Surfear o morir: las lecciones de Hugo Vau para sobrevivir a las monstruosas olas de Nazar¨¦
Este deportista busca cada a?o cabalgar las olas mastod¨®nticas de esta peque?a localidad portuguesa, que superan los 20 metros de altura. A sus lomos ha tocado el ¨¦xtasis, y tambi¨¦n las puertas del infierno
All¨¢ arriba siento que soy peque?ito¡±. Hugo Vau (Lisboa, 1977) estuvo hace dos a?os encima de una gran mama ¡ªm¨ªticas olas de m¨¢s de 25 metros¡ª y lo pudo contar. Otras veces, la gran ola se lo ha comido y lo ha escupido como una pipa, pero tambi¨¦n lo ha podido contar. Para Vau, Nazar¨¦ ¡°es la escuela de la humildad de la vida¡±.
Vau sobrevivi¨® hace unas semanas a una situaci¨®n extrema entre las olas de Nazar¨¦ (Portugal). Ha estado, pues, en el cielo y en el infierno de esta meca del surf. Ahora, impactado por su experiencia m¨¢s reciente, que ha dejado a su colega Alex Bo?telho gravemente herido, no ha querido hablar, pero hace dos a?os, euf¨®rico tras cabalgar la gran ola, s¨ª lo hizo. Y m¨¢s que del ¨¦xito nos habl¨® de c¨®mo se preparaba para sobrevivir si todo sal¨ªa mal. Eso ocurri¨® el pasado 11 de febrero.
Cuando llega noviembre, Vau y otros locos como ¨¦l se instalan en este pueblo de la costa portuguesa, Nazar¨¦. Su b¨ªblico nombre, su vida sosegada, la imagen de sus mujeres de siete refajos ofreciendo apartamentos a los turistas ocultan que el lugar, adem¨¢s de una playa paradisiaca, tiene otra terror¨ªfica. En un fen¨®meno geol¨®gico ¨²nico, el ojo del faro separa la tranquila playa del paseo mar¨ªtimo de la playa del norte, donde socorristas en moto salvan vidas de surfistas. En la cima del faro, decenas de fot¨®grafos y curiosos miran para la playa de la derecha. En la de la izquierda, la gente apenas toma el primer sol caliente del a?o y se moja los pies en olitas. Es incre¨ªble que doblando el faro, a escasos 100 metros, el mar sea una furia desatada, salvaje, donde los surfistas intentan cabalgar las olas con la sola ayuda de una tablita.?
¡°Son monta?as de agua movedizas¡±, nos explicaba Vau en Nazar¨¦ tras su haza?a del 17 de enero de 2018, cuando surfe¨®, supuestamente, una ola de unos 30 metros (nunca oficializada por falta de im¨¢genes n¨ªtidas). ¡°Es una constante mutaci¨®n del mar por vientos y corrientes¡±, dec¨ªa. Vientos y corrientes propulsados por un desfiladero submarino bajo la playa norte de Nazar¨¦. Ese ca?¨®n de m¨¢s de 6 kil¨®metros de largo y paredes de 2.000 metros duplica la fuerza del mar y convierte olas de 10 metros en monta?as de agua de m¨¢s de 20, seg¨²n el Instituto Hidrogr¨¢fico portugu¨¦s.
El pueblecito le debe su fama al estadounidense Garrett McNamara (Pittsburgh, 1967), que en 2011 estableci¨® aqu¨ª el r¨¦cord mundial de la ola m¨¢s grande jam¨¢s surfeada (23,78 metros). Desde entonces no ha parado de romperse la marca, siempre en la localidad portuguesa. ¡°Es la f¨®rmula 1 del surf¡±, en definici¨®n del brasile?o Rodrigo Koxa, actual recordman con una ola de 24,4 metros, registrada por la World Surf League.
El 17 de enero de 2018, en una tarde de perros, Vau y Botelho se dieron una ¨²ltima oportunidad antes de acabar la poco provechosa jornada. El fot¨®grafo del equipo les avis¨® de que ven¨ªa una buena tanda de olas. Botelho llev¨® en la moto a Vau hasta la cresta y se retir¨®. Vau dej¨® pasar la primera, esper¨® en medio y entonces dos inmensas olas chocaron entre s¨ª, cre¨¢ndose una mayor. Vau se irgui¨® sobre ella. ¡°Deb¨ªa de tener 30 metros, nunca hab¨ªa cabalgado nada igual¡±. No hab¨ªa vuelta atr¨¢s, era bajarla o morir. ¡°La sensaci¨®n es la de bajar una monta?a perseguido por una avalancha, una sensaci¨®n de ser insignificante¡±, ilustr¨®.
El pasado 11 febrero, sin embargo, todo se torci¨®. Corr¨ªa la World Surf League de grandes olas. Aquel no era un d¨ªa especialmente fiero, desde luego no para batir r¨¦cords. Como siempre, Vau y Botelho se turnaban en la tabla y en la moto. Esta vez era Botelho quien surfeaba la ola y Vau quien conduc¨ªa una moto de m¨¢s de 300 caballos, con la misi¨®n de subirlo a la ola y luego rescatarlo antes de que llegara la siguiente. Botelho la surfe¨® y Vau fue en su b¨²squeda, le lanz¨® la plancha de la moto y se subi¨® sin problemas. La pareja se encaminaba a la playa cuando una ola lateral impact¨® en el veh¨ªculo. Los dos surfistas salieron por los aires descontrolados y con la plancha de Botelho perdida en el oc¨¦ano.
¡°Nuestra preparaci¨®n es para sobrevivir por nuestros propios medios, pensando en que solo nosotros nos podemos salvar¡±, contaba Vau tras su gesta de 2018. Ahora hab¨ªa salido por los aires y aterrizado en el agua, pero pod¨ªa recurrir a su preparaci¨®n f¨ªsica ¡ª¡°aguanto bajo el agua 4 minutos y 49 segundos por si todo falla¡±¡ª y sus sesiones de yoga ¡°para resistir esos momentos tr¨¢gicos sin que me agarrote el p¨¢nico¡±. Su compa?ero Botelho no ten¨ªa esos recursos, estaba inconsciente; su ropa de goma antichoque, similar a la de un motociclista, le manten¨ªa a flote, pero boca abajo. Tampoco pod¨ªa accionar el chaleco de socorro, semejante al que encontramos en los aviones.
¡°Cuando caes en medio de la monta?a de agua¡±, relataba Vau por entonces, ¡°hay que tener la sangre fr¨ªa de tirar del hilo del lado derecho para que el chaleco se hinche y te suba a la superficie, pero igual no es buena idea si la monta?a de agua viene sobre ti; entonces hay que tirar del hilo izquierdo para que se desinfle y te puedas hundir¡±.
Cuando me siento m¨¢s vivo es sumergido bajo una ola gigante sin saber si sobrevivir¨¦
Su amigo Botelho era rebotado por las olas de aqu¨ª para all¨¢. Una decena de motos se lanzaron en su ayuda. La del socorrista S¨¦rgio Cosme fue la primera en llegar. Le tir¨® la plancha para que se agarrara. ¡°Cuando caemos, solo tenemos una oportunidad, una¡±, contaba Vau. ¡°Si fallamos el agarre, adi¨®s, llega otra ola, la moto se va y t¨² te quedas solo¡±. Botelho, inconsciente, fall¨®, claro; una, dos, tres veces. Finalmente pudo ser arrastrado hasta la playa, asistido y llevado al hospital, donde fue ingresado en cuidados intensivos. ¡°Son situaciones normal¨ªsimas en este registro de olas grandes¡±, dice el coordinador del equipo de socorristas. ¡°Cada a?o tenemos unos 10 accidentes de m¨¢s o menos gravedad. Los mismos surfistas, Botelho y Vau, protagonizaron otro accidente el pasado a?o, pero salieron por su propio pie¡±.
El surfista Hugo Vau tambi¨¦n ha salido con bien de esta, m¨¢s all¨¢ de contusiones en una pierna. Seguramente, el accidente no lo retirar¨¢ y regresar¨¢ a Nazar¨¦ a esperar noticias del parte hidrogr¨¢fico para volver a enfrentarse a la gran mama. El abismo de las olas gigantes es su raz¨®n de ser. ¡°Cuando me siento m¨¢s vivo es sumergido bajo una ola gigante sin saber si sobrevivir¨¦¡±, resum¨ªa en 2018 este aventurero de la tabla.
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