Almod¨®var del Campo, la puerta al valle de Alcudia
Una ruta por este pueblo de Ciudad Real y sus alrededores entre yacimientos romanos y arte rupestre, un templo gastron¨®mico del cochinillo y una biblioteca con 500 versiones del 'Quijote'
El parque natural Valle de Alcudia y Sierra Madrona, en la provincia de Ciudad Real, es un espacio poco conocido para el gran p¨²blico. Llegar hasta ¨¦l desde el Norte supone atravesar una llanura que desemboca en tierra de volcanes. Almod¨®var del Campo (6.000 habitantes) es la puerta de entrada a este rinc¨®n manchego, una localidad ubicada en la ladera de un cr¨¢ter, hoy convertido en laguna, y punto de inicio para excursiones a pinturas rupestres y ruinas romanas. Tambi¨¦n guarda sorpresas relacionadas con el gran personaje literario espa?ol y ahijado de la comarca, el Quijote.
8.30.?Desayuno artesanal
La mejor manera de iniciar el d¨ªa es plantarse en la plaza Mayor (1) y echar un vistazo a la parroquia de Nuestra Se?ora de la Asunci¨®n, del siglo XV (cuyo interior solo es accesible en horario de misa: laborables, 20.00; domingos, 11.30), y al escaparate de la cercana cafeter¨ªa Chocolat (2) (plaza de la Trinidad, 18), empresa familiar con dos locales ¡ªla matriz est¨¢ en la vecina Puertollano¡ª que elabora artesanalmente ricas tartas, boller¨ªa, batidos y zumos.
9.00.?Un enclave romano
Es buen plan dejar la conquista del callejero del pueblo para el final del d¨ªa y despejar el plan para recorrer la zona. A 38 kil¨®metros se yerguen las ruinas de Sisapo (3), un enclave de la ¨¦poca romana. A¨²n se divisa la parte central de este poblado, que tuvo actividad del siglo VII antes de Cristo al VI, con el paso de tartesos e ¨ªberos. Las excavaciones se iniciaron en 1980 y se cree que este asentamiento ocupaba unas 10 hect¨¢reas y estaba protegido por una muralla de tres metros de ancho y 28 torreones. Se puede completar la visita asom¨¢ndose a Minas del Horcajo (4), municipio de 11 habitantes al que se accede por un t¨²nel. Aunque ya se hablaba de este lugar en el XVI, las primeras referencias a su subsuelo, del que se extra¨ªa galena argent¨ªfera y plata, datan de 1858. El paulatino descenso de la producci¨®n y el ¨¦xodo a n¨²cleos urbanos menguaron esta pedan¨ªa. Hoy permite divisar el valle, partido en dos por el AVE, y los restos de su iglesia.
12.30.?Huellas de hace 4.000 a?os
Llega el momento de adentrarse en el parque natural Valle de Alcudia y Sierra Madrona (150.000 hect¨¢reas), cuyos encinares, alcornocales y enebrales albergan hasta 275 de especies de vertebrados. Hay dos puntos donde merece la pena detenerse: las pinturas rupestres de Pe?a Escrita (5) y La Batanera (6). Por la cantidad de dibujos esquem¨¢ticos ¡ªcon origen en el Neol¨ªtico¡ª y su calidad de conservaci¨®n, observar estas im¨¢genes es retroceder unos 4.000 a?os (entre el periodo calcol¨ªtico y la Edad del Bronce) e interpretar en ese trazo ¨²nico la representaci¨®n de personas y animales.
15.00.?Este mes¨®n es un t¨®tem
Sentarse a comer implica un ejercicio de estudio sociol¨®gico. Esta regi¨®n espa?ola es una de las que m¨¢s sufre la despoblaci¨®n, y muchos de sus municipios apenas cuentan con una tasca para las tardes de partida. Corral de Calatrava es un claro ejemplo de la di¨¢spora rural, pero a¨²n mantiene un t¨®tem gastron¨®mico: el Mes¨®n Braulio (7). Regentado m¨¢s de tres d¨¦cadas por Braulio Morales, ech¨® el cierre en julio para reaparecer como el restaurante El Bosque (cateringrestauranteelbosque.com), aunque mantiene su esencia y denominaci¨®n original. Siguen siendo infalibles su jugoso cochinillo y el pisto con huevos al ajillo.
17.00.?Tres pistas vespertinas
Para aprovechar el sol vespertino se puede bordear la linde de la laguna (8) ¡ªantiguo cr¨¢ter¡ª por un camino circular que asciende hasta el cerro del Castillo, llamado as¨ª por un pret¨¦rito fort¨ªn, y coronado por un molino de viento del siglo XVIII y un perfil met¨¢lico de don Alonso Quijano y Sancho Panza. De regreso a Almod¨®var del Campo hay dos museos que visitar. El Palmero (10) (Ciudad de Montilla, s/n), dedicado al ilustre pintor local Alfredo Palmero de Gregorio (1901-1991), y que alberga lienzos y objetos de este pupilo de Sorolla. Y frente al teatro municipal, el interior del mes¨®n Gallardo Vizca¨ªno (11) (glorieta del Carmen, 3) reserva una sorpresa: el acceso gratuito a la Bibliograf¨ªa Cervantina (anexo del Museo Palmero), cuya colecci¨®n de 500 ejemplares del Quijote incluye ediciones en chino o ruso. Es de los herederos del pintor, que han adornado el aposento con sus grabados y algunas esculturas. Jos¨¦ Alarc¨®n, regente del inmueble, asegura que su habit¨¢culo m¨¢s profundo, una cueva con una mesa y una silla, pudo servir de despacho al mism¨ªsimo Cervantes. Una inc¨®gnita no despejada como la ubicaci¨®n de ese lugar de La Mancha.
La iglesia de Nuestra Se?ora de la Asunci¨®n conserva en su interior un artesonado mud¨¦jar del siglo XIV
20.00.?Misa y tardeo
Hora de acceder al interior de Nuestra Se?ora de la Asunci¨®n (12), que esconde un retablo barroco y un artesonado mud¨¦jar del siglo XIV, que presume de ser el m¨¢s grande de Espa?a construido en una sola pieza; en 1992 fue declarado Bien de Inter¨¦s Cultural. Conceptos como tardeo ya se conoc¨ªan en Almod¨®var del Campo antes de que se pusiera de moda entre la juventud del siglo XXI y la plaza de la Constituci¨®n (13), pegada al Jard¨ªn Municipal, ofrece una barra en cada esquina donde tomar un botell¨ªn o un vino disfrutando del traj¨ªn de la glorieta.
22.00.?Hasta el amanecer (si se quiere)
Para cenar un plato m¨¢s elaborado, El Nido de Alcudia (14) (Huertas, 21; ), un c¨¦ntrico hotel rural con restaurante, cuenta con un sal¨®n de grandes cristaleras, pinchos y guisos gourmet. Y a pesar de su aparente tranquilidad, Almod¨®var del Campo estira sus noches hasta el amanecer. Especialmente en Vin & Gin (15) (plaza de San Benito, 5), que propone veladas de m¨²sica, conversaci¨®n y hasta 250 referencias de ginebra y vino, y en la sala Kubik (16) (Lino, s/n), una discoteca de las afueras con tendencia a la m¨²sica tech?no y sesiones de DJ. La parroquia suele rondar la veintena y en meses de verano se desdobla entre la pista cubierta y la terraza (estos d¨ªas, con aforo limitado y medidas de seguridad por el coronavirus).
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