El ¡®n¨¹shu¡¯, la voz secreta de las mujeres chinas
Este sistema de escritura representaba una fuente de desahogo contra las injusticias del sistema androc¨¦ntrico confuciano.
Para la mujer del sureste de China, la vida entre los siglos XVIII y XIX fue una condena. Ya desde peque?a se le vendaban los pies para que midieran entre 7 y 12 cent¨ªmetros, consiguiendo as¨ª la caminata oscilante que se ajustaba a los c¨¢nones est¨¦ticos de la ¨¦poca. Los preceptos de la sociedad andr¨®gina confuciana le requer¨ªan tambi¨¦n un triple grado de obediencia: al padre como hija, al marido como esposa y al hijo como madre. Solo le quedaba un consuelo: el n¨¹shu, la ¡°escritura de las mujeres¡±, una fuente de desahogo para denunciar las injusticias del sistema patriarcal. El significado resid¨ªa exclusivamente en la esfera femenina; los hombres no entend¨ªan esos caracteres sinuosos y elegantes, pese a que fueran la transcripci¨®n fon¨¦tica de los dialectos de la regi¨®n de Hunan. Se conformaban con conocer lo que dec¨ªan los cantos, expresi¨®n oral de la forma escrita, como relata la italiana Giulia Falcini, autora de un libro sobre su experiencia con las herederas de este ¡°fen¨®meno cultural¡±.
El n¨¹shu cuenta con 396 caracteres que representan 1.500 palabras, de acuerdo con la profesora Zhao Liming, de la Universidad Tsinghua de Pek¨ªn. Inspirada en el chino cl¨¢sico, algunas teor¨ªas sostienen que pudo nacer durante la dinast¨ªa Qing (1644-1911) o Ming (1368-1644). Las mujeres no ten¨ªan acceso a la educaci¨®n, pero asist¨ªan indirectamente a la de sus hermanos, y as¨ª crearon su propio sistema de comunicaci¨®n.
As¨ª, para la antrop¨®loga de la Academia S¨ªnica de Taip¨¦i Liu Fei-wen, se formaba una ¡°comunidad de sentimientos¡± cuando a la ni?a se le asignaba una laotong, una amiga-hermana nacida en el mismo d¨ªa, mes y a?o con la que establec¨ªa una relaci¨®n de afinidad espiritual y emotiva. La laotong se convert¨ªa en un apoyo fundamental cuando se alcanzaban los 15 a?os, la edad establecida para casarse. El matrimonio marcaba un antes y un despu¨¦s: significaba abandonar a la familia, las fiestas, la aldea, y quedar sola al servicio de su esposo. Ni siquiera con la muerte del hombre la mujer se volv¨ªa libre; a menudo se suicidaba para seguirlo en el otro mundo, algo muy bien visto por la sociedad, o se destrozaba la cara para resultar menos atractiva.
Hoy quedan pocos textos en n¨¹shu. La mayor¨ªa se han perdido porque fueron enterrados con sus mismas autoras o quemados en los templos, donde se escrib¨ªan oraciones para pedir a los dioses renacer hombres. Pero el corpus literario m¨¢s importante se refiere al libro del tercer d¨ªa, una especie de diario regalado a la esposa por su familia. Las primeras p¨¢ginas se utilizaban para dejar a la hija algunas recomendaciones: ¡°No hables nunca con voz alta, no respondas a lo que se te dice, no te muestres testaruda, admite siempre tus errores, habla solo cuando se te pregunta algo¡±.
El n¨¹shu comenz¨® a desaparecer con la concesi¨®n del derecho al estudio a las mujeres en 1907. A finales de los a?os sesenta, la Revoluci¨®n Cultural intent¨® cancelarlo como herencia del pasado feudal. Hoy el Gobierno chino ha convertido la escritura en atracci¨®n tur¨ªstica, con un museo y un hotel en la aldea de Pumei. A menudo, a los turistas les venden libros del tercer d¨ªa ficticios, con palabras inventadas. Para la profesora del Skidmore College de Nueva York Cathy Silber, esta mercantilizaci¨®n amenaza una vez m¨¢s la supervivencia del n¨¹shu: ¡°Los esfuerzos del departamento de propaganda para preservarlo son todos hacia el exterior, es decir, las personas que no son capaces de entenderlo. Est¨¢n impidiendo cualquier tipo de protecci¨®n entre los que custodian su herencia¡±.
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