Hotel Oku Ibiza, vacaciones de inspiraci¨®n ¡®wabi-sabi¡¯ frente al Mediterr¨¢neo

Pocos destinos tur¨ªsticos en el mundo se han remecido tan intensamente como Ibiza, cuyos hoteles empiezan a considerarse hoy como los grandes referentes de la vida con estilo y la modernidad sin complejos. Y qui¨¦n iba a decirnos, adem¨¢s, que el nuevo icono de la bulliciosa villa de Sant Antoni de Portmany iba a ser un emprendimiento griego incrustado entre las colinas de la bah¨ªa de Cala Graci¨®... Un extra?o Olimpo de aires mediterr¨¢neos y sabidur¨ªa oriental wabi-sabi dise?ado por la firma de arquitectura MG&AG con una vistosa fachada de hormig¨®n y piel de madera listada, entre palmeras, plataneras y otras plantas tropicales en las ant¨ªpodas de la imagen de la isla pitiusa encalada y vaporosa.?

S¨ª, nace hoy otra Ibiza. Y, con ella, un nuevo estereotipo de clubbing veraniego ducho en el manejo del Instagram y la criptoman¨ªa del metaverso. El hotel?Oku Ibiza ha sido concebido para un nuevo tipo de viajero que busca un lujo relajado, sin artificios ni pretensiones. Pero con mucho estilo a la hora de comer ¡ªtiene dos restaurantes: The Oku y To Kima, este ¨²ltimo m¨¢s informal, junto a la piscina¡ª, en la manera de nadar ¡ªalberga dos piscinas comunes y otra, de corte minimalista, dentro de una villa privada con cuatro dormitorios¡ª o en tiempo de dormir, si es que las estupendas vistas desde las terrazas nos lo permiten.

Habitar estos espacios de gran simbolismo japon¨¦s, con el olor de la madera, la vaporosidad del lino, la geometr¨ªa precisa de las formas y la espiritualidad del tao, produce una elevaci¨®n como ninguna rave ibicenca lo conseguir¨ªa. Protegidas de la solana por unas persianas correderas que sustentan la est¨¦tica de la fachada, las habitaciones despliegan sus terrazas sobre la l¨¢mina de agua m¨¢s larga de la isla: 50 metros lineales. Si la amplitud y el confort de las camas invita a zambullirse entre las s¨¢banas, la ba?era es un ofuro de enormes proporciones que compite con la ducha, otro espacio de igual portento. Da gusto dejarse llevar por una lectura de haikus¡­ ¡°Oh, luci¨¦rnaga / Pronto desapareces¡­ / La luz del d¨ªa¡±.

Otra piscina casi tan grande como la principal sigue su curso m¨ªnimo junto a un edificio m¨¢s peque?o donde se articulan la recepci¨®n y las habitaciones para familias. En esa zona se sustancian los desayunos en un gran sal¨®n abierto al exterior mediante grandes cristaleras correderas.

Si los desayunos son una condici¨®n imprescindible de la estancia, las cenas tampoco se deber¨ªan soslayar, aunque exija un esfuerzo al bolsillo. Verdaderamente, la ofrenda de unos lomos de waygu a la piedra caliente, realizada en la misma mesa del comensal por un servicio perfectamente instruido, define una cocina equiparable a la de los restaurantes kaiseki de Kobe, Osaka o Tokio.