Los mejores senderos para descubrir a pie las cimas, bosques y rincones naturales de Navarra

M¨¢s informaci¨®n

En la nueva gu¨ªa 'En ruta por Navarra'

Los valles del Pirineo navarro son un verdadero para¨ªso para los amantes del senderismo. Pero no solo la alta monta?a se presta a las caminatas m¨¢s o menos exigentes. Frente al?indudable atractivo de las cimas del norte, la Ribera navarra, al sur de la provincia, ofrece rutas alternativas para descubrir a pie pueblos medievales y villas barrocas cruzadas desde hace siglos por el Camino de Santiago.

Adem¨¢s de la Transpirenaica, que atraviesa por completo la cordillera pirenaica, existen otros caminos muy interesantes, como la Senda de los Contrabandistas del Bidasoa, con un total de 176 kil¨®metros divididos en siete etapas, que cruza el l¨ªmite con Francia; la ruta de la Potoka Azul o sendero Xareta (35 kil¨®metros), que desde Zugarramurdi explora el valle de Xareta; o el Camino Real, una senda de 37 kil¨®metros, con tres posibles desv¨ªos, que parte de la Foz de Burgui y remonta el valle de Roncal hasta Isaba.

Por las foces de Lumbier y Arbay¨²n

La de Lumbier es una de las rutas m¨¢s espectaculares a la sombra de las altas cumbres pirenaicas. Lumbier, en el oriente navarro, a unos 40 kil¨®metros de Pamplona, es un delicioso pueblo abrazado por los r¨ªos Salazar e Irati. Presume adem¨¢s de tener el ayuntamiento m¨¢s antiguo de Navarra, una iglesia renacentista y un monasterio, el de Santa Mar¨ªa Magdalena, que antes estuvo ocupado por benedictinas pero ahora es un centro cultural. Pero la joya del municipio es la Foz de Lumbier: una hendidura en la monta?a a trav¨¦s de la cual se abre paso el r¨ªo Irati y en la que habita la colonia m¨¢s grande de buitres de Navarra. Se los ve revoloteando por encima y forman sus nidos en las vertiginosas paredes de las rocas. El desfiladero, horadado a lo largo de millones de a?os, es tan estrecho que en algunos puntos las paredes, de hasta 400 metros de altura, parecen tocarse. Desde la carretera que une Pamplona con la localidad de Jaca (Huesca) se tiene una buena panor¨¢mica de su extremo sur, pero, si se quiere visitar lo mejor es dirigirse a Lumbier, e informarse de los dos senderos se?alizados que recorren el desfiladero.

Y si esa hoz (o foz) sabe a poco, camino al pueblo de Navascu¨¦s encontramos otra: la Foz de Arbay¨²n, de seis kil¨®metros de longitud y paredes de m¨¢s de 360 metros de altura, lo que la convierte en una de la m¨¢s imponentes de la comunidad foral. A diferencia de la de Lumbier, que se puede recorrer por una senda que discurre a la vera del Irati, esta, excavada por el r¨ªo Salazar, solo se puede observar desde lo alto de un mirador. Para llegar y disfrutar tambi¨¦n de la naturaleza que la rodea hay que recorrer un sendero que arranca poco despu¨¦s de Dome?o, en el puerto de Iso: una vez se llega al lugar, el espect¨¢culo es impresionante.

Y ya que estamos por la zona es casi obligado acercarnos a Navascu¨¦s, que adem¨¢s de unas bonitas casas tradicionales tiene una inesperada iglesia g¨®tica y, sobre todo, su gran tesoro: la ermita de Santa Mar¨ªa del Campo, del siglo XII, una de las m¨¢s bellas muestras del rom¨¢nico rural de Navarra.

Valle de Roncal, una ruta con aroma a buen queso

La localidad de Burgui es la puerta de entrada al valle de Roncal (Erronkari, en euskera), un entorno natural excepcional, al noreste de la comunidad, en la cordillera de los Pirineos, dispuesto de norte a sur y recorrido por el r¨ªo Esca. Integrada por siete municipios (Burgui, Garde, Isaba, Roncal, Urzainqui, Uztarroz y Vid¨¢ngoz), esta es una de las comarcas m¨¢s t¨ªpicamente pirenaicas. Aqu¨ª llegan muchos monta?eros atra¨ªdos por el perfume de sus famosos quesos y tambi¨¦n por la posibilidad de coronar los picos m¨¢s occidentales de la cordillera pirenaica. Hace falta un buen esfuerzo para salvar los m¨¢s de 1.000 metros de desnivel que llevan a la cumbre del Txamantxoia (1.941 metros), un entrenamiento para monta?as m¨¢s dif¨ªciles. Las panor¨¢micas desde la cima son majestuosas.

Isaba es el punto m¨¢s concurrido de la zona, en la confluencia de los valles de Belagua y Belabarce. No solo es un destino ideal para los excursionistas que buscan saciarse de monta?as, tiene adem¨¢s un interesante patrimonio cultural y arquitect¨®nico. Un sendero lleva hasta la cascada de Belabarce, un salto de agua formado por el arroyo hom¨®nimo y que acaba en una piscina natural. En el centro del valle, Roncal es una tranquila y silenciosa villa para hacer un alto. Aqu¨ª naci¨® en 1844 el famoso tenor Juli¨¢n Gayarre, y de ello presumen en el pueblo, con un mausoleo obra del escultor Mariano Benlliure,?considerado el ¨²ltimo gran maestro del realismo decimon¨®nico, y un museo en su casa natal.

Antes de dar por concluida la excursi¨®n, los amantes de la gastronom¨ªa deber¨ªan acercarse a una queser¨ªa, donde se produce el renombrado queso roncal, de leche cruda de oveja latxa. La zona de elaboraci¨®n y maduraci¨®n de este queso es exclusiva de los siete municipios del valle. Uno de los mejores sitios para probarlo es la Borda Marengo.

El pueblo m¨¢s meridional del valle es Burgui, destino para los viajeros que se dirigen hacia el coraz¨®n del Pirineo navarro, construido en torno a la bella iglesia de San Pedro. Adem¨¢s, cuenta con un precioso puente medieval de estilo romano. Bajo uno de sus cuatro arcos, todos los a?os, a primeros de mayo, descienden las almad¨ªas por el r¨ªo Esca. El D¨ªa de la Almad¨ªa se ha convertido en un s¨ªmbolo de identidad de este pueblo, que recuerda como con estas peculiares embarcaciones se daba salida a las masas forestales de los montes pirenaicos.

Si se viaja con ni?os, antes de seguir la ruta, es buena idea emprender el camino de cuatro kil¨®metros que desde el pueblo llega a la Foz de Burgui, un profundo ca?¨®n excavado por el r¨ªo Esca, y que atraviesa el llamado Pueblo de los Oficios, una iniciativa puesta en marcha en 2003 con reconstrucciones de talleres de labores de anta?o: aserrador, cantero, panadero, carbonero, etc¨¦tera. Un bonito recorrido interpretativo por las antiguas formas de vida y de trabajo de las villas y valles pirenaicos. En los acantilados de la Foz de Burgui anida una de las mayores colonias de buitres de Europa, junto con numerosas aves rup¨ªcolas.

Valle de Belagua, Pirineos en estado puro

En el l¨ªmite con Huesca y Francia, en el t¨¦rmino municipal de Isaba, la naturaleza pirenaica se muestra en estado puro. El valle de Belagua es un paraje de ensue?o, de los que se ven y no se olvidan. Un peque?o valle glaciar que a su vez hace de cabecera del valle de Roncal. Se extiende al norte de Isaba, surcado por el hom¨®nimo r¨ªo, y es uno de los parajes naturales m¨¢s importantes y panor¨¢micos de Navarra.

Situado entre los 1.100 metros del Rinc¨®n de Belagua y los 2.442 de la Mesa de los Tres Reyes, y dominado tambi¨¦n por la descarnada cima del A?elarra (2.349 metros), en su cabecera se encuentra la reserva natural de Larra-Belagua, el altiplano k¨¢rstico m¨¢s extenso de Europa (120 kil¨®metros cuadrados). Salpicada por pinos negros y con amplios claros destinados a pastos, en miles de a?os esta inmensa masa de tierna roca caliza se ha convertido en un colador formado por profund¨ªsimas simas, como la de la Piedra de San Mart¨ªn, de 1.410 metros de profundidad. Si se quiere subir hasta aqu¨ª y ver las decenas de especies de aves que viven por la zona (rebecos, marmotas y otros peque?os mam¨ªferos han encontrado su h¨¢bitat entre estas extra?as formaciones), lo mejor es dirigirse al Refugio Belagua, reabierto recientemente y que ofrece servicio de bar, restaurante y alojamiento. Desde ¨¦l arrancan, adem¨¢s, decenas de senderos que se adentran en la zona.

La Mesa de los Tres Reyes es el techo de Navarra y marca el l¨ªmite entre Espa?a y Francia, y tambi¨¦n entre la comunidad foral y la provincia de Huesca. Con sus 2.442 metros de altitud, ofrece impresionantes vistas y es meta anhelada por todos los excursionistas y amantes de los panoramas grandiosos. El sugerente nombre se debe al hecho de que antiguamente en su cumbre conflu¨ªan las fronteras del reino de Navarra, el de Arag¨®n y el vizcondado de Bearne. De esta manera, los tres reyes pod¨ªan sentarse a conversar cada uno sin salir de su tierra.

Si tenemos tiempo y un buen entrenamiento, la subida hasta la cima, de inconfundible forma piramidal, es una de las excursiones imprescindibles. La mayor¨ªa de los monta?eros prefieren alcanzar la cumbre empezando el recorrido en el refugio de Linza, en el valle de Ans¨®, ya en territorio aragon¨¦s. Se trata de una ascensi¨®n relativamente corta y f¨¢cil (16,2 kil¨®metros ida/vuelta; ocho horas de duraci¨®n), con un desnivel de m¨¢s de 1.100 metros (desde los 1.340 metros de altitud del refugio), y se encuentra al alcance de los aficionados con buena forma f¨ªsica.

Sin embargo, hay otra posibilidad que atrae sobre todo a los m¨¢s puristas de la monta?a y que discurre por completo en territorio navarro. Se trata del itinerario que empieza en el Rinc¨®n de Belagua (22 kil¨®metros ida/vuelta; en torno a 12 o 14 horas para completarlo), atraviesa la reserva natural de Larra, cruza la hoya de Solana y finalmente enlaza con el camino de Linza hasta la cumbre. Debido a la dificultad del recorrido y a la presencia de nieve durante los meses de oto?o, invierno y primavera, es aconsejable afrontar el camino solo en verano. Hay que cargar una buena provisi¨®n de agua (no hay fuentes a lo largo del sendero) y todo lo necesario para protegerse del fr¨ªo y la lluvia.

La ruta de los contrabandistas del Bidasoa?

En casi todas las fronteras ha sido tradicional el contrabando ilegal de mercanc¨ªas o personas. As¨ª ha sido tambi¨¦n en el valle del Bidasoa, en la desembocadura del r¨ªo que hace de frontera natural entre Espa?a y Francia. Durante siglos este valle y sus intrincados senderos de monta?a se convirtieron en un lugar ideal para ocultar estas actividades. Hoy, la Senda de los Contrabandistas del Bidasoa (Kontrabandisten Bidea, en euskera) es una traves¨ªa circular de 176 kil¨®metros que suele hacerse en siete etapas partiendo de Hendaya, en el Pa¨ªs Vasco franc¨¦s. Se interna por senderos de monta?a que tuvieron gran importancia para el contrabando, sobre todo a mediados del siglo XX. La ruta, jalonada de alojamientos en peque?os pueblos o cerca de enclaves naturales, trascurre por algunos espacios protegidos muy interesantes de Gipuzkoa y Navarra, como los humedales de Txingudi, el parque natural de Aiako Harria, los montes de Artikutza, el ¨¢rea natural de Leurtza, el LIC de Belate o la turbera de Larrun. Caminando por esta senda encontraremos tambi¨¦n restos de la presencia humana desde la Prehistoria en forma de megalitos, vestigios romanos (miner¨ªa) y huellas de la Edad Media en caser¨ªos y palacios.

Parque natural de Urbasa y And¨ªa: el nacedero del r¨ªo Urederra

La meseta que separa los territorios atl¨¢nticos y mediterr¨¢neos de Navarra es un territorio encantado de frondosos bosques, donde sus porosas rocas permiten el afloramiento de prodigiosos r¨ªos como el Urederra, que da lugar a una de las caminatas m¨¢s amables de este espacio natural protegido, con pozas y cascadas que son un regalo para la vista y la vida salvaje. La ruta puede arrancar en el parque natural de Urbasa y And¨ªa, pasando por algunos de los pueblos m¨¢s desconocidos de la comunidad foral.

Podemos comenzar en Zudaire, al sur, capital del municipio de Am¨¦scoa Baja, formado por siete localidades asentadas en el valle a los pies de la sierra de Urbasa. Aunque tiene algunos hitos art¨ªsticos, como la iglesia de San Andr¨¦s (del siglo XIII), la zona resulta atractiva sobre todo por su exuberante naturaleza. Imprescindible para los amantes del senderismo es el nacedero del r¨ªo Urederra, al que se accede desde diferentes sendas. La m¨¢s transitada es la que empieza en Baquedano, pero si se quiere disfrutar del recorrido en casi total soledad, es preferible empezar el camino hacia estas peque?as cascadas en la propia Zudaire. El itinerario, circular, es de 13 kil¨®metros y resulta apto para todo tipo de caminantes.

Pero los senderistas vienen aqu¨ª para recorrer el extenso parque natural de Urbasa y And¨ªa, que abarca las sierras de Urbasa y de And¨ªa, uno de los espacios protegidos m¨¢s interesantes de la comunidad. Formado por tupidos bosques de hayas, arces, fresnos y robles, que cubren lo que fue en otros tiempos el lecho de un gran oc¨¦ano prehist¨®rico, alberga m¨¢s de 30 especies de mam¨ªferos y una gran cantidad de reptiles, y lo atraviesan cientos de senderos. La reserva tiene un acceso limitado a 500 personas al d¨ªa, por lo que conviene reservar con antelaci¨®n.

Al otro lado del parque, al norte, est¨¢ Urdiain, otra base para muchas excursiones por el parque. Este peque?o pueblo tiene un cierto aire monumental, por sus muchas casonas blasonadas del casco hist¨®rico y por el esplendor barroco de su iglesia parroquial.

La espectacular Selva de Irati

La Selva de Irati es uno de los mayores reclamos tur¨ªsticos de Navarra. Se trata de un impresionante hayedo en el coraz¨®n del Pirineo, con casi 17.000 hect¨¢reas, regado por el r¨ªo hom¨®nimo que cada a?o atrae a multitud de senderistas y amantes de la naturaleza. Sus frondosos bosques traspasan incluso la frontera pirenaica y se extienden por el lado franc¨¦s. En este inmenso territorio de hayedos y abetales ¡ªel segundo en extensi¨®n de Europa¡ª y otros ¨¢rboles de hoja perenne, no ser¨¢ raro encontrarnos con corzos, ciervos o salamandras. La ruta que da una vuelta completa es larga (21 kil¨®metros) y con continuos cambios de cota, algunos bruscos, pero la recompensa paisaj¨ªstica vale el esfuerzo.

La Selva tiene solo dos zonas de acceso: la principal est¨¢ en Ochagav¨ªa y la otra, en Orbaizeta, a la sombra del pico de Ori y de la sierra de Abodi. Si se viaja con ni?os, o se quiere conocer a fondo la zona antes de adentrarse en el bosque, es buena idea acercarse al primero de los dos, que tiene en las Casas de Irati?un centro de acogida, un punto de informaci¨®n y una sala de exposiciones. Desde all¨ª, adem¨¢s, parten innumerables rutas tanto para hacer a pie como en bicicleta de monta?a (con casi 400 kil¨®metros de recorrido), ideales para todos los niveles f¨ªsicos. Entre las m¨¢s apreciadas est¨¢n las que se dirigen al embalse de Irabia, un pl¨¢cido espejo de agua formado por el r¨ªo Irati; a la cascada del Cubo y el llamado sendero de Errekaidorra, un relajante paseo tem¨¢tico que permite descubrir los diferentes usos de los recursos forestales. Si se accede pasando por Orbaizeta, hay un punto de informaci¨®n en Arrazola.

En lo alto del valle de Irati, en Orbaizeta, hay una gran cantidad de casas rurales y otros alojamientos, aunque no tiene nada de especial inter¨¦s. Un poco m¨¢s all¨¢, s¨ª que merece la pena hacer un alto en Ochagav¨ªa, que tiene fama de ser el m¨¢s bonito del Pirineo navarro. Es un peque?o pueblo de calles empedradas y elegantes palacios de siller¨ªa, atravesado por los r¨ªos Zatoya y Andu?a, con un gran n¨²mero de pintorescos puentes. Pese a que en su casco antiguo se emplazan bellos palacetes, el mayor atractivo est¨¢ a unos seis kil¨®metros de la localidad. Se trata de la ermita de Nuestra Se?ora de Muskilda, el lugar de culto m¨¢s venerado por los habitantes del valle, en la cumbre del monte del mismo nombre, situado a 1.225 metros de altitud. Desde el parque que rodea el conjunto se goza de unas impresionantes vistas panor¨¢micas de los alrededores, con el pico de Ori de tel¨®n de fondo a la Selva de Irati.

Mitos y leyendas en Zugarramurdi

A los amantes del misterio y la brujer¨ªa les encantan algunos pueblos pirenaicos donde se entrelazan mito y realidad dando como resultado leyendas inmortales. El m¨¢s famoso de todos es Zugarramurdi, en la comarca de Baztan, donde se cuenta que durante siglos vivieron muchas brujas y brujos y que ha acabado convirtiendo su historia en un reclamo tur¨ªstico. Se dice que, a partir de la Edad Media, en Roncal, en Roncesvalles y en las aldeas esparcidas por el valle de Salazar, algunos hombres y mujeres se reun¨ªan por la noche en lugares aislados para adorar al demonio. Contra estas manifestaciones (reales o supuestas) lucharon a lo largo de los siglos tanto los reyes como la Santa Inquisici¨®n: los primeros dieron facultad a los alcaldes de procesar a los presuntos participantes de estas reuniones; la segunda, que intervino en m¨¢s de 60 pueblos navarros en 1610, celebr¨® un juicio que acab¨® con la vida de una decena de ellos, enviados a morir en la hoguera.

Adem¨¢s de visitar el Museo de las Brujas, los visitantes m¨¢s curiosos pueden recorrer cuatro rutas tem¨¢ticas que tocan los lugares m¨¢s emblem¨¢ticos de este fen¨®meno: los folletos con los itinerarios est¨¢n disponibles en todas las oficinas de turismo de la zona.

Las cuevas de Zugarramurdi tienen el encanto del peso de la historia. Podemos recorrer la cavidad principal ¡ªcon un riachuelo que la acompa?a¡ª y luego afrontar el ascenso a una cumbre sencilla pero con muy buena panor¨¢mica, Pe?a Plata (Atxuria, en euskera). Es un recorrido de algo m¨¢s de 10 kil¨®metros con 600 metros de desnivel, pero que se hace f¨¢cilmente por los progresivos cambios de cota.

Desde Zugarramurdi merece la pena acercarse por el bosque hasta la aldea de Urdax (a cuatro kil¨®metros escasos), extendida alrededor de un cenobio milenario. Es buena idea visitar su bello monasterio, considerado el m¨¢s importante de la regi¨®n. Fundado alrededor del a?o 1000 como hospital para los peregrinos que se dirig¨ªan hacia Santiago de Compostela, fue reconstruido a mediados del siglo XVI despu¨¦s de un incendio, cuando adem¨¢s de la iglesia se levantaron tambi¨¦n el claustro y las habitaciones de los monjes. Hoy, tras varias d¨¦cadas de abandono, el templo est¨¢ abierto al culto, mientras que las otras dependencias se han reconvertido en un interesante museo.

Los sorprendentes paisajes de las Bardenas Reales

No muy lejos de los verdes valles del Pirineo navarro nos topamos con una ¨¢rida sorpresa en forma de desierto de 415 kil¨®metros cuadrados, poblado por una flora y una fauna especiales. Las des¨¦rticas tierras de las Bardenas Reales son uno de los parajes m¨¢s inesperados de la verde Ribera navarra, un conjunto de paisajes sin vegetaci¨®n alguna, salpicado de caprichos geol¨®gicos modelados por la erosi¨®n, como las llamadas chimeneas de las hadas, que por un momento hacen pensar que estamos en la Capadocia (Turqu¨ªa). Como el espectacular Cabezo de Castildetierra, que es probablemente el alma del parque y aparece en miles de fotos en Instagram. Para conocer la zona, har¨¢ falta hacer uso de los caminos tradicionales, aquellos que utilizan desde hace siglos los pastores trashumantes.

Las Bardenas Reales son fronterizas con Arag¨®n y lucen el t¨ªtulo de reserva de la biosfera de la Unesco. A ellas se puede acceder por ejemplo por Corella, conocida como la capital del barroco de Navarra, con algunos de los edificios m¨¢s llamativos de la regi¨®n: casas palaciegas, monasterios, iglesias y un patrimonio que habla de la importancia que tuvo en otros tiempos la ciudad ribere?a.

Sin irnos muy lejos, la excursi¨®n puede completarse con la visita a los pueblos de Gallipienzo, Uju¨¦ y el castillo de Olite, que sorprender¨¢n a m¨¢s de uno. Otra experiencia complementaria es dormir en alg¨²n alojamiento extraordinario de los que las Bardenas presumen, como por ejemplo, una de las casas-cueva de Valtierra, excavadas hace 150 a?os y reconvertidas en apartamentos; o uno de los mejores hoteles c¨¢psula de Europa, el Hotel Aire de Bardenas, que ofrece la experiencia ¨²nica de dormir en el interior de una c¨¢psula con un techo de transparente desde el que observar las constelaciones.

Trufas, arte rom¨¢nico y paseos por la Valdorba

Pr¨¢cticamente situada en el centro geogr¨¢fico de Navarra, la Valdorba es un valle apacible famoso entre los recolectores de setas y los amantes del arte rom¨¢nico (estamos en una ramificaci¨®n del camino hacia Santiago). Su territorio, adem¨¢s, proporciona unas extraordinarias trufas. Los senderistas pueden aprovechar este apacible rinc¨®n al sur de Pamplona para visitar el roble milenario de Echag¨¹e y darse un paseo por campos pastoriles en una vuelta de 13 kil¨®metros con tan solo 300 metros de desnivel total, que comienza en el embalse de Mairaga.

Este valle tranquilo es una transici¨®n entre los paisajes pirenaicos de Navarra y la llamada zona media, un mosaico en el que se suceden y alternan formas variadas de vegetaci¨®n: pastizales y matorral, masas arb¨®reas de haya, encina y quejigo, y cultivos aterrazados de vid, almendros, olivos y cereal. La Valdorba est¨¢ formada por una veintena de peque?as localidades y caser¨ªos agrupados en t¨¦rminos municipales: Bar¨¢soain, Gar¨ªnoain, Leoz, Ol¨®riz, Or¨ªsoain, Pueyo y Unzu¨¦.

Desde la pe?a de Unzu¨¦, desde el sendero de Iratxeta o desde cualquier mirador o promontorio de la zona se puede disfrutar de una singular panor¨¢mica, con una vegetaci¨®n que dibuja un curioso patchwork crom¨¢tico. Los montes de la Valdorba albergan, adem¨¢s, una de las mayores densidades de aves rapaces de Europa. Sobre su orograf¨ªa suave no es dif¨ªcil distinguir ¨¢guilas calzada y culebrera y milanos real y negro. Pero tambi¨¦n encontramos buitres y calandrias y, ocasionalmente, alguna pareja de azor, gavil¨¢n, alcot¨¢n y alimoche. Por otra parte, en la espesura del bosque habitan jabal¨ªes, gardu?as, zorros y tejones. Adem¨¢s de su riqueza natural, este apacible valle est¨¢ salpicado de peque?as joyas del rom¨¢nico, como la iglesia de San Mart¨ªn en Or¨ªsoain con una bella cripta, las ermitas de San Pedro de Echano en Ol¨®riz o el h¨®rreo o la iglesia de la Asunci¨®n de Olleta.

Paseos literarios por el valle de Baztan

El Baztan se puso de moda con la famosa trilog¨ªa de Dolores Redondo, unas novelas de misterio que transcurren ¨ªntegramente en este id¨ªlico valle, seguramente el que mejor representa la esencia del Pirineo navarro. Incluso hay rutas organizadas que siguen los escenarios de los libros, y nos llevan por la leyenda, la literatura y la realizad de la zona.

Los pueblos del Batzan est¨¢n formados por ordenadas y recias casas encaladas, en sus prados pacen vacas y caballos y los frondosos bosques dan como resultado un paisaje rural buc¨®lico, donde perviven muchas tradiciones agr¨ªcolas y ganaderas. Partiendo de su coqueta capital, Elizondo, podemos realizamos una traves¨ªa circular de 12 kil¨®metros que revela algunos de sus mejores parajes.

Pararemos por ejemplo en Arizkun, en el mismo r¨ªo, y dividida en diferentes barrios que se extienden entre bosques y praderas. En su casco antiguo se alza el sorprendente monasterio de Nuestra Se?ora de los ?ngeles, que fue mandado construir en 1736 por Juan Bautista de Iturralde, oriundo del valle que hab¨ªa hecho fortuna en Madrid. En el interior de su iglesia, que se abre tras una espl¨¦ndida fachada barroca, se custodian cinco retablos dedicados a otros tantos santos. En caso de encontrarla cerrada, y antes de dedicarse a explorar los numerosos parajes naturales del valle, es imprescindible visitar el curioso barrio de Bozate para descubrir la historia de los agotes, una poblaci¨®n de incierto origen que se mud¨® aqu¨ª alrededor del siglo XIII.

Pero la capital del Batzan es Elizondo, su villa m¨¢s representativa. En el centro, con un entramado urbano de traza medieval atravesado por el Bidasoa, se levantan una inesperada cantidad de casas se?oriales y palacios nobiliarios, en gran mayor¨ªa barrocos, vestigio de su pr¨®spero pasado. Entre otros, est¨¢n el palacio Arizkunenea, de 1730, y la casa consistorial, que desde el siglo XVII se asoma a la concurrida plaza de los Fueros, donde se concentra la casi totalidad de los mejores bares y restaurantes de la ciudad.

La ruta de todas las rutas: el Camino de Santiago

La principal ruta de caminantes en Navarra es el Camino de Santiago, que comparte con todas las comunidades del norte de la Pen¨ªnsula. Por Navarra pasan hasta cuatro itinerarios diferentes del Camino de Santiago: dos ramales del Camino Franc¨¦s, el Camino del Baztan y el Camino del Ebro. El recorrido estrella, sin duda, es el conocido como Camino Franc¨¦s, el que entra en Navarra por Luzaide/Valcarlos, y que pasa por lugares tan emblem¨¢ticos como Roncesvalles, Pamplona o Puente la Reina. El camino nos descubrir¨¢ un paisaje que se va transformando desde los verdes valles pirenaicos hasta la Cuenca de Pamplona en un c¨®modo descenso. A partir de aqu¨ª nos encontraremos con monta?as poco elevadas que se alternan con extensos campos cubiertos por el cereal o los vi?edos.

En Roncesvalles, punto de encuentro y de partida de los peregrinos, no solo hay que visitar la impresionante Real Colegiata, sino otros lugares interesantes como el Silo de Carlomagno, probablemente el edificio m¨¢s antiguo del conjunto religioso, construido como enterramiento de los caballeros francos que murieron en la batalla de Roncesvalles (15 de agosto de 778 d. C.).

Otros hitos de este Camino Franc¨¦s por Navarra son Estella-Lizarra, probablemente una de las villas medievales m¨¢s bonitas de la comunidad, llena de iglesias, museos y monumentos interesantes, como el original Museo del Carlismo. Y, por supuesto Puente la Reina, que junto con Estella, Los Arcos o Viana, forman parte del primitivo camino compostelano. A esta ¨¦poca se remonta la singular iglesia de Santa Mar¨ªa de Eunate, de planta octogonal, fundada en el siglo XII por caballeros templarios.