Saborear la Tramuntana: la cara m¨¢s ¨ªntima de la sierra mallorquina
Valldemossa, Dei¨¤ y Port de S¨®ller descubren sus delicias gastron¨®micas y rincones con encanto
Pocas personas habr¨¢n visitado Mallorca sin aprovechar unos d¨ªas para recorrer la sierra de Tramuntana. Es normal. La oferta cultural, los hoteles finca y sus tentadores restaurantes han convertido esta franja del noroeste de la isla balear en un destino de primera clase, con pueblos de mar y monta?a que esconden y conservan su cara m¨¢s ¨ªntima y tradicional. Los m¨¢s populares son tres: Valldemossa, Dei¨¤ y el Port de S¨®ller.
El plan comienza en Valldemossa, a 20 kil¨®metros de Palma, una localidad encantadora de calles adoquinadas y casitas de piedra decoradas con macetas de flores. Este lugar ha atra¨ªdo a muchos artistas a lo largo del tiempo. El m¨¢s famoso fue el compositor polaco Fr¨¦d¨¦ric Chopin, acompa?ado de su amante George Sand, quienes en 1838 pasaron una temporada en el monasterio de La Cartuja. Durante su estancia, ¨¦l compuso algunas obras ¡ªbuena parte, se cree, de sus Preludios¡ª y ella escribi¨® su cuaderno de viajes autobiogr¨¢fico Un invierno en Mallorca (1842).
En Valldemossa hay buenos motivos para entregarse al disfrute; pasear por sus boutiques y galer¨ªas, descansar en sus caf¨¦s y probar la coca de patata que preparan desde hace casi un siglo en la pasteler¨ªa Ca¡¯n Molinas. La oferta de restauraci¨®n es extensa, y en ella el restaurante Es Taller ocupa un lugar especial: ubicado en un antiguo garaje mec¨¢nico junto a un huerto, sirven platos bien elaborados a base de productos locales. Y si buscamos una opci¨®n elegante, el hotel Valldemossa ofrece una experiencia para disfrutar de una rom¨¢ntica cena a la luz de las velas con las mejores vistas a La Cartuja y las monta?as.
La carretera nos lleva a continuaci¨®n hasta Dei¨¤, bordeando la costa y contemplando la magia de la Tramuntana, declarada patrimonio mundial. Hacer una parada en el camino para conocer Son Marroig es casi obligatorio. Esta antigua propiedad del archiduque Luis Salvador de Austria est¨¢ situada en una ubicaci¨®n excepcional junto a Sa Foradada, uno de los enclaves m¨¢s populares de Mallorca para observar la puesta de sol, impregnado de leyendas y reconocible por el enorme agujero que presenta su farall¨®n de roca.
Llegados a Dei¨¤, uno de los pueblos m¨¢s bonitos de la isla, se comprende por qu¨¦ este ha sido im¨¢n durante muchos a?os para artistas y celebridades. Entre los m¨¢s veteranos se encuentra el famoso escritor Robert Graves, quien se asent¨® en esta zona en 1929 y cuya casa est¨¢ abierta a visitas. D¨¦cadas m¨¢s tarde, en 1987, el magnate Richard Branson compr¨® el hotel La Residencia cuando era apenas una casa antigua, hasta convertirse en una de sus posesiones m¨¢s queridas cuando decidi¨® venderla 15 a?os m¨¢s tarde. A trav¨¦s del fundador de Virgin arribaron al pueblo otros m¨²sicos y artistas que pasaron sus noches m¨¢s sonadas en el caf¨¦ Sa Fonda. Algunos de los rostros conocidos que han desfilado por este animado bar son el m¨²sico Mike Oldfield, el cantante Liam Gallagher, el actor Tim Robbins y la modelo Kate Moss. La princesa Diana de Gales es otra de las celebridades que fue invitada al hotel de Branson.
Velada en la ¡®Resi¡¯
La propiedad, que pertenece actualmente a la cadena Belmond, se ha renovado y ampliado hasta convertirse en un refinado alojamiento de estilo mallorqu¨ªn. La Resi, como se la conoce en el pueblo, est¨¢ rodeada de campo, plantas frutales y olivos. Incluso preparan su propio aceite e infusi¨®n. El hotel, un oasis de belleza y calma en el coraz¨®n de Dei¨¤, tiene vida propia, como si fuera un micromundo dentro del pueblo: en su interior se puede disfrutar de colecciones de arte, conciertos de piano o guitarra en la terraza del caf¨¦ Mir¨® y de las cenas m¨¢s apasionadas de la isla sentados a la mesa de El Olivo.
Precisamente, el cat¨¢logo de restaurantes coquetos en Dei¨¤ ha incrementado la afluencia del turismo gracias a espacios como Nama, de cocina oriental y m¨¢gicas vistas a las elevaciones de la serra; o el refrescante Ca¡¯s Patr¨® March, un establecimiento r¨²stico especializado en mariscos, y en cuya terraza, elevada sobre las pr¨ªstinas aguas de la cala Dei¨¤, siempre resulta complicado conseguir mesa (hay poca cobertura para reservar; 971 63 91 37).
Para disfrutar del mar que ba?a el pie de la Tramuntana nos dirigiremos al Port de S¨®ller, a 14 kil¨®metros de carretera hacia el noreste. Asentado en una gran bah¨ªa con playas de arena escoltadas por monta?as, conserva la esencia del puerto pesquero que fue, y que lo convierte en un fant¨¢stico lugar para degustar pescado y marisco, sobre todo sus afamadas gambas.
El restaurante Cap Roig, levantado sobre un acantilado en la planta baja del hotel Jumeirah Port de S¨®ller, regala una doble panor¨¢mica incre¨ªble ¡ªmira al puerto y al mar infinito¡ª, como no la tiene ning¨²n otro en el pueblo. El local, que debe su nombre al caracter¨ªstico pez escorpi¨®n, sirve platos inspirados en la gastronom¨ªa local con un toque diferencial. En la carta se encuentran diferentes propuestas preparadas a partir de productos del mar y una amplia selecci¨®n de pescados muy frescos, ya que los pescadores los descargan aqu¨ª a diario. El alojamiento, adem¨¢s, sugiere dos formas de relajarnos despu¨¦s de la comida: bien su piscina infinita, bien el Talise Spa, que cuenta con tratamientos y masajes a base de aceites esenciales.
El atardecer del Port de S¨®ller es, probablemente, la mejor forma de acabar el d¨ªa. As¨ª que bajando 20 minutos a pie hasta la playa encontraremos muchas terrazas donde disfrutarlo, por ejemplo, en el hotel Espl¨¦ndido. Este puerto es tambi¨¦n el mejor punto de salida para una excursi¨®n en barco a las playas cercanas, como la cala Tuent, alquilando un barco en Bonnie Lass Charters con capit¨¢n, o en Masky Boats, m¨¢s a nuestro aire. Una costa que permite explorar cuevas y hermosos lugares donde hacer snorkel o darse un chapuz¨®n con el paisaje de la Tramuntana como tel¨®n de fondo.
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