Venecia quiere resucitar
Venecia se ha quedado vac¨ªa, Venecia se ha quedado muda. Pero la ciudad no est¨¢ muerta, sino que vive m¨¢s que nunca: tiene tiempo y espacio para imaginar su futuro. Tras sufrir el paso del turismo masivo, es hora de nuevas propuestas. La urbe, paradigma de la belleza, acaba de cumplir 1.600 a?os, quiere ser un lugar para vivir y no solo un parque de atracciones
¡°Nos han ofrecido mucho dinero, pero el squero no est¨¢ en venta. Este no es solo un trabajo, es nuestra historia familiar. No podr¨ªa vivir en otro lugar. Cuando salgo de mi casa veo belleza por todas partes. Venecia es una ciudad a escala humana. Tiene su propio ritmo: es lenta, no es fren¨¦tica. Vas a todos los sitios caminando y te encuentras siempre con alg¨²n conocido. Cada barrio es como un peque?o pueblo. La ciudad est¨¢ viva, y hasta que muera el ¨²ltimo veneciano lo seguir¨¢ estando. Tras la terrible agua alta [inundaci¨®n] del 12 de noviembre de 2019, los venecianos han demostrado ser gente tenaz, gente que no se rinde. Ahora, en tiempos de pandemia, la vida es m¨¢s tranquila. Aunque la situaci¨®n econ¨®mica es muy muy dif¨ªcil¡±, cuenta Elena. Tiene muy claro el futuro de su ciudad, que seg¨²n ella no pasa solo por la afluencia masiva de visitantes. ¡°Antes que nada, hay que pensar en el tejido social y crear nuevas fuentes de trabajo que no dependan solo del turismo. Tenemos un patrimonio cultural inmenso. El trabajo artesanal no puede morir. El artesano deja siempre un pedazo suyo en cada cosa que hace. Y eso tambi¨¦n es cultura¡±.
A las dos de la tarde, el ruido de un centenar de campanarios interrumpe el silencio. Despu¨¦s de cerrar con candado la vieja puerta de madera del squero, Elena se pone a fumar un cigarrillo. Ma?ana llegar¨¢ una g¨®ndola que pide a gritos ser restaurada. Su hermana Elisabetta le echar¨¢ una mano.
La resiliencia es parte intr¨ªnseca del origen de Venecia. El pasado 25 de marzo cumpli¨® 1.600 a?os. La ciudad emerge sobre el agua gracias a hombres intr¨¦pidos que, en vez de las piernas, utilizaban peque?os barcos para moverse. Huyendo de los invasores b¨¢rbaros, los antiguos venecianos se alejaron de la tierra firme y se refugiaron en medio de una laguna. El primer asentamiento naci¨® en una isla ligeramente m¨¢s alta que las dem¨¢s: Rivus Altus (de ah¨ª el nombre de Rialto). Seg¨²n las antiguas cr¨®nicas, aquello ocurri¨® el 25 de marzo del a?o 421. En plena Edad Media, aquellos hombres proyectaron las bases de su libertad y construyeron una extraordinaria ciudad sobre una laguna conectada con el mar Adri¨¢tico. Fue as¨ª como utilizaron primero madera y ca?a; posteriormente, ya enriquecidos con el comercio de la sal, comenzaron a edificar iglesias y palacios decorados con los m¨¢rmoles m¨¢s ricos del planeta. La rep¨²blica-Estado veneciana hab¨ªa implementado un sistema de gobierno eficiente a prueba de corrupci¨®n. Antepon¨ªa por encima de todo el bienestar de sus habitantes y el equilibrio de la laguna. Pero Napole¨®n hizo trizas el mito de la Seren¨ªsima Rep¨²blica. Sin embargo, Venecia resisti¨® a la dominaci¨®n austriaca y a dos guerras mundiales, y sobrevivi¨® a pestes, terremotos, inundaciones e incendios.
Hay un cielo l¨ªmpido en esta ma?ana veneciana. En ausencia de humedad, los montes Dolomitas parecen tocar los tejados y los campanarios. En la plaza de San Marcos no hay ni un alma: tan solo grupos de gaviotas hambrientas. Una de ellas desciende veloz a la altura de mi mano izquierda y roba mi cruas¨¢n. Muchas tiendas han sido despojadas de sus mercanc¨ªas; en las ventanas hay r¨®tulos en los cuales se lee: ¡°Se alquila¡±. No hay ruidos de fondo, solo el repiqueteo de mis propios pasos. Sin embargo, en los barrios populares como Cannaregio, Castello y San Polo se percibe menos la desolaci¨®n. Los ni?os han hecho suyos los espacios que antes pertenec¨ªan a los viajeros, y cada ma?ana el mercado de frutas y pescados de Rialto atrae nativos como abejas al panal.
¡ª?Despacio, despacio, por favor!
Barbara Betin, de 46 a?os, grita a sus tres hijos. Los ni?os atraviesan con rapidez el Campo San Polo, el segundo m¨¢s amplio de la ciudad despu¨¦s de la plaza de San Marcos. Es un espacio enorme con ¨¢rboles, bancas y un antiguo pozo de agua. En verano se transforma en un cine al aire libre. ¡°En ning¨²n otro sitio podr¨ªa sentirme tan libre y tan segura. Mis hijos juegan sin ning¨²n peligro¡±, comenta Betin.
Venecia no est¨¢ muerta, desde luego, pero sufre las consecuencias de un sistema salvaje de econom¨ªa tur¨ªstica implementada en los ¨²ltimos 20 a?os. El exceso de viajeros cre¨® una serie de problemas: se dispar¨® la especulaci¨®n inmobiliaria, desaparecieron servicios para los residentes, florecieron las tiendas de souvenirs baratos y se multiplicaron los locales y los puestos de comida r¨¢pida. Los apartamentos que deber¨ªan ser para residentes o estudiantes universitarios representan el 77% de la oferta del alojamiento tur¨ªstico. La escasez de habitaciones ha contribuido a aumentar el n¨²mero de venecianos que tiran la toalla y se buscan la vida en tierra firme. El 8 de febrero, los residentes en la ciudad eran 51.112, seg¨²n el conteo electr¨®nico expuesto en la vitrina de la farmacia Morelli, en Rialto.
El profesor Jan van der Borg, experto en econom¨ªa tur¨ªstica en la Universidad Ca¡¯ Foscari de Venecia, estudia desde 1980 el turismo masivo en Venecia. Ya en 2018 public¨® junto con otros economistas un trabajo en el que advert¨ªa de los peligros de ¡°la gallina de los huevos de oro¡±. Para entonces, la ciudad contaba con 52.000 visitantes diarios, es decir, un turista por cada residente. Siempre el mismo a?o, 30 millones de almas caminaron por las calles, las plazas y los puentes de la ciudad de los canales. M¨¢s de la mitad ¡ªunos 18 millones¡ª eran excursionistas de un d¨ªa. Se les conoce como los mordi e fuggi (en espa?ol, come y escapa). Los mordi e fuggi vagaban apenas unas cuatro horas principalmente por la plaza de San Marcos y otras tres por las inmediaciones del puente de Rialto.
Antes de que la pandemia lo parara todo, se estimaba que en 2050 habr¨ªan desembarcado 61 millones de turistas, de los cuales 36 millones habr¨ªan sido excursionistas de un d¨ªa. Venecia, insiste Van der Borg, no puede volver a cometer los errores del pasado. Por eso propone crear un sistema de reservas para acceder a la ciudad. ¡°De esa manera, el turismo puede ser distribuido en el arco de todo el a?o y al mismo tiempo permite promover lugares poco conocidos, pero de gran valor cultural¡±, zanja este profesor de origen holand¨¦s.
Simone Venturini es un joven abogado, concejal del Ayuntamiento de Venecia y coordinador de las pol¨ªticas para la residencia, el trabajo, el turismo y el desarrollo econ¨®mico. A partir de 2022, dice Venturini, los excursionistas pagar¨¢n por entrar a Venecia: 3 euros en la temporada baja y 10 en la alta. Y en un par de a?os, prosigue, ser¨¢ obligatorio reservar la visita de un d¨ªa a Venecia. ¡°De esta manera desincentivamos el turismo mordi e fuggi e invitamos al turista a quedarse a dormir¡±, argumenta el concejal, de 33 a?os.
Venturini est¨¢ sentado en una elegante silla de madera a la cabeza de una mesa de reuniones. La vista del puente de Rialto es privilegiada. Venturini es de Marghera, el barrio industrial de Venecia, situado al sur de Mestre. La uni¨®n de Venecia y Mestre se produjo en 1926, justificada por el nacimiento casi simult¨¢neo del polo petroqu¨ªmico de Porto Marghera, construido hace un siglo entre el continente y la laguna. En aquel momento, sin embargo, el ¡°peso¡± de las dos ciudades era completamente opuesto al actual: Mestre ten¨ªa poco m¨¢s de 30.000 habitantes, mientras que unas 175.000 personas resid¨ªan en Venecia. Hoy el centro hist¨®rico de Venecia cuenta con 51.112 residentes, menos de un tercio de los que eran hace 60 a?os. Por su parte, Marghera y Mestre suman 116.946 potenciales electores.
El pasado 25 de marzo lleg¨® desde Roma un respiro de alivio para la maltratada ciudad. El Gobierno de Mario Draghi aprob¨® un decreto ley que introduce disposiciones urgentes para impedir el ingreso en la laguna de Venecia de naves que superen las 40.000 toneladas. La norma establece el lanzamiento de un concurso internacional para crear un puerto fuera de la laguna. Hasta hace un a?o, embarcaciones de hasta 300 metros de largo y 700.000 toneladas de peso navegaban a pocos metros del Palacio Ducal y de la Biblioteca Marciana. La imagen era la de un elefante en una tienda de cristales. Y Venecia corr¨ªa el riesgo de desaparecer de la lista de los sitios patrimonio de la humanidad de la Unesco.
Dentro de 200 a?os el mar se elevar¨¢ entre 150 y 350 cent¨ªmetros. En ambos escenarios, el impacto para Venecia ser¨ªa catastr¨®ficoGeorg Umgiesser, ocean¨®grafo, f¨ªsico e investigador
En cualquier caso, podr¨ªa pasar mucho tiempo antes de que la propuesta de Draghi se concrete. La prensa local refleja estos d¨ªas la pol¨¦mica y advierte que ninguna de las soluciones temporales para el atraco de las naves est¨¢ lista y no se puede descartar que este verano vuelvan nuevamente a navegar los cruceros por la cuenca de San Marcos. A menos que haya una inversi¨®n de ruta, sostiene desde Tur¨ªn la periodista brit¨¢nica e historiadora de arte Anna Sommers Cocks: ¡°El Gobierno central debe aceptar que Venecia es la creaci¨®n m¨¢s bella del mundo, ¨²nica. Italia puede tocar las puertas de Europa para repensar el futuro de Venecia, su centro hist¨®rico y la laguna. Solo de esa manera se podr¨¢ ver un poco de esperanza¡±. Entre 1999 y 2012 fue presidenta de la Fundaci¨®n Venice in Peril. La organizaci¨®n restaura monumentos y obras de arte, y financia investigaciones sobre inundaciones, turismo y cambio clim¨¢tico. Sommers considera p¨¦sima la decisi¨®n del pasado que unific¨® en un ¨²nico Ayuntamiento Venecia y Mestre: ¡°Venecia es una ciudad lacustre, necesita una planificaci¨®n excepcional, no puede ser la misma que Mestre. Necesita un proyecto de planificaci¨®n a largo plazo, independiente de la pol¨ªtica del momento, tanto regional como nacional¡±.
Georg Umgiesser, ocean¨®grafo, f¨ªsico e investigador de cabecera de la sede veneciana del Instituto de Ciencias Marinas, que se encuentra en el Arsenal de Venecia, considera que para proyectar el futuro de la milenaria urbe, los pol¨ªticos deben tomar en cuenta el cambio clim¨¢tico. El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Clim¨¢tico pronostica para el final del siglo ¡°un elevamiento del mar de entre 50 y 110 cent¨ªmetros¡±. Los gobiernos nacionales y locales, sostiene, deben aceptar que el cambio clim¨¢tico no se detiene: ¡°Dentro de 200 a?os el mar se elevar¨¢ entre 150 y 350 cent¨ªmetros. En ambos escenarios, el impacto para Venecia ser¨ªa catastr¨®fico¡±.
El denominado M¨®dulo Experimental Electromec¨¢nico (Mose), tambi¨¦n conocido como Mois¨¦s, ha superado la prueba para defender Venecia de las mareas altas superiores a los 130 cent¨ªmetros. Sin embargo, en el futuro, la mastod¨®ntica obra de ingenier¨ªa ser¨¢ in¨²til, pronostica Umgiesser: ¡°Con un alzamiento del mar de 50 cent¨ªmetros, habr¨ªa que alzar las compuertas de Mois¨¦s entre 300 y 400 veces al a?o. Eso significa una vez al d¨ªa. No es factible¡±, opina.
¡ªY si el Mose no es capaz de atajar las mareas, ?qu¨¦ opciones reales existen para defender la ciudad con un elevamiento del mar de 50 cent¨ªmetros?
¡ªSe puede elevar el terreno inyectando agua en la falda subyacente hasta 30 cent¨ªmetros. La otra posibilidad es separar la laguna del mar Adri¨¢tico; para ello deben ser canalizadas todas las aguas negras, porque no habr¨¢ intercambio con el mar. Por otra parte, los cruceros deben navegar completamente fuera de la laguna.
En su taller, Saverio Pastor perpet¨²a el arte de construir remos y forcole como se realizaba hace siete siglos. A sus 62 a?os, 40 de los cuales se los ha pasado tallando madera, considera urgente volver a poner a la laguna en el centro del debate: ¡°Hay que prohibir los viajes innecesarios en vaporetto y en taxi, y los cruceros. Venecia debe volver a ser, como en el pasado, la ciudad del transporte sostenible, donde predominan los barcos de remos. No est¨¢ muerta, pero faltan habitantes. Hay que aumentar el n¨²mero de residentes para llegar a 75.000¡±.
Canal de San Mar¨ªn, barrio de Santa Croce. Dos barcos de remos pasan delante del estudio del arquitecto, urbanista y docente universitario Sergio Pascolo. Su atelier perteneci¨® al gran arquitecto veneciano Carlo Scarpa. Laureado en el Instituto Universitario de Arquitectura de Venecia, en marzo de 2020 public¨® el libro Venecia, siglo XXI. Visiones estrat¨¦gicas para un renacimiento sostenible. ¡°Venecia es una ciudad esencialmente sostenible: es una ciudad peatonal, no hay coches que generen contaminaci¨®n ambiental y estr¨¦s. Mientras las metr¨®polis europeas buscan la multifuncionalidad de los espacios, aqu¨ª ya existe. Adem¨¢s de tener una arquitectura maravillosa, el espacio en Venecia desempe?a diferentes funciones durante el d¨ªa. Los campos venecianos son por la ma?ana un mercado, por la tarde son parques de juegos de ni?os y el sitio de lectura de los ancianos, y por la noche son el punto de encuentro para tomar un aperitivo. Venecia es una ciudad inclusiva, abraza a todos. Hay un fuerte sentido de identidad, ¨ªntimamente relacionado con el hecho de que siempre ocurren encuentros espont¨¢neos en la calle¡±, dice Pascolo, que propone crear nuevos espacios inclusivos. Para el puerto de Venecia, ha dise?ado casas para residentes y estructuras deportivas inmersas en zonas verdes. Proyecta adem¨¢s recalificar la estaci¨®n de cruceros en la zona oeste de Venecia para transformarla en un nuevo pulm¨®n verde. De esa manera, se contrapondr¨ªa con el ya existente al este, constituido por los Jardines de Santa Elena y la Bienal de Venecia. En ese sentido, Luca De Michelis, propietario de una editorial, sugiere utilizar los espacios de la Bienal, vac¨ªos en invierno, para hospedar la Bienal de la Literatura.
Peque?a, inteligente, sostenible, moderna y con una potente red de internet, Venecia ofrece las condiciones ideales para vivir, estudiar y trabajar en remoto. ¡°Este es un buen momento para reconstruir. Hay que trabajar en sinton¨ªa con las universidades y los museos, y crear nuevas econom¨ªas, nuevos habitantes que sustituyan el exceso de turistas¡±, propone Karole Vail, directora de la Colecci¨®n Peggy Guggenheim.
En esa direcci¨®n caminan la Universidad Ca¡¯ Foscari y el Instituto Universitario de Arquitectura de Venecia (IUAV), con 25.000 estudiantes, la mayor parte italianos. ¡°Cuando un universitario vive en Venecia se enamora de su luz, de su arquitectura. A m¨ª me sucedi¨®¡±, cuenta Tiziana Lippiello, primera rectora de Ca¡¯ Foscari. La universidad que dirige Lippiello junto con el Conservatorio de M¨²sica Benedetto Marcello, el IUAV y la Academia de Bellas Artes fundaron en octubre de 2020 el consorcio Study in Venice, que pretende atraer a estudiantes europeos y de otros continentes a vivir y estudiar en Venecia. En octubre pasado firmaron un convenio con el Ayuntamiento y propietarios para alquilar apartamentos vacantes a estudiantes y empleados. ¡°Venecia puede convertirse en una gran capital universitaria, siguiendo el modelo de Oxford y Cambridge¡±, dice la rectora.
Hay que trabajar en sinton¨ªa con las universidades y los museos, y crear nuevas econom¨ªas, nuevos habitantes que sustituyan el exceso de turistasKarole Vail, directora de la Colecci¨®n Peggy Guggenheim
Aqu¨ª se conjugan el arte y la historia, elementos que pueden ser potenciados con un empuj¨®n tecnol¨®gico. El presidente de la Bienal de Venecia, Roberto Cicutto, quiere convertir la instituci¨®n cultural m¨¢s antigua de la ciudad, nacida en 1895, en el Silicon Valley de la cultura: ¡°La Bienal es el mundo, su vocaci¨®n internacional y el hecho de estar en Venecia representa un valor agregado. Pero eso no significa que no sea una parte integral de la ciudad y, por tanto, debe garantizar que Venecia no sea solo un destino tur¨ªstico, sino una ciudad vital capaz de atraer nuevas residencias y nuevas funciones los 365 d¨ªas del a?o¡±. La Silicon Valley de la cultura nacer¨¢ en el Arsenal, la nueva sede del Archivo Hist¨®rico de Arte Contempor¨¢neo. Ese es el primer paso para convertir la memoria hist¨®rica de la Bienal en un centro internacional de investigaci¨®n del arte contempor¨¢neo, la m¨²sica, el teatro, la danza, el cine y la arquitectura.
La vista del Gran Canal y la Punta de la Aduana sobrecoge. Pero tanta belleza requiere protecci¨®n. ¡°Para repensar el futuro de Venecia y su patrimonio es necesario mantener viva la idea de que la ciudad es patrimonio de la humanidad. Hay que buscar el equilibrio entre la tarea que se nos ha encomendado de preservar la gran herencia del pasado y, al mismo tiempo, crear las condiciones para vivir y gestionar la ciudad, tan implicada en el turismo de masas en los ¨²ltimos a?os. Venecia es un atelier donde se construye el futuro¡±, sugiere Bruno Racine, director de la Punta de la Aduana y del Palacio Grassi.
Delante del gran cuadro Comida en casa de Lev¨ª, de Paolo Veronese (casi 13 metros de longitud), cualquiera se siente peque?o. La tela forma parte de la nueva puesta en escena de la colecci¨®n de la Galer¨ªa de la Academia. Su director, Giulio Manieri Elia, ha pasado casi toda su vida en Roma, pero las ¨²ltimas dos d¨¦cadas ha vivido en Venecia. Muestra orgulloso el replanteamiento completo del recorrido museogr¨¢fico, ahora m¨¢s moderno, espacioso y lleno de luz natural. ¡°Cuando uno tiene una buena idea, aqu¨ª la puede realizar. En Roma no. Venecia no est¨¢ muerta, posee una gran vitalidad. Soy optimista: sigue siendo un faro, una ciudad donde las personas quieren volver, como Anish Kapoor, que se acaba de comprar una casa aqu¨ª. Es un lujo vivir en medio de la belleza¡±.
Durante los ¨²ltimos 10 a?os, Gabriella Belli ha dirigido la Fundaci¨®n de Museos C¨ªvicos, cuyo patrimonio es enorme: 700.000 obras de arte, cinco bibliotecas especializadas y un archivo fotogr¨¢fico. El futuro de Venecia depende de la conservaci¨®n de la herencia del pasado, dice Belli. ¡°Dentro de 50 a?os, las ciudades del resto del mundo se transformar¨¢n para adecuarse al crecimiento del n¨²mero de habitantes. Venecia seguir¨¢ siendo una ciudad a escala humana con un gran patrimonio art¨ªstico. Eso es lo que nos salvar¨¢. Pero no puede convertirse en un parque tem¨¢tico de la historia del arte. Para que eso no ocurra, es necesario fomentar servicios para las familias j¨®venes¡±, dice Belli delante de El para¨ªso, de Tintoretto, en la Sala del Gran Consejo del Palacio Ducal. Aqu¨ª mismo, en 1577, un incendio devast¨® toda la decoraci¨®n pict¨®rica de esta sala. Fue reconstruida con las manos de los mejores artistas de la ¨¦poca. ¡°La historia de Venecia est¨¢ marcada por innumerables momentos de crisis y rupturas y, al mismo tiempo, de regeneraciones y renovaciones. Son nacimientos y renacimientos, ejemplos concretos de la capacidad veneciana de afrontar el cambio del tiempo y de reinterpretar la historia milenaria¡±, zanja Belli. Desde el patio del Palacio Ducal se escucha un rumor de taladros, cinceles y las voces de 30 restauradores que trabajan en la rehabilitaci¨®n de mosaicos y m¨¢rmoles en el interior de la bas¨ªlica de San Marcos. El templo sufre una gran variedad de formas de deterioro, consecuencia de las mareas altas de los ¨²ltimos a?os. La suya es una lucha infinita contra los da?os provocados por el agua: en sus 1.200 a?os de historia, el templo se ha inundado seis veces.
Cuando uno tiene una buena idea, aqu¨ª la puede realizar. En Roma no. Venecia no est¨¢ muerta, posee una gran vitalidadGiulio Manieri Elia, director de la Galer¨ªa de la Academia
Sobre la cabeza del restaurador de mosaicos Enrico Pinzan resplandece el oro de los 8.000 metros cuadrados de los magn¨ªficos mosaicos bizantinos que trepan por las paredes y por las cinco c¨²pulas. Pinzan es experto en la reparaci¨®n de los mosaicos del piso. Se pone de rodillas, toma un trozo deteriorado. Y dice: ¡°El agua salada es tremenda: se evapora, sube por los muros, corroe el m¨¢rmol, los mosaicos bizantinos¡ Rompe todo a su paso. Como si se tratara de un paciente con c¨¢ncer, extirpamos las partes deterioradas y las reconstruimos. Venecia no est¨¢ muerta, est¨¢ enferma de exceso de turismo. Hay que extirpar las partes del modelo econ¨®mico que la han deteriorado¡±.
Es mediod¨ªa. Suenan las campanas de la bas¨ªlica de San Marcos. Pinzan y sus compa?eros salen a almorzar. En una hora volver¨¢n al trabajo infinito de preservar las piedras y los mosaicos de Venecia. La ciudad de los canales renace cada d¨ªa un poco.
- Cr¨¦ditos
- Coordinaci¨®n: Guiomar del Ser y Brenda Valverde
- Direcci¨®n de arte: Fernando Hern¨¢ndez
- Dise?o: Ruth Benito
- Maquetaci¨®n: Itziar Amor
- Edici¨®n gr¨¢fica: Gorka Lejarcegui