El primer informe cient¨ªfico sobre el eccehomo concluye que es de Caravaggio
Maria Cristina Terzaghi, una de las mayores expertas del mundo en el pintor, vuelca en 35 p¨¢ginas un repaso de la traves¨ªa del cuadro desde que sali¨® de Italia y lleg¨® a Espa?a, aunque no resuelve algunas de las dudas clave sobre la pieza
El supuesto caravaggio que apareci¨® en una subasta en Madrid el pasado marzo y que iba a ser vendido por algo m¨¢s de mil euros permanece custodiado por la familia P¨¦rez de Castro, due?os de la obra, y Jorge Coll, su portavoz y anticuario, en unas instalaciones cerca del aeropuerto de Madrid. Por all¨ª, seg¨²n ha podido saber EL PA?S, pasan desde hace semanas expertos de distintas partes del mundo a ver el cuadro. Es una visita breve, de no m¨¢s de media hora, que tiene por objeto recabar las primeras conclusiones de las que saldr¨¢ un informe preliminar en septiembre. Hasta all¨ª ha viajado Mar¨ªa Cristina Terzaghi, una de las mayores expertas del mundo en el pintor del Barroco. A partir de esa visita y de otras tantas que ha hecho en los ¨²ltimos meses a diversos archivos en Madrid, ha elaborado el primer informe cient¨ªfico publicado y en el que concluye que la pieza la pint¨® Caravaggio.
Terzaghi vuelca en 35 p¨¢ginas un repaso hist¨®rico del viaje que hizo el cuadro desde que sali¨® de Italia hasta que lleg¨® a Espa?a a mediados del siglo XVII y acab¨® en manos de la familia heredera del pol¨ªtico liberal, firmante de la Constituci¨®n de 1812 y coleccionista de arte, Evaristo P¨¦rez de Castro. La experta, sin embargo, deja sin resolver tres puntos fundamentales de la historia de uno de los descubrimientos m¨¢s importantes para la historia del arte en lo que va de siglo: no queda claro d¨®nde se compr¨® el cuadro antes de llegar a Espa?a; tampoco se resuelve el misterio de qu¨¦ sucedi¨® con la tela durante la invasi¨®n napole¨®nica; ni d¨®nde lo pint¨® Caravaggio.
Los primeros documentos que aparecieron tras el descubrimiento del cuadro en la casa Ansorena de Madrid fueron los inventarios del conde de Castrillo, virrey de N¨¢poles, y el de Juan de Lezcano, secretario de la corte de N¨¢poles, cuya colecci¨®n pas¨® al virrey. Terzaghi recuerda estos dos listados que sit¨²an la fecha de llegada del cuadro a Espa?a entre 1657 y 1659. Pero deja claro que ¡°hay un problema¡± para identificar d¨®nde pudo comprar el conde del Castrillo el eccehomo y la imagen de la Salom¨¦ que hoy cuelga en el Palacio Real, ambos de Caravaggio.
Echando la vista a¨²n m¨¢s atr¨¢s, Terzaghi plantea la hip¨®tesis de que el conde del Castrillo pudo haber comprado el eccehomo ¡°en un mercado napolitano¡± y que fue esa pieza la que registra Juan de Lezcano en su inventario en 1631. ¡°La descripci¨®n tambi¨¦n encaja perfectamente con el lienzo de Madrid¡±, afirma la experta que trata de apuntalar su tesis recurriendo al tama?o de la obra. ¡°La dimensi¨®n bastante reducida del cuadro de Madrid, 111 cent¨ªmetros de altura, no es incompatible con el lienzo de Lezcano, sobre todo si hay que agregar el ancho del marco que aparece inscrito junto a la pintura¡±.
Tras llegar a Espa?a, el cuadro pas¨® luego a las colecciones reales. La testamentaria de Carlos II (1661-1700) se refiere en la entrada n¨²mero 7793 a: ¡°Otra pintura, de un excehomo, de vara y media de alto: con marco negro tasado en sesenta doblones = existe¡±. El tama?o y el motivo coinciden con el cuadro de Ansorena, aunque no se habla del autor. Sin embargo, en el inventario de Carlos III (1716-1788), elaborado por Francisco de Goya, Jacinto G¨®mez y Francisco Bayeu (sus dos cu?ados), aparece la siguiente referencia en el n¨²mero 4598: ¡°Vara y media de alto y cinco cuartas escasas de ancho. Un Ecceomo con dos figuras m¨¢s en dos mil reales. Estilo de Carabajio¡±. El cuadro se encontraba en el Palacio de los Vargas o Palacio de la Casa del Campo, como se llamaba entonces, y, seg¨²n el inventario, estaba en la alcoba de Carlos II.
La pista de Godoy
En este punto, Terzaghi trata de continuar el relato a trav¨¦s de la colecci¨®n de Manuel de Godoy. Es decir, plantea que Carlos IV pudo haber entregado el cuadro al secretario de Estado como hizo con otras obras del Palacio de la Casa de Campo, aunque no hay registros al respecto. Solo surge la duda al repasar los registros de la Academia. En 1823, cuando P¨¦rez de Castro permuta un alonso cano por el caravaggio, no aparec¨ªa el origen, un a?o despu¨¦s, se atribuye a Godoy. ¡°En este edificio, construido a partir de 1559 por el arquitecto real Juan Bautista de Toledo, se conserv¨® un Ecce Homo atribuido en el contexto de Caravaggio¡±, escribe la historiadora. Otra vez, no concuerdan las medidas de esta pieza.
Se desconoce si el cuadro fue incautado por las tropas francesas para integrarse en el llamado Museo Josefino (de Jos¨¦ Bonaparte), que nunca lleg¨® a inaugurarse, y que luego pasase a la Real Academia, donde aparece por primera vez en el inventario de 1821. Terzaghi recuerda un informe de Juan Pascual Colomer, bibliotecario de la instituci¨®n, que realiz¨® el mismo a?o de la permuta en el que intenta ubicar varios cuadros que han llegado a la instituci¨®n del Palacio de Buenavista, perteneciente a la duquesa de Alba, y del antiguo convento del Rosario cerca de la Iglesia de San Francisco, transformado en dep¨®sito de obras de los conventos eliminados en la ¨¦poca napole¨®nica. Los lienzos, recuerda la experta, llegaron sin atribuci¨®n, aunque fueron descritos con precisi¨®n.
Una vez en manos de P¨¦rez de Castro, Terzaghi hace un repaso por el testamento del pol¨ªtico y de sus hijos, pero no consigue atar m¨¢s pistas. El cuadro desaparece hasta que los herederos intentan venderlo en la subasta de Ansorena.
Pese a la falta de concreci¨®n de estos datos, Terzaghi mantiene la convicci¨®n del primer d¨ªa: no tiene duda, es Caravaggio, y as¨ª lo dice una y otra vez en su estudio. Una gran parte de su investigaci¨®n y de sus conclusiones se fundamenta en aspectos estil¨ªsticos aunque con precauci¨®n porque despu¨¦s de ver el cuadro dos veces la experta recuerda que una capa de barniz espeso cubre la tela y ¡°dificulta leer todos los matices pict¨®ricos¡±. Terzaghi ve clara la conexi¨®n con las obras napolitanas del artista. La historiadora ubica una posible fecha de ejecuci¨®n antes de 1608, a?o en el que el pintor est¨¢ en Malta: ¡°Por tanto, creo que es correcto fechar el cuadro antes de la salida del artista para la isla¡±. Y contin¨²a: ¡°Solo la restauraci¨®n permitir¨¢ conocer el cuadro, sin embargo, incluso suavizado por las pinturas, la pincelada no parece tan r¨¢pida como la del Caravaggio post siciliano, pero bastante parecida al lirismo de la primera mitad napolitana¡±. La experta, por tanto, concluye que es necesario que pase el tiempo, permitir una verificaci¨®n para concluir si el maestro barroco es el autor de este enigm¨¢tico cap¨ªtulo de la historia del arte.
Babelia
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