Diez rutas jacobeas poco transitadas para un Camino de Santiago diferente
Casi 40 trazados, que suman m¨¢s de 10.000 kil¨®metros de Espa?a y Portugal, conducen hasta el ap¨®stol. Muchos llevan siglos siendo recorridos por los peregrinos. Esta es la cara B del Camino
2021 es A?o Santo Compostelano o A?o Jubilar, algo que sucede cuando el 25 de julio, festividad de Santiago Ap¨®stol, cae en domingo. Un acontecimiento que no ocurr¨ªa desde hace 11 a?os. Debido a las circunstancias excepcionales que rodean esta vez su celebraci¨®n y el peregrinaje a causa de la covid-19, el Vaticano decret¨® el pasado 31 de diciembre la prolongaci¨®n del Jubileo durante todo el a?o 2022.
Antes del impacto de la pandemia los itinerarios jacobeos se llenaban de peregrinos, sobre todo en el trazado m¨¢s cl¨¢sico, el llamado Camino Franc¨¦s o del Norte, que desde los Pirineos atraviesa Pamplona, Logrono, Burgos y Le¨®n hasta desembocar en la catedral de Santiago (771 kil¨®metros en 30 etapas). Aunque todos los Caminos a Santiago permanecen abiertos, este a?o convendr¨¢ informarse previamente de las restricciones que puedan afectar a los municipios que nos encontraremos en nuestra ruta hacia la tumba del ap¨®stol.
Pero el Camino Franc¨¦s, el elegido por m¨¢s de la mitad de los peregrinos en 2019, no es el ¨²nico que conduce a la plaza del Obradoiro: desde la Edad Media, cientos de miles de peregrinos viajaban hacia tierras gallegas procedentes de muy diversos puntos de Europa aprovechando calzadas heredadas de los romanos y otros trayectos comerciales. Y con los siglos, a ellos se sumaron los cristianos del sur, a medida que se iban reconquistando tierras de aquella Espa?a musulmana. As¨ª que hoy las rutas jacobeas hacia Santiago son muchas y variadas. Se?alizadas convenientemente con la concha amarilla, hay casi cuarenta que conforman una red de m¨¢s de 10.000 kil¨®metros que cubre la pr¨¢ctica totalidad de Espa?a y Portugal. Estas son 10 alternativas para vivir un Camino diferente.
1. Camino Primitivo
El primero de todos los itinerarios
La primera senda que llev¨® peregrinos hasta la tumba del ap¨®stol no fue la que hoy se conoce como Camino Franc¨¦s, sino un ramal m¨¢s antiguo que nac¨ªa en Oviedo, antigua capital del Reino de Asturias, y que llegaba a Santiago atravesando monta?as y bosques por una de las rutas m¨¢s bellas entre todas las que llevan hasta la ciudad compostelana. Fue Alfonso II el Casto, que reinaba en el siglo IX, quien organiz¨® un viaje hasta aquel remoto lugar en los confines del mundo conocido, probablemente utilizando las calzadas romanas, para confirmar que los restos encontrados por un ermita?o eran los del disc¨ªpulo de Jes¨²s. Al rey le imitaron muchos otros cristianos que convirtieron aquel camino en una ruta vital por la que tambi¨¦n llegar¨ªan otros muchos peregrinos europeos hasta la Finisterrae (el fin del mundo, en lat¨ªn).
Hoy, este viejo camino primitivo, totalmente recuperado, se ha convertido en una de las alternativas m¨¢s interesantes para llegar a Santiago. Son unos 300 kil¨®metros que se pueden hacer por etapas en 12 d¨ªas, transitando entre lugares llenos de tradici¨®n e historia, entre h¨®rreos y muros de piedra. Es una senda m¨¢s aventurera y mucho menos masificada que la ruta m¨¢s convencional, aunque est¨¢ perfectamente se?alizada y nos conduce por lugares como Grado, Salas, Tineo, Grandas de Salime (en Asturias) o A Fonsagrada, Castroverde (en Lugo) y Melide, localidad coru?esa donde enlaza con el Camino Franc¨¦s.
2. El Camino de la Lana
Trashumancia y peregrinaje por la Espa?a vac¨ªa
Para los amantes de las v¨ªas poco transitadas, el Camino de la Lana recupera una ruta ¨ªntima y solitaria que va desde los puertos de la costa valenciana hasta Burgos, atravesando las regiones menos pobladas de la Pen¨ªnsula. Su gran valor radica en el patrimonio art¨ªstico y popular que descubre a su paso, cruzando la serran¨ªa de Cuenca y la Alcarria por caminos de tierra y pistas forestales sin asfaltar. Podremos optar por partir de Valencia o de Alicante, en dos variantes que se unen a partir de la localidad conquense de Monteagudo de las Salinas, para seguir por Cuenca, Trillo, Atienza, San Esteban de Gormaz y Santo Domingo de Silos, paradas todas con mucha historia y arte medieval que sorprenden en lo que hoy es el coraz¨®n de la ¡°Espa?a vac¨ªa¡± o ¡°la Laponia espa?ola¡±, como se conocen algunas zonas sorianas.
Este Camino de la Lana, de unos 600 kil¨®metros, recupera adem¨¢s una de las rutas comerciales m¨¢s antiguas de la Pen¨ªnsula: la que un¨ªa los centros productores de lana de oveja de la Mancha con la ciudad de Burgos. Durante siglos, los pastores, esquiladores, ganaderos y comerciantes (adem¨¢s de millones de ovejas) transitaron por esta ruta y dieron lugar a una floreciente industria que tuvo su momento ¨¢lgido en los siglos XVI y XVII. Es un camino que perdi¨® su raz¨®n de ser con la decadencia de este comercio y fue despobl¨¢ndose poco a poco. La mayor parte del trazado coincide con otra ruta hist¨®rica, el Camino del Cid, que fluye en sentido opuesto, en direcci¨®n a Valencia, siguiendo la pista de los lugares, parajes y castillos que aparecen en el Cantar de m¨ªo Cid.
3. Camino Moz¨¢rabe
A Santiago entre olivares y dehesas
Moz¨¢rabe es el nombre que daban los propios cristianos a sus correligionarios que viv¨ªan en el territorio bajo poder musulm¨¢n y que, sin llegar a convertirse al islam, s¨ª que compart¨ªan los usos y costumbres de los ¨¢rabes, incluso el idioma. Fueron muchos los peregrinos cristianos a lo largo de la Edad Media que viajaron a Compostela procedentes de las lejanas Almer¨ªa, M¨¢laga o Ja¨¦n, con escalas obligadas en las monumentales ciudades de Granada o C¨®rdoba. Es una larga ruta diagonal que se conoce como el Camino Moz¨¢rabe, que a¨²n hoy va descubriendo a los peregrinos ruinas romanas, visigodas, musulmanas y cristianas, por un extenso periplo desde las ciudades costeras andaluzas hasta M¨¦rida (unos 650 kil¨®metros) para all¨ª enlazar con la Ruta de la Plata hasta Santiago. Paradas clave son Antequera, Guadix, Baena, Hinojosa del Duque o Campanario.
Esta es una propuesta original para peregrinar por tramos o para dedicarle casi dos meses si decidimos completarlo del tir¨®n y a pie. Otra alternativa es hacerlo en bicicleta, para la que encontraremos buenas pistas de tierra o asfalto. La recompensa es descubrir Andaluc¨ªa de otra forma, alternando los largos tramos que atraviesan olivares, dehesas y campi?as cultivadas con zonas de monta?a como Sierra Nevada, el Torcal de Antequera o Sierra Morena, y con paradas culturales imprescindibles como la Alhambra de Granada o la mezquita de C¨®rdoba.
Es una ruta excesivamente calurosa en verano, por lo que conviene evitar esta estaci¨®n. Tambi¨¦n hay que tener en cuenta que algunos tramos se hacen en completa soledad, sin toparnos con ninguna poblaci¨®n, por lo que conviene ir bien equipado, con agua y con comida para hacer un alto.
4. El Camino Ingl¨¦s y el Cami?o do Mar
Desde los puertos gallegos a Compostela
El Camino Franc¨¦s atravesaba los puertos de monta?a de los Pirineos para seguir la ruta hacia Santiago. Pero adem¨¢s de franceses, hubo muchos otros peregrinos que llegaron durante siglos desde las islas brit¨¢nicas. Eran ingleses con recursos, que navegaban en mercantes hasta las costas gallegas, pera una vez aqu¨ª hacer una peregrinaci¨®n a pie breve, pero igual de efectiva, hasta llegar a la ciudad compostelana.
Este Camino Ingl¨¦s para miles de fieles de ultramar part¨ªa del actual puerto de Ferrol, bordeaba su r¨ªa, la de Arres y la de Betanzos, o bien part¨ªa del puerto de A Coru?a. En Hospital de Bruma se un¨ªan ambos ramales y los peregrinos segu¨ªan rumbo a Santiago parando en Sigueiro.
En la actualidad es una alternativa con bastante presencia de asfalto pero que permite disfrutar de una enorme variedad de paisajes, desde las fant¨¢sticas r¨ªas hasta el buc¨®lico interior de la Galicia m¨¢s rural. Para los ciclistas, la ventaja es la tranquilidad al tratarse de una ruta menos transitada por los peregrinos sobre dos ruedas, ya que el trayecto no alcanza los 200 kil¨®metros necesarios para conseguir la Compostela, el documento emitido por las autoridades eclesi¨¢sticas que certifica que se ha realizado el Camino de Santiago.
Y hab¨ªa otra variante para los peregrinos procedentes de las islas brit¨¢nicas: el llamado Cami?o do Mar, que tambi¨¦n enlazaba con el Camino del Norte. En esta ocasi¨®n, el punto de partida es Ribadeo para continuar por la costa de la provincia de Lugo y parte de la coru?esa, con una parada en San Andr¨¦s de Teixido, el segundo santuario m¨¢s visitado de Galicia despu¨¦s del de Santiago. Es una traves¨ªa exigente, de unos 140 kil¨®metros, ya que sigue la dif¨ªcil orograf¨ªa del litoral gallego, y el recorrido se alarga bastante, pero resulta una alternativa perfecta para peregrinos con ganas de caminar sin prisa y descubrir otros paisajes.
5. El Camino de Madrid
Soledad y silencio en la llanura castellana
Empezar el peregrinaje desde tu propia casa, como hac¨ªan los romeros de anta?o, es un lujo al alcance de todos los habitantes de Madrid. Desde la capital, aguarda un viaje repleto de contrastes, historias y silencios que invita a disfrutar de la soledad, los cielos eternos y la meditaci¨®n al ritmo de las pisadas de nuestros pies fatigados.
Cada vez son m¨¢s los peregrinos que arrancan su aventura desde Madrid. El objetivo puede ser llegar caminando hasta Sahag¨²n, en el sureste de Le¨®n, para enlazar all¨ª con el Camino Franc¨¦s: todo un reto al que habr¨¢ que destinar bastantes d¨ªas: 321 kil¨®metros para atravesar la meseta castellana y una vez en Sahag¨²n, otro tramo a¨²n m¨¢s largo para llegar a Santiago. Se puede partir desde plaza Castilla (al norte de Madrid) donde ya encontraremos flechas amarillas a las que prestar atenci¨®n. Seguiremos hacia Tres Cantos y Colmenar Viejo, cruzaremos el Manzanares por el puente del Bat¨¢n (c¨®mo hac¨ªan los peregrinos del siglo XVI), continuaremos por el embalse de Santillana y Manzanares el Real, siempre siguiendo el mismo trazado que el GR-10, una de las rutas de senderismo m¨¢s conocidas y espectaculares de Espa?a.
El primer desaf¨ªo ser¨¢ superar la sierra de Guadarrama, aunque desde all¨ª a¨²n nos aguarda toda la extensi¨®n de la planicie castellana: el valle del Eresma, el cintur¨®n verde extramuros de Segovia, en direcci¨®n a Simancas (Valladolid), y Tierra de Campos, una comarca a caballo entre las provincias de Palencia, Valladolid, Zamora y Le¨®n. Son paisajes de belleza espartana, que nos permitir¨¢n fundirnos con la inmensidad de la llanura castellana. Compensa desviarse del camino para descubrir los majestuosos pinares de Valsa¨ªn, el Palacio de la Granja, la ciudad de Segovia, o los caminos de sirga del Canal de Castilla. Mejor evitar el invierno, cuando el d¨ªa es corto y las temperaturas pueden ser muy bajas, y el verano, con un sol implacable tostando los infinitos campos castellanos.
6. Los caminos catalanes
El largo viaje desde la costa mediterr¨¢nea
Desde las costas de Girona, Barcelona y Tarragona siempre hubo un Camino Catal¨¢n que llegaba a Santiago pasando por Montserrat y que los peregrinos modernos siguen recorriendo. Es uno de los m¨¢s largos, de 1.000 kil¨®metros, hasta enlazar con el Camino Franc¨¦s en Puente la Reina (Navarra) o en Logro?o y seguir as¨ª casi otros mil kil¨®metros m¨¢s hasta la ciudad compostelana.
Es un camino extenso pero muy bien se?alizado, con un itinerario oficial que circula por rutas c¨®modas y que permite conocer lugares m¨¢gicos como la propia monta?a de Montserrat, el monasterio de Sant Pere de Rodes, el de Poblet (del siglo XII), o el claustro del monasterio de Santa Maria de l¡¯Estany. Atravesaremos volcanes dormidos en Girona o las soledades del desierto de los Monegros, y en nuestro camino dejaremos atr¨¢s numerosas muestras del rom¨¢nico. El catal¨¢n es un camino con muchos ramales que ir¨ªan recogiendo peregrinos de los valles pirenaicos o de las costas catalanas para unirles a la corriente principal hacia el oeste a trav¨¦s de Monz¨®n o Huesca.
Uno de los ramales m¨¢s se?alados es el llamado Camino del Ebro, que llevaba desde Deltebre (Tarragona) a Logro?o, siguiendo el curso del r¨ªo a lo largo de m¨¢s de 440 kil¨®metros. Este fue siempre el principal eje de comunicaci¨®n entre el Mediterr¨¢neo y la Meseta Central, un corredor estrat¨¦gico por el que los romanos construyeron calzadas y ciudades, y que m¨¢s tarde utilizaron los peregrinos de todo el Mediterr¨¢neo para llegar a la tumba del Ap¨®stol.
La gran ventaja para los caminantes del Ebro es su escaso desnivel, y resulta tambi¨¦n una ruta muy agradable para el ciclista. Parada imprescindible: el Real Monasterio de Nuestra Se?ora de Rueda, entre Escatr¨®n y S¨¢stago, del siglo XII, ahora bien restaurado, con una hospeder¨ªa y un buen restaurante para reponer fuerzas.
7. El Camino Soriano
Por la solitaria frontera medieval
Una de las sendas m¨¢s olvidadas es la soriana, tambi¨¦n llamada Camino Castellano-Aragon¨¦s, que durante los siglos XII y XIII atravesaba tierras fronterizas y solitarias. Y as¨ª, solitaria, sigue siendo esta ruta que desde Gallur (Zaragoza) llega hasta Santo Domingo de Silos (Burgos) y, de all¨ª, contin¨²a por la ruta de la lana hasta Burgos, para enlazar con el Camino Franc¨¦s. El Camino Soriano transcurre entre lugares tambi¨¦n solitarios, en el que las piedras talladas de sus iglesias, monasterios y castillos nos hablan de mil a?os de historia.
Atraviesa la depresi¨®n del Ebro, el Campo de Borja y traza una l¨ªnea recta que cruza Soria de este a oeste, para entrar en tierras burgalesas. El punto final es uno de los hitos m¨¢s significativos de la Castilla Medieval: el monasterio cisterciense de Santo Domingo de Silos, una joya del rom¨¢nico que cuenta viejas historias esculpidas en los capiteles y canecillos de su claustro. Tambi¨¦n hay muchas otras historias talladas en un sinf¨ªn de templos rom¨¢nicos y g¨®ticos a lo largo del camino, como la catedral de Tarazona, la fortificada ?greda, la propia ciudad de Soria o San Leonardo de Yag¨¹e, un importante cruce de caminos que creci¨® alrededor del hospital de peregrinos, ya desaparecido.
La ruta deja otras joyas in¨¦ditas con solo salirnos un poco del trazado, como las pinturas rupestres de Valonsadero, a las afueras de Soria, o la V¨ªa Verde del Ferrocarril Santander-Mediterr¨¢neo, que es una alternativa estupenda para los ciclistas, entre Soria y Hontoria del Pinar (66 kil¨®metros).
A pesar de ser una de las rutas jacobeas menos conocidas, su se?alizaci¨®n es excelente y evita casi totalmente el asfalto. As¨ª, la mayor parte del viaje se puede hacer por caminos agr¨ªcolas, pistas forestales y senderos.
8. El camino olvidado
Desde Bilbao hasta Cacabelos, a refugio de las monta?as
Entre los siglos IX y XIII, viajar hasta Santiago pod¨ªa ser una aventura peligrosa: en la costa eran frecuentes las incursiones vikingas; desde el sur, los musulmanes hac¨ªan tambi¨¦n de las suyas. Para evitar el peligro, muchos peregrinos buscaban la seguridad de las monta?as y as¨ª surgi¨® otra ruta, desde Bilbao a Cacabelos, en la comarca leonesa del Bierzo, un recorrido de casi 500 kil¨®metros para enlazar con el cl¨¢sico Camino Franc¨¦s. Dej¨® de ser utilizada cuando los caminos se hicieron m¨¢s seguros para acabar convirti¨¦ndose en una ruta deliciosa, aunque con algunas etapas monta?osas que exigen estar en buena firma f¨ªsica. Su trazado atraviesa comarcas bell¨ªsimas y con sabor a antiguo, como las merindades burgalesas a trav¨¦s de la comarca de las Encartaciones, el sur de Cantabria, la monta?a palentina y leonesa. Paradas obligadas son Espinosa de los Monteros, Aguilar de Campoo, Guardo, Cistierna, La Robla, Fasgar y Cacabelos.
En unas cuatro semanas se puede completar el camino hasta Santiago desde Bilbao, a ser posible en verano o principios de oto?o, porque el clima invernal puede ser demasiado riguroso. Es una ruta minoritaria pero enormemente atractiva, que nos permite reencontrarnos con el pasado medieval m¨¢s aut¨¦ntico del Camino.
9. El Camino de Levante
La Pen¨ªnsula, en diagonal
Este es un camino para pens¨¢rselo bien, ya que atraviesa toda la Pen¨ªnsula en diagonal (830 kil¨®metros, aproximadamente) partiendo desde el puerto de Valencia, del de Alicante o desde Cartagena, a los que llegaban peregrinos procedentes de un sinf¨ªn de lugares del Mediterr¨¢neo. Hoy, el sendero GR 239 recupera aquella larga ruta, atravesando Albacete, dando un amplio rodeo por Almansa, rumbo a Toledo, sierra de Gredos y ?vila, para terminar uni¨¦ndose a la V¨ªa de la Plata en Zamora. Si se quiere completar en su totalidad, de Valencia a Zamora, habr¨¢ que dedicar entre 22 y 25 d¨ªas. Otra opci¨®n es hacerlo por tramos, lo que permite descubrir los paisajes m¨¢s variados, la gastronom¨ªa valenciana y castellana, numerosas referencias al Quijote, y hacer un alto en multitud de hospitales, sinagogas, murallas y grandes iglesias, muchas de ellas muy poco frecuentadas.
10. Camino Portugu¨¦s
Un desaf¨ªo de 613 kil¨®metros
Desde Lisboa hasta Santiago hay exactamente 613 kil¨®metros, todo un reto para los que se plantean conseguir su Compostela atravesando Portugal de sur a norte. Este recorrido pasa por lugares como Santarem, Tomar, Coimbra, ?gueda, Oporto, Barcelos, Tui, Redondela o Pontevedra.
Hay quien dice que el Camino Portugu¨¦s es tan antiguo como el Franc¨¦s, y que en el a?o 862 ya hab¨ªa iglesias consagradas al ap¨®stol en algunos puntos de esta ruta que el ge¨®grafo Al-Idrisi, en el siglo XII, ya se?alaba como uno de los caminos de expansi¨®n del reino de Le¨®n hacia el sur. Debi¨® de haber un camino por mar y otro por tierra, y en las ¨²ltimas d¨¦cadas se ha recuperado para los nuevos peregrinos, aunque predominan los tramos de asfalto (de todas las calidades), hasta que nos acercamos a Galicia y comienzan las pistas de tierra. Hoy por hoy es uno de los itinerarios jacobeos m¨¢s populares, en parte por el clima templado por la proximidad del mar y en parte por el legado cultural e hist¨®rico, con constantes referencias a Santiago (Sao Tiago) en la toponimia.
En realidad no es un camino ¨²nico, sino con varias opciones, m¨¢s o menos cerca de la costa. Incluso hay una vertiente interior y otra, el llamado Camino Torres, que parte de Salamanca siguiendo el itinerario del catedr¨¢tico de la Universidad de Salamanca Diego de Torres Villarroel, que volvi¨® de su exilio en Portugal por esta ruta en 1737 y dej¨® por escrito su experiencia en un diario de viaje escrito en verso. Esta ruta Torres se ha recuperado y se puede hacer en 23 etapas (570 kil¨®metros), evitando las carreteras en un viaje alternativo que nos permitir¨¢ hacer escala en ciudades como Amarante, Guimar?es o en la catedral de Braga, lugares todos ellos con una larga tradici¨®n jacobea. Un detalle: de Lisboa hasta Santarem la ruta coincide con el otro gran camino de peregrinaci¨®n portugu¨¦s: el que lleva a F¨¢tima.
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