Ulldecona siempre deja huella
Pinturas rupestres que son patrimonio mundial, una concentraci¨®n de 2.000 olivos milenarios, arquitectura modernista y una gastronom¨ªa con estrella son los argumentos para acercarse a este pueblo de Tarragona
Enclavada sobre un mont¨ªculo y presidida por un castillo del siglo XII, Ulldecona es de esas poblaciones cuya situaci¨®n estrat¨¦gica ha sido determinante. Muestra de ello son los asentamientos iberos, griegos y romanos y musulmanes que perduran en esta zona de la comarca del Montsi¨¤ (Tarragona). Hoy es una villa amable y llena de vida de poco m¨¢s de 6.000 habitantes, con un interesante centro para pasear mientras se contempla el imponente castillo hospitalario que la preside.
Para iniciar la ruta con criterio merece la pena empezar por la oficina de turismo, instalada en un antiguo molino de aceite de factura modernista, obra de 1923 del arquitecto tarraconense C¨¦sar Martinell (1888-1977). Con el mapa de Ulldecona en la mano se aprecia la estructura medieval de la villa, que en su d¨ªa estuvo totalmente amurallada aunque actualmente solo queda el recuerdo en el nombre de las calles perimetrales, llamadas Muradas.
El paseo por el casco antiguo descubre tesoros como la imponente iglesia de Sant Lluc, de estilo g¨®tico catal¨¢n, que se alza en el centro de la villa. Justo delante, en la misma plaza de l¡¯Esgl¨¦sia, se yergue otra de sus joyas: la modernista Casa de la Feligresa, tambi¨¦n obra de Martinell, disc¨ªpulo de Gaud¨ª. La plaza est¨¢ rodeada de cafeter¨ªas con terrazas donde saborear un buen caf¨¦, una horchata o tomar el aperitivo. El paseo sigue hacia la calle de l¡¯Encomanda, donde en el n¨²mero 3 se halla la Casa de la Comanda, una casa se?orial del siglo XV, antigua sede de los comendadores. Tambi¨¦n hay que destacar una serie de construcciones barrocas de los siglos XVI y XVII situadas en las calles de la Pur¨ªssima y Sant Crist¨°fol. Por la primera v¨ªa se llega a la chocolater¨ªa Xocol¨¡_t (calle Calvari, 24), cuyos productos trascienden de lo habitual para convertirse en dulces de orfebrer¨ªa. Como tentempi¨¦ pedimos una raci¨®n de tarta de maracuy¨¢. La sirve su propietario y art¨ªfice, Jordi Castells, quien junto con Carmina Mu?oz han dado una vuelta de tuerca a la elaboraci¨®n pastelera con propuestas tan originales como la tarta de cerveza negra y crema de queso y la elaborada con aceite del Montsi¨¤ y sal del delta del Ebro.
Siguiente parada: el castillo, visible desde cualquier punto de la poblaci¨®n. Su situaci¨®n estrat¨¦gica permit¨ªa el control de las rutas interiores y representaba el l¨ªmite entre los reinos cristiano y musulm¨¢n. En pie queda la robusta torre del homenaje, la redonda torre rom¨¢nica y una peque?a iglesia, adem¨¢s de vestigios de las murallas.
M¨¢s de 400 figuras
Dejamos atr¨¢s la fortaleza para tomar la carretera que rodea Ulldecona y conduce, en apenas seis kil¨®metros, hasta la ermita de la Pietat, una suerte de iglesia blanca adosada a la ladera de la monta?a donde comienza la visita a uno de los conjuntos de pinturas rupestres m¨¢s importantes de la Pen¨ªnsula.
El escenario es perfecto: una cornisa rocosa rodea un gran valle que en nuestra imaginaci¨®n se convierte en el lugar m¨¢s adecuado para hacer una cacer¨ªa. La contemplaci¨®n de las pinturas as¨ª lo confirma. El conjunto de arte rupestre de la sierra de Godall se extiende unos 500 metros y se han llegado a contar m¨¢s de 400 figuras que se distribuyen en diferentes abrigos. Actualmente se pueden visitar dos (informaci¨®n en turismeulldecona.com). El n¨²mero I destaca por un ciervo majestuoso que solo tiene dibujado el contorno y es tan hermoso y complejo que se ha convertido en el s¨ªmbolo de este centro de pinturas rupestres. El abrigo n¨²mero IV es a¨²n m¨¢s espectacular: muestra una completa escena de caza dirigida por una enigm¨¢tica figura de cabeza voluminosa coronada por un penacho a la que se le ha dado el nombre de El Brujo. En la escena, hombres, mujeres y animales ¡ªun total de 170 figuras¡ª corren en diferentes planos y crean una trepidante secuencia en movimiento. Las pinturas realizadas con ¨®xido de hierro cuentan con 3.500 a?os de antig¨¹edad ¡ªtambi¨¦n hay algunas realizadas hace 8.000 a?os¡ª y fueron descubiertas en 1975 gracias a una incursi¨®n espeleol¨®gica a estos refugios p¨¦treos. Los abrigos forman parte del conjunto de arte rupestre levantino que en 1998 fue declarado patrimonio mundial.
Ante la dificultad de poder acceder a la mayor¨ªa de las pinturas, en 2006 se cre¨® el Centro de Interpretaci¨®n de Arte Rupestre Abrigos de la Ermita. Su visita es imprescindible antes de iniciar el recorrido, pues ofrece una detallada introducci¨®n y los datos necesarios para entender y disfrutar plenamente de la contemplaci¨®n de las pinturas a trav¨¦s de recursos gr¨¢ficos, fotograf¨ªas y calcos de las figuras.
La gastronom¨ªa en Ulldecona es tambi¨¦n de imprescindible disfrute. Dos excelentes restaurantes, cada uno con su estrella Michelin, ofrecen una carta muy personal en la que el producto de proximidad y la sostenibilidad son sus grandes bazas. L¡¯Antic Mol¨ª d¡¯Ulldecona, capitaneado por el chef Vicent Guimer¨¤, abri¨® sus puertas en 2004, en 2017 obtuvo el reconocimiento de la prestigiosa gu¨ªa francesa y en 2020 la estrella verde Michelin. Es un placer degustar las propuestas culinarias de este restaurante que sigue los preceptos del movimiento Slow Food, y en especial los platillos elaborados con galeras, un crust¨¢ceo que ha dado a Guimer¨¤ fama internacional. La alta cocina aqu¨ª tiene otro nombre, y es el de Les Moles, en el que Jeroni Castell gan¨® su estrella en 2014. Su cocina, tal y como la define el propio chef, es juguetona y creativa, experiencial. Sin salir de Ulldecona cabe mencionar otra propuesta apadrinada por L¡¯Antic Mol¨ª. Se trata de Lo Paseo, un restaurante m¨¢s modesto en sus propuestas, pero muy recomendable. Ubicado en una antigua tienda de ultramarinos de 1897, sus propietarios, Jaume Antich y Laura Sansa, remodelaron el espacio sin perder su esencia y han apostado por una cocina de proximidad y por un entorno amable con sus clientes.
Uno de los productos estrella de la zona es el aceite. En los alrededores de Ulldecona se halla una de las mayores concentraciones de olivos milenarios del mundo, con cerca de dos millares de ejemplares con una antig¨¹edad de entre 1.000 y 2.000 a?os. La Finca de l¡¯Ari¨®n es uno de los puntos m¨¢s recomendados para contemplar de cerca estos majestuosos ¨¢rboles de tronco retorcido y formas escult¨®ricas, pues aqu¨ª se concentran alrededor de 200 olivos, entre los que destaca con sus ocho metros de per¨ªmetro el denominado la Farga de l¡¯Ari¨®n. El paseo dura una hora entre olivos de la especie farga y muros de piedra seca. Siguen siendo productivos y con sus aceitunas y un laborioso proceso artesanal de elaboraci¨®n se consigue un aceite de sabor fin¨ªsimo y muy apreciado.
El aceite el Vilar Mil¡¤lenari se produce en el Mol¨ª de la Creu, un molino hist¨®rico que se halla en la poblaci¨®n de La Galera, a unos 13 kil¨®metros de Ulldecona. Visitar sus instalaciones y la cata del sugerente aceite es el colof¨®n perfecto del recorrido por esta tierra de olivos antes de volver a Ulldecona para degustar una cena estelar.
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