El Hotel de Mar, atardeceres en una joya modernista de la costa de Mallorca
Conocido como el ¡®hotel chocolate¡¯ por el caracter¨ªstico dise?o del arquitecto Jos¨¦ Antonio Coderch, este alojamiento de la divisi¨®n de lujo de la hotelera mallorquina Meli¨¢ cumple 60 a?os como refugio de vacaciones la ¡®jet set¡¯ y de la realeza. Un aniversario que adem¨¢s celebran con un aire renovado en su piscina a cargo de la dise?adora Alberta Ferretti
Si uno sale a navegar o nadar por la zona de Illetes ver¨¢ que los acantilados que bordean este punto de la costa de aguas turquesas del sur de Mallorca est¨¢n salpicados de edificios que miran al Mediterr¨¢neo. Una detr¨¢s de otra se alzan enormes casas con vistas al mar, bloques de apartamentos que respiran salitre y hoteles de diversos tama?os con piscinas a un paso del agua. Pero si se observa el detalle hay una construcci¨®n que destaca entre el resto y que recuerda a una enorme tableta de chocolate por su color marr¨®n oscuro y por la divisi¨®n de su fachada en peque?as cuadr¨ªculas de balcones tras los que se resguardan las habitaciones. Un hotel de estilo modernista dise?ado por el arquitecto catal¨¢n Jos¨¦ Antonio Coderch que este verano cumple 60 a?os convertido en lugar de referencia para los encuentros de la alta sociedad mallorquina y puerto de abrigo para personajes de la jet set internacional y miembros de familias reales de todo el mundo.
La majestuosidad del entorno en el que est¨¢ construido no se aprecia en la fachada de entrada, que se abre a una zona m¨¢s transitada por veh¨ªculos y peatones. La recepci¨®n del Hotel de Mar acoge al visitante sin atisbo del Mediterr¨¢neo, aunque caminando un poco el hu¨¦sped es sorprendido por un enorme espacio exterior en el que la inmensidad del mar se pierde hasta el horizonte. El alojamiento fue un encargo realizado en 1962 por parte de la familia mallorquina Buadas al arquitecto barcelon¨¦s, que asumi¨® el reto may¨²sculo de dise?ar un edificio que respetase un entorno plagado de acantilados bajos de roca en primer¨ªsima l¨ªnea de costa, incluyendo una peque?a cala de piedras, y de garantizar la privacidad de los futuros clientes consiguiendo que desde sus habitaciones siempre pudieran contemplar el Mediterr¨¢neo.
Arquitecto de viviendas y dise?os industriales, Coderch acept¨® la propuesta y logr¨® idear un establecimiento de 137 habitaciones en el que no hay una sola estancia que est¨¦ de espaldas al mar. Con un mobiliario en tonos claros, maderas y un toque moderno, las habitaciones se abren directamente a la terraza de forma escalonada creando una ilusi¨®n visual de abanico, y los parasoles verticales de madera ubicados en los extremos de las terrazas blindan la privacidad de sus moradores. Lo ¨²nico que se ve al frente es el Mediterr¨¢neo. A lo largo de sus 60 a?os de vida, el establecimiento ha sido sometido a tres grandes reformas comandadas por los arquitectos ?lvaro y Adriana Sans, que lo han adaptado a los tiempos modernos sin tocar la fachada y la distribuci¨®n de los espacios interiores, contando siempre con el benepl¨¢cito del arquitecto Oriol Bohigas, disc¨ªpulo de Coderch. Los azulejos de la fachada, que con el tiempo se hab¨ªan deteriorado e incluso ca¨ªdo, fueron encargados a la misma f¨¢brica de Castell¨®n que d¨¦cadas atr¨¢s los hab¨ªa producido con el objetivo de replicar y mantener la imagen exterior de sus inicios.
El aire renovado de esas intervenciones de los Sans se respira en los exteriores. Los enormes jardines que rodean el hotel se extienden acogiendo el edificio principal en convivencia con la zona de la piscina. En el interior, el restaurante permite disfrutar de la comida mediterr¨¢nea con productos de temporada de la chef mallorquina Marga Coll a trav¨¦s de su desayuno en cinco etapas o su cena degustaci¨®n. En el recorrido exterior predomina la flora aut¨®ctona, con pinos, palmitos y algarrobos que se intercalan con otras especies como el boj, la hiedra y el lentisco. Sin duda, uno de los rincones m¨¢s curiosos y codiciados de todo el recinto es la peque?a cala de arena y piedras en las que darse un ba?o y nadar hacia mar abierto. ¡°La cala es p¨²blica. Cuenta con un acceso desde el hotel pero puede ser utilizada por cualquier persona que quiera acceder a trav¨¦s de las rocas o el mar, sobre todo en invierno est¨¢ muy frecuentada¡±, explica Emma Cerd¨¤, responsable de estrategia de marcas de lujo de Meli¨¢.
Dise?o Ferretti
Es precisamente en las zonas de la piscina y la cala donde la cadena hotelera ha querido dar un impulso renovado. Este verano ha estrenado el nuevo pool club que, bajo el nombre de Bomb¨®n ¡ªen sinton¨ªa con el apodo del hotel¡ª, acoge las piezas de mobiliario ideadas por la dise?adora italiana Alberta Ferretti. Cojines, tumbonas y sombrillas de tejidos resistentes al agua y al sol fabricados en una peque?a manufactura del lago Como en los que la dise?adora ha querido plasmar su comuni¨®n con el Mediterr¨¢neo en su primera colaboraci¨®n en el dise?o de muebles. ¡°Con un vestido tengo una idea muy clara de la mujer que lo quiere llevar, pero desarrollar algo que tiene que gustar a m¨¢s de una persona es muy diferente. Por eso quise venir aqu¨ª, ver el estilo del hotel, la naturaleza de alrededor y entender con sensibilidad algo que conjugara con este estilo y esta arquitectura y la visi¨®n que Coderch tuvo hace 60 a?os¡±, explica Ferretti en conversaci¨®n con EL PA?S.
El tie dye en color azul en la zona de la piscina y terracota en la parte de la cala, con motivos inspirados en elementos del mar, dominan los dise?os del mobiliario que rodea la enorme piscina central y la hilera de tumbonas situada frente al mar. Su dise?o pasa por plasmar la idea del mar entrando dentro del hotel, de ah¨ª el color azul en las tumbonas y sombrillas y la intenci¨®n de sellar la esencia del color de la arena y las piedras de la cala en otra parte del mobiliario. Ferretti, afianzada en las pasarelas desde los a?os ochenta, cuenta que tiene una relaci¨®n especial con el Mediterr¨¢neo, por el que ha navegado durante a?os y en el que tambi¨¦n se ha inspirado para su primera colecci¨®n de mobiliario, que surgi¨® tras una propuesta de colaboraci¨®n de la empresa hotelera. Para ella, el Hotel de Mar se ha convertido en un lugar especial: ¡°En este viaje vi que te reciben como si estuvieras en casa, me enamor¨¦ del hotel porque te puedes quedar aqu¨ª sin salir e ir a la playa, a la piscina, al restaurante y todo con total discreci¨®n¡±, lo describe.
Una discreci¨®n intr¨ªnseca en el car¨¢cter del mallorqu¨ªn, y de la que se han beneficiado durante a?os multitud de personajes conocidos que han utilizado el hotel como refugio y tambi¨¦n como punto de encuentro de la ¨¦lite social. Entre sus visitantes ilustres figuran personajes como el 36? presidente de Estados Unidos, Lyndon B. Johnson, los escritores Vicente Aleixandre o Camilo Jos¨¦ Cela, el ajedrecista Bobby Fischer o la actriz Jean Seberg. Su cercan¨ªa con el palacio de Marivent tambi¨¦n le ha llevado a ser elegido verano tras verano como uno de los hoteles de referencia de los miembros de muchas familiares reales europeas, como la belga, y de monarqu¨ªas de pa¨ªses ¨¢rabes. El hotel mira hacia Marivent, pero tambi¨¦n hacia la zona en la que el pintor Joan Mir¨® ten¨ªa el estudio de verano en el que pas¨® muchas temporadas. El pintor y escultor catal¨¢n rubric¨® en el libro de visitantes del hotel unas semanas despu¨¦s de su inauguraci¨®n porque quiso dejar constancia de su admiraci¨®n por Coderch y la construcci¨®n que hab¨ªa creado.
En sus inicios este fue un importante punto de atracci¨®n cultural precisamente por su cercan¨ªa con el taller de Mir¨® y tambi¨¦n por aquella concepci¨®n que se ten¨ªa de los hoteles, sobre todo de sus restaurantes, como lugares de encuentro de viajeros, bohemios y personajes vinculados al mundo de la cultura que se reun¨ªan para beber y charlar. Ese retorno al planteamiento original que se perdi¨® a partir de los a?os ochenta es uno de los retos de la divisi¨®n de lujo de Meli¨¢, que quiere volver a posicionarlo en la agenda cultural y de encuentro social. ¡°El objetivo es devolverlo al territorio de la cultura, que lo hemos perdido un poco en los ¨²ltimos a?os. Era un poco el esp¨ªritu del hotel y al final est¨¢s en un lugar que est¨¢ considerado una obra maestra de la arquitectura¡±, dice Cerd¨¤. Ya lo hacen en otros hoteles, organizando exposiciones, clubes de lectura, conciertos y charlas. Muestra de ello es el libro de edici¨®n limitada con el que han querido celebrar su aniversario. Encuadernado en tela y con vocaci¨®n de coleccionista, repasa la evoluci¨®n del lugar desde su construcci¨®n hasta la actualidad, desgranando por cap¨ªtulos la visi¨®n arquitect¨®nica del establecimiento, su historia e incluyendo las cartas manuscritas y fotograf¨ªas de la ¨¦poca. El hotel chocolate aspira a seguir siendo un referente en las islas, por lo menos, otros 60 a?os m¨¢s.
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