El caf¨¦ de los abuelos o, simplemente, el lugar donde comer las mejores tartas de Viena
En el Vollpension, los mayores son los protagonistas. Placer mundano y solidaridad se dan la mano en sus salones. Y ahora quieren incluir tambi¨¦n a abuelos reci¨¦n llegados de Ucrania.
Los sof¨¢s de pa?o estampados, las figuritas de porcelana sobre tapetes bordados y los cuadros de gatitos en petit point, sacados directamente del sal¨®n de una abuela, nos dan la primera pista de que el caf¨¦ Vollpension es m¨¢s que simplemente otro caf¨¦ en Viena.
La segunda pista la encontramos al otro lado del mostrador, donde varios ancianos hornean apfelstrudels (tarta de manzana), tartas de chocolate y bizcochos a la vista de los clientes. ¡°Nadie hace tartas tan ricas como las abuelas¡±. Partiendo de esta simple premisa, el joven emprendedor austriaco David Haller decidi¨® hace a?os abrir un caf¨¦ donde los abuelos fueran los protagonistas. ¡°En Viena, como en el resto de las grandes ciudades del mundo, hay muchas personas mayores que est¨¢n solas, casi al margen de la sociedad, pero que a¨²n tienen mucho que ofrecer. Lo ¨²nico que necesitan es un lugar donde poder hacerlo¡±, asegura. En el caf¨¦, situado en una de las calles m¨¢s hipsters de Viena, j¨®venes baristas trabajan codo con codo con abuelos y abuelas atendiendo a un p¨²blico adicto a la reposter¨ªa casera y adeptos al innovador concepto de generation cafe, donde personas de distintas generaciones y edades dispares confluyen en un mismo espacio.
Con una energ¨ªa m¨¢s propia de una adolescente, Marianne, de 77 a?os, ejerce de anfitriona. Hoy recibe a los clientes y explica a tres universitarias las razones por las que tienen que probar la tarta de albaricoques que acaba de hornear su compa?ero Gerhard, de 75 a?os. El ¨¦xito de Vollpension ha conseguido traspasar las paredes del caf¨¦, hasta convertirse en todo un ejemplo de proyecto inclusivo y social. Durante la pandemia, con el local cerrado y los abuelos confinados, la b¨²squeda de alternativas llev¨® a David a montar un estudio donde filmar clases de reposter¨ªa telem¨¢ticamente impartidas por los mayores y a crear un servicio de tartas a domicilio con repartos en toda Austria. Christine es una de las abuelas que pas¨® de matar las horas frente al televisor en su sal¨®n a ponerse ella misma enfrente de la c¨¢mara, dando clases de reposter¨ªa en directo retransmitidas por Skype. Su especialidad, el pastel de lim¨®n vegano, es una buena met¨¢fora de ese puente entre generaciones donde lo tradicional y lo moderno se encuentran.
Ahondando en su car¨¢cter social, el caf¨¦ Vollpension recibir¨¢ en las pr¨®ximas semanas a varios abuelos refugiados de Ucrania para que se unan a sus filas, incorporando sus recetas de reposter¨ªa tradicional ucrania. Hoy, con 35 abuelos en plantilla y muchos m¨¢s en lista de espera, la idea es llevar el proyecto a otros pa¨ªses.
Marianne se quita el delantal y se despide uno a uno de todos los trabajadores del caf¨¦. Su jornada de hoy ha terminado (trabaja dos d¨ªas por semana) y se dirige a la parada de autob¨²s que la llevar¨¢ a su apartamento en la calle Sturgasse, a 30 minutos de aqu¨ª. ¡°Los clientes son muy amables y muchos me piden que me haga fotos con ellos. Lo que gano me ayuda con mi modesta pensi¨®n, aunque la raz¨®n por la que trabajo aqu¨ª es porque somos como una gran familia¡±, afirma. Los horarios se adecuan a las necesidades de los mayores, teniendo en cuenta citas m¨¦dicas y otras contingencias propias de la edad, aunque, seg¨²n David, lo compensan con su ¨¦tica de trabajo: a diferencia de los j¨®venes, ninguna abuela ha llegado nunca tarde al trabajo.
¡°Lo que empez¨® como una idea de negocio divertido, se ha convertido en algo mucho m¨¢s importante. Para m¨ª, lo mejor de todo esto es el amor que recibo de esos abuelos que han encontrado aqu¨ª una segunda oportunidad¡, eso y sus deliciosas tartas¡±, dice Haller.
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