Regreso a la oficina mutante
Volveremos al despacho, pero nada ser¨¢ igual. La pandemia ha dado un empuj¨®n a un cambio cultural en el trabajo delante de una pantalla. ?Cu¨¢nto se quedar¨¢ del teletrabajo a largo plazo? Expertos, empresas y trabajadores debaten sobre los pros y contras, mientras las f¨®rmulas h¨ªbridas van ganando terreno y los espacios de oficina mutan

Cuando Pilar Solares se despierta y desde la cama ve las monta?as que circundan el valle del Ti¨¦tar (?vila), a¨²n no se lo puede creer. Est¨¢ tomando posesi¨®n de un chal¨¦ de dos plantas por el que paga menos de la mitad de alquiler que el piso que ha dejado en Madrid. Todav¨ªa anda at¨®nita por poder trabajar tres d¨ªas por semana en Piedralaves, un pueblo de casas de piedra con 2.000 vecinos, a hora y cuarto de su oficina. ¡°Es como volver a empezar, un comienzo con much¨ªsima ilusi¨®n y el mayor cambio que he vivido en la empresa¡±, cuenta la inform¨¢tica de 60 a?os, tres d¨¦cadas en Suntory Beverage & Food (que fabrica Schweppes y La Casera), con 1.000 empleados en Espa?a. Una mudanza vital por completo inesperada ¡ªeste era su plan para la jubilaci¨®n¡ª, similar a la que se est¨¢ cocinando a distintos grados y con maduraciones variadas en el tejido empresarial. Porque mientras Pilar desempaca el monitor y calcula cu¨¢ntas camas caben para acoger a las visitas de los fines de semana ¡ªlas de sus dos hijos, que se acaban de independizar, y sus amigos¡ª, Suntory estrena unas oficinas m¨¢s peque?as en un emblem¨¢tico edificio sostenible del Campo de las Naciones. Con menos puestos convencionales para trabajar, pero con salas de reuniones, bibliotecas para concentrarse y rincones donde charlar en un sof¨¢ con los compa?eros. All¨ª va Pilar dos d¨ªas consecutivos ¡ª¡±me quedo a dormir en casa de mis padres y as¨ª les echo un ojo¡±, dice¡ª tras reservar sitio con una aplicaci¨®n. Y se familiariza con un horario de entrada y salida flexible y reuniones no m¨¢s largas de 50 minutos, entre las 9.30 y las 16.30, cuando todos coinciden. No recibir¨¢ correos electr¨®nicos ni wasaps entre las 20.00 y las 8.00.

El tropez¨®n. La vuelta a la oficina no es la de otros septiembres. Y no solo por las mascarillas, las pegatinas o los aforos limitados en medio de esa permanente inc¨®gnita del devenir de la pandemia. La crisis sanitaria, que envi¨® a casa a tres millones de empleados en marzo de 2020 con un port¨¢til, mucha incertidumbre y una b¨²squeda apresurada de herramientas digitales, fue el inesperado experimento que impulsa un cambio cultural que ya estaba en marcha antes, pero hubiese necesitado varios a?os para cuajar. De teleoperadores a directivos de banca, los expertos calculan que entre el 30% y el 35% del trabajo en Espa?a se podr¨ªa realizar en remoto, ocupaciones que no necesitan interacci¨®n en persona para desempe?ar las tareas. Mireia Las Heras, profesora de Direcci¨®n de Personas en las Organizaciones en el IESE, ofrece una imagen muy gr¨¢fica: ¡°Es como cuando tropiezas por la calle y eso te hace dar un salto hacia delante, as¨ª ha ocurrido con la covid. Ya nadie me dice ¡®esto es imposible¡¯ o ¡®esto solo puede pasar en una empresa tecnol¨®gica¡±. El traspi¨¦ ha propiciado la nueva vida de Pilar y la de su empresa, ejemplo de un modelo h¨ªbrido que combina d¨ªas en casa y jornadas en la oficina. Que es alabado por muchos especialistas porque combina lo mejor de ambos mundos. El profesor de Econom¨ªa de la Universidad de Stanford Nicholas Bloom, que investiga sobre modelos de trabajo, lo resume as¨ª: ¡°Proporciona suficientes ocasiones en la oficina para innovar y hacer contactos, ahorrando tiempo en desplazamientos en los d¨ªas que se trabaja desde casa en tareas que requieren concentraci¨®n¡±. A eso aspiran las compa?¨ªas. M¨¢s del 65% pretende implantar de aqu¨ª a 2025 una f¨®rmula que permita trabajar a distancia dos o tres d¨ªas, seg¨²n un estudio de Boston Consulting Group, que ha entrevistado recientemente a directivos y empleados de una veintena de grandes corporaciones espa?olas. Otro trabajo de Adecco se?ala que la opci¨®n preferida por los empresarios es dos d¨ªas a distancia (44%) o uno (29%).

Los ejemplos se multiplican. El gigante Telef¨®nica, que ahora recibe a la mitad de sus empleados en semanas alternas en la oficina, permitir¨¢ teletrabajar dos d¨ªas semanales a 10.000 trabajadores y flexibilizar¨¢ el desempe?o a otros 5.000 cuando pase la emergencia sanitaria. IBM tiene su sede a un 30% de aforo m¨¢ximo y habla de un ¡°camino sin retorno¡± hacia una cultura h¨ªbrida a trav¨¦s de su director de recursos humanos, Felipe Alves. Bayer ha dado la vuelta a sus oficinas ¡ªahora tiene dos tercios destinados a espacios m¨¢s colaborativos y uno a estaciones de trabajo convencionales¡ª y permiti¨® optar a su plantilla entre tres tipos de contrato. ¡°Esper¨¢bamos que hubiese m¨¢s preferencia por una f¨®rmula presencial con un d¨ªa de teletrabajo a la semana¡±, dice el director financiero, Rodolphe Spina, ¡°pero lo eligi¨® menos del 1%¡±. La inmensa mayor¨ªa, casi un 80%, escogi¨® combinar oficina y remoto a partes iguales y el 20% restante acude solo un d¨ªa a la sede en Barcelona.

Ciencia ficci¨®n. Otra mudanza vital es la de Sergio, un ingeniero inform¨¢tico de 39 a?os que hace poco estren¨® paternidad. Ha vuelto a su tierra, Le¨®n, ¡°con los abuelos del ni?o a dos manzanas de distancia¡±, y se ha olvidado de la hora y media diaria de metro para ir y volver a la oficina. La empresa le ha autorizado a teletrabajar de forma permanente. Sus compa?eros podr¨¢n hacerlo tres d¨ªas por semana cuando se reincorporen en octubre. ¡°Lo ven¨ªamos reclamando desde hace tiempo, nos ha costado mucho¡±, reconoce, ¡°y eso que ya ten¨ªamos clientes fuera de Madrid con los que nos conect¨¢bamos a distancia a trav¨¦s de redes privadas¡±. Como en otras compa?¨ªas, el teletrabajo no ha hecho disminuir la productividad. ¡°Estamos facturando igual o m¨¢s¡±, dice. Precisamente en Le¨®n viv¨ªa antes de la pandemia Mar¨ªa, otra ingeniera de 28 a?os, e iba todos los d¨ªas a la oficina. Se ha mudado a casa de sus padres, en Astorga. ¡°He pagado el coche y he ahorrado lo que no est¨¢ escrito¡±, asegura. Cuando vuelva a la sede de la empresa, en enero, solo tendr¨¢ que recorrer los 50 kil¨®metros que separan las dos poblaciones una vez por semana. Su novio ha encontrado trabajo en la capital maragata. Est¨¢n buscando piso.

En 2019 estas historias sonaban a ciencia ficci¨®n. En Espa?a trabajaban a distancia habitualmente un 4,8% de los empleados, por debajo de la media de la UE (5%) y 10 puntos menos que pa¨ªses europeos como Pa¨ªses Bajos (14%) o Finlandia (13,3%), seg¨²n datos del INE. Lo hac¨ªan ocasionalmente un 3,5%. Sin embargo, las empresas espa?olas estaban m¨¢s preparadas para la movilidad que la media europea, un 71% proporcionaba port¨¢tiles, algo que ayud¨® en la s¨²bita emigraci¨®n a los hogares en marzo de 2020. El embate del coronavirus hizo que el a?o pasado uno de cada cuatro trabajadores (25,2%) se desem?pe?ara en remoto. Este a?o ha descendido a 1 de cada 10 (9,9%), m¨¢s un 7,4% que combina trabajo a distancia con la oficina, seg¨²n una extensa encuesta de mayo realizada por la Universidad Aut¨®noma de Barcelona y Comisiones Obreras.
?Hacia d¨®nde iremos? El decano de la Facultad de Relaciones Laborales y Recursos Humanos de la Universidad de Granada, Francisco D¨ªaz Bretones, cree que ¡°aunque todav¨ªa es pronto para saberlo con precisi¨®n, diversos estudios apuntan que mucho del teletrabajo se mantendr¨¢, en formato h¨ªbrido¡±. En Estados Unidos, el 80% de las firmas ha anunciado este tipo de f¨®rmula, seg¨²n investigaciones del profesor Bloom. Eva Rimbau, profesora de la UOC y especialista en teletrabajo, est¨¢ convencida de que no va a haber blanco o negro, nos vamos a situar en los grises. Pero piensa: ¡°No volveremos a los tiempos de prepandemia, pero tampoco trabajaremos a distancia tanto como se podr¨ªa¡±. Y en eso cree que el decreto ley del teletrabajo, que obliga a las empresas a sufragar los gastos cuando se desempe?e en remoto m¨¢s del 30% de la jornada ¡ªal menos dos d¨ªas¡ª, va a distorsionar la evoluci¨®n: ¡°Las compa?¨ªas van a tomar una decisi¨®n condicionada¡±. Carlos Guti¨¦rrez, secretario de Juventud y Nuevas Realidades de CC OO, f¨ªa sin embargo a la capacidad de los trabajadores para organizarse y negociar. Estos aspectos de la ley ya han sido recogidos en importantes convenios sectoriales, el de las cajas de ahorros y la banca, por ejemplo. En ellos se reconoce el derecho a la desconexi¨®n digital, a sufragar el material de trabajo en casa y a una compensaci¨®n mensual.
Un a?o de prueba. David Gea, responsable de Pagos de ING, acude a la oficina cuando quiere o cuando acuerda reunirse con su equipo. El banco implant¨® el trabajo 100% flexible a mediados de 2020, tras experimentar con varias f¨®rmulas m¨¢s (un d¨ªa fijo semanal en remoto, dos d¨ªas a elegir), pero esta fue la favorecida por los 1.300 empleados, que estrenaron oficinas con 200 salas de reuniones, habit¨¢culos donde concentrarse o peque?os anfiteatros para tormentas de ideas. Una de las plantas de los dos edificios ha sido alquilada como espacio compartido de trabajo, manera en la que muchas empresas que optan por f¨®rmulas h¨ªbridas est¨¢n rentabilizando sus espacios sobrantes. ¡°Para m¨ª esto es un 10¡±, dice Gea, de 45 a?os, ¡°la flexibilidad te facilita la conciliaci¨®n y, sobre todo, te da tiempo. Y en Madrid es dificil¨ªsimo tenerlo. No volver¨ªa a trabajar como antes¡±. Esas horas ganadas son para caminatas y estiramientos diarios, llevar a su hija a jugar al f¨²tbol o ir a comer con su madre. Las encuestas internas corroboran el parecer de Gea. Los expertos glosan precisamente este modelo, en el que los equipos y los empleados deciden c¨®mo organizarse. ¡°Es que haces pol¨ªticas para la gente en la que conf¨ªas¡±, asegura el director de Recursos Humanos de ING, Isaac Vitini. Han tenido sorpresas: ¡°Pensaba que los m¨¢s j¨®venes iban a querer quedarse en casa, pero no es as¨ª, vienen a la oficina para estar con gente¡±. ?Problemas? ¡°Ha habido sobrecarga digital. A distancia, la manera de interactuar solo es una, a trav¨¦s de la pantalla, por eso insistimos mucho en que las reuniones se hagan tambi¨¦n por tel¨¦fono¡±. Pero lo m¨¢s revelador ha sido que las reducciones de jornada han descendido un 50%. ¡°Ten¨ªamos un modelo de trabajo que estaba perjudicando a las mujeres¡±.

?Igual que antes? Carlos, de 28 a?os, es un alto funcionario de un organismo estatal que ahora va un d¨ªa a la oficina. ¡°Pero la pretensi¨®n es que volvamos presencialmente, hay bastante consenso por parte de los jefes y disenso de los de abajo¡±, se lamenta. ¡°Creo que existe una relaci¨®n de desconfianza¡±. Su compa?era Mar¨ªa, de 36 a?os, madre de una ni?a de dos, tambi¨¦n se siente molesta: ¡°Con lo que se ha conseguido en remoto, me parece una enorme falta de respeto, todo el mundo ha respondido y hemos sido muy flexibles¡±. Fuentes de la Secretar¨ªa de Estado de Funci¨®n P¨²blica aseguran que se pretende implantar durante este mes ¡°un mayor volumen de presencialidad¡±, tras negociar con los sindicatos.
Hay una brecha entre lo que demandan los trabajadores ¡ªmenos del 10% quiere volver a un trabajo 100% presencial, seg¨²n varios sondeos (entre ellos, uno del IESE), y dos de cada tres desean un modelo h¨ªbrido¡ª y lo que quieren las empresas: aunque el 45% tiene claro que mantendr¨¢ el teletrabajo, seg¨²n un estudio de Infojobs, un 17% ni se lo plantea y el resto todav¨ªa est¨¢ barajando qu¨¦ modelo implantar.

En un panorama que se encamina al trabajo h¨ªbrido, Wall Street abandera por el contrario, el presencialismo. Es el caso de Morgan Stanley, JP Morgan o Goldman Sachs. Mantienen que la oficina es el escenario de la innovaci¨®n donde se transmite la cultura corporativa y se forma a quienes se incorporan a la plantilla, por lo que ese aprendizaje se ve mermado si se hace en remoto. En Espa?a, empresas como Mapfre, por ejemplo, apuestan por regresar al modelo mayoritariamente presencial, aunque por ahora mantienen una f¨®rmula h¨ªbrida en la que el 90% de sus 11.000 empleados acuden a la oficina en turnos semanales alternos. ¡°El seguro es una actividad muy pegada al cliente y este modelo nos permite cumplir con nuestros compromisos con ellos¡±, insiste Elena Sanz, directora de Personas y Organizaci¨®n de la empresa.
El teletrabajo tiene sus inconvenientes, se?alados por estudios y expertos: soledad, aislamiento, falta de ergonom¨ªa, desconexi¨®n de la organizaci¨®n y p¨¦rdida de las relaciones informales que se dan en la oficina. Y sus ventajas: se ahorra tiempo y dinero en desplazarse al trabajo (y el estr¨¦s que implica), facilita la conciliaci¨®n y la concentraci¨®n. Tambi¨¦n la productividad (19%) y la calidad del trabajo (18%), seg¨²n las investigaciones de la profesora Las Heras. Eso destaca la ingeniera Helena Pe?as, madre de tres hijos. Vive en Ferrol pero trabaja en Lugo, en la empresa de energ¨ªas renovables Norvento. ¡°Me ahorro dos horas de coche cada d¨ªa de los dos que no voy. Para m¨ª es el modelo ideal, porque tambi¨¦n puedo tejer lazos con los compa?eros en la oficina¡±.

Se busca trabajo, 100% remoto. En 2019 en Infojobs se registraban 20.000 b¨²squedas de empleo a la semana con la palabra ¡°teletrabajo¡±. A finales de abril de este a?o se alcanz¨® el pico de 700.000. Se hab¨ªan multiplicado por 35. Las ofertas tambi¨¦n se han disparado, pero en menor medida. El a?o anterior a la pandemia se publicaron 34.000 anuncios que publicitaban trabajo en remoto. Una gota en un oc¨¦ano de casi tres millones de ofertas. Pero en la primera mitad de este a?o fueron 225.000, sobre todo de teleoperadores, seguido de agentes inmobiliarios y desarrolladores. ¡°Estamos en un cambio de paradigma¡±, dice M¨®nica P¨¦rez, portavoz de Infojobs y responsable de estudios. Adevinta, la compa?¨ªa de la que forma parte, con 1.100 empleados, tambi¨¦n est¨¢ mutando. ¡°Nos iremos a una f¨®rmula h¨ªbrida con un gran componente en remoto, pero tenemos claro que queremos tener una parte presencial para la creaci¨®n y colaboraci¨®n¡±.

Juan Rold¨¢n, de Spring Professional, recluta a los mejores talentos en el entorno legal y da fe de la transformaci¨®n en un sector con tradici¨®n de presencialismo: ¡°Se ha perdido el tab¨² del candidato para pedir trabajo a distancia. Se nos han ca¨ªdo aspirantes porque las empresas no lo ofrec¨ªan, y aunque son muy reacios, se han dado cuenta y est¨¢n rectificando¡±. Nacho Rodr¨ªguez, director de Repeople, una empresa de cotrabajo y coliving (edificios dotados de espacios para actividades comunes con los vecinos) en Canarias y miembro de la Asociaci¨®n Mundial de Teletrabajo, cree que las f¨®rmulas en remoto est¨¢n teniendo ¡°una demanda espectacular. Hay un cambio estructural y no va a haber vuelta atr¨¢s. Un segmento m¨¢s radical de las empresas va a prescindir de su oficina, aunque para evitar el d¨¦ficit de socializaci¨®n organizar¨¢n encuentros para trabajar y para conectar. Los trabajadores demandan esa flexibilidad que ya han probado, y si son buenos se van a ir a trabajar a un sitio que se lo permitan¡±.
Precisamente retener y atraer talento impuls¨® a la empresa de ciberseguridad Tarlogic, que ya cuenta con la jornada de cuatro d¨ªas sin rebaja de sueldo, a sumar a sus muchos beneficios sociales que sus 100 empleados trabajen preferentemente en remoto desde julio. Conservan sus sedes en Santiago y Madrid, explica Koldo Mu?oz, su jefe de operaciones, pero ser¨¢n sobre todo centros de representaci¨®n para reunirse con los clientes y para encuentros entre trabajadores. La consultora Jennifer Torres, de 25 a?os, es una de ellas. Siempre hab¨ªa so?ado con entrar ah¨ª. Y se llev¨® una sorpresa adicional: ¡°La empresa te cuida tanto que me siento m¨¢s acompa?ada que cuando trabajaba presencialmente en otro sitio¡±. Y se ahorra el viaje diario a la oficina y come m¨¢s sano. ¡°Tanto f¨ªsica como psicol¨®gicamente estoy mucho mejor¡±.
La oficina, ese lugar. El arquitecto Guzm¨¢n de Yarza ayuda en nombre de la consultora inmobiliaria JLL a empresas e instituciones a implantar nuevas formas de trabajar. ¡°Estamos m¨¢s ocupados que nunca¡±, dice, ¡°ahora no hay una sola compa?¨ªa que no se cuestione su organizaci¨®n, est¨¢n debatiendo cu¨¢l va a ser su modelo. Nadie tiene la bola de cristal, pero existe una gran demanda social de flexibilidad¡±. Cree que la oficina es m¨¢s importante que nunca, pero d¨¢ndole la vuelta, no valdr¨¢n las atm¨®sferas as¨¦pticas e inc¨®modas, sino un concepto de ¡°oficina destino¡± que atraiga a los empleados, en edificios de gran calidad, algo m¨¢s parecido a un club de socios donde conectar con clientes y compa?eros para crear lo que ¨¦l denomina ¡°serendipia dise?ada¡±, esa que sustituye a la charla espont¨¢nea alrededor de la m¨¢quina.

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