Bel¨¦n Moneo & Jeff Brock: arquitectura sin moldes
Cuando hablan entre ellos, lo hacen en ingl¨¦s. Cuentan que es herencia de haberse conocido en Estados Unidos. Bel¨¦n Moneo y Jeff Brock llevan casi 30 a?os firmando juntos proyectos de arquitectura cuya primera piedra es el di¨¢logo. ¡°Yo creo que hemos intentado siempre empezar juntos¡±, dice Moneo. ¡°Hablando de ideas fundamentales, porque estar de acuerdo en los fundamentos es muy importante¡±, contin¨²a Brock. ¡°Luego, si uno tiene m¨¢s protagonismo en el desarrollo de las formas, vamos a decir, el otro est¨¢ siempre ah¨ª compartiendo, criticando o reforzando¡±.
Se conocieron en Nueva York en 1988, cuando eran novatos del m¨¢ster de arquitectura de la Universidad de Columbia. Ella, madrile?a, ven¨ªa de Harvard, y ¨¦l, neoyorquino, de Princeton. Bast¨® un dise?o para que se fijasen en el trabajo del otro. Luego surgi¨® la f¨ªsica, una materia que ambos hab¨ªan estudiado antes. ¡°Entonces saltamos a hacer clases de estructuras con la promoci¨®n m¨¢s avanzada y as¨ª nos conocimos un poco m¨¢s¡±, recuerda el arquitecto. Cinco a?os despu¨¦s fundaron el estudio Moneo Brock. En 2002 lo trasladaron a Madrid, aunque mantienen una oficina en la ciudad estadounidense y otra en Monterrey, en M¨¦xico.
La arquitectura es un idioma m¨¢s que usan para contar su historia. Apuntalan recuerdos con edificios, conceptos y nombres de maestros. No falta el de Rafael Moneo, premio Pritzker y padre de ella. De su mano se mudaron a Estocolmo para llevar el desarrollo del Museo de Arte Moderno y Arquitectura. ¡°Bueno, haciendo de interlocutores y ayudando, porque nosotros tambi¨¦n est¨¢bamos aprendiendo¡±, matiza ella.
Incluso despu¨¦s de tres d¨¦cadas codo con codo en la mesa de dise?o, concursos y obras, a¨²n hay espacio para lo in¨¦dito. Saber que la segunda cosa que m¨¢s impresion¨® a Brock de aquella experiencia n¨®rdica fue ¡°la resiliencia de Bel¨¦n¡± parece coger por sorpresa a Moneo, que responde con una interjecci¨®n y una sonrisa que se intuye bajo la mascarilla. La primera fue la capacidad resolutiva y seguridad de su suegro ante los imprevistos.
Al principio trabajaban a cuatro manos, pero cuando los encargos fueron m¨¢s y mayores dividieron tareas. ¡°Y tambi¨¦n nos ha gustado, porque a veces tampoco ha sido f¨¢cil. Porque luego nos ¨ªbamos a casa¡±, apunta Moneo. Llevan siendo arquitectos pr¨¢cticamente el mismo tiempo que pareja. ¡°En ese aspecto nos ha ayudado mucho tener hijos, porque decidimos que cuando lleg¨¢bamos a casa ya no habl¨¢bamos m¨¢s de trabajo y ten¨ªamos dedicaci¨®n a nuestra familia¡±.
Cada una de sus obras es un ejercicio de creaci¨®n sin moldes. ¡°Yo pienso que la respuesta f¨¢cil es que no hay un estilo. Hay ideas, hay afinidades que yo creo que son recurrentes¡±, comenta ¨¦l. Entre los factores comunes del no estilo presente en sus dise?os se encuentran la importancia de la luz natural, la plasticidad y el espacio, donde estar¨ªa la escultura transformada en vac¨ªo, el color y la sostenibilidad.
¡°Nos gusta el no cerrarnos a una manera de construir o hacer arquitectura¡±, asevera ella. Como testigos, el Northwest Corner Building de la Universidad de Columbia, en Nueva York; la parroquia del Se?or de la Misericordia y la Casa Tec 205, en Monterrey, o las Termas de Tiberio, en Huesca, entre otros. Se miran, lo piensan, pero no, no pueden decantarse por ninguna. ¡°Como dice Jeff, en cada proyecto nos gusta buscar nuevas soluciones, nuevos materiales y nuevas exploraciones. Poder explorar es una suerte y una ventaja. Y eso nos hace dif¨ªcil elegir porque en cada proyecto vemos cosas distintas que nos gustan¡±.
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