¢s alborotado est¨¦ el Atl¨¢ntico, con mayor ah¨ªnco.
Gloriosa insularidad
Playa de Las Conchas, La Graciosa (Teguise, Lanzarote).
La fachada occidental de La Graciosa, la octava isla canaria, tiene como mejor oteadero Las Conchas, el f¨¦nix de las playas espa?olas. Con los primeros tonos viol¨¢ceos, un viento fresco recorre las dunas, a la vista del islote de Monta?a Clara y respaldado el visitante por el volc¨¢n Monta?a Bermeja. Saber que se ha marchado el ¨²ltimo turista en el barco de las siete suscita una sensaci¨®n de gloriosa insularidad. Lo suyo es llegar a este arenal en bicicleta con faro o, mejor, concertar los trayectos con un taxi todoterreno. Las Conchas y Caleta del Sebo forman el paisaje literario de Parte de una historia (1967), la ¨²ltima novela que escribi¨® Ignacio Aldecoa y que todo viajero deber¨ªa llevar en la maleta.
Como en un autocine
Castillo de El Tost¨®n, La Oliva (Fuerteventura).
Las playas y el faro de El Cotillo son cita al atardecer. En el caso de que arrecie el viento de Noreste, una opci¨®n es trasladarse hasta el cil¨ªndrico castillo de El Tost¨®n, erigido en 1700, y aparcar a su lado, en bater¨ªa. Ahora, por el coronavirus, permanece cerrado, pero no hay necesidad de salir del veh¨ªculo para que uno pueda disfrutar, tal que en un autocine, de ocasos roj¨ªsimos que invitan a beberse hasta el ¨²ltimo rayo de sol. Luego, a unos 200 metros, se puede cenar a gusto en la terraza del restaurante La Ballena (633 20 87 39), esta s¨ª a resguardo de los alisios.
Piscinas con vistas
Salinas de Agaete (Gran Canaria).
Desde Las Salinas de Agaete, tres piscinas naturales en Gran Canaria, se observa el Teide
El puerto de las Nieves, conectado por transbordador con Santa Cruz de Tenerife, es zona de paso, por lo que a muchos se les suele olvidar darse un chapuz¨®n en Las Salinas de Agaete. En ellas se aprovechan las rocosidades para tender un dique en la rompiente generando tres piscinas naturales batidas por las olas durante la pleamar. Aqu¨ª abre un quiosco-bar cuya hora grande llega con el caer de la tarde a la vista del roque Faneque. Al tiempo que nadamos podremos comprobar c¨®mo se perfila la silueta del pico del Teide entre nubes algodonadas. Es buena idea contemplar los ¨²ltimos brotes de luz en los bancos de piedra del paseo mar¨ªtimo que conduce al monumento a los poetas grancanarios.
C¨®ctel en una cama balinesa
Le Club, playa de Fa?ab¨¦ (Adeje, Tenerife).
En el sur tinerfe?o la oferta de terrazas rara vez decepciona. Le Club (leclubtenerife.com), sin ir m¨¢s lejos, con 60 camas balinesas (este a?o se pueden reservar las de primera l¨ªnea de mar sin pagar suplemento), a las que se unen la pr¨¢ctica de deportes acu¨¢ticos, vestuarios, taquillas y p¨¢rking. Su ambiente apacible se anima los fines de semana con los DJ¡¯s y alg¨²n violinista o saxofonista. Con un mojito o una selecci¨®n de champa?as en mano veremos c¨®mo el sol cae por el horizonte marino (dentro de unas semanas lo har¨¢ por detr¨¢s de la isla de La Gomera). A la hora de la cena caben opciones tan tentadoras como la hamburguesa gourmet o el carpaccio de cherne.
Un mar de plataneras
Tasca La Marmota (Tazacorte, La Palma).
La terraza de la tasca La Marmota (664 13 97 50), muy despejada, se eleva junto al casco viejo de Tazacorte dominando una basta extensi¨®n de plataneras que se dora al final del d¨ªa y entre las que se distingue el Museo del Pl¨¢tano (calle Miguel de Unamuno) y el exquisito hotel Hacienda de Abajo (hotelhaciendadeabajo.com). Merece la pena reservar mesa en El Mirador para una cena de tapitas ¡ª?con una hamburguesa artesanal, quiz¨¢?¡ª regadas con gin tonics servidos con el ritual de rigor. Del techo de este local hospitalario y cordial penden sugerentes carteles, como ¡°Planta tus sue?os¡±. M¨¢s all¨¢, un Atl¨¢ntico que, si acuden las nubes, genera l¨ªneas de fulgores.
El aut¨¦ntico ¡®far west¡¯
Faro de Orchilla (El Pinar, El Hierro).
Pocos lugares volc¨¢nicos como este proporcionan al atardecer una sensaci¨®n tan acabada de aislamiento, soledad y arrobamiento. El faro de Orchilla ocupa el conf¨ªn occidental espa?ol y cualquier alojamiento se encuentra a no menos de media hora en coche. Se agradece el asfalto que desde hace un par de a?os facilita la bajada al faro. Se puede ir primero al ¨¢rea recreativa del muelle, situado a 1,5 kil¨®metros, de donde se trasladaron las piedras de la torre luminosa a lomos de camellos.
A 100 metros del faro muchos se sorprender¨¢n por la escalera que baja a un tubo volc¨¢nico que lleva al paseante sobre el oc¨¦ano desde una gruta-mirador. Con la linterna se evitan coscorrones. El crep¨²sculo se torna entre amarillo y naranja iridiscente; despu¨¦s el Sol se va a iluminar las rutas atl¨¢nticas.
Dulce oleaje
Playa de La Calera (Valle Gran Rey, La Gomera).
En invierno la playa de La Calera, hu¨¦rfana de aportes arenosos, recibe el crep¨²sculo entre tambores y malabaristas de iconograf¨ªa jipi, consecuencia del turismo internacional. En verano, por contra, el p¨²blico local y nacional disfruta en silencio del oleaje y de la terraza chill out del restaurante Para¨ªso del Mar (922 80 54 47), en la que triunfan el almogrote gomero y los pescados canarios.
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