El hombre que cree que todas las ideas deber¨ªan poder explicarse en 18 minutos
Bruno Giussani es el comisario internacional de las charlas TED. Este suizo ¡®entren¨®¡¯ al Papa y a Bill Gates para hablar en ese formato, tan exitoso como pol¨¦mico.
Si uno lleva muchos a?os haciendo entrevistas, aprende a identificar varios tipos de respuestas. Est¨¢ la respuesta hiperbreve; la divagadora, que va enlazando temas como quien saca cerezas del cesto, y la que directamente no tiene nada que ver con la pregunta, pero conviene al entrevistado. Bruno Giussani, experiodista y comisario internacional de TED, la organizaci¨®n que ha hecho de la charla breve informativa un fen¨®meno global, ofrece una nueva modalidad de respuesta: la respuesta que viene con su propio esquema incorporado, a modo de powerpoint oral. ¡°Le voy a dar tres contestaciones paralelas¡±, dice, por ejemplo. Y a continuaci¨®n, en efecto, construye una minipresentaci¨®n en tres pasos perfectamente calibrados. Cosas del oficio.
Uno de los trabajos de Giussani, que estuvo hace unos meses en Barcelona para dar una conferencia en Casa Seat, consiste en trabajar con gente muy relevante y ense?arles a hablar en formato TED: su lista de oradores famosos empieza con el papa Francisco, al que llev¨® como ponente sorpresa a la gran conferencia TED que se celebra cada a?o en Vancouver, donde la entrada cuesta unos 5.000 euros por persona, y sigue con Bill y Melinda Gates, Yanis Varoufakis, Chimamanda Ngozi Adichie, el pr¨ªncipe Guillermo y Ursula von der Leyen. Aunque, como ¨¦l mismo explica, las charlas m¨¢s exitosas no suelen coincidir con los conferenciantes m¨¢s conocidos. ¡°Las que tienen m¨¢s impacto son las de la gente que se hace famosa despu¨¦s de su charla TED, que acaba siendo vista por 30 millones de personas¡±. Por ejemplo, el f¨ªsico sueco Hans Rosling, que falleci¨® en 2017. ¡°Sus charlas eran del tipo que las escuchas y piensas: ¡®Guau, jam¨¢s pens¨¦ en esto de esta manera¡¯. Pero cuando vino era un cient¨ªfico an¨®nimo al que solo conoc¨ªan en su campo de investigaci¨®n¡±. O Bren¨¦ Brown, la autora estadounidense que se hizo famosa en 2011 con una charla titulada El poder de la vulnerabilidad.
El imperio TED arranc¨® en 1984, cuando el arquitecto Richard Saul Wurman concibi¨® un congreso de ideas en torno a la tecnolog¨ªa, el dise?o y el entretenimiento ¡ªen aquella primera cita se presentaron modelos de lo que luego ser¨ªa el CD y el e-book¡ª, pero la cosa dio un giro radical en 2001, cuando compr¨® la idea el empresario brit¨¢nico Chris Anderson, que globaliz¨® lo que segu¨ªa siendo una organizaci¨®n sin ¨¢nimo de lucro. Aunque el fen¨®meno no se entiende sin la introducci¨®n de YouTube, que permiti¨® desarrollar las llamadas TED Talks, conferencias de un m¨¢ximo de 18 minutos promoviendo cualquier tipo de ¡°idea que valga la pena difundir¡±.
Ese es uno de los problemas actuales del formato, que no todas las ideas merecen difusi¨®n. ¡°Esto lo abordamos con un criterio de edici¨®n. Es como si fueras el editor de un peri¨®dico. Tienes que decidir qu¨¦ va en la portada, qu¨¦ va en la p¨¢gina 30 y qu¨¦ se queda fuera. Fui periodista durante 20 a?os. Escrib¨ª en peri¨®dicos en Italia, en Francia, en Alemania, en Inglaterra y durante alg¨²n tiempo en The New York Times. Y creo que lo que hago ahora, aunque mis colegas y yo nos llamemos curators, es b¨¢sicamente el mismo trabajo¡±. Otra cr¨ªtica habitual es que el formato TED puede llevar a la sobresimplificaci¨®n de ideas que en realidad son muy complejas. ¡°Si crees que una idea no se puede explicar en 18 minutos, que solo la gente que puede leer un libro cient¨ªfico de 300 p¨¢ginas puede acceder al conocimiento, es muy elitista. Mi respuesta es que una charla TED no tiene la ¨²ltima palabra sobre nada. Una charla TED es solo una contribuci¨®n a la discusi¨®n sobre el estado del mundo. Con suerte, alguien que la escuche tendr¨¢ curiosidad para buscar otras charlas TED o apuntarse a un curso en una universidad local o ver un documental. Y, qui¨¦n sabe, quiz¨¢ en dos a?os graba su propia conferencia contradiciendo la idea original¡±.
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