El gran puzle de It¨¢lica
El palacio de la Condesa de Lebrija, la Casa Salinas y otros enclaves de Sevilla donde contemplar los mejores mosaicos de la ciudad romana
La ciudad romana de It¨¢lica, fundada en el a?o 206 antes de Cristo, nunca ha sido borrada por el tiempo. Siempre ha estado ah¨ª, a siete kil¨®metros de Sevilla, en lo que hoy es Santiponce, y su ruina ha sido precisamente su visibilidad. Habitada hasta el siglo XII, tambi¨¦n durante el periodo musulm¨¢n, It¨¢lica sirvi¨® de cantera a unos y a otros, que utilizaron fustes, capiteles y sillares para nuevas construcciones. Tan escasa era la importancia que se le otorgaba al patrimonio que el propio Ayuntamiento de Sevilla orden¨® en 1740 derribar los muros de su imponente anfiteatro ¡ªcon capacidad para 25.000 espectadores, era uno de los m¨¢s grandes del Imperio Romano¡ª y levantar con su piedra un dique en el r¨ªo Guadalquivir. Una p¨¦sima decisi¨®n que debilit¨® el edificio ante la siguiente gran agresi¨®n: el famoso terremoto de Lisboa de 1755 que hizo tambalearse a toda la pen¨ªnsula Ib¨¦rica y al norte de ?frica.
¡°Todo lo que hoy es It¨¢lica formaba parte de las fincas r¨²sticas que pertenec¨ªan a los jer¨®nimos del monasterio de San Isidoro del Campo desde el siglo XIV, quienes a principios del XVII permitieron a los habitantes de su se?or¨ªo asentarse sobre una zona con ruinas romanas cercana al monasterio, en lo que hoy es el pueblo de Santiponce; es decir, sobre la Vetus Urbs fundada por Escipi¨®n el Africano¡±, explica el arque¨®logo Jos¨¦ Manuel Rodr¨ªguez Hidalgo, director del Conjunto Arqueol¨®gico de It¨¢lica entre 1991 y 1997. ¡°Mientras que la ampliaci¨®n que promovi¨® el emperador Adriano en los siglos I y II de nuestra era, la Nova Urbs, sigui¨® siendo terreno r¨²stico. Tras la desamortizaci¨®n de Mendiz¨¢bal de 1835, la Nova Urbs, con su anfiteatro, queda hu¨¦rfana y los vecinos de Santiponce se reparten las tierras. Hay un vac¨ªo legal hasta que en 1912 el Gobierno espa?ol declara a It¨¢lica monumento nacional¡±, a?ade.
La parte excavada y visitable de It¨¢lica es apenas el 20% de la superficie que ocupaba la ciudad romana en la que nacieron dos emperadores ¡ªTrajano (53-117) y Adriano (76-138)¡ª, aunque el conjunto protegido son 115 hect¨¢reas. ¡°Lo que puede verse hoy es el barrio adrianeo, la ampliaci¨®n que se hizo durante los siglos I y II con casas para las ¨¦lites romanas, lo que se constata en sus dimensiones, factura y decoraci¨®n, en la que es b¨¢sica la geometr¨ªa. Lo importante es que esta zona se abandon¨®, nunca tuvo construcciones superpuestas y es ideal para estudiar el urbanismo en ¨¦poca de Adriano¡±, explica sobre el terreno Fernando Panea, director del conjunto que, a pesar de los expolios, conserva a¨²n bellos ejemplos de esas villas con importantes mosaicos. Una peculiaridad sobre la que Andaluc¨ªa sustenta su petici¨®n en curso a la Unesco para que declare It¨¢lica patrimonio mundial.
Y para hacerse una idea del lujo arquitect¨®nico de los antiguos moradores de It¨¢lica no hay m¨¢s que ver las dimensiones, los elementos y los mosaicos de casas que se han excavado como las de los P¨¢jaros, de Hylas, Patio Rodio o de la Exedra. Esta ¨²ltima con 4.000 metros cuadrados, de cuyo criptop¨®rtico se piensa que sali¨® el magn¨ªfico opus sectile (pavimento realizado con distintos m¨¢rmoles que forman motivos geom¨¦tricos) que Regla Manj¨®n compr¨® en 1904 para la galer¨ªa del patio central de un edificio del siglo XVI que adquiri¨® en el centro de Sevilla para alojar su amplia colecci¨®n de antig¨¹edades, el palacio de la Condesa de Lebrija, actualmente abierto al p¨²blico.
Este opus sectile, m¨¢rmoles exquisitamente mezclados que proven¨ªan de todo el Imperio Romano, circunda el mosaico Los amores de Zeus, un trabajo de casi 7?¡Á?7 metros de superficie y 25 medallones con escenas mitol¨®gicas. ¡°Yo estimo ¨¦ste como el mejor que se ha descubierto en It¨¢lica (¡). Yo he visto en Roma los que se conservan en palacios y museos, y los he encontrado en riqueza y colorido inferiores a ¨¦ste, que me enorgullezco de haber salvado de la destrucci¨®n¡±, escribi¨® Manj¨®n, condesa de Lebrija, en 1920, en una descripci¨®n de la que es la pieza principal de su colecci¨®n.
Toda la planta baja del palacio, un museo privado abierto al p¨²blico en la capital andaluza, est¨¢ cubierta con algunos de los mejores mosaicos de It¨¢lica que la arist¨®crata, gran coleccionista, fue comprando entre 1901 y 1914 ¡ªla declaraci¨®n de monumento en 1912 no tuvo un efecto inmediato¡ª a los agricultores de Santiponce y a vecinos del pueblo que se topaban con ellos en sus corrales o bajo sus casas. Manj¨®n fue coloc¨¢ndolos en su palacio, que los expertos consideran el mejor pavimentado de Europa. ¡°Ella ten¨ªa devoci¨®n por todo lo art¨ªstico, pero la arqueolog¨ªa era su pasi¨®n desbordada. Era una persona culta, pintaba, escrib¨ªa y era amiga de artistas, entre ellos Sorolla, que la retrat¨®, y fue la primera mujer en ingresar en la Real Academia de Bellas Artes de Sevilla. Mi padre me cont¨® que la t¨ªa Regla tuvo que vender dos cortijos para adquirir varios mosaicos que consigui¨® salvar justo antes de que los destruyera el arado¡±, comenta Isabel Le¨®n, directora de la casa palacio y presidenta de la ?Real Academia de la que form¨® parte su t¨ªa bisabuela.
Los primeros en valorar lo que quedaba de Sevilla la Vieja, como la llamaban entonces, fueron los franceses en 1810; durante la ocupaci¨®n napole¨®nica crearon una norma legal para proteger la ciudad e iniciar las excavaciones, pero los expolios continuaban y los trabajos cient¨ªficos se iniciaron mucho despu¨¦s. En 1860, el arquitecto provincial Demetrio de los R¨ªos comenz¨® a excavar el anfiteatro con criterio cient¨ªfico, porque hasta entonces la pr¨¢ctica habitual era destrozar los restos en busca de esculturas u objetos valiosos para venderlos al mejor postor. Todo legal. El propietario del suelo pod¨ªa hacer su voluntad con lo encontrado.
¡°A finales del XIX se producen grandes hallazgos en It¨¢lica, como la Lex Gladiatoria [una tabla de bronce del siglo II con un senadoconsulto sobre los espect¨¢culos con gladiadores que se conserva en el Museo Arqueol¨®gico Nacional], que, sumado al inter¨¦s que hab¨ªa despertado el descubrimiento de Pompeya en las clases altas de toda Europa, hace que It¨¢lica se convierta en un foco de atracci¨®n para la aristocracia y la burgues¨ªa m¨¢s cultivadas. Hasta entonces, los mosaicos de las grandes villas adrianeas hab¨ªan permanecido en su sitio porque no serv¨ªan como material de acarreo, no sab¨ªan sacarlos y no pod¨ªan reutilizarse; pero con la moda pompeyana el mosaico deja de contemplarse como pavimento y se convierte en un objeto mueble muy deseable¡±, comenta Rodr¨ªguez Hidalgo.
La Pompeya espa?ola
Hay un problema para saber cu¨¢les son las piezas del puzle y encajar en las ruinas del conjunto actual ¡ªmetaf¨®ricamente, claro est¨¢¡ª los mosaicos que compr¨® Manj¨®n, como Medusa, Gan¨ªmedes, Dionisos o la fuente del Cuarto ochavado, el primero de su colecci¨®n, que hizo sacar de un pajar y que a¨²n funciona con las tuber¨ªas de plomo originales. La documentaci¨®n existente apunta a que, por ejemplo, Los amores de Zeus apareci¨® ¡°en el olivar de Los Palacios, pr¨®ximo al anfiteatro¡±, lo cual quiere decir que podr¨ªa pertenecer a cualquiera de las domus de la citada ampliaci¨®n adrianea, es decir, todo lo que actualmente es visible en el complejo arqueol¨®gico.
¡°Puede que el opus sectile del zagu¨¢n del palacio de Lebrija provenga de las termas menores, en la vieja It¨¢lica; pero en realidad es muy dif¨ªcil ubicarlos con los datos que tenemos. Regla Manj¨®n dej¨® anotada la procedencia de algunos, pero las calles han cambiado y no tenemos certezas¡±, explica Rodr¨ªguez Hidalgo.
La fiebre por It¨¢lica no solo sedujo a ricos aficionados a la arqueolog¨ªa, como Regla Manj¨®n, S¨¢nchez-Dalp o Eduardo Ybarra, sino que atrajo tambi¨¦n al rey Alfonso?XIII, quien, en sus visitas a Sevilla, realiz¨® varias excursiones a las ruinas. La llamada Pompeya espa?ola fue tambi¨¦n un reclamo para la Exposici¨®n Iberoamericana de 1929, y el principal arquitecto de la cita, An¨ªbal Gonz¨¢lez, compr¨® dos mosaicos ¡ªLa fuente de los tritones y el que est¨¢ en el centro de la sala oval¡ª para el pabell¨®n de Bellas Artes de la plaza de Am¨¦rica, hoy Museo Arqueol¨®gico. Aunque estas piezas no podr¨¢n visitarse hasta finales de 2022, cuando se concluya la reforma del edificio, cerrado desde el pasado enero.
Otro que s¨ª puede contemplarse est¨¢ en la Casa de Salinas, tambi¨¦n un palacio privado visitable. Est¨¢ dedicado a Baco y es un magn¨ªfico ejemplar del siglo II que el empresario Eduardo Ybarra coloc¨® en la reforma que le hizo a un palacio renacentista a finales del siglo XIX. Como otros muchos, viene del olivar de Los Palacios, top¨®nimo que hace referencia a las casas palacio del urbanismo de Adriano. Nada menos que 20 metros cuadrados de peque?as teselas de piedra realzadas con pasta v¨ªtrea de colores naranja, verde y azul que dan una idea de lo bien que lo pasaban Baco y su corte, aunque no sabemos mucho de los que deambularon sobre ellas.
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