El c¨®ctel perfecto de Bad Ischl: cultura, historia y naturaleza en Alta Austria
La que es una de las capitales europeas culturales de 2024 es una muy buena excusa para descubrir la regi¨®n de Salzkammergut, en Alta Austria. De la ciudad balneario que encandil¨® a la aristocracia del siglo XIX a una ruta por sus fotog¨¦nicos lagos y pueblos
La regi¨®n de Salzkammergut, en Alta Austria, una zona cubierta de mar hace millones de a?os, es considerada la mina de sal m¨¢s antigua del mundo, sus yacimientos, dentro de la monta?a, comenzaron a ser explotados en la Edad de Bronce. Fue en 1822 cuando los doctores Goetz y Wirer descubrieron las propiedades curativas de sus aguas, lo que llev¨® a que Bad Ischl se pusiera de moda entre la aristocracia del siglo XIX como ciudad balneario.
Lo que hoy se recorre en tres horas de coche o tren, antes era un viaje de dos d¨ªas y medio desde Viena. El edificio de correos al que llegaban los carruajes fue el primero de la zona, y era posada, restaurante y caballeriza, con capacidad para m¨¢s de 100 caballos. Hubo un momento que la ciudad lleg¨® a ser tan popular que hab¨ªa un dicho: ¡°La gente que no quiero ver en Viena la veo en Bad Ischl¡±, lo que tambi¨¦n da a entender por qu¨¦ en esa ¨¦poca era llamada la peque?a Viena. El mismo emperador Francisco Jos¨¦ I la eligi¨® para veranear durante 60 a?os, aqu¨ª conoci¨® a Sissi y aqu¨ª firm¨® la declaraci¨®n de guerra a Serbia, que dio comienzo a la Primera Guerra Mundial.
Hoy Bad Ischl contin¨²a siendo la ciudad balneario favorita de los austriacos. Se considera una de las ciudades de Austria con mayor calidad de vida, por las 35.000 fl ores que anualmente son plantadas en sus jardines, la calidad de su aire y de sus aguas, as¨ª como por el certificado child friendly otorgado por Unicef, por la diversidad de ocio y las facilidades en cuanto a conciliaci¨®n familiar. Como viajero, la mejor manera de visitarla es tomar un caf¨¦ a orillas del r¨ªo Traun en la famosa pasteler¨ªa Zauner; pasear por Kaiservilla, la residencia del emperador con sus jardines; callejear por su casco antiguo y sumergirse en sus termas. Para terminar el d¨ªa merece la pena subir la empinada cuesta a trav¨¦s del bosque que lleva a la torre en lo alto del monte Siriuskogl. La vista desde la torre es espectacular y tambi¨¦n lo es la comida del restaurante del mismo nombre que est¨¢ a sus pies.
A esta torre sub¨ªa a los seis a?os Christoph Krauli, que ya so?aba con ser chef y trabajar en un restaurante en un lugar como este. Con 21 a?os abri¨® aqu¨ª su restaurante y ahora, 14 a?os despu¨¦s, con programa de televisi¨®n incluido, se ha convertido en un referente de la cocina austriaca. Adem¨¢s, trabaja con los estudiantes de la escuela de cocina de Bad Ischl, y entre todos conciben las recetas que son servidas diariamente y que son una revisi¨®n de la antigua gastronom¨ªa de la regi¨®n, con materia prima de peque?os productores de los alrededores. El resultado es simplemente asombroso, por el sabor de cada plato y por el ambiente que se respira en esta terraza, rodeada de bosque y animales de granja.
De ruta por los lagos
Es la primera vez que una ciudad nombrada Capital Europea de la Cultura no es tal, sino la uni¨®n de 23 municipios encabezados por Bad Ischl; una muy buena excusa para descubrir la regi¨®n de Salzkammergut. En esta zona, donde abundan tanto los lagos como las altas monta?as, comenzamos un sencillo trekking en el cercano pueblo de Obersee, en el lago Hallst?tter. Acaba de amanecer y, en la orilla opuesta, las monta?as a¨²n no est¨¢n iluminadas por el sol; una capa de niebla cubre el lago. En unas horas este paisaje cambiar¨¢ completamente y se llenar¨¢ de gente practicando deportes acu¨¢ticos, tomando el sol o d¨¢ndose un chapuz¨®n. El camino discurre por un estrecho sendero a la orilla del lago, peque?os embarcaderos, casitas de madera o barquitas flotan en ¨¦l. De frente, el pueblo m¨¢s conocido de Austria, Hallstatt; lo vemos de lejos, tan peque?o comparado con las monta?as que lo rodean. Podr¨ªamos tomar un bote de l¨ªnea que tarda 10 minutos en llegar, pero no lo hacemos, dejamos tranquilos a sus 800 habitantes, que ya se pronunciaron sobre lo que supone vivir en una poblaci¨®n masificada por el turismo. La elecci¨®n es Obertraun, a la que llegamos tras una hora de camino, para ver la incre¨ªble cueva de hielo de Dachstein y el telef¨¦rico que lleva al mirador de 5fingers, desde el que se divisa gran parte de la regi¨®n.
Otros lagos cercanos para descubrir son Attersee, que inspir¨® a Klimt en varias de sus obras, o el de Traunsee, con la animada poblaci¨®n de Gmunden en sus orillas. Aqu¨ª los martes es d¨ªa de mercado y se re¨²ne una gran cantidad de productores locales con sus verduras, miel, quesos, embutidos, flores o la famosa cer¨¢mica que se produce en esta localidad, cuyas sencillas rayas de colores se ven en las tiendas de la ciudad. Continuamos bajando por este lago para terminar el viaje en la tranquila Traunkirchen, cuya iglesia sobresale de la loma donde se asienta la poblaci¨®n, formando una imagen tan bella como caracter¨ªstica de esta zona.
La sal de la vida
El distrito de Salzkammergut acoger¨¢ durante 2024 m¨¢s de 150 proyectos de artistas de todo el mundo, donde conceptos tan diferentes como tradici¨®n y sostenibilidad se mezclar¨¢n y se dejar¨¢n ver en disciplinas de todo tipo. ¡°Estas 23 comunidades rurales son muy diferentes entre s¨ª y es la primera vez que trabajan con un fin com¨²n, este deber¨ªa ser un ejemplo para toda Europa¡±, afirma Elisabeth Schweeger, directora art¨ªstica de la culturalidad europea. Schweeger habla de la dificultad de la vida en la regi¨®n para la gente joven y c¨®mo la cultura ayuda a dialogar con la vida cotidiana.
Dentro del programa de revitalizaci¨®n de la cultura se incluyen 12 estaciones de tren que quedaron sin uso y ahora son utilizadas como residencias art¨ªsticas. Aqu¨ª se dar¨¢ cita el arte en todas sus facetas: teatro, fotograf¨ªa, cer¨¢mica, performances, y un largo etc¨¦tera en el que destaca la m¨²sica, tan presente en la vida de los habitantes del pa¨ªs. Este 2024, adem¨¢s, se conmemora el 200? nacimiento del compositor y organista Anton Bruckner, que mezcla su programaci¨®n de actividades con las de la capitalidad cultural, cuyo lema es La cultura es la nueva sal.
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