Islas Cook, el para¨ªso prometido para 2022
Estas 15 islas volc¨¢nicas diseminadas en la inmensidad del Pac¨ªfico Sur ofrecen un irresistible c¨®ctel de turismo sostenible, aventuras ex¨®ticas y cultura polinesia
Con paso lento pero firme, 2022 ser¨¢ el a?o en el que los viajeros volver¨¢n a ponerse en ruta. Y despu¨¦s de so?ar durante muchos meses con volar al otro lado del mundo, a un lugar remoto e inolvidable, Lonely Planet ha seleccionado las islas Cook como el mejor destino para visitar el pr¨®ximo a?o entre las 30 propuestas reunidas en su lista Best in Travel.
Diseminadas en el Pac¨ªfico, entre Haw¨¢i y Nueva Zelanda, las islas Cook son a la vez remotas y accesibles, modernas y tradicionales. Orgullosas de su independencia ¡ªen 1965 se desvincularon de Nueva Zelanda, aunque el pa¨ªs oce¨¢nico las defiende y las representa en el exterior¡ª, han sabido combinar las aut¨¦nticas tradiciones polinesias con un atrevido e innovador planteamiento de los desaf¨ªos a los que se enfrentan los pa¨ªses del Pac¨ªfico Sur. En medio del mayor oc¨¦ano del mundo, este rec¨®ndito para¨ªso terrenal promete aventuras activas, interacci¨®n cultural y exquisiteces gastron¨®micas.
?rase una vez un lugar muy, muy remoto del Pac¨ªfico Sur¡.
Las Cook presumen de ser uno de los pa¨ªses m¨¢s aislados y dispersos del mundo: 15 islas volc¨¢nicas que suman solo 240 kil¨®metros cuadrados esparcidas en dos millones de hect¨¢reas oce¨¢nicas de la Polinesia neozelandesa. Rarotonga es la m¨¢s grande y poblada del archipi¨¦la?go y, como consecuencia de ello, la m¨¢s cosmopolita. La tradici¨®n combina arm¨®nicamen?te con una emergente oferta de gastronom¨ªa artesanal y ecol¨®gica, sobre todo en la tranquila capital, Avarua. En cambio, quienes visitan las islas de Aitutaki y de Atiu lo hacen por razones muy distintas: la primera se extiende en torno a uno de los lagoons (lagunas) m¨¢s impresionan?tes del Pac¨ªfico Sur, en forma de atol¨®n, mientras que la segunda es un afloramiento rocoso cubierto de bosques, rodeado de coral y sembrado de cuevas de caliza: un destino que atrae a viajeros con esp¨ªritu explorador al tratarse de uno de los lugares m¨¢s v¨ªrgenes del planeta.
Alejadas de la isla principal, las aletargadas Mitiaro, Mauke y Mangaia son un escaparate de la cultura polinesia. Y a¨²n mucho m¨¢s apartados, a m¨¢s de 1.000 kil¨®metros, nos quedar¨ªan por ver ato?lones poco poblados que integran el resto del pa¨ªs, incluido Manihiki, donde la vida gira en torno al cultivo y extracci¨®n de perlas negras, que producen grandes beneficios. Tambi¨¦n es un lugar al que acuden aficionados al submarinismo y a la pesca en alta mar.
El Oc¨¦ano Sagrado: el parque submarino m¨¢s grande del planeta
Mientras el mundo se recupera de la pandemia, las Cook est¨¢n implantando estrategias de sostenibilidad para emerger como un destino sorprendente. Un proceso que se inici¨® en julio de 2017 con la creaci¨®n del Marae Moana (Oc¨¦ano Sagrado), un ¨¢rea marina protegida de 1,9 millones de kil¨®metros cuadrados, el segundo mayor parque marino del mundo. Kevin Iro, activista ambiental y exjugador internacional de rugby, lanz¨® la idea de crear este santuario, y el parlamento de las Cook aprob¨® finalmente su propuesta.
Los habitantes de las Cook tambi¨¦n se han dotado de leyes para crear reservas marinas espec¨ªficas, que se extienden 93 kil¨®metros alrededor de cada una de las 15 islas, donde est¨¢n prohibidas la pesca comercial y la extracci¨®n de recursos del fondo marino; en el resto del parque solo se pueden practicar de forma sostenible. Un compromiso con el medio ambiente que se traduce, tierra adentro, en el empleo casi exclusivo de energ¨ªa solar renovable. Es la llamada pol¨ªtica Fossil Free, cuya puesta en marcha ha supuesto que 13 de las 15 islas no cuenten ya con generadores di¨¦sel. Por su parte, el sector tur¨ªstico (que antes de la pandemia supon¨ªa el 70% del PIB) ha implantado el certificado ecol¨®gico Mana Tiaki, que garantiza que los proveedores de viajes cumplan con las pr¨¢cticas de conservaci¨®n para preservar intacto el valioso patrimonio natural de las islas a las generaciones futuras.
Uno de los opera?dores tur¨ªsticos reconocidos es Storytellers Eco Cycle and Walking Tours, de Rarotonga, con gran sensibilidad con los problemas medioambientales en sus propuestas. Recauda fondos y dona un porcentaje de sus benefi?cios a ONG locales y a iniciativas de desarrollo sostenible. Otro operador, Tik-e Tours, tambi¨¦n cumple con el certificado ecol¨®gico y ofrece transporte con cero emisiones de carbono y servicios para recorrer Rarotonga en bicicletas y tuk tuks el¨¦ctricos. Y, m¨¢s all¨¢ de sus lujosas tiendas de safari y del ¨¦nfasis en pr¨¢cticas ecol¨®gicas y en la energ¨ªa solar, Ikurangi Eco Retreats obtuvo el certificado por apoyar proyec?tos como Te Are Manu, una cl¨ªnica veterinaria de Rarotonga con vocaci¨®n solidaria y dirigida por voluntarios.
Iniciativas tur¨ªsticas en apoyo de la comunidad local
En el que es uno de los pa¨ªses m¨¢s peque?os del mundo los turistas tienen f¨¢cil sumarse a los lugare?os para mejorar las cosas. Quienes quieran contribuir directamente con la comunidad local pueden apoyar las tareas medioambientales que lleva a cabo la Te Ipukarea Society, entre las que destacan la erradicaci¨®n de ratas en atolones remotos, la protecci¨®n de aves end¨¦micas amenazadas o la creaci¨®n de la primera planta recicladora de Rarotonga. Tambi¨¦n es posible donar dinero a la cl¨ª?nica veterinaria Te Are Manu, cuyo plan para reducir el n¨²mero de perros callejeros en Rarotonga ha sido un ¨¦xito. Y en el Discover Marine and Wildlife Eco Centre se afanan en la protec?ci¨®n de los entornos oce¨¢nicos, destinando el importe de las entradas a mantener en pie una instalaci¨®n para aves y tortugas marinas rescatadas.
Rarotonga, el viaje de las Cook al siglo XXI
En la capital de las islas, Avarua, viven casi todos los habitantes de las Cook, algo m¨¢s de 10.000 personas. All¨ª hay caf¨¦s de moda, buenos restaurantes y hasta una animada vida nocturna. Pero m¨¢s all¨¢ del ajetreo tur¨ªstico y de su apariencia cosmopolita, en la isla sigue latiendo una s¨®lida cultura anclada en los valores tradicionales polinesios y en la tradici¨®n oral. Aqu¨ª est¨¢ la sede del Parlamento y el aeropuerto internacional, lo que implica que todos los extranjeros que visitan las Cook aterrizan en Avarua (con una proporci¨®n de un turista por cada isle?o, aproximadamente) y pasan al menos una noche en los 40 hoteles repartidos por la isla.
Uno de los mayores atractivos para quienes visitan Rarotonga es el Cross-Island Track, que permite hacer senderismo de costa a costa por su accidentado y boscoso interior. La caminata, de entre tres y cuatro horas de duraci¨®n, pasa por la monta?a Te Rua Manga o The Needle (la Aguja), de 413 metros de altura, atravesando algunos de los paisajes m¨¢s espectaculares del territorio. Partiendo de la costa norte, el recorrido cruza selvas con ¨¢rboles de ra¨ªces enmara?adas y serpenteantes arroyos. El sendero termina en la preciosa cascada Wigmore, que vierte sus aguas en una fresca poza. Para observar este espect¨¢culo natural en plenitud es mejor completar la senda en los meses de febrero y marzo, cuando se encara el tramo final de la temporada de lluvias.
Para descubrir la cultura local y pro?bar su cocina, se recomienda visitar el mercado de Punanga Nui, uno de los mejores del Pac¨ªfico, en la capital Avarua. Entre pareos de colores, ukekeles hechos a mano y fruta fresca, es obligado probar deliciosas especialidades locales como el rukau (hojas de taro al vapor) o el ika mata (pescado crudo marinado). Mejor si se acude el s¨¢bado por la ma?ana para probar el caf¨¦ ecol¨®gico de la isla, smoothies de fruta fresca o crepes con frutas tropicales, todo amenizado por la m¨²sica y danzas en directo que llevan a cabo asociaciones culturales locales. En este lugar el viajero podr¨¢ ponerse en contacto con Ngametua Mamanu, de Tumutoa Tours, un habitual del mercado que, junto a su esposa Mania, propone actividades en Rarotonga que inclu?yen festines cocinados en un umu kai (horno en la tierra) tradicional. Esta pareja anima a los visitantes a que ayuden en la preparaci¨®n de la comida y en la confecci¨®n de las fuentes para servir, que se hacen con plantas locales.
Aitutaki, el rinc¨®n m¨¢s bello del mundo
La segunda isla m¨¢s visitada se ovilla en torno a una de las lagunas m¨¢s impresionantes del Pac¨ªfico Sur. Este atol¨®n, un enorme anillo de coral, aparece muchas veces descrito como ¡°el rinc¨®n m¨¢s bello del mundo¡±, y es que tiene todos los ingredientes con los que uno suele so?ar para un para¨ªso. Su laguna interior, jalonada por islitas desiertas y anchas playas de arena, compone la imagen id¨ªlica de los mares del sur.
El oc¨¦ano de color aguamarina con una visibilidad de hasta 30 metros de profundidad, los espumosos rompientes que circundan el arrecife y las anchas playas de arena de sus muchos islotes conforman una escena subyugante: Aitutaki deja sin aliento. Aprovechando que el domingo es d¨ªa de oraci¨®n y descanso, se puede asistir a los oficios de alguna iglesia: los cantos son emocionantes. Y quienes lo deseen pueden pasar un d¨ªa en un catamar¨¢n de isla en isla por la laguna.
Bucear en busca de pecios en las lagunas
Bucear, practicar kayak o surfear a remo en las aguas azules de la laguna de Muri, en Rarotonga, o encontrar la motu (isla) desierta en la incre¨ªble laguna de Aitutaki. Es fant¨¢stico bucear en Rarotonga fuera del arrecife, sobre todo en los corredores del lado sur; hay ca?ones, cuevas y t¨²neles que explorar, y fuera de la laguna la isla ofrece unos 4.000 metros de profundidad para ser descubiertos, aunque casi todo el mundo bucea no m¨¢s all¨¢ de los 30 metros.
Rarotonga posee varios pecios bien conservados, como el de SS Maitai, un barco de vapor de 3.400 toneladas que golpe¨® el arrecife en las afueras del puerto de Avarua la v¨ªspera de la Navidad de 1916. Un siglo despu¨¦s del naufragio, el bloque del motor sobresale del agua justo enfrente de la ciudad, por lo que todo aquel que llega a Rarotonga detecta el barco de un simple vistazo al horizonte. La estructura principal sigue siendo visible, as¨ª como el tim¨®n, varias calderas y, por supuesto, el bloque del motor. Los restos del naufragio se encuentran esparcidos en un ¨¢rea grande y todav¨ªa hoy se pueden encontrar artefactos como botellas de vidrio o llantas de autom¨®viles. Es el sitio de buceo menos profundo de Rarotonga y uno solo puede sumergirse cuando las condiciones del mar son extremadamente favorables. Otras zonas de inmersi¨®n conocidas son Black Rock en el norte; Sandriver y Matavera Wall, en el lado oriental; y los corredores de Avaavaroa, Papua y Rutaki, en el sur.
En Aitutaki la visibilidad es magn¨ªfica, con cantiles, varios niveles de inmersi¨®n y sistemas de cuevas. Muchos submarinistas piden sumergirse en el pecio del Alexander, un barco de pasajeros naufragado en 1951: se encuentra a solo un metro de profundidad y es indicado para buceadores con tubo.
Un chapuz¨®n a la luz de las velas en las cuevas de Atiu
Es una de las islas exteriores m¨¢s peque?as y rocosas de las Cook, y Atiu est¨¢ emergiendo como destino para viajeros activos y con sensibilidad ecol¨®gica. El viajero puede apuntarse a un circuito de observaci¨®n de aves de tres horas de duraci¨®n con el conservacionista George Mateariki, m¨¢s conocido como Birdman George, responsable del cuidado de los 30 ejemplares de?kakerori (papamoscas de Rarotonga) trasladados a Atiu en 2003 como parte de un programa de recuperaci¨®n de esta especie amenazada de extinci¨®n, despu¨¦s de que su poblaci¨®n se redujera dr¨¢sticamente en Rarotonga por el ataque de las ratas. Otra actividad muy demandada en Atui es el descenso a las profundidades hist¨®ricas y espirituales de la cueva de Anatakitaki, dentro de cuyos arcos catedralicios la atracci¨®n aviaria es la fascinante kopeka (salangana de Atiua); hay que estar atentos a sus cl¨¢sicos chasquidos de ecolocalizaci¨®n, sonidos que emiten estas aves y que les ayudan a orientarse. Conviene dejar tiempo para disfrutar del otro atractivo de Anatakitaki: un chapuz¨®n a la luz de las velas en la poza subterr¨¢nea de la cueva.
Mangaia, la isla volc¨¢nica m¨¢s antigua del Pac¨ªfico
Despu¨¦s de Rarotonga, Mangaia es la isla de orograf¨ªa m¨¢s espectacular, con un alto aro de coral de dos niveles (tres en el norte de la isla) que ocultan una enorme caldera volc¨¢nica sumergida a ambos lados del macizo de Rangimotia (169 metros de altitud), el espinazo de la isla. Mangaia es el territorio insular m¨¢s antiguo del Pac¨ªfico con una edad estimada en 18 millones de a?os. Es la m¨¢s meridional de las islas Cook y la segunda m¨¢s grande despu¨¦s de Rarotonga, de la que la separan 175 kil¨®metros. De relieve escarpado, est¨¢ cubierta por una densa vegetaci¨®n y agujereada por cuevas calizas que en otros tiempos sirvieron como enterramientos sagrados durante las luchas tribales. Apenas 700 personas viven en la isla, dedicadas en cuerpo y alma a las plantaciones de vainilla y papaya.
'Kia Orana', una filosof¨ªa de vida
Cuando todo el mundo estaba confinado en casa, las islas Cook fue uno de los pocos lugares del planeta sin ning¨²n caso detectado de coronavirus. Durante esos duros meses de 2020, se estableci¨® un modelo de colaboraci¨®n entre los isle?os que inclu¨ªa mensajes mediante banderas para avisar en caso de que surgiera alg¨²n caso sospechoso de contagio. Para vivir tanto tiempo aislados en medio del Pac¨ªfico ha sido esencial el sentimiento de comunidad que se manifest¨® en la creaci¨®n de una gran red de voluntarios, dedicados a la limpieza, el mantenimiento de las poblaciones o la recolecci¨®n de la fruta, uno de los sectores estrat¨¦gicos del archipi¨¦lago.
Una de las razones del ¨¦xito sanitario tiene que ver con lo que los cookianos llaman Kia Orana, su filosof¨ªa de vida y espiritualidad. Adem¨¢s de ser el saludo caracter¨ªstico aqu¨ª, Kia Orana significa, literalmente, ¡°que tengas una vida larga y satisfactoria¡±, una expresi¨®n que resume un modo de vida que se suma a otros valores comunes en las islas: Mana Tiaki, que es la responsabilidad de los isle?os por preservar su cultura y patrimonio ambiental para las generaciones futuras, con un prop¨®sito sagrado; y Meitaki, que significa "todo est¨¢ bien" y "gracias", una sencilla manera que tienen los lugare?os de compartir su felicidad. Motivos les sobran.
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