Lille, encantos del Petit Paris
Creativa, estudiantil y rica en cervezas artesanales, el plan ideal en esta ciudad al norte de Francia es callejear al encuentro de sus reclamos arquitect¨®nicos y apetecibles
En 2004 Lille recibi¨® el t¨ªtulo de Capital Europea de la Cultura, menci¨®n que resitu¨® en el mapa art¨ªstico a una ciudad palpitante, creativa, estudiantil y con una vasta tradici¨®n industrial que hace de ella el motor econ¨®mico del norte de Francia. Este 2020 ha ejercido de Capital Mundial del Dise?o, distinci¨®n en absoluto gratuita, que est¨¢ sirviendo para realzar sus muchas virtudes arquitect¨®nicas. Con 230.000 habitantes, es una metr¨®poli rica en patrimonio cultural, en cervezas artesanales y, por supuesto, en optimismo. Proponemos una ruta acorde a estas distinciones.
9.00. Entre Barroco y art d¨¦co
Saliendo de la estaci¨®n Lille Flandres?(1), la Rue Faidherbe irradia un aura arquitect¨®nica muy haussmaniana que explica por qu¨¦ a esta zona se la llama Petit Paris. Si uno se gira para ver la estaci¨®n, le resultar¨¢ curioso saber que la fachada neocl¨¢sica es la de la antigua Gare du Nord de Par¨ªs, que en 1867 se traslad¨® aqu¨ª. La calle y la inercia conducen hacia la Grand Place (2), inmejorable pre¨¢mbulo, pues condensa un mejunje de estilos que luego ser¨¢n una constante. Aqu¨ª conviven arquitectura flamenca y el clasicismo m¨¢s sobrio. La Vieille Bourse (3), de 1653, es un perfecto ejemplo de Barroco flamenco. Y el edificio que alberga el peri¨®dico La Voix du Nord, de 1936, un claro paradigma del d¨¦co regionalista.
Atravesar la Bourse, a ser posible ya con un t¨ªpico y dulce gaufre M¨¦ert en la mano, es ideal por dos motivos. En su patio lleno de bouquinistes y fleuristes nos entretendremos mirando libros de viejo y jugadores de ajedrez, y la salida da a dos edificios hist¨®ricos de Louis Marie Cordonnier: la Chambre de Commerce (4), de estilo neoflamenco, y, a la derecha, la?pera (opera-lille.fr) (5), tan neocl¨¢sica.
11.00. Juego de luces en la catedral
Estamos a las puertas del viejo Lille, donde hay que callejear prestando atenci¨®n a los numerosos reclamos: tiendas en plan moderno como S¨¦rie Noire (14, Rue Lepelletier), ideal para ropa y complementos, o Summer Camp (10, Bartholom¨¦ Masurel), muy delicada su ropa de casa en lana del norte de Francia, y fachadas d¨¦co como la del antiguo restaurante A L¡¯Hu?tri¨¨re?(6), de 1922, joya del arte publicitario con mosaicos exteriores a cargo del atelier Gentil & Bourdet.
Cerca queda la catedral Notre Dame de la Treille (7), sorprendente por la combinaci¨®n de arquitectura g¨®tica de su estructura y contempor¨¢nea de su fachada, pero a¨²n m¨¢s impactante en el interior, donde los juegos de luz y el mobiliario lit¨²rgico contempor¨¢neo profundizan en la mezcla de estilos (el llamado ¨¦clectisme lillois). Atenci¨®n a bares ic¨®nicos de los alrededores como La Capsule (bar-la-capsule.fr) (8) o Le Kremlin (51, Jean Jacques Rousseau) (9), a los que hay que volver por la noche. Ahora, si le apetece comer en horario aut¨®ctono, lo suyo es buscar sitio en el entra?able Les Ptiots (10), en la concurrida Rue de Gand, con aires de brasserie especializada en salm¨®n.
13.00. Vistas a 104 metros de altura
Lille es tambi¨¦n ciudad de campanarios. El m¨¢s impactante es el del H?tel de Ville (11), en el barrio de Saint-Sauveur. Declarado monumento hist¨®rico, fue inaugurado en 1932. Proyectado por Emile Dubuisson al hilo de las corrientes d¨¦co, el exterior y el interior de este imponente beffroi de 104 metros de altura conforman un festival de detalles estructurales, de mobiliario, de materiales y de buen gusto. Es obligado subir, hay ascensor (lilletourism.com). Entre otras cosas, a la vista queda el futurista barrio de Euralille (12), visionario proyecto de Rem Koolhaas, que entre 1990 y 1994 reinvent¨® una parte residual de la ciudad en un centro de negocios a partir de la nueva estaci¨®n Lille Europe, desde donde Bruselas queda a 35 minutos, Par¨ªs a 60 y Londres a 80. Destacan los perfiles de las torres del Cr¨¦dit Lyonnais (1991-1996), de Christian de Portzamparc, y Lille Europe (1990-1995), de Claude Vasconi, as¨ª como el colorido Centro de Negocios de Jean Nouvel.
A la salida hay que ara?ar tiempo para el Palais de Beaux-Arts (pba.lille.fr) (13), la segunda mayor colecci¨®n de Francia, tras el Louvre, y la Maison Coilliot (14, Rue de Fleurus) (14), en la que el art nouveau de Hector Guimard se refina armoniosamente.
15.00. Tarde de arte contempor¨¢neo
El museo de referencia sobre arte contempor¨¢neo del norte de Francia es, sin duda, el LAM (musee-lam.fr) (15), a 15 minutos en autob¨²s desde el centro de la ciudad aunque temporalmente cerrado por la pandemia. Fundado en 1989 en un edificio de Roland Simounet (con intencionada presencia del ladrillo cl¨¢sico regional) y a partir de las donaciones de dos pioneros coleccionistas de arte, Roger Dutilleul y su sobrino Jean Masurel, exhibe una colecci¨®n permanente que incluye obras de Picasso, Torres Garc¨ªa, Mir¨®, Klee, Braque o Modigliani.
16.00. Dos maravillas cercanas
Desde Lille hay dos excursiones inevitables y que quedan en la misma direcci¨®n. A unos 15 kil¨®metros est¨¢ La Piscine?¨C Mus¨¦e d¡¯Art et d¡¯Industrie Andr¨¦ Diligent (roubaix-lapiscine.com) (16), en Roubaix, que contiene la piscina art d¨¦co m¨¢s hermosa del mundo, construida por Albert Baert entre 1927 y 1932. Los ba?istas han sido sustituidos por esculturas de primer nivel, y destacan dos bustos de Camille Claudel, la famosa amante de Rodin. Villa Cavrois (villa-cavrois.fr)?(17), de 1932, es la obra maestra de Mallet-Stevens, sin quien no se podr¨ªa entender el movimiento moderno. Una obra sideral que integra paisajismo, interiorismo, decoraci¨®n, mobiliario y una belleza de formas puras y juegos volum¨¦tricos ante la que rendirse.
18.00. Cerveza y frites para cenar
De vuelta conviene decantarse por la cerveza, patrimonio cultural en este norte de Francia donde hay m¨¢s de 2.000 brasseries (lo que hoy conocemos como restaurante proviene de brasser la biere, elaborar cerveza). Para informarse de festivales brassicoles est¨¢ la web bierealille.fr. y la Mousse Touch (19, Boulevard Jean-Baptiste Lebas) es buen lugar para empezar. Venga: una Thelma, cerveza con galleta y pimienta, da paso a la Triple PVL y a la Honey Ipa, tras la que los nombres dejar¨¢n de importar. Queda la cena en Babe (babe-lille.fr) (18), de aire industrial y popular, y generoso en las cl¨¢sicas frites. Desde all¨ª que cada cual decida lo que m¨¢s le conviene. Para reencontrarse con el que uno fue, siempre queda la barra de La Capsule.
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