Lanzarote, un tesoro para los amantes del submarinismo

Si se tira una piedra en cualquier punto del litoral canario, se acierta con una buena inmersi¨®n cualquier d¨ªa de la semana de los 365 d¨ªas del a?o. Las islas son un parque tem¨¢tico para los buceadores por miles de razones. Son un crisol de biodiversidad marina tan rico que es dif¨ªcil encontrar algo parecido en cualquier otra parte del mundo. En la plataforma canaria confluyen las ricas corrientes oce¨¢nicas tributarias de especies atl¨¢nticas septentrionales, tropicales y mediterr¨¢neas, por lo que en una sola inmersi¨®n se pueden tener encuentros con delfines, mantarrayas tan grandes como mesas camillas, meros residentes que salen al encuentro de los buceadores o curiosas morenas picopato de dientes de cristal. Y sus aguas son una delicia: unos 20 grados en oto?o y m¨¢s de 30 metros de visibilidad.

Los fondos canarios no van a la zaga de la vida marina que habita en ellos. El origen volc¨¢nico del archipi¨¦lago ofrece arrecifes al lado de la playa, bancos de arena, espectaculares veriles (acantilados submarinos), grutas, ca?ones, fant¨¢sticas cuevas o extra?as formaciones como las coladas de lava con disyunci¨®n columnar que se asemejan a extintas civilizaciones sumergidas. Y, por si fuera poco, a esta dram¨¢tica y fastuosa geolog¨ªa submarina a?ada decenas de pecios (barcos naufragados) de todo tipo y condici¨®n para explorar. Es dif¨ªcil encontrar un destino mejor y tan cerca.

Por supuesto, cada isla tiene su propia personalidad y ofrece algo diferente. La Gomera es el secreto mejor guardado en el mundo de la escafandra, una joya que custodian celosamente los buceadores gomeros. Sus fondos son casi v¨ªrgenes, la mayor¨ªa de sus puntos de inmersi¨®n todav¨ªa no est¨¢n grabados en el GPS y solo tiene dos clubes de buceo. A una hora en ferri se encuentra Tenerife, con 340 kil¨®metros de costa donde la oferta para el buceador es inagotable. Y al suroeste, El Hierro, la isla favorita de los fot¨®grafos submarinos por la gran cantidad de animales pel¨¢gicos que se acercan a sus costas. Un consejo: si alguna vez visita El Hierro, procure realizar la inmersi¨®n nocturna del puerto de La Restinga; adem¨¢s de disfrutar de la hermosa fauna noct¨ªvaga, bucear¨¢ entre decenas de angelotes y mantarrayas que entran por la bocana a alimentarse de los despojos de la pesca.

De entre las ocho islas, aqu¨ª nos detenemos en Lanzarote, la m¨¢s septentrional y cercana a la Pen¨ªnsula. Lanzarote es, en su totalidad, reserva mundial de la biosfera por la Unesco desde 1993, con su propia reserva marina al norte que engloba al archipi¨¦lago Chinijo. Por encima de la superficie encontrar¨¢ un paisaje irreal, minimalista, de cientos de volcanes, donde la on¨ªrica orograf¨ªa es una explosi¨®n de colores: el negro de las coladas, rojos intensos del lapilli f¨¦rreo y arena blanca del S¨¢hara. Perdido entre los malpa¨ªses del parque nacional de Timanfaya, uno se transporta a otro planeta. Tiene una fuerza esc¨¦nica muy ¨ªntima e introspectiva, entre las calderas del paisaje la respiraci¨®n se sincroniza con el pulso de la isla autom¨¢ticamente.

Inmersi¨®n desde la arena

En Lanzarote, el veril suele encontrarse muy cerca de su costa, por lo que la mayor¨ªa de las inmersiones pueden hacerse desde ah¨ª. Bucear desde la playa es una ventaja para los que se inician en el buceo porque se evita el estr¨¦s de navegar y pertrecharse en un barco. Desde la arena se gana profundidad gradualmente, se evita el mareo y se ahorra gas¨®leo.

De toda su costa, Playa Chica es el enclave ideal. Una playita en Puerto del Carmen desde la que se pueden realizar hasta ocho inmersiones diferentes para todos los niveles y gustos. La mec¨¢nica en Playa Chica es reservar un par de inmersiones con el club Atlantis Diving. A las nueve de la ma?ana, en el paseo mar¨ªtimo que se extiende a la derecha del peque?o muelle hay una actividad fren¨¦tica, buceadores por todos lados con reguladores y chalecos, furgonetas descargando pertrechos y gu¨ªas organizando grupos. Enseguida se adivina que este es el destino de buceo m¨¢s popular de Lanzarote.

Encuentro con peces lagarto o tiburones angelotes

Una de las inmersiones m¨¢s agradecidas es la Catedral, a la que se puede acceder desde la playita. La Catedral es una cueva al final del veril a la que se llega atravesando un fondo arenoso repleto de vida marina; bancos de salemas movi¨¦ndose con la corriente, peces lagarto acechando, tiburones angelotes dormitando, alg¨²n que otro cangrejo ara?a sorprendido por la aparici¨®n de buzos¡­ Poco antes de alcanzar el veril, los meros residentes salen al encuentro de los buceadores. El acantilado submarino desciende hasta los 40 metros y es el para¨ªso de los fot¨®grafos, que encuentran en sus tubos volc¨¢nicos, grutas y grietas esponjas de un naranja brillante irreal, coral negro o alguna que otra morena. Navegando por el veril se puede apreciar la riqueza de la biodiversidad marina, no en balde las cuevas del veril de Puerto del Carmen est¨¢n declaradas zonas de especial conservaci¨®n en la Red Natura 2000. Al final del descenso se abre la majestuosa cueva residencia de los meros bautizada como la Catedral, para deleite de los escafandristas. M¨¢s al sur est¨¢ otra famosa gruta marina, la de las Gambas, inmersi¨®n m¨¢s propicia para los buceadores experimentados, donde card¨²menes de camarones narval se incendian en un rojo intenso con la luz de los focos.

De vuelta a Playa Chica se experimenta una de las situaciones m¨¢s surrealistas que uno puede vivir en un viaje. El bar del muelle se llena de buceadores con su neopreno puesto, tomando caf¨¦, comentando las bondades de la primera inmersi¨®n y descansando para la segunda. Toda una escena para una pel¨ªcula de Berlanga. Tras el descanso descompresivo, los buceadores del chiringuito se dispersan en busca de su siguiente inmersi¨®n. Y la segunda m¨¢s popular tras Playa Chica es el Agujero Azul. Hacia el sur del peque?o puerto, pasando los fondos de arena, se encuentra un t¨²nel, no muy largo, cuya entrada est¨¢ en lo alto del arrecife y la salida en mitad del veril, de cara al mar abierto. Una divertida aventura que lleva por grutas y oquedades con min¨²scula vida marina como los adorables caballitos de mar, pero que puede ofrecer grandes sorpresas con tiburones angelotes esperando entre los dedos rocosos del veril, mantarrayas en el fondo arenoso y, para los buceadores m¨¢s afortunados, ballenas cerca de la costa. Siempre hay que tener un ojo puesto en el azul.

De regreso al puertito se puede deleitar de una enorme plantaci¨®n de anguilas jardineras que surgen de la arena. Pero Playa Chica ofrece mucho m¨¢s que ocho inmersiones. Es el lugar perfecto para saborear el buceo con un bautizo inici¨¢tico en las someras y protegidas aguas de su playa, o para bucear en familia con los ni?os, simplemente con gafas y tubo, recorriendo la bocana del puerto natural de la playa hacia el muelle. Un recorrido donde se puede encontrar el precioso cangrejo arlequ¨ªn. O esperar al crep¨²sculo para realizar una inmersi¨®n nocturna y aumentar la adrenalina entre la fauna que aparece cuando se oculta el sol¡­ Pero esa es otra historia.

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