Vorarlberg: el secreto mejor guardado de los Alpes austriacos

Ocho en punto de la ma?ana, todav¨ªa queda una hora para salir hacia la estaci¨®n de esqu¨ª de Warth, por lo que decido dar un paseo por el peque?o pueblo de Schoppernau, en el Estado de Vorarlberg (Austria). Tomo el camino hacia la iglesia, que pasa por el puente de madera que salva el riachuelo de la vertiente norte. Nada m¨¢s cruzarlo se encuentra un santuario dominado por una cruz de hierro dedicado a los j¨®venes del pueblo ca¨ªdos durante la Segunda Guerra Mundial. Dentro del recinto de la iglesia hay un min¨²sculo cementerio cubierto de nieve donde descansan los egregios vecinos finados. Desde la atalaya que proporciona la peque?a colina donde est¨¢ el templo se observa mejor el conjunto de casitas de madera que conforman esta localidad. Perfectamente orientadas, sin un ¨¢pice de anarqu¨ªa en su disposici¨®n y la distribuci¨®n de los prados adyacentes, parece una de esas maquetas profesionales de dioramas de trenes, se dir¨ªa, incluso, que la nieve que cubre los tejados y jardines ha sido colocada de forma intencionada.

A unos escasos 20 metros de la iglesia se encuentra una casa agr¨ªcola construida en madera con peque?as ventanas (una tradicional Mais??-H?user). De dos pisos, antiguamente el de abajo hac¨ªa las veces de establo y el superior, de vivienda. El edificio cuenta con tejado a dos aguas perfectamente sim¨¦trico y trufado de ventanas, todas con postigos azul cobalto. La fachada est¨¢ recubierta de listones de madera broquelados como las escamas de un s¨¢balo real. Una forma efectiva de termoprotecci¨®n para los inviernos duros. La madera no est¨¢ tratada ni pintada. Algunas partes del edificio se han tornado gris¨¢ceas mientras otras conservan el rojo brillante del abeto ?O es olmo? No sabr¨ªa decir. Lo que s¨ª s¨¦ es que es madera de ¨¢rboles (pino, olmo o haya) que el lugare?o ha visto crecer. Esta es una m¨¢xima de esta regi¨®n austriaca: todo los recursos son del pa¨ªs. Que la madera no est¨¦ pintada ayuda a que la casa se funda con la piel del paisaje, que es la intenci¨®n del constructor, pero el motivo final es m¨¢s pragm¨¢tico: la madera no pintada se puede reutilizar cuando envejece, como le?a, por ejemplo.

Un esquiador recorre el circuito de cross country en direcci¨®n al pueblo vecino de Au, m¨¢s al norte. Los pueblos de estos valles est¨¢n conectados por rutas de esqu¨ª de fondo y forman parte del Bregenzerwald Umgang, tambi¨¦n conocido como la ruta de los 12 pueblos. Desde Bregenz, a orillas de lago Constanza, hasta Warth, en el pico en la monta?a, se puede uno sumergir en localidades que parece han sido dise?adas como parques tem¨¢ticos alpinos. Precisamente en Au, hacia donde se encamina el esquiador, se fund¨® una escuela barroca de constructores en 1648, despu¨¦s de la Guerra de los 30 A?os, de la que salieron cientos de maestros que levantaron edificios en Alsacia, Suiza y el sur de Alemania. Con la misma filosof¨ªa con la que se construyen las granjas, casas, museos o guarder¨ªas de la regi¨®n hoy en d¨ªa.

Los voralbergueses sienten una fascinaci¨®n por la madera y por construir cosas con ella. Se llaman a s¨ª mismos ¡°artistas constructores¡±. Y su inter¨¦s por la construcci¨®n va m¨¢s all¨¢ de la simple geometr¨ªa de los edificios y su funcionalidad: abarca el impacto que tiene en el entorno. De la explotaci¨®n de los bosques cercanos a la administraci¨®n de la ganader¨ªa en los altos pastos, pasando por las conexiones interurbanas e, incluso, la gesti¨®n del turismo que reciben. Est¨¢ pasi¨®n por la madera y por construir ha convertido a Vorarlberg en una de las regiones arquitect¨®nicas m¨¢s valoradas del mundo. Aqu¨ª, una de cada cuatro construcciones est¨¢n dise?adas por arquitectos y esto incluye tambi¨¦n paradas de autob¨²s. De esta regi¨®n han salido m¨¢s de 60 grandes arquitectos desde los a?os cincuenta. Un n¨²mero que impresiona si se tiene en cuenta que la regi¨®n apenas cuenta con 400.000 habitantes (lo que viene a ser menos que la provincia de Valladolid, para poner en perspectiva).

Esta perla de los Alpes tiene la mayor parte de su superficie monta?osa, con una piel arb¨®rea de 100.000 hect¨¢reas de bosque, en la que los amantes de la naturaleza pueden encontrar dos aut¨¦nticos para¨ªsos: el parque natural Nagelfluhkette, que se pierde m¨¢s all¨¢ de la frontera alemana, y la Reserva de la Biosfera por la Unesco Gro?es Walsertal. Gro?es Walsertal es un valle entre monta?as en el centro de Vorarlberg con 230 rutas se?alizadas, m¨¢s de 40 cumbres y 47 enormes praderas de pastos y, aun as¨ª, est¨¢ completamente fuera de los circuitos tur¨ªsticos.

Sigo con el periplo por este pueblo alpino, observando c¨®mo las casas conservan una coherencia arquitect¨®nica, pero cada una con su car¨¢cter. Casi a la hora de partir hacia la estaci¨®n de esqu¨ª, llego a la f¨¢brica de los famosos quesos de monta?a locales. Aunque por fuera sigue respetando el urbanismo de Schoppernau, el interior muestra las modernas instalaciones donde pal¨¦s de quesos, grandes como ruedas de coches, esperan para ser transportados. Nota mental: pedir queso en el almuerzo en el restaurante de la estaci¨®n.

En la mayor extensi¨®n de nieve de los Alpes

Tras 25 minutos por una carretera empinada y sinuosa, por fin estoy en pueblo de Warth, puerta de entrada del dominio Warth y Schr?cken. Ambos son pueblecitos walser (una comunidad con su lengua y su cultura de tradiciones del siglo XIII) situados en el alto Bregenzerwald (bosque de Bregenz), justo en la frontera con Alemania y el Tirol. Warth-Schr?cken presume de ser la estaci¨®n con m¨¢s nieve de los Alpes, con una media de casi 11 metros de profundidad.

Me equipo en la comod¨ªsima y moderna tienda justo a los pies del telesilla. Mientras asciendo observo c¨®mo el campanario de la iglesia de Warth se enmarca entre las amplias pistas y una cuerda monta?osa que parece la columna vertebral de un gran¨ªtico drag¨®n. Muy ¡°instagrameable¡±, que dir¨ªa un moderno. Me sorprendo de la poca gente que hay esquiando, eso explica, en parte, las lomas de nieve inmaculada que se desbordan hacia Warth. Toda la zona de esqu¨ª est¨¢ por encima de la l¨ªnea del bosque, por lo que encontrar nieve sin huellas de tablas muy cerquita de las pistas y en amplias pendientes es relativamente f¨¢cil. El para¨ªso para los freeriders y esquiadores de monta?a que pueden perderse por 200 Kil¨®metros de pendientes con profunda nieve. Cerca del collado entre dos picos, una l¨ªnea de esquiadores de monta?a en ascenso dan perspectiva de la proporci¨®n de los gigantes gran¨ªticos que no parec¨ªan tan grandes desde la base del telesilla.

En la cima de la estaci¨®n, con el d¨ªa es soleado y el aire limpio, la visi¨®n de los valles hacia Schr?cken es perfecta, al igual que los picos que llevan al sur hacia Lech-Z¨¹rs. 62 Kil¨®metros de pistas me contemplan. Dos son ineludibles. En la n¨²mero 262 Gamssprung (el salto de la gamuza), de 1.150 metros de longitud, las vistas de las monta?as son apote¨®sicas. Y las pistas negras de Salobre Northface, las favoritas de los amantes de la adrenalina, sobretodo la 253, conocida como Ochsenkopf, cuenta, en algunas partes, con una pendiente de m¨¢s del 70%. Es una de las m¨¢s empinadas en toda el ¨¢rea de Arlberg, una aut¨¦ntica hacedora de cosquillas en el est¨®mago.

Despu¨¦s de la aventura y la diversi¨®n, en la agenda tengo anotado apuntar con mis tablas hacia Lech, siguiendo la ruta sur del Run of Fame. El Run of Fame es el circuito de esqu¨ª m¨¢s largo de los Alpes y recorre todo el dominio del Ski Arlberg. Son 85 kil¨®metros con un desnivel acumulado de 18.000 metros que superan los puertos de monta?a de Arlberg, Flexen y Hochtannberg. El circuito va desde la recomendada estaci¨®n de Warth hacia Zu?rs y Lech y las estaciones de St. Anton/Rendl, para volver pasando por Stuben, St. Christoph y Schr?cken. Todo ello esquiando y tomando remontes. Est¨¢ se?alizado y se puede seguir por la aplicaci¨®n m¨®vil Ski Arlberg App, por lo que no es dif¨ªcil mantenerse en el camino.

Lo dif¨ªcil es completar el reto en un d¨ªa. Los esquiadores veteranos del lugar lo pueden completar en 5 horas y 43 minutos con velocidad m¨¢xima de 97 Kil¨®metros por hora. A los turistas experimentados les puede llevar unas siete horas. Para los visitantes que llegan hasta aqu¨ª para disfrutar de los sobrecogedores paisajes alpinos y apreciar el entorno y la naturaleza de Vorarlberg es mejor solo realizar una parte del recorrido: la ruta sur. Desde la estaci¨®n del valle de Dorfbahn en Warth se parte hacia St. Anton.

Aparte de la gran cantidad de nieve en polvo, una de las maravillas que se puede disfrutar en Warth es la g¨®ndola Auenfeldjet, que une el dominio Warth-Schr?cken con Lech-Z¨¹rs. Auenfeldjet es un artefacto ingenioso y moderno, en el que se viaja durante casi un cuarto de hora por encima de nosecuantos picos. Una visi¨®n de los paisajes de Arlberg fant¨¢stica. Justo este a?o cumple su d¨¦cimo aniversario. Y a parte de ser una joya de la ingenier¨ªa ¡ªen Vorarlberg arquitectos e ingenieros esquiadores van a disfrutar como ni?os¡ª y del panorama alpino que permite disfrutar, sobre todo con el d¨ªa soleado, este remonte es clave para que Vorarlberg disponga de la extensi¨®n de nieve esquiable mayor de Austria, y la quinta mayor del mundo: m¨¢s de 660 Kil¨®metros de pistas e interminables zonas de esqu¨ª fuera de pista, que permite cerrar el recorrido Run of Fame y dar acceso a los esquiadores del norte al m¨ªtico Der Wei?e Ring (Anillo Blanco).

El Anillo Blanco es un circuito de 22 Kil¨®metros y 5.500 metros de desnivel acumulado, que conecta Lech con Z¨¹rs, Zug y Oberlech, y para los locales es el m¨¢s legendario de todos los Alpes (mejor no discutir). Der Wei?e Ring alberga una carrera anual abierta a cualquiera y en la que han participado muchas estrellas del esqu¨ª alpino, entre los m¨¢s de mil participantes que se congregan cada a?o. Pero a pesar de la excitaci¨®n que despierta el evento y el nivel de los participantes, el circuito en s¨ª lo puede hacer cualquiera, las pistas son de dificultad f¨¢cil o media. No tiene p¨¦rdida, toda la ruta est¨¢ se?alizada y, si se sigue con la aplicaci¨®n Arlberg App y se completa, se puede entrar en un sorteo de un cintur¨®n tem¨¢tico de Luis Trenker (un modisto tirol¨¦s de ropa outdoor y casual).

Lo interesante de Der Wei?e Ring es que el circuito pasa por la estaci¨®n de monta?a de R¨¹fikopf, a 2.362 metros, a la que se llega desde Lech en g¨®ndola. En la cima de la plataforma hay un restaurante de nombre hom¨®nimo a la monta?a y unas vistas de 360 grados sobrecogedoras de todos los picos. Despu¨¦s de un descanso y una cerveza (sin) en la terraza del restaurante, me ajusto las botas y engancho las tablas. Espera un descenso suave. En Lech la nieve en polvo es tan abundante como en Warth, pero mientras que el dominio Warth-Schr?cken es el preferido por las familias de clase media, aqu¨ª se desliza la nobleza europea, literalmente. Algunas casas reales poseen uno de esos coquetos chalecitos que se ven en las laderas de los que se puede salir con los esqu¨ªs puestos.

Se acerca el final de la jornada y me dirijo hacia el ¨²ltimo punto de la agenda. Si el d¨ªa amaneci¨® con un ba?o de arquitectura tradicional de Vorarlberg, ahora toca rematar en un edificio en el que la forma cl¨¢sica de construcci¨®n y la filosof¨ªa de integrar los edificios en el entorno natural ha sido adoptada en las propuestas de la nueva generaci¨®n de arquitectos. Se trata del restaurante Der Wolf, situado entre la estaci¨®n de la monta?a Peterboden y la estaci¨®n de Weibermahd. Una caba?a cl¨¢sica de esqu¨ª forjada bajo la imaginaci¨®n del arquitecto con m¨¢s renombre de Vorarlberg, Bernardo Bader, cuyo talento especial es dise?ar y ubicar edificios en parajes naturales de forma que parece que siempre han sido parte del paisaje. Der Wolf no es una excepci¨®n, est¨¢ construido con l¨ªneas simples y grandes ventanales que dejan pasar la luz y que proporcionan espectaculares vistas de las monta?as lindantes. El interior, luminoso y minimalista, recrea un ambiente muy acogedor.

Repaso la carta. La sugerencia del d¨ªa es una hamburguesa elaborada con productos de los Alpes, pero yo me decanto por un plato m¨¢s tradicional con queso de monta?a Alpk?se. Casi toda la comida austriaca es muy potente, capaz de mantenerle a uno en marcha para la jornada siguiente, y lo voy a necesitar porque por la ma?ana me espera una ruta por la meseta de Gottesacker. Un paraje protegido por la Uni¨®n Europea en Kleinwalsertal, a 2.000 metros de altitud, dominado por el silencio y unos gigantes de granito. Pero ese es otro art¨ªculo¡­

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