El valle de Alcudia, un pasado minero e industrial para descubrir con calma
Antiguas ciudades romanas, el mayor yacimiento de mercurio del mundo y una biblioteca con 500 versiones del 'Quijote' aguardan en este territorio de Ciudad Real apenas explorado
Al suroeste de la provincia de Ciudad Real se ubica la comarca del valle de Alcudia, un territorio de gran riqueza natural y un extraordinario patrimonio hist¨®rico. Aunque para muchos viajeros este valle de trashumancia, leyendas y naturaleza se reduce a una vista desde la ventanilla del AVE que une Madrid con Sevilla, una parada a mitad de camino, en la estaci¨®n de Puertollano, permite descubrir un rico legado minero e industrial mientras se recorren sus enormes dehesas y sierras quebradas.
Puertollano: homenaje al minero
El valle de Alcudia siempre ha sido un hermoso lugar de paso. Pero sobran los motivos para animarse a descubrirlo. Y la mejor puerta de entrada es Puertollano, antigua metr¨®poli minera reconvertida por la impresionante refiner¨ªa de petr¨®leo de sus afueras, conectada mediante un sistema de oleoductos a las costas mediterr¨¢nea y atl¨¢ntica y que es el principal motor econ¨®mico de la localidad. No se puede decir que Puertollano sea un lugar fuera de ruta, pero s¨ª que son pocos los que se animan a conocer esta ciudad industrial y minera en la meseta de Castilla-La Mancha, en el l¨ªmite entre las comarcas del Campo de Calatrava y el valle de Alcudia. Su actual fisonom¨ªa est¨¢ condicionada por sus minas de carb¨®n, descubiertas a finales del siglo XIX, no muy lejos ¡ªa 90 kil¨®metros¡ª de las famosas y milenarias minas de mercurio de Almad¨¦n.
Hay otros s¨ªmbolos de la que anta?o fue su principal actividad, como el monumento al minero, erigido en el a?o 1983, una escultura de nueve metros de altura del artista andaluz Jos¨¦ Noja que rinde tributo a las personas que han dedicado su vida a ese duro oficio. Est¨¢ situada en lo alto del cerro de Santa Ana, desde donde se contempla una impresionante panor¨¢mica de Puertollano. Tambi¨¦n el Museo de la Miner¨ªa, que simula un taller de selecci¨®n de carb¨®n y que refleja lo que supuso el hallazgo de este mineral para Puertollano, lo mismo que el castillete del antiguo pozo carbonero de Santa Mar¨ªa.?El museo est¨¢ enclavado en el parque Pozo Norte, una de las cuencas mineras de mayor relevancia del valle de Alcudia, y ofrece un recorrido hist¨®rico de casi un siglo, el que va desde el descubrimiento del carb¨®n en esta zona, en 1873, hasta 1975, cuando cesaron las actividades mineras.
No solo la mina es protagonista aqu¨ª: para demostrarlo est¨¢n la fant¨¢stica iglesia de Nuestra Se?ora de la Asunci¨®n, cuyos or¨ªgenes se remontan al siglo XVI, y el paseo de San Gregorio, en el que se encuentran algunas de las construcciones m¨¢s emblem¨¢ticas de la villa, como la fuente Agria, la Casa de Ba?os y la ermita de la Virgen de Gracia, patrona de la ciudad. La nota m¨¢s contempor¨¢nea la pone el muy recomendable Museo Cristina Garc¨ªa Rodero, dedicado a la obra de una de las mejores fot¨®grafas de Espa?a, nacida en esta localidad y que ha sido la primera espa?ola en formar parte de la prestigiosa agencia Magnum.
Almod¨®var del Campo, sobre el volc¨¢n
A menos de 10 kil¨®metros de Puertollano, se encuentra Almod¨®var del Campo, un pueblo construido sobre la ladera de uno de los muchos volcanes del Campo de Calatrava. Tampoco encontraremos muchos turistas en este acceso al valle de Alcudia, aunque solo pasear por la plaza de la Constituci¨®n ya compensa la visita. En torno a ella se alzan joyas como la iglesia de Nuestra Se?ora de la Asunci¨®n, edificada sobre una antigua mezquita, con un espectacular artesonado mud¨¦jar (su interior solo es accesible en horario de misa: laborables, 20.00; domingos, 11.30); el Ayuntamiento, con el escudo de la villa, en el que aparece una larga lista de nombres que corresponden a todas las pedan¨ªas dependientes del municipio (Almod¨®var del Campo es el segundo t¨¦rmino municipal en extensi¨®n de Espa?a); o la estatua que homenajea a san Juan de ?vila y san Juan Bautista de la Concepci¨®n, ilustres vecinos de la localidad.
En la plaza del Carmen se levantan el neocl¨¢sico teatro municipal, la iglesia renacentista de Nuestra Se?ora del Carmen y la Biblioteca Cervantina, cuya colecci¨®n de 500 ejemplares del Quijote incluye ediciones en chino o ruso y da fe de la presencia de Almod¨®var del Campo en diversos pasajes de la novela universal de Cervantes. Y como colof¨®n merece la pena visitar el centro cultural Casa de la Marquesa, ubicado en una antigua casa-palacio, la casa natal de San Juan de ?vila y la casa-museo Palmero, dedicada al pintor Alfredo Palmero (1901-1991), un pupilo de Sorolla que naci¨® en esta localidad manchega.
En las afueras, un antiguo molino de viento del siglo XVIII, conocido popularmente como El Castillo, junto a un perfil met¨¢lico de don Alonso Quijano y Sancho Panza, componen el otro emblema de este lugar. Ocupa el emplazamiento donde, en otro tiempo, se encontraba una antigua fortaleza de los caballeros de Calatrava, que marcaba la frontera entre los reinos cristianos y musulmanes. Desde all¨ª, hay unas estupendas vistas de la laguna de Almod¨®var que ocupa el cr¨¢ter del volc¨¢n.
La Bienvenida: romanos en el valle de Alcudia
En La Bienvenida, una pedan¨ªa de Almod¨®var del Campo, est¨¢ el yacimiento arqueol¨®gico de Sisapo, donde se han excavado los restos de una ciudad cuyos or¨ªgenes se remontan a finales del siglo VIII antes de Cristo (¨¦poca tart¨¦sica). Todo parece indicar que este fue un lugar residencial creado por la cercan¨ªa de las minas de Almad¨¦n. Aqu¨ª viv¨ªan las clases dirigentes, que controlaban uno de los yacimientos de cinabrio (sulfuro de mercurio) m¨¢s importantes del Imperio romano. La Casa de las Columnas Rojas es su composici¨®n m¨¢s llamativa, pero tambi¨¦n han sido encontrados cantidad de mosaicos y se especula con la existencia de un anfiteatro en una depresi¨®n adyacente que comienza a ser excavada. Sisapo es, sin duda, un testimonio clave de la historia del Imperio romano en la Pen¨ªnsula.
El yacimiento se puede recorrer libremente, y descubrir as¨ª d¨®nde estuvo la gran domus (residencia romana para familias pudientes), aparte de las construcciones m¨¢s antiguas, de entre las que destaca una muralla de bastiones. Tambi¨¦n se ha hallado una necr¨®polis fechada entre finales del siglo V y el VI.
San Benito, un ejemplo de bella arquitectura rural
El desv¨ªo desde Almod¨®var del Campo a la pedan¨ªa de San Benito resulta especialmente agradable para los que buscan enclaves rurales y cultura popular, debido a la singular construcci¨®n de sus casas, con dinteles de granito en las fachadas y cubiertas abovedadas, y a su emplazamiento entre naranjos, chumberas y laureles. Muchas de ellas a¨²n conservan sus antiguas puertas de madera, tachonadas de clavos, con postigos. Su mayor tesoro es la iglesia de San Benito, que acaba de cumplir 300 a?os desde que se puso en pie gracias al esfuerzo de los propios vecinos.
Brazatortas, aires de trashumancia
Tierra natal del escritor Antonio Gala y del humorista Mill¨¢n Salcedo, el peque?o pueblo de Brazatortas no es un hito tur¨ªstico, pero es perfecto para disfrutar de la naturaleza en calma que abraza esta localidad. Junto a fincas de ganado, en las que a¨²n se practica la trashumancia desde el norte de Espa?a en los meses de verano, hay numerosos senderos que se adentran en esta zona del valle de Alcudia a los pies de la sierra de la Solana, territorio en el que nacen diferentes arroyos que dan origen al r¨ªo Ojail¨¦n. Asimismo, atraviesan su t¨¦rmino la ca?ada real segoviana y la ca?ada real soriana, dos v¨ªas pecuarias con larga tradici¨®n trashumante.
En la plaza del pueblo se respira un apacible aire rural y est¨¢ presidida por la iglesia de San Ildefonso y del Cristo de Orense, del siglo XVII. Otro lugar de inter¨¦s es el Museo Etnogr¨¢fico Jacinto y Juana, que alberga m¨¢s de 400 utensilios agr¨ªcolas, especialmente aperos, recopilados a trav¨¦s de los a?os por su propietario, ?ngel Luis Fern¨¢ndez Burgos, heredados a su vez de sus padres Jacinto y Juana, que dan nombre al museo, donados o cedidos por particulares, adquiridos por el propietario o incluso fabricados por ¨¦l mismo.
Almad¨¦n, patrimonio minero de la humanidad
Almad¨¦n tiene un coraz¨®n de cinabrio. Escondido en las profundas entra?as del valle de Alcudia, se encuentra el mayor yacimiento de mercurio del mundo. Dicen que de sus tierras ha salido a lo largo de la historia la tercera parte del mercurio consumido por el hombre. Esto es m¨¦rito suficiente para estar incluido, desde 2012, en la lista del patrimonio mundial de la Unesco.
Visitar Almad¨¦n es, como m¨ªnimo, una experiencia tur¨ªstica diferente. Por estas tierras se practic¨® desde la antig¨¹edad el monocultivo del mercurio. En tiempos romanos se exportaba ¨ªntegramente a Roma su producci¨®n para elaborar el bermell¨®n, un producto de lujo que se aplicaba por ejemplo a los tintes, las pinturas o a los productos cosm¨¦ticos. Con el declive del Imperio romano lleg¨® tambi¨¦n la decadencia de las minas de Almad¨¦n. Fueron los banqueros alemanes del clan de los Fugger, en el siglo XVI, quienes retomaron la explotaci¨®n y la ciudad volvi¨® a florecer. En el siglo XVIII por ejemplo se construy¨® el Real Hospital de Mineros de San Rafael, la plaza de Toros o la Real C¨¢rcel de Forzados que muestran la dimensi¨®n e importancia de la ciudad en aquellos tiempos.
A principios del siglo XX los pozos echaron el cierre definitivo y surgi¨® entonces una nueva explotaci¨®n comercial: el turismo industrial y minero. Hoy, se puede visitar el interior de una de las explotaciones m¨¢s antiguas del mundo. Entre los espacios m¨¢s interesantes se encuentran el Centro de Interpretaci¨®n de la Miner¨ªa, donde se pueden conocer los diferentes sistemas de explotaci¨®n utilizados en la mina durante los ¨²ltimos 15 siglos, y el Museo del Mercurio. Tambi¨¦n es posible visitar el Real Palacio de la Superintendencia, del siglo XVIII, ubicado junto a la iglesia de San Sebasti¨¢n, que era el edificio destinado a viviendas de los superintendentes y tambi¨¦n albergaba las oficinas de contabilidad y pago.
Otro lugar ¨²nico y emblem¨¢tico es la plaza de Toros, ¨²nica en el mundo por su forma hexagonal, y considerada como una de las m¨¢s antiguas de Espa?a. Con 24 viviendas de dos plantas adosadas en su exterior, forma un original conjunto urbano. En su d¨ªa, las rentas de las viviendas alquiladas se sumaban a la recaudaci¨®n de las corridas de toros y se destinaban a la construcci¨®n del hospital de Mineros de San Rafael.
Tambi¨¦n son relevantes el Museo Arqueol¨®gico Etnogr¨¢fico, el Museo Taurino y, sobre todo, el Real Hospital de Mineros de San Rafael, que adem¨¢s de ser sede del Archivo Hist¨®rico de las Minas de Almad¨¦n tiene tres salas, una de ellas dedicada a explicar la historia del edificio, de finales del siglo XVIII, otra para mostrar el proceso de la metalurgia del mercurio y la tercera centrada en la vida y costumbres de la comarca.
Chill¨®n, con vistas a tres comunidades
A los habitantes de Chill¨®n, un pueblo a apenas cinco kil¨®metros de Almad¨¦n, les gusta presumir de que desde lo m¨¢s alto de su t¨¦rmino municipal se pueden divisar tres comunidades: Castilla- La Mancha, Extremadura y Andaluc¨ªa. Chill¨®n perteneci¨® al reino de C¨®rdoba y est¨¢ ligada a la antigua ciudad de Sisapo; a¨²n quedan restos de la calzada romana que pasaba por esta villa, seg¨²n los itinerarios de Antonino, un documento de la Roma antigua que se supone redactado en el siglo III en el que aparecen recopiladas las rutas del Imperio romano. Su patrimonio m¨¢s famoso es la iglesia de San Juan Bautista y Santo Domingo de Silos, del siglo XVI, adosada al antiguo castillo de los Donceles: se ven una parte de las murallas exteriores flanqueadas, en su parte posterior, por cuatro torreones. El Museo Etnogr¨¢fico y la ermita de la Virgen del Castillo, construida sobre las ruinas de un castillo de origen ¨¢rabe en la sierra de la Virgen, completan el tr¨ªo de visitas tur¨ªsticas.
Pero lo mejor de Chill¨®n sin duda es su situaci¨®n, en el acceso a las comarcas del valle de Alcudia, en Ciudad Real; Los Pedroches, en C¨®rdoba; y La Serena, en Extremadura.
El festival de las grullas del valle de Alcudia
Las 149.463 hect¨¢reas que abarcan el parque natural Valle de Alcudia y la Sierra Madrona no solo tienen como atractivo su patrimonio natural, arqueol¨®gico, rupestre o minero. Desde hace unos a?os tambi¨¦n es el escenario de un encuentro muy especial: el festival de las Grullas. Cada a?o (este 2021 se cancel¨® por la pandemia) se desarrollan una serie de actividades en torno a las grullas, que visitan en temporada invernal la zona ¡ªun verdadero refugio vital para estas aves en su proceso migratorio desde el norte de Europa¡ª. El lugar escogido es la pedan¨ªa almodovare?a de La Bienvenida, y el objetivo es dar a conocer la variada flora y fauna de esta reserva natural.
Es una buena ocasi¨®n para acercarse al valle de Alcudia. Al margen de las rutas m¨¢s trilladas, es un sorprendente refugio de la naturaleza a¨²n en estado virgen, con bosques de ¨¢rboles centenarios y con una gran riqueza de aves, con hasta 160 especies de p¨¢jaros pese a no tener humedales. Por un lado, est¨¢n las dehesas ganaderas, un mar de encinas y pastizales que se extiende hasta donde alcanza la vista; por otro, al sur, se topa con una sierra de perfil quebrado y crestones, que esconde muchos puntos de inter¨¦s geol¨®gico: ca?ones, hoces, cascadas naturales, pedrizas y crestones de cuarcita, cuevas naturales y formas de origen volc¨¢nico. El valle de Alcudia es tambi¨¦n el territorio que sobrevuela el ¨¢guila imperial ib¨¦rica, la cig¨¹e?a negra o el buitre negro, y en el que conviven el lobo, el lince y la cabra ib¨¦rica.
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